A ʀᴀʏ ᴏғ ʟɪɢʜᴛ ɢᴜɪᴅᴇs ᴍᴇ ᴀɴᴅ...

נכתב על ידי ADN_98

208K 19.7K 16.6K

Cuando Wei Ying comprendió que sus padres no volverían, había pasado ya un tiempo vagando por las calles de a... עוד

Capítulo 2: Un Príncipe entre los sables
Capítulo 3: El Príncipe Sin Envidia
Capítulo 4: El Príncipe en reclusión
Capítulo 5: Los encantos del Príncipe
Capítulo 6: Los encantos del Príncipe II
Capítulo 7: El Corazón del Príncipe
Capítulo 8: El Príncipe y el nuevo Wen-zongzhu
Capítulo 9: La sinceridad del Príncipe
Capítulo Final: La Gran boda del Príncipe
Exᴛʀᴀ: Eʟ ᴅᴏʙʟᴇ ᴅᴇ Fᴇʟɪᴄɪᴅᴀᴅ
Cᴜʀɪᴏsɪᴅᴀᴅᴇs ᴅᴇsᴘᴜᴇ́s ᴅᴇʟ Fᴇʟɪᴢ Fɪɴᴀʟ

Capítulo 1: Despertar como un príncipe

31.5K 2.3K 2.5K
נכתב על ידי ADN_98

Summary:

Cuando Wei Ying comprendió que sus padres no volverían, había pasado ya un tiempo vagando por las calles de aldea en aldea. Un templo que llamó su atención, el cual pronto se transformaría en su refugio.

No esperaba despertarse sobre costosas sábanas de seda, dentro de una lujosa habitación. Menos ser llamado como "hijo", por el más hermoso Rey que haya visto a sus cortos cuatro años de vida.

O, en el que HuaLian son los padres biológicos Wei Ying, Wei Changze y Cangse SanRen son sus padres efímeros (temporales). No es acogido por el Clan Jiang, y crece siendo tratado como el Príncipe que es. 



❈•≫────≪•◦ ❈ ◦•≫────≪•❈


Era invierno. Tal pareciera ser que hubiese escogido precisamente ese año para ser mucho más crudo que cualquier otro.

Wei Ying había logrado encontrar un refugio temporal, luego de una larga caminata. El niño de tan solo cuatro años, viajó desde la aldea en que sus padres lo dejaron antes de nunca más volver por él; puede que sea pequeño, pero hay muchas cosas que comprende a su corta edad. Y una de esas, es que, probablemente ellos ya perecieron. Después de todo, es lo que sucede con personas que se dedicaban a lo que sus padres hacían.

Él recuerda a su madre hablar sobre ser unos cultivadores pícaros. Sobre espadas voladoras, sobre papeles en los cuales escribió llamándolos talismanes para luego lanzarlos, y estos se encenderían logrando cualquier tipo de reacciones. Por lo tanto, Wei Ying comprende que ellos eran personas buenas que ayudaban a otras.

Wei Ying se siente orgulloso de sus padres; ellos murieron haciendo lo que más amaban. Ellos perecieron, siendo unos héroes. Solo que tal parece olvidaron por completo que debían velar por su seguridad en caso de sucesos como ese. Simplemente lo dejaron a su suerte en aquella posada, siendo luego de dos días sin regresar echado a patadas por el descorazonado posadero.

¿Es que acaso no pensó que un niño de cuatro años tendría difícil sobrevivir en las calles? Pero de todas maneras Wei Ying fue perseverante, y porque le encantaría ser un héroe como sus padres no se dejó vencer por nada.






──────❀•✧༺♛༻✧•❀──────






Cuando llegó a esta aldea, que tampoco sabe cómo se llamaba. Encontró un pequeño templo apartado de la civilización. A pesar de notarse lo abandonado que estaba, para Wei Ying fue más que suficiente para tomarlo como refugio temporal, o el tiempo necesario hasta que el clima se lo permitiera y continuar su viaje.

Al ingresar se topó con una enorme y hermosa ostentosa imagen del retrato de un Joven. Él tenía una sonrisa cálida en su bello rostro, vistiendo blancas túnicas con mangas holgadas. En su cintura llevaba una faja ajustada, con un cinturón dorado afirmándola. Su cabello estaba adornado con trenzas y cadenillas doradas, incluyendo flores. El resto caía suelto flotando en el aire, dándole un efecto glorioso. Llevaba una reluciente espada de hoja plateada, tan brillante como el sol.

Incluso si comprende poco de arte y dibujo, Wei Ying sabe que realmente ha de haberlo pintado un verdadero experto para darle aquellos magníficos efectos tan vividos a la imagen.

—¡Woah! ¡Este dios es realmente bonito! —exclamó encantado, con una enorme sonrisa mientras se acomodaba en un rincón contemplando el enorme retrato. Wei Ying nunca había visto un dios tan bello como el de aquel templo. Él se preguntaba, cómo es posible que los orantes no limpiaran el lugar y lo veneraban, si era clara la bondad que ese Dios emanaba. Además, se merecía ser complacido más como una forma de respeto. Por lo poco que recuerda de sus padres, ellos solían decirle que los templos son lugares sagrados, y es de mala educación no mostrar ese tipo de decoro sobre todo a deidades.

De pronto, recordó ciertas cosas que había visto de personas que ingresaban a templos para orar. Ellos llevarían inciensos y ofrendas, para pedirle favores a los dioses o cosas así. Sin embargo, Wei Ying no tiene nada para darle al lindo dios. Más aún ¡que el templo está vacío!

—Hola Señor Dios. Mi nombre es A-Ying —comenzó diciendo desde su rincón a la imagen, con sus manos juntas y ojos cerrados— lo siento por entrar en tu hogar, pero afuera hacía mucho frío y hay perros. No tengo algo para ti, solo puedo darte mi compañía ya que estás muy solo. ¿No te molesta que lo haga, verdad?

Silencio.

Pero para él fue como recibir una respuesta positiva. Entonces su rostro por completo se iluminó con la sonrisa que se dibujó en este mismo. —¡Muchas gracias! A-Ying promete que cuando tenga algo para comer ¡lo compartiré contigo!

Esa noche luego de tantas sin calidez, Wei Ying tuvo un buen refugio para dormir.



──────❀•✧༺♛༻✧•❀──────



Cuando Wei Ying abrió nuevamente los ojos, se encontró con la desconcertante situación de que estaba acostado sobre unas elegantes y limpias sábanas. Bañado, prendas nuevas y además, abrigado lejos del crudo frío invernal.

Inicialmente, Wei Ying pensó que posiblemente habría muerto. Después de todo, la falta de comida y días sin parar de caminar sumándole al no contar con prendas que lo protegieran del frío; sería más que obvio su final. No obstante, luego recordó que entre sueños había escuchado el tintineó de una cadenas además de los suaves pasos de alguien. Entonces, deduce que ese alguien no solo le salvó la vida. Sino que además, lo conocía.

Al fin y al cabo, lo llamó tan cariñosamente cuando le habló. Quizás sea alguien cercano a sus padres que lo encontró, y decidió cuidarlo por ellos.

"Descansa A-Ying, vamos a casa. Al fin te encontramos...

...hijo"


O tal vez solo trataba de algún extraño sueño, y luego despertará en ese desolado templo con el hermoso retrato del Dios que encontró.

¿Qué tendría de malo disfrutar aunque sea un momento de ese sueño?

Así que con eso en mente, Wei Ying miró con curiosidad a su alrededor.

La habitación era tan enorme, que seguramente podría catalogarse como una pequeña cabaña completa. Al menos para él lo sería, que no estaba acostumbrado a lo lujoso. Y ese lugar es precisamente aquello. Ostentoso hasta más no poder.

Comenzando con la cama en la que yacía acostado. Wei Ying se sentó en ella, continuando su mirada analítica. Había un gran ropero, junto a él un enorme espejo. Del otro lado frente a una ventana, yacía un escritorio con pergaminos y pinceles. Las paredes eran de un suave color pastel, a conjunto con las cortinas que formaban una especie de carpa sobre la cama.

Era realmente, la habitación de un príncipe.

Sus ojos brillaban de lo maravillado que estaba.

Wei Ying ya comenzaba a entusiasmarse todavía más, con cada cosa que se cruzaba por su visión. Sin embargo, en ningún momento se alejó de su lugar. No quería abandonar la comodidad de esa cama, ni menos la calidez luego de haber pasado frío por mucho tiempo. Sin contar con además, su miedo de que aquella ilusión se desvaneciera si llegaba a hacer un movimiento en falso.

De pronto liberándolo de su caos mental, la puerta se abrió, revelando la alta figura de un hermoso hombre de tes pálida. Cabello tan largo, negro y oscuro brillante como la tinta, llevando un parche del mismo color sobre su ojo derecho. Vestía túnicas largas y rojas color arce. Pantalones blancos, brazaletes plateados y botas negras decoradas con cadenas plateadas.

En su mano, llevaba una bandeja con comida. Tenía una sonrisa suave en su rostro, mirándolo cálidamente cuando lo vio sentado. Tal parecía que el hombre esperaba que despertara.

Su pequeña boca se abrió con impresión. Y Wei Ying no pudo evitar soltar las palabras que se formaron en su cabeza. —¡Woah! ¡¿Es usted un Rey?!

El hermoso Rey se detuvo en seco. Momentos después, soltó una leve carcajada mientras se acercaba a Wei Ying; él dejó la bandeja sobre el pequeño mueble junto a la cama, y sentó a lado del niño. —Lo soy. —respondió con un ligero asentimiento de cabeza.

Wei Ying estaba encantado. —¡Nunca había visto un Rey! —ladeó su cabeza adorablemente— ¿cómo se llama?

El único ojo a la vista, se curvó en una media luna cuando respondió. —Mi nombre es Hua Cheng.

—¡Es un placer, Hua-Wang! —exclamó alegremente— ¡mi nombre es A-Ying!

Hua Cheng rio nuevamente. Él estiró su mano, y acarició la mejilla regordeta de Wei Ying con afecto. El Rey estaba impresionado por lo perspicaz que era el niño, y la forma tan educada que tenía para dirigirse a su persona; a pesar de tener tan solo cuatro años, posee una mente brillante. —Lo sé, A-Ying.

—¿Usted me conoce? —parecía sorprendido. A lo que Hua Cheng asintió como respuesta— ¿cómo?

La sonrisa de Hua Cheng se tornó con tristeza. —Soy tu verdadero padre, A-Ying; tu A-Niang y yo, hemos estado buscándote por mucho tiempo. Perdón por tardar demasiado, hijo.

Wei Ying jadeó. Entonces recordó las palabras que escuchó en medio de su sueño, viniendo de un hombre que caminaba provocando el ruido de cadenillas. ¡Ese es el hermoso Rey! ¡Él rescató a A-Ying!

El mayor esperaba preguntas o incluso confusión del infante. En cambio, recibió la más deslumbrante de las sonrisas del niño, su hijo; el menor se puso de pie sobre la cama, con los brazos estirados al aire. —¡Eso quiere decir que sí soy un príncipe! —chilló— ¡es el mejor de los sueños!

Hua Cheng se congeló por unos momentos. Luego, con creciente dolor en su pecho comprendió las palabras del menor.

Debido a las cosas que había pasado Wei Ying en las calles, es normal que creyera se trataba de un sueño. Pensar en ello, le provocó una angustia horrible en su interior.

Todavía estaba disgustado con Cangse SanRen y Wei Changze, por haberse llevado a su hijo. Si hubiesen sabido que la nodriza se encariñaría obsesivamente con Wei Ying, no le habrían dado el libertinaje de ser sus cuidadores.

Su pequeño A-Ying recién nacido de su esposo, luego de años de intentos y conjuros. Debido a que fue concebido por intercambio de energías, requería de un cuerpo humano. Fue ahí que con la ayuda de Yin Yu, dieron con una mujer con gran potencial para ser una simple mortal. Ella aceptó recibir el tratamiento de inducción de lactancia con el absoluto apoyo de su marido. Entonces, Cangse SanRen tomó el cuidado de Wei Ying.

En su leche iba su esencia que le dio cuerpo físico a su hijo; debido a ello, adquirió rasgos de la mujer tanto como de su marido. Después de todo ambos practicaban la cultivación dual, y la esencia de Changze estaba con su esposa. Era normal que Wei Ying obtuviera su parecido.

Pero lo más sorprendente era el parecido que compartían la pareja de mortales con Hua Cheng y Xie Lian; prácticamente, podrían pasar desapercibidos como dobles aunque no tan exageradamente.

Las cosas iban bien a un inicio; como ellos eran tan buenas personas, Hua Cheng y Xie Lian aceptaron que le dieran el nombre y apellido a su bebé, así cuando Wei Ying creciera, lo haría sabiendo que tenía dos padres más que lo amaban tanto. Changze y Cangse se encariñaron demasiado con A-Ying.

He ahí el primer error que cometieron.

Los problemas llegaron cuando A-Ying tenía un año y medio. Cuando su precioso bebé comenzaba a mostrarse cada vez más su ascendencia.

Poco a poco iba dejando la lactancia, y ya daba indicios de poseer una mente brillante. Pronto hablaba largas oraciones claras para su edad. Los dioses pensaron que era momento de llevarse a su hijo para darle las comodidades merecidas, tanto como la enseñanza correspondida. No obstante, Wei Changze y Cangse SanRen se negaron rotundamente a devolver al niño.

Dianxia, Chengzhu. Amamos a A-Ying como si fuera nuestro de sangre. Prometemos darle la mejor de las vidas, ¡le enseñaremos el mundo entero! Pero por favor, no se lo lleven de mis brazos —suplicó la cultivadora de SanRen, tocando la fibra sensible de Xie Lian quien comprendía el sentimiento de la mujer. Después de haberlo tenido a su cuidado desde que nació, haberlo alimentado como suyo creando ese lazo tan fuerte. Era de esperar que naciera un cariño en el corazón de la mujer. Por eso, accedió sabiendo el sufrimiento que le provocaría separarla de Wei Ying.

De acuerdo. Sin embargo, contaran con nuestra vigilancia a cada segundo. Yo también quiero estar siempre con mi hijo, Señorita SanRen.

Cangse le había sonreído con sinceridad.¡Por supuesto! ¡muchas gracias, Dianxia!

Después de ello, cumplieron con su palabra. La pareja contaba con seguridad la totalidad del día. Incluso, durante los viajes o cacerías nocturnas. Hua Cheng como padre primerizo, era demasiado sobreprotector. Por lo tanto, no dejaría que su hijo pasara peligro alguno; y si eso significaba tener que designarle un par de guardias a los mortales, denlo por hecho.

Pero un día, tanto SanRen como Wei se hartaron de ser controlados todo el tiempo. Ellos querían tener su antigua libertad, viajar por el mundo sin preocupaciones. Ambos armaron un plan a espaldas de los Dioses. Ellos habían logrado dormir a ambos guardias impuestos por el Dios Rey Fantasma, y escaparon con Wei Ying; como contaban con esa vigilancia, Hua Cheng no había necesitado usar sus mariposas.

Ah, cuánto se arrepintió en ese instante.

Wei Ying tenía dos años cuando aquello sucedió. La pareja había desaparecido como por arte de magia. Él no lograba localizarlos, ¡ni siquiera dio con la esencia de ambos! Fue como si lo hubiesen planeado con durante años para que les resultara tan bien, para ocultar su presencia de los Dioses. De alguna manera, crearon esa posibilidad a base de sus conocimientos por la convivencia entre los cuatro.

Desde aquel día, Hua Cheng buscó con desesperación a su hijo; Xie Lian y él no se detendrían hasta dar con su paradero.

Dos años, sin descanso alguno después, al fin dio frutos. ¡Y todo porque su pequeño bebé fue quien se comunicó inconscientemente con ellos!

Ellos se habían enterado por boca de los fantasmas de Hua Cheng que Wei Changze y Cangse SanRen murieron en una cacería nocturna. De inmediato, la búsqueda se intensificó todavía más por no saber qué sucedió con Wei Ying.

Al haber llegado al templo abandonado de Xian Le Taizi Dianxia en la aldea Hong. Hablar sin saber que sería escuchado con la imagen de Xie Lian; fue lo que llevó al matrimonio dar al fin con su hijo.

—A-Niang escuchó todo lo que dijiste, A-Ying; él estaba tan feliz cuando escuchó tu voz, que lloró toda la noche. Pero ahora mismo está bien —le contó Hua Cheng, quien tenía al menor sentado en su regazo.

Le había ayudado a comer un poco, después de días sin ingerir algo comestible. Incluso si eran dos Lunas en las que su bebé vivió las penurias de la calle, para Rey Fantasma obviamente era motivo de caos.

Tenía todas las ganas de destruir el mundo.

Wei Ying, demasiado inteligente para su edad lo miró con comprensión antes de preguntarle. —¿Puedo ver a A-Niang? —escuchar el termino con el que se refirió a su esposo, hizo revolotear tanto las mariposas internas como externas de Hua Cheng—....¡A-Ying promete consolarlo!

Inevitablemente Hua Cheng sonrió. —Por supuesto. Él estará feliz de verte.

Lo que Wei Ying no sabía. Era que había estado dormido por dos días completos. Dos días en los cuales fue tratado por sus padres. Xie Lian lloró aún más por ver las marcas de mordidas en los bracitos y piernecitas de su bebé; incluso optó por borrar los horribles recuerdos de las calles, para evitar que continuara con ese sufrimiento constante en su memoria. Es por eso que lo hizo dormir por dos días seguidos, con la finalidad que se recuperara completamente y descansara como merecía. Que su bebé recibiera el trato que tanto merecía como hijo de dos Dioses.

Más tarde Hua Cheng tuvo que hacerse cargo de su esposo, llevándolo a un relajante baño para terminar arropándolo. Él por supuesto, compartió el sentimiento por el dolor que pasó su pequeño retoño. Los dos sabían sobre los peligros de vivir en las calles, sobre las penumbras que se pasaban con la finalidad de sobrevivir. Lo crueles que pueden llegar a ser las personas con quienes no poseen las facilidades de buena vida. Y pensar que su precioso A-Ying tuvo que pasar por todo aquello, causó que su ira burbujeara en su interior.

Pero si hay algo claro en esa situación, es que recompensaran a su A-Ying por todo aquello.

Nunca más volverían a separarse de su niño.



──────❀•✧༺♛༻✧•❀──────



Hua Cheng llevó a Wei Ying en sus brazos, en dirección al salón de descanso donde se encontraba Xie Lian charlando gratamente con Shi QingXuan. De todos, es el dios marcial que con mayor frecuencia se atreve a visitar él mismo Ghost City.

Padre e hijo escucharon las risas provenientes de Su Alteza. Wei Ying se sintió emocionado de conocer a su A-Niang, y ver si era realmente tan hermoso como estaba en la imagen que encontró en el templo. A-Die le contó que su nombre es Xie Lian, el Emperador Marcial Celestial mientras él es un Dios Rey de los Fantasmas, muy conocido como Xueyu Tanhua.

¡Sus padres son dos seres poderosos y famosos!

Ahora, se preguntaba a quién de los dos se parecía más; el niño notó ciertas características de su A-Die que comparte con él; como la forma de sus ojos, y más cuando se curvan cada vez que sonríe. Aunque A-Die dijo que tenía muchas más similitudes con A-Niang, como su radiante sonrisa.

—....de ninguna manera, Su Alteza. ¡Podría visitarnos con frecuencia! —fue la voz de un hombre, acompañada de otra más gentil.

—Eso sería maravilloso.

Wei Ying quedó sorprendido cuando vio al dueño de la gentil voz.

Era un hombre de rostro joven y hermoso realmente guapo. Vestía túnicas blancas y elegantes no exageradamente extravagantes, con hombros en rojo. Tenían bordados en dorados de flores de cerezo. Debajo llevaba una túnica roja, casi arce como las de Hua Cheng; su cabello estaba recogido en una alta cola con trenzas en ella, cayendo por su espalda con lo larga que era. Cadenillas de oro con forma de pequeñas mariposas adornándolo, y una pequeña corona con la forma de un cerezo acomodado como una horquilla. En la cintura yacía una faja roja y bordados dorados. De ella colgaban plumas blancas con borlas turquesas.

¡Sin duda alguna era un hermoso Príncipe Ángel!

—Su Alteza, Lord Wind Master —la voz de Hua Cheng hizo que Wei Ying regresara a la realidad.

Ambos individuos dentro del salón se voltearon en su dirección. Ellos tenían sus ojos abiertos en sorpresa. Pero solo el hermoso Ángel se acercó hacia padre e hijo con una mirada cariñosa y lágrimas en sus ojos. —San Lang....¿A-Ying?

Wei Ying miró a Hua Cheng, como esperando que le diera una respuesta. El hombre, solo rio leve. —Él es tu A-Niang, A-Ying.

El niño boqueó adorablemente, antes de volver hacia Xie Lian. —¡NiangNiang, A-Ying vino a hacerte feliz!

En menos de un segundo Wei Ying estaba en los brazos de su A-Niang. Este último, abrazó al infante entre lágrimas besando una y otra vez sus mejillas y cabeza; era claro que en cualquier momento se iba a derrumbar por las fuertes emociones. Sin embargo, ahí estaba Hua Cheng para sostenerlo y evitar que cayera.

Fue de esa manera por un largo tiempo. El niño de ojos grises incluso había comenzado a darle palmaditas de consuelo a su A-Niang, cumpliendo su palabra de consolarlo para alegría de Hua Cheng; Xie Lian por su parte apenas lograba recuperar su compostura. Tener a su hijo de vuelta, sano y a salvo en sus brazos, fue uno de sus más grandes anhelos que no había tenido en años.

De pronto Wei Ying dejó salir una risita producto a las cosquillas en su cuello. Entonces se le ocurrió que podría usar aquello a su favor. El infante estaba decidido a hacer sonreír a su madre. —¡A-Niang es más hermoso en persona!

Hua Cheng sonrió ante ello. —Estoy totalmente de acuerdo con A-Ying...

—San Lang... —murmuró un lloroso Xie Lian con las mejillas calientes. Él se apartó para mirar el rostro de su hijo; sonrió ampliamente, al encontrarse ya con la sonrisa del menor; este último supo que en su A-Die tenía razón; sacó su sonrisa de su A-Niang—....¿cómo estás, A-Ying?

—¡A-Ying ya no tiene frío ni hambre! —exclamó felizmente, ignorando el dolor causado en los corazones de sus padres; pero ellos no se atrevieron a mostrarles a su hijo lo mucho que les afectó esa respuesta. En su lugar, se encargaron de llenarlo de besos por sus regordetas mejillas.

Momentos después, recordando que contaban con la presencia de un visitante, la pareja se trasladó con su hijo dentro del salón para sentarse en el gran sitial. Ahí, Shi QingXuan quien ya conocía la historia como todos del hijo de ambos Dioses, estaba feliz de que hayan recuperado al fin al niño perdido. De hecho, él había sido también participe de la incansable búsqueda.

Se presentó a Wei Ying como su shenshu, ya que es tanto esposo como esposa de He Xuan. A quien Hua Cheng, nombró como shushu de A-Ying.

Entonces poco a poco comenzó a enterarse de que tenía muchos tíos. ¡Wei Ying pensó que era el mejor día de su vida!  













Nota: ¡He Llegado! ¡lo prometido es deuda mis Chikis!

Como al fin logre hacer una portada que me convenciera, ¡Decidí subir de inmediato el primer capítulo de una nueva loca idea!

¿Qué les pareció?

Como usé una vez la idea de Cangse y Changze siendo padres efímeros de WiFi, opté por hacerlo de nuevo ajskskskkd...con una historia más loca de fondo xD

Ahora nuestro bebecito tendrá una mejor vida 🤧 se prepará desde pequeño para ser el más perrón de todo el mundo de la cultivación ya verán 😎👌🏻

Por cierto, ¿alguna vez dije si es que acaso, uno de mis mayores sueños era  que el nombre de A-Ying fuera "Hua Ying" "Hua WuXian" "La Flor Sin Envidia"? ¿No? Pues, entonces se los digo ajsjjsjskskskd...😏

¡Eso es todo! ¡By-Bye!~🏳️‍🌈✌🏻

המשך קריאה

You'll Also Like

507K 81.2K 34
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
8K 1.1K 46
okey mí idea es hacer algo que tenga drama, romance, y así pues no se veré que sale de mí cabecita espero les guste, los personajes no son míos,por s...
318K 24.6K 53
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
361K 43K 26
Post-Canon. Cuando todo debería mejorar, el mundo de la Cultivación sigue experimentando las secuelas de los crímenes de Jin GuangYao. Lan XiChen se...