¡Wifi compartido!

By KatQuezada

21.1K 3.3K 2K

Capítulos extras de "No desconectes el internet". More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 3

Capítulo 2

4.2K 642 619
By KatQuezada

Kyle me acompañó hasta casa, su padre utilizó la patrulla para llevar a la comisaria al ladrón, y encargó a su hijo que me no me dejara sola en la calle, por esa razón caminamos juntos.

El regreso era incómodo, pero no silencioso. Las botas que usaba Kyle eran exageradamente escandalosas cada que daba un paso, supongo que era por el metal que estaba añadido en el zapato.

Sentía la necesidad de hablar para olvidar ese sonido:

—Se parecen a las botas de Woody de Toy Story—mencioné en automático, y pensé en Dean. El diría una frase como esa, siempre aludiendo a una película infantil. Creo que, al pasar mucho tiempo con él, se me queda grabada su forma de hablar.

Kyle soltó una carcajada, bueno, al menos la conversación no se tornaría seria.

—¿Tú crees? —alzó un pie, dejando ver la suela de su zapato—, No lo creo, no dice Andy.

—Es una lástima, creí que eran idénticas—seguí su juego.

Kyle ladeó la cabeza y agregó: —Oh, mira, pero sí tiene dueña. Dice Nicole.

Me tomó por sorpresa y paré en seco, relamí mis labios, el coraje que los habían secado.

—No puedes pasar cinco minutos sin coquetear con nadie, ¿verdad? —lancé una mirada retadora, realmente me molestaba sus indiscreciones—. No te confundas, solo estaba siendo amable, me siento agradecida por salvarme hace rato. Es todo.

—Pero Nicole....

—No, cállate—interrumpí de manera brusca—. Estoy con Dean, debes respetarlo.

—Él ni siquiera te hubiera protegido como yo lo hice...

—Por supuesto que sí.

Kyle resopló enfadado:

—Seguramente se hubiera desmayado en el primer golpe, o tal vez sangraría y se tiraría al suelo,  es lo único que sabe hacer: dramatizar...

—¡Basta! —alcé la voz—. No voy a permitir que hables así de mi novio.

—Bien—se encogió de hombros—, solo dije la verdad.

Achiqué los ojos en forma de desprecio.

Es cierto que Dean no era un gran atleta y que al correr se le iba la respiración como un anciano, pero eso no le restaba coraje para sacar lo mejor de sí mismo si me encontrara en peligro.

Por Dios, él ya ha tenido un enfrentamiento con arma de fuego, y solo por salvar a Wifi. Obviamente arriesgaría la vida también por mí.

El resto del camino no hablé con Kyle, la buena noticia es que no duró mucho tiempo, solo estábamos a una cuadra de mi casa.

Quise despedirme antes para evitar que entrar a casa, pero él insistió neciamente en acompañarme hasta la puerta. Y mi temor a generar más problemas estaba latente.

Al empujar el cerrojo de casa encontré rápidamente a mis padres, y a Dean en la sala. Todos daban la impresión de preocupación y ansiedad; Madre tenía sus manos enlazadas y pegadas a su boca, como si hiciera una plegaria. Padre se rascaba el cuello con frustración. Dean deslizaba sus dedos y los enredaba en sus preciosos rizos, mientras mecía su cuerpo.

Cuando voltearon a verme, sus expresiones cambiaron para bien, la paz y tranquilidad abundó en la habitación. Todos se levantaron para acudir a mi presencia y pedirme explicaciones.

Kyle seguía a mi lado, entonces él relató a mis padres el intento de robo. De cierta manera eso aminoró los regaños y cargos que pudieran decirme.

Mientras ellos hablaban enfrente de mí, Dean me rodeó con sus brazos como un niño pequeño que tenía miedo, pero en realidad era preocupación, recargó su cabeza en mi pecho y cerró los ojos.

—Sentí que mi corazón dejaba de palpitar sin ti—dijo en bajito—, y necesitaba escuchar el tuyo para sentirme vivo de nuevo.

Aquello solo aceleró más mis pulsaciones. Entonces me dediqué a acariciar con dulzura su sedoso cabello. Iba a decir unas palabras de aliento cuando mamá interrumpió:

—Ana Elizabeth Nicole, ¿cuántas veces te he dicho que, si te roban el celular, no vayas tras él? Es algo material, se puede reponer después—su tono sonaba protector.

—Y la vida no—argumentó papá—, te prohíbo salir sola, no te arriesgarás más.

—Podría acompañar a Nicole a los lugares que quiera ir, mi padre es policía, y sé también técnicas de defensa personal, no tengo problemas de pasar tiempo en su casa dándole clases—dijo con mucha seguridad Kyle.

— ¿Ah? —pronunció Dean.

—Gracias, pero no—se apresuró a decir mamá—. Nicole está castigada, y se quedará en casa hasta nuevo aviso.

Está bien, no necesito salir si tengo internet en mi habitación, y mi novio vive al lado de mí.

—También le decomisaré el celular, necesita aprender la lección—habló papá.

Ay, no. Estaba a punto de quejarme.

Y Dean buscó mi mano para decirme:

—Está bien, yo te puedo prestar mi celular, no es el mejor modelo, pero es trabajo honrado.

—Mi amor...—sonreí—, quédatelo, no lo necesito si tengo a ti.

—Tampoco verás a Dean—replicó mamá—, te dije que estás castigada.

—¿Ah? —el desánimo inundó los ojos de Dean—, ¿Y por qué me castigan también a mí? Se supone que era a Nicole...

—Tal vez los padres creen que cierto novio no es suficiente —tosió Kyle.

—¿Por qué sigues aquí? —preguntó desconcertado Dean.

—¿Por qué sigues aquí tú? —le devolvió la pregunta Kyle.

Mamá se cubrió el rostro.

—Creo que es hora de que ambos se retiren—anunció papá—, ya oscureció, y no quiero que nadie más llegue a casa a preocupar a su familia.

—Yo puedo quedarme más tiempo, no tardo nada en llegar a casa—sonrió mi novio.

—Dean—mamá pestañeó—, mi esposo quiso decir que esto se debe arreglar entre familia nada más.

—¿Y yo ya formo parte de...?

—¡Largo, Dean!

Dean se sobresaltó por la voz fuerte de mi padre y respondió con un "Sí, señor". Acto seguido se dirigió a la puerta.

Kyle salió sin replicar, y noté en su rostro cómo disfrutaba la situación.

Rodé los ojos, tenía más problemas que sueños en la vida. Mientras mis padres amonestaron hasta el cansancio, yo solo tenía en la cabeza una cosa: Esperaba que Dean no me hiciera una escena de celos por Kyle. Estaba pensando en soluciones.

Al final mis padres me mandaron a la habitación, mientras ellos hacían cuentas abajo, además de arreglar lo del carro que se llevó la grúa.

Subí a mi recámara arrastrando los pies, el estrés y el cansancio estaban acabando conmigo. Me dejé caer al borde de mi cama y busqué a Wifi entre las almohadas, giré en busca de su pelaje, y nada. No estaba el colchón, tampoco en la caja de maquillaje, ni en la laptop, tampoco en el rascador... no estaba en ningún lado.

Genial, mi gata sale a la calle más que yo.

Caminé rumbo a la ventana, deslicé el vidrio y llamé con voz no muy alta a Dean. Tenía su luz prendida.

Él no respondió, seguramente tenía los audífonos puestos. Entonces me desesperé y desconecté el internet de mi recámara, de todas formas, yo no tenía celular, así que no importaba.

Segundo después Dean apareció en su ventana.

—Hey, ¿desconectaste el internet?

—Tuve que hacerlo, no me hacías caso de otra forma—crucé los brazos.

—Perdón, estaba escuchando música—elevó sus manos—, mientras pintaba un cuadro.

—¿Has visto a Wifi?

—Sí, está aquí, aparte de ser actriz, es mi modelo. Luego te enseño cómo queda su pintura.

—Vale—me encogí de hombros—. Dejaré la ventana abierta para que entre a dormir cuando acabes.

—¿También puedes dejarla abierta para mí? —Dean recargó los codos en su ventana.

La pregunta hizo temblar mis pies, y retrocedí dos pasos. ¿Escuché bien? ¿Dean que-ría ve-nir a mi recámara de no-che?

—Ammmh...—no supe sostener una idea, tenía nervios—, tú no eres un gato, Dean.

Pareció meditar las palabras, y después de unos segundos agregó:

—Cierto—, enderezó su torso—. Nos vemos, Nicole.

Ay, no. Me llamó por mi nombre.

Abandonó la ventana y quedé mirando al vacío como si fuera una computadora procesando la información y reiniciándose sin pedírselo.

—Oye—volví a llamarlo—. ¿Estás molesto conmigo?

—Nop, ¿por? —respondió sin asomarse.

—¿Entonces por qué no te dejas ver?

—Háblale a la pata—y una patita peludita apareció en escena, era de Wifi—, es divertido.

Solté una risa, y meneé la cabeza.

—Oh, patita de los dioses gatunos, ¿me permite ver a Dean?

—Lo siento, se encuentra ocupado—agitó la patita.

—Pero me escucha en este momento.

—Sí, algo así—de nuevo agitó a wifi.

—Entonces lo diré rápido y sin filtros: ¿Dean está celoso?

Wifi ya no se prestó más al juego, al fin y al cabo, era una gata, entonces su patita esponjada sacó sus filosas garras y rasguñó la muñeca de Dean.

—Auch, no—apareció Dean sobándose la mano, después de soltar a Wifi—. Estoy bien.

—No parece, te siento distante respecto a lo de Kyle...

—Oh, eso —sonrió Dean—. ¿Por qué estaría celoso si lo que más me importaba era que nada malo te pasara?

Miré su rostro, no parecía mentirme.

—¿Entonces no te molestó que él haya venido conmigo?

—Si yo no estuviera presente, no me molestaría que alguien más te cuidara y protegiera. Sin importar que sea otro hombre, prefiero tu seguridad—anunció con voz suave—. Moriría si te sucediera algo.

Una parte de mí suspiró aliviada, aquellas palabras eran tiernas y bonitas. Otra parte de mí no podía creerlo, había jurado que pelearíamos por culpa de mi ex novio.

—Claro, me encantaría ser yo siempre ese hombre—aseguró—. Pero si en algún momento no estoy a tu lado, no había problema. Agradezco que Kyle estuviera ahí.

—Me siento rara—admití sin pensar—. No esperaba estas respuestas, en mi cabeza tenía todo un guion para decirte por qué no deberías estar celoso... O sea, había preparado hasta la saliva que iba a ocupar para hablar sobre eso. Y no necesito nada.

Dean volvió a recargarse en el borde de su ventana, y comenzó a columpiar sus brazos de forma divertida.

—Pequeña, Boo. Cuando estás en una relación sana, los problemas no surgen por celos.

—Tienes razón—mis pasadas relaciones sentimentales eran bastantes tóxicas, en especial con Kyle, existían mucha desconfianza, había peleas por celos, él era bastante posesivo, y terminó engañándome múltiples veces. Tuve que ir a terapia porque seguía dañándome aun cuando no estábamos juntos.

Con Dean todo era distinto. Con él era más sencillo reír hasta llorar, reír hasta que el estómago doliera. Mientras más lo pensaba, más me convencía la idea de que estaba con la persona correcta. Por fin, por fin estaba con quien realmente me quería.

Él era tan sensible, tierno, inocente, divertido, comprensible, juguetón, cariñoso...

Si sumaba todos los puntos, esto quedaría así:

Marcador de puntos: Nicole [0] Dean [100]

Estoy enamorada, señores y señoras.

—En una relación todo se trata de un voto de confianza—concluyó así Dean, y mi corazón estaba de acuerdo con el suyo—, me lo enseñó Laila.

Había olvidado que Dean era un idiota. De pronto mi sonrisa se convirtió en una mueca.

Marcador de puntos: Nicole [0] Dean [-100]

—Repámpanos, ya lo arruiné, ¿cierto? —comenzó a reaccionar el idiota.

Preferí que mi mirada le respondiera su pregunta.

—¡Chispas! ¿Podemos olvidar los últimos segundos de la conversación?

—No—apreté la quijada.

—Ammmh, ¿si finjo estar celoso podemos estar a mano?

—No.

Dean se rascó el cuello, motivo de los nervios.

Mientras él pensaba cómo arreglar sus palabras, me dediqué a cerrar los ojos y meditar contando del 1 al 100, intentando calmar el hecho de que había mencionado a su ex novia como un ejemplo a seguir.

1... Lo quiero matar.

2... Comenzaré estrangulando su cuello....

23... Sigue siendo un idiota

47... Calma, Nicole, calma

85... Es un descerebrado.

100... Pero así lo quieres.

Abrí los ojos, y Dean se alejó de mi vista. Ya no estaba en su ventana.

—Huiste, canalla—le dije al viento—, pero te encontraré, estoy segura.

•••

Eran las dos de la mañana y Wifi no regresaba a casa, me sentía como una mamá preocupada, no podía dormir, en la cama solo daba vueltas de un lado a otro.

Volví a revisar mi ventana, la luz de Dean seguía encendida, Wifi seguía con él. Entonces regresé a recostar, intentando por milésima vez, conciliar el sueño.

Suspiré y me envolví en las cobijas. Una vez tapada comencé a dormitar, pero un sonido no pudo pasar desapercibido de mi oído.

Asustada me senté de golpe, Dean había disparado por la ventana una hoja envuelta en una piedra. Claro, para llegar a su destino, es decir, a mis pies.

Desdoblé la hoja y no alcanzaba a leer con la luz de la luna. Tuve que prender la luz de mi lámpara de buró.

Tienes dos opciones:

1. Salir conmigo a la azotea. Llevo provisiones de comida, mantas, linternas, y muchos besos que guardo para ti.

2. Seguir enojada conmigo, quedarte en casa, e imaginar que esta piedra es una bomba. Morirás.

Tienes cinco segundos para pensarlo, o este mensaje de autodestruirá.

Te ama, Dean.


Sonreí como tonta, y emocionada salí de la cama, no importaba si llevaba un pijama corto, Dean había mencionado que me acobijaría.

Por otro lado, eran las 2 am de la mañana, mis padres estaban dormidos y no descubrirían que subí a la azotea a ver a mi novio.

Estoy lista para hacer travesuras con Dean.



---------

n/a: Hello, everybody 7u7r, ¿Qué tal el capítulo, eh? ¿Alguien se quedó con ganas de más?

Los espero en mi Instagram, para hablar más al respecto. Estoy siendo muy activa en esa red social, en especial por la publicación de No desconectes el internet en físico. Y en general, respondo todo lo que comenten en historias, comentarios, mensajes, etiquetas, etc.

Recuerden que a las editoriales les gusta que exista apoyo por parte de los lectores, entonces, si siguen hablando de NDEI, da más oportunidades a que llegue a más países el libro. Por eso les pido de esa manera apoyo.

Muchas gracias por leer y seguir aquí. Estamos creciendo en lo alto, y estoy sumamente agradecida. Los amo

Continue Reading

You'll Also Like

18.5K 972 33
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...
173K 9.6K 26
Un internado en suiza no sonaba nada bien, pero era la petición de su madre fallecida. Brook tiene que olvidarse de su vida en Londres y comenzar un...
29.9K 3.6K 15
A Cole Monroe no le gusta llamar la atención, es algo que aprendió en la cárcel. Acaban de concederle la libertad condicional y tiene muy claro que n...
50.4K 4.9K 19
Eliza Jones y Stella Lambert son el prototipo de: "personas correctas en el momento equivocado", pues sus vidas habían coincidido en preparatoria, cu...