Filoaster | JJK [+21][✔] ©

By TheParkss

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𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 #𝟭 || Por la universidad se había corrido el rumor de que Jungkook tenía un pene pequeño, y él no... More

|Prólogo|
|Cap ₁|El chico de las gafas.
|Cap ₂|¡Ey, Jungkook!
|Cap ₃|Hombres Jeon.
|Cap ₄|Solos.
|Cap ₆|Hechos imprevistos.
|Cap ₇|El viaje.
|Cap ₈|¿Sientes esa química?
|Cap ₉|Tú no lo quieres.
|Cap ₁₀|La luna está hermosa.
|Cap ₁₁|Cállame.
|Cap ₁₂|Polvo de estrellas.
|Cap ₁₃|El beso.
|Cap ₁₄|Pídemelo.
|Cap ₁₅|Estoy celoso.
|Cap ₁₆|Las estrellas escapan.
|Cap ₁₇|Todo es una mierda.
|Cap ₁₈|Nuestra mentira.
|Cap ₁₉|Nuevas sensaciones.
|Cap ₂₀|"Hace dos horas".
|Cap ₂₁|La cena.
|Cap ₂₂|¿Qué sucedió ayer?
|Cap ₂₃|Verdades.
|Cap ₂₄|Bésame, cuando tú quieras.
|Cap ₂₅|Trátame duro.
|Cap ₂₆|Persona que ama las estrellas.
|Cap ₂₇|Fogosidad.
|Cap ₂₈|Por ti.
|Cap ₂₉|Todos mienten.
|Cap ₃₀|Charlas.
|Cap ₃₁|¿Estás loco?
|Cap ₃₂|Avísame si te duele.
|Cap ₃₃|¿Y qué?
|Cap ₃₄|Confusiones y sorpresas.
|Cap ₃₅|La confesión.
|Cap ₃₆|El cumpleaños de Agustín.
|Cap ₃₇|Repítelo por favor.
|Cap ₃₈|Lo juro.
|Cap ₃₉|La cita.
|Cap ₄₀|En busca del calor.
|Cap ₄₁|Más que una conversación.
|Cap ₄₂|Decisiones cuestionables.
|Cap ₄₃|Aquel correo.
|Cap ₄₄|Nos vemos luego.
|Cap ₄₅|Jennifer Moore.
|Cap ₄₆|Estrella.
|Cap ₄₇|Pedir un deseo.
|Cap ₄₈|Hacer el amor.
|Cap ₄₉|La verdad.
|Cap ₅₀|Una carta de...
|Cap ₅₁|Arte.
|Cap ₅₂|La casa del lago.
|Cap ₅₃|¿Kookie?
|Cap ₅₄|Filoaster.
|Epílogo|

|Cap ₅|Bajo la lluvia.

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By TheParkss


—¿Puedo decirte algo? —preguntó él.

—¿Me dirás tu mayor secreto?

Jungkook sonrió, volteando a verme, entonces negó con la cabeza.

—Quiero tatuarme —dijo.

—¿Qué te impide hacerlo?

—Mi padre, él quiere que sea alguien dicho de ser llamado como el hijo del rector —respiró con profundidad, como si estuviera cansado—. No puedo meterme en peleas ni murmullos, eso afectaría su imagen.

—¿Así como el rumor sobre ti?

Él me miró, un poco alarmado.

—¿Cómo sabes eso?

—Lo escuché por ahí —desvié la mirada.

Había metido la pata.

—Da igual, después de todo es un rumor —lo vi levantar las cejas, con los ojos en el cielo, y dejar su antebrazo bajo su cabeza, usándolo como almohada.

—¿Y no te molesta?

—¿Qué cosa?

—Ese rumor.

—No.

Sus palabras fueron cortantes, por lo que deducí que no querría hablar más del tema. Después de todo, charlar sobre sus problemas personales con casi una extraña, no es la mejor de las ideas, ¿no?

—¿Qué crees que estén haciendo nuestros padres ahora? —hablé después de un largo silencio.

—Follando, ___ —rio un poco.

—Qué puto asco —también reí.





•••





Empecé a sentir pequeñas gotas cayendo sobre mi cara, fruncí mi ceño, no quería abrir los ojos, aún tenía sueño.

—Cinco minutos más, mamá... —dije adormilada.

—Sí, mamá, cinco minutos más... —dice una voz detrás de mí.

Una voz varonil y ronca.

Abrí mis ojos con grandeza al sentir una mano rodeada a mi cintura y un pecho fornido apegado a mi espalda, además de algo duro junto a mi trasero.

Me levanté de la cama enseguida, notando que estaba lloviendo cada vez más fuerte, y Jungkook y yo nos habíamos quedado dormidos en la terraza.

¿Cómo había pasado eso?

Mi ropa estaba empapada, al igual que mi cabello. Jungkook se encontraba igual, y aunque la lluvia caía y caía sobre su cuerpo y el mío, él no despertaba.

—¡Jungkook! —me arrodillé sobre la cama y empecé a sacudir sus hombros—. ¡Está lloviendo!

—Quiero una lluvia de hamburguesas, mami... —dijo él, con los ojos cerrados.

—¡No soy tu mami! —seguí sacudiéndolo.

—¿Qué? —comenzó a abrir los ojos.

—¡Hay que entrar!

—¡Mierda!

Él saltó de la cama ágilmente y comenzó a correr junto a mí a la puerta de vidrio que nos llevaba a su cuarto. Antes de llegar, mis pies se resbalaron con lo húmedo del suelo, intenté agarrarme de la camiseta de Jeon, y así fue cómo los dos caímos al piso alfombrado de su habitación.

Él a mi lado, con la respiración agitada. Estábamos completamente mojados.

—Eso estuvo... —comencé.

—Genial —terminó por mí.

Él volteó a verme, con una sonrisa pegada al rostro, sus cabellos castaños se pegaban a la piel de su rostro.

—Pero se supone que hoy no debía llover —dije.

—Me gusta la lluvia.

—Ya, pero a la ropa que elegí para hoy, no.

—¿Qué trajiste?

—Un vestido.

Jungkook hizo una mueca, se sentó sobre el suelo y me miró.

—Puedo prestarte ropa.

—Eso no estaría bien.

—¿Por tu novio? —dejó de verme, y se levantó del suelo.

—No completamente.

—Es sólo ropa, ___, y está lloviendo.

—Tampoco creo que me haga mal salir con vestido —me levanté también.

—Te pondrás mi ropa, no hay que discutirlo —fue a su al parecer armario y lo abrió.

—Tus amigos conocen tu ropa, pensarán...

—No sabía que eras de las que le importa lo que piensen los demás —buscaba prendas.

—No lo soy.

—No lo eres, pero te acompleja usar mi ropa —lanzó una camiseta a su cama.

—Nunca dije que me acomplejada.

—¿Entonces? —ahora lanzó un pantalón negro.

—Sólo creo que sería incorrecto.

—¿Por qué? —caminó hacia mí con una chaqueta gruesa—. ¿Porque pensarán que hemos follado?

—Tal vez, además, tal vez puedas llevarme a casa para ponerme otra cosa.

—¿Ya viste la hora?

—¿Hora?

—Mira detrás de ti.

Lo hice, noté el reloj negro que tenía Jungkook pegado a la pared, eran las nueve y media de la mañana.

—¡Mierda! —grité.

—Tengo clases en cinco minutos.

—Y las mías empezaron hace media hora —tragué saliva, asustada.

—Tranquila, no pasa nada.

—¡Voy en primer año!

—Y mi padre es el rector, sólo deja hacer una llamada —me pasó la chaqueta, fue a su cama y tomó su móvil—. Hola, sí, soy Jungkook, ¿mi padre aún no ha llegado al establecimiento? Oh, ya veo, entonces necesito que me haga dos pases para justificar la asistencia de Lee ___ y yo. Claro, envíelo a mi correo, lo imprimiré aquí. Gracias, ah, y mi padre no necesita saber sobre esto —cortó la llamada.

—¿Así de fácil? —estaba asombrada.

—¿Por qué no te has vestido? —frunció su ceño.

—Carajo —tomé las prendas que me había dejado.




•••





Ahora íbamos en el auto, Jungkook manejaba, yo iba de copiloto, un poco nerviosa.

Los pantalones me quedaban anchos, también la chaqueta. Él me había pasado unos botines, y aunque yo sí había traído zapatos, Jeon dijo que éstos me protegerían mejor de la humedad.

La camiseta me llegaba hasta casi la mitad de mis muslos.

No nos duchamos, porque en realidad no nos alcanzó el tiempo. Sólo nos peinamos el cabello, ni si quiera lo secamos.

Aunque, después de todo, me encontraba calentita. Y por una gran parte había agradecido la insistencia de Jungkook.

—Al llegar, sólo debes mostrar tu pase de asistencia y te dejarán entrar —avisó el castaño.

—Muchas gracias —boté aire, moviendo mis manos sobre mi regazo.

—Tu novio no sabrá que haz dormido con otro chico, ___ —dijo—. Ya puedes dejar de estar inquieta.

—Fue un accidente.

—¿Haberte metido en mi habitación a media noche fue un accidente?

—Claro que lo fue.

—¿Entonces por qué lo hiciste?

Él estacionó el auto, apagó el motor y volteó a mirarme, con sus manos posadas en su regazo. Su cabello aún estaba húmedo, al igual que el mío.

Lo vi a los ojos un largo momento, hasta que dije:

—No lo sé, sólo sé que debo irme —fue lo único que respondí.

Abrí mi puerta y salí, dejando a Jungkook ahí, con su pregunta sin respuesta por mi parte. Aunque, en verdad, no existía tal respuesta.

Pude notar que varias clases ya habían terminado, por lo que decenas de estudiantes salían a su tiempo de receso.

Entre aquellas personas, pude notar a Namjoon, Yoongi y Jimin. Más atrás venía Min Ho, con su mochila colgando de su hombro, él sonrió al verme, sin embargo, aquella sonrisa se había borrado.

Frunció su ceño, y entonces, pude notar que ya no me veía a mí, sino a Jungkook, quien había cerrado la puerta de su deportivo.

Caminé a Min, él aún veía a Jungkook.

—Min Ho —tomé sus dos manos.

—¿Quién es él? —ahora fijó sus ojos en los míos.

—Es el hijo del rector, se ha ofrecido a traerme —abracé sus mejillas con las palmas de mis manos.

—Ayer me dijiste que...

—Sé lo que dije —asentí—. Hubo un problema y tuve que venirme con él.

—Tú... ¿dormiste con ése chico, ___?

—¡No, claro que no! —negué con la cabeza.

Mentirosa.

—¿Y esa ropa? No es tuya.

—Me la he comprado ayer por la tarde, con Yon, mi amiga.

Mentirosa.

—___, no me mientas, es como tres o cuatro tallas más grande que tú.

—Lo sé, y me encanta —alcé mis brazos y sonreí—. ¿Te gusta? —me acerqué más a él.

—Te ves muy linda —también sonrió, ahora rodeó sus brazos por mi cintura.

—Tú también, ¿te cortaste el cabello? —acaricié su nuca.

Necesitaba distraerlo del tema. Es verdad que entre Jungkook y yo nunca pasó algo, sin embargo, si Min Ho supiera que me quedé dormida junto a él, probablemente no creería que sólo platicamos.

—Estás más cariñosa de lo normal, ¿debería preocuparme?

—Deberías besarme —ladeé la cabeza.

—¿Sí?

—Ajá.

—¿Otra petición?

—También deberías salir conmigo este fin de semana, y pasar por mí a las seis de la tarde, para que yo pueda invitarte a cenar.

—¿Te incluye el menú? —rio un poco.

—Al final del día, podré ser tu postre si deseas —besé su mejilla.

—Acepto entonces —agachó su cabeza y besó lentamente mis labios, yo le seguí los movimientos.

Cuando nos separamos, pude notar a los hermanos de Yon sentados en unas bancas, ellos platicaban. Entre ellos se encontraba Jungkook, observándome a lo lejos, sin expresión, sólo me miraba.

¿Desde cuándo lo hacía?

Ni si quiera se molestó en apartar la mirada. Bajé la vista a sus manos, él había formado una en un puño, y no era la primera vez que lo encontraba haciendo aquella acción, que al parecer era automática.





•••





Al llegar a casa, me había duchado y vestido con unos jeans sueltos, una chaqueta gruesa y unos botines negros.

Bajé a la sala de mi casa, donde estaba mamá viendo la televisión.

—¿Tienes algo que decirme? —le pregunté, sentándome en un sofá.

—Lo siento mucho, en verdad lo siento, ___.

—Ya está, te entiendo, no pasa nada.

—En verdad lo siento. Sólo... —su vista cayó en alguna parte de una pared, y sonrió—. Sólo sentí que en aquel instante, estaba muy feliz.

—Y me alegro, en verdad me alegro —asentí y esbocé una sonrisa—. Pero no te perdonaré si me vuelves a dejar otra vez a cargo de un chico que apenas me lleva como tres años de edad.

—Creí que te habías llevado bien con Jungkook.

—Nos llevamos bien, pero tengo pareja, mamá. Si querías que pasara la noche a salvo, pude haberme quedado en casa de Min Ho.

—Tienes razón.

—Ajá, pero bueno, debo salir —me levanté de mi asiento—. Nos vemos en un rato.

—¿A dónde? —entrecerró sus ojos.

—A casa de mi nueva amiga, algún día la conocerás, es una chica muy linda y tranquila.





•••





—Como te decía, el sexo anal se siente rico después de unas cuantas veces —comentó Yon.

—Sólo te pregunté si Jungkook estará hoy.

—Ah, ¿preguntaste eso? Pues, creo que no, ¿por?

—Debo entregarle algo —dije, sosteniendo una bolsa entre mis manos.

—¿Le tienes un regalo? Ustedes hablaron bastante ayer. Mis hermanos no lo podían creer.

—Es simpático.

—Eso mismo dije yo, antes de cogerme a mi ex profesor de lenguas —hizo una extraña expresión—. Ahí descubrí que en verdad era bueno con la lengua, y no hablo de idiomas, aunque sí me hizo gritar en varios idiomas.

—¿Te follaste al profesor de lenguas? —entró Tae a la habitación.

—¡Toca al pasar! —le lanzó un zapato, aunque ni si quiera le rozó el cuerpo.

—Toca al pasar —imita su voz y se va.

—Bien —suspiré—, tomaré un taxi que me lleve a la casa de Jungkook.

—Los taxis no llegan a su casa —aparece Yoongi en la habitación, comiendo mandarinas, con su espalda apoyada en el marco de la puerta.

—Carajo —dije.

—Aunque por un beso puedo llevarte.

—¿Qué?

—Es broma —ríe—, pero si quieres no es broma —vuelve a su expresión neutral.

—Deja de intimidar a ___, Yoongi —ahora entra Jimin y me sonríe—. Yo puedo llevarte, totalmente gratis.

—¿Lo dices en serio?

—Claro, Jungkook y yo somos muy cercanos, hasta tengo el control de su portón y las llaves de su casa.

Y así fue cómo quedé sentada en el puesto de copiloto del auto de Jimin, éste era un deportivo de una cabina. ¿De dónde sacaban dinero los chicos de hoy en día?

—¿Le llevas un regalo? —preguntó.

—No, es sólo ropa —sonreí de boca cerrada.

—Oh, ¿ustedes durmieron juntos?

—No, claro que no. Él sólo me acogió una noche en su casa.

—Entiendo —prendió la calefacción.

—¿Sabes si Jungkook tiene visitas ahora mismo? No quiero interrumpir... —moví mis cejas y ladeé la cabeza— ya sabes.

—Oh, no lo sé —me miró un segundo—. No sé qué días hace el delicioso.

—¿Delicioso?

—Sexo.

—Oh.

—Pero tranquila, no creo que esté ocupado, si es que acaso tienes miedo de encontrarte con algo comprometedor.

—Sólo le dejaré esto y me iré —alcé la bolsa.

—¿Quieres que te espere? —preguntó, después de estacionarse fuera del portón y abrir el mismo con un control.

—No, tranquilo, ahí veo cómo me las arreglo. Muchas gracias por esto, en serio.

—Nos vemos luego, ___ —dijo.

—Adiós, Jimin —lo miré una última vez y salí.

La sonrisa del rubio era verdaderamente adorable.

Pasé por el jardín delantero, notando las hermosas flores, en su mayoría rosas rojas.

Llegué a la puerta principal, ahí toqué el timbre. Después de unos largos segundos, fui recibida por una risueña, linda y pequeña anciana.

—Oh, hola —sonrió y acomodó sus lentes—. ¿En qué puedo ayudarte?

—Buenas tardes, soy ___, he venido a dejarle algo a Jungkook.

—¿Es usted su novia? —su rostro se iluminó.

—Oh, no —negué enseguida—. Soy su... amiga. Sí, su amiga.

Tal vez aún no me convertía verdaderamente en su amiga, pero aquella palabra sonaba como la más correcta para referirme a nuestra clase de relación.

—Perdón por mi incoherente pregunta, puedes pasar, ___ —me hizo un lado en la entrada.

—¿Dónde puedo dejar esto? —le mostré la bolsa.

—Él está arriba en su habitación, puedes pasar si deseas.

—No, gracias, puede que no sea correcto —me negué amablemente.

Lo menos que quería, era cometer el error de ayer. Nunca debí entrar a su habitación, y no pienso mentirle a Min Ho otra vez.

—Estoy segura que mi nieto querrá ver a su amiga —volvió a insistir—. Él no ha bajado en un largo rato.

—Pero...

—Además —miró por una ventana de la entrada—, ha comenzado a llover de nuevo. Ve con él, prepararé chocolate caliente —me dio una palmadita en el hombro y salió de la sala.

Suspiré y maldije en voz baja, cuando vi la maldita lluvia volver a caer. Era sólo lluvia, y podía con eso. Con lo que no podía, era negarme más de una vez ante una amable anciana.

Comencé a subir escaleras arriba, hasta llegar al pasillo del segundo piso y encontrar la puerta de Jeon.

"La Kook".

—¿Qué haces aquí?

Había dicho una voz detrás de mí, cerré mis ojos con fuerza y volteé lentamente.

Ahí estaba Jungkook, frente a mí, vestido únicamente con un short, mientras que de su cuerpo entero caían gotas de sudor, desde su frente, a su cuello, y terminando por su maldito abdomen.

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Hasta el lunes, cuídense, les mando un abrazo 🐰


Gracias por leer 💖 Love u Parkmy's 🐰

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