¡Hola! Aquí les traigo el capítulo 5 :D
Poco a poco las cosas se irán poniendo más interesantes :)
Espero que os guste ^^
La foto del capítulo es de Kellan *^* (El peliblanco que es un cazador de sueños del grupo de Kriss)
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Tal y cómo acordamos, los dos fuimos a la universidad en la que estudiaba Kriss junto a los otros tres y nos quedamos esperándolo en la salida.
¿Porqué mierda teníamos que esperar a ese imbécil?
El mencionado no llegó hasta unos minutos tarde. Inesperadamente ni con Lisbeth ni con los otros dos chicos. Venía acompañado de una horda de chicas, aunque la diferencia, es que él no se veía tan interesado en la ‘’conversación’’ qué se supone que mantenían.
Seguro que el muy maldito estaba disfrutando de tanta compañía femenina. Pervertido…
Me quedé mirándolo con interés sin darme cuenta. Para mi desgracia, este se dio cuenta —quizá por culpa de algún poder suyo raro— y giró su rostro en mí dirección con rapidez. Me miró fijamente, de tal forma, que en mi mente quedaron grabados sus fríos ojos azules grisáceos. Me quedé tan tenso que inevitablemente, mis mejillas cobraron rubor.
‘’¿Porqué el rubor?’’
Kriss ni siquiera había abierto la boca para hablarme o hablar en primer lugar y aún así pude escuchar perfectamente cómo me había formulado aquella pregunta.
Eso no hizo más que empeorar la situación. Y con eso me refería a mi notable sonrojo.
Inmediatamente aparté mi mirada de él creyendo que eran imaginaciones mías.
‘’Te hice una pregunta’’.
Recalcó cada palabra con su voz grave y cambió su expresión a una amenazadora que me produjo un terrible escalofrío.
Nuevamente había vuelto a oír su voz en mi mente. ¿Acaso los venatum podían usar telepatía o algo parecido? Porqué otra cosa más no se me ocurría…
—Jet —me llamó Raine colocando una mano sobre mi hombro —. ¿Kriss te ha hablado a través de la mente?
Esta vez me quedé mirando perplejo a Raine. Aún no podía acostumbrarme a la idea de que Raine podía leerme la mente.
—Sí —farfullé.
—No te preocupes, no es nada malo, es común entre los venatum —explicó —. Será mejor que nos acerquemos a Kriss y no lo hagamos esperar.
Y así hicimos. Los dos no perdimos más tiempo y atravesamos la muralla humana de chicas para llegar a dónde estaba Kriss.
—¿Qué os lo qué queréis? —nos preguntó algo cortante.
—Jet quería que le explicaras las cosas un poco mejor. Ayer no es que estuviéramos en el momento correcto y en las circunstancias correctas como para explicárselo —se adelantó Raine.
Kriss suspiró agobiado.
—¿Qué es lo que no te ha quedado claro? —me miró con el semblante serio —. Te hemos explicado todo lo que deberías de saber, cuando ni siquiera estábamos obligados para hacerlo.
—Pero Kriss… ¡Teníamos que explicárselo! Después de todo… por nuestra culpa él también había sido arrastrado a ‘’La Nada’’.
—¿La Nada? —fruncí el ceño.
—Es el nombre que le hemos dado al escenario de tus pesadillas —contestó Kriss
—De eso mismo quería hablar exactamente… Kriss —empecé —. ¿Qué tengo que ver yo con todo esto?
Kriss se quedó mirándome sin saber qué decir varios segundos.
—No podemos hablar de esto delante de todo el mundo —señaló a las chicas Kriss —. ¿A dónde decíais que ibais?
Mierda. ¿Él también iba a venir?
Adiós a mi oportunidad de hacerme amigo del nuevo...
* * *
—¿Una cafetería? ¿En serio? —miró el alrededor de la cafetería y a mí sin poder creérselo Kriss.
—A mí me gusta —se encogió de hombros Raine.
—¿Qué? ¿Dónde supones que iba a traer a Raine? —cuestioné mirándolo mal.
—Sinceramente nunca esperé que fueras del tipo que frecuentara lugares tan… normales—arqueó una ceja Kriss —. Creí que más bien eras de los que iba a los parques y les arruinaba los castillos de arena a los niños —lanzó una carcajada y Raine se unió a él.
Alcé una ceja en un tic.
—Sé que tengo cara de matón, ¡pero eso ya es pasarse! —me quejé a voces rojo de la rabia y de la vergüenza.
—Realmente las apariencias engañan… —murmuró entre risas Kriss.
Eso debería decir yo…
Según Gerard… Kriss no era todo lo que aparentaba, ¿no?
—¿Podéis ya dejaros de burlas y empezar con las explicaciones? —pedí tosiendo incómodo.
—Quieres saber qué tienes que ver tú con todo esto, ¿cierto? —entrecerró los ojos y bebió de su café negro Kriss.
Irónico… había elegido precisamente el café negro. Negro como el color de su alma.
—Sí, eso es lo que he estado repitiendo desde hace media hora —contesté seco.
—Bueno, ¿Podéis dejar de discutir de una vez por favor? —pidió orden Raine exasperado.
—Cómo ya te dijimos ayer, no sabemos por qué razón exactamente eres tú la causa. Tan solo tenemos sospechas —me recordó Kriss y miró de reojo su reloj de mano cómo si tuviese prisa de irse cuanto antes—. ¿Alguna pregunta más?
Muchas más, tantas, que no sabía ni por dónde empezar.
—No vuelvas a usar lo de antes conmigo.
La telepatía esa de los venatum me había tomado desprevenido…
—¿Te asusté? —se le formó una sonrisa maliciosa en los labios.
—Pfft, claro que no —negué sabiendo que estaba mintiendo.
—Mentir no es una de tus habilidades… —dijo burlón.
—Cómo tampoco lo es ser un gilipollas, diría que más bien es la tuya —contraataqué con una media sonrisa.
Kriss me fulminó con la mirada.
—¿Si tan gilipollas dices que soy cómo es que me pides ayuda?
—No te la he pedido —le aseguré —. Es Raine el que me ha dicho que hablase contigo.
—¿Ah sí? Entonces que Raine sea el que te responda —espetó enojado de pronto y se levantó de la silla para irse, no sin antes dejar la taza de café en la mesa de un golpe.
¿¡Pero qué mosca le había picado ahora?!
—Os dije que dejaseis de discutir —me echó la culpa y lanzó un suspiro Raine.
—Me da igual que se haya ido… es más… ¡Me alegra que se haya ido! —exclamé.
—Sí, bueno, ¿Y cómo piensas que yo te responda? Hace tan solo un año que me volví un cazador de sueños.
—Bueno, deberías saber lo básico… —musité mirando para otro lado—. Raine… ¿Crees que sea humano?
Raine se quedó callado durante varios segundos.
—Sinceramente… no estoy seguro —se rascó la nuca—. Te ves como un ser humano corriente y no siento nada especial o fuera de lo común en ti, sin embargo, está el hecho de que eres el causante de las pesadillas asesinas en Heaven’s y el creador de ‘’La Nada’’. No eres un cazador de sueños ni tampoco un humano, ¿qué eres entonces? Es toda una incógnita para todos nosotros…
Eso me dejó con aún más dudas.
¿Entonces... realmente no era un humano? ¿Y tampoco era un cazador de sueños?¿Qué se supone que era?
Cada vez que intentaba descubrir algo, acababa aún más confundido que antes…
—Dejemos el tema, mejor… —suspiré resignado—. Nadie sabe nada aún y yo no hago más que confundirme… todavía más de lo que estoy. Más bien cuéntame sobre ti… ¿Porqué los venatum sois tan malditamente ariscos?
—¿Ariscos? —hizo media sonrisa divertido —. Yo diría que somos más bien precavidos y desconfiados…
—¿Porqué?
—Bueno… en mi caso, un rarito como yo nunca ha sido aceptado con los brazos abiertos por los demás —empezó a relatar —. O me temían, me llamaban mentiroso, me decían que me gustaba llamar la atención o me tachaban de loco. Siempre estaba solo hasta que un día alguien decidió ser mi amigo. No me tenía miedo y tampoco pensaba que algo iba mal conmigo, finalmente tenía un amigo que me aceptaba tal y cómo era. Básicamente todo iba bien hasta que un día la feliz mentira que estaba viviendo terminó. Un día de repente, me dejó de lado sin explicación alguna y me empezó a tratar cómo todos los demás. ¿Mi supuesto ''amigo'' me había ilusionado para su propio disfrute? Quizá…
Me quedé sin saber qué decir.
Ahora entendía por qué Raine era cómo era.
No quería acercarse demasiado a nadie para que no le ocurriese lo mismo otra vez…
No quería volver a terminar lastimado.
—Bueno… en mi caso, puedes leerme la mente para saber que verdaderamente quiero ser tu amigo, Raine —sonreí ladeado.
—Lo sé —me devolvió la sonrisa más débilmente —. Por eso mismo te he contado todo esto y también porqué no dejabas de repetírtelo una y otra vez en tu mente. Me estaba molestando tu molesta voz.
Mi sonrisa se esfumó en ese instante.
¿Por qué tenía la manía de estropearlo todo siempre?
—¿Y por qué Kriss…? —murmuré parándome en seco al darme cuenta de lo que iba a preguntar.
—¿Qué? —preguntó no entendiendo a que me refería.
—Nada, no es nada.
¿Por qué acaso iba a querer saber sobre ese tarado?
Ese habría nacido así de idiota seguramente…
—¿Quieres quedarte un rato más o nos vamos ya? —retomé la palabra.
—No, gracias —negó —. Ya podemos irnos.
—Entiendo… —asentí un tanto decepcionado —. ¿Quieres que te lleve a otro sito o quieres que ya regresemos a casa?
—Ya… es tarde —pausó —. Será mejor que nos vayamos.
—¿Sabes dónde estás acaso? —pregunté extrañado.
¿Cómo iba a volver a volver a casa solo si nunca antes había estado por aquí?
—Me las arreglaré —aseguró con una sonrisa triunfal y se retiró de la cafetería —. Hasta mañana, Jet.
—Hasta mañana... Raine —enarqué una ceja y me despedí de él con la mano.
Había llegado a conocer a Raine un poco más, pero todavía no lo suficiente.
Aún era algo retraído y mantenía su distancia conmigo...
Y otra cosa no dejaba mi mente tranquila... ¿Cómo se había hecho aquella cicatriz en la ceja izquierda?
* * *
Estaba a tan solo unos pasos de entrar a casa, hasta que noté la presencia de alguien más. Alguien que estaba detrás de mí. Lo curioso de todo es que no parecía que acabase de llegar.
Es cómo si hubiese estado esperándome…
Di unos pasos hacia atrás y caminé hacia dónde se encontraba la persona.
Kriss.
¿Qué hacía este aquí?
—¿Me echaste de menos? —preguntó con una sonrisa cínica.
—¡Llore por días enteros! —dije irónico—. ¿Qué haces aquí?
—Solo estaba de paso —se excusó.
—Eh… claro… y yo me llamo Horacio —rodé los ojos sarcástico.
—Vale, me has pillado —admitió sin pudor —. En realidad, he venido a decirte algo.
—Pues espero que sea una disculpa por… —pausé —. ¿Por dónde empiezo siquiera? Por cómo te has comportado conmigo desde que nos conocimos, ¿quizá? —seguí con el sarcasmo.
—Si esperas oír unas disculpas de mis labios será mejor que esperes sentado —contestó burlón.
—¿Qué coño quieres entonces? —bufé.
—La gacela nunca debería perseguir al león si no quiere terminar cazada —dijo con voz atronadora y se acercó tanto a mí y a mi rostro que di un respingo.
¿Con gacela se refería a mí? ¿Qué tenía pensado hacerme exactamente?
—¿A qué diablos te refieres con eso?
—Es simple, Creed. Deja de meterte en asuntos que no te conciernen —volvió a mirarme con su mirada amenazante —. Y con eso me refiero a que dejes de intentar indagar en nuestras vidas y en nuestros pasados. Más aún en la mía. No es de tu incumbencia.
Tragué saliva con amargura.
No lo hacía con mala intención.
Tan sólo… tan sólo quería conocerlos mejor…
—¿Acaso me estás negando el derecho de averiguar qué diablos soy y que tengo que ver con todo esto? —vociferé incrédulo.
—No. Claro que tienes todo el derecho e incluso nosotros te vamos a ayudar en eso. Simplemente mantén las distancias. Sobre todo con Raine —murmuró esto último —. Es más… si tantas ganas tienes de descubrir lo qué eres… te propongo algo.
¿Proponerme algo?
—¿Proponerme el qué?
—Que estés siempre con nosotros cuando tengamos que ir a ‘’La Nada’’ —dijo finalmente.
—¿Cómo? Si yo mismo sufro de las pesadillas. No podría ir con vosotros.
—Creed… estás subestimando el poder de un cazador de sueños… —sonrió y sacó algo de su bolsillo —. Ten —me entregó un colgante con las iniciales de ‘’H.E’’
Analicé el objeto a fondo. Era un collar común y corriente, excepto por las curiosas iniciales que tenía.
—¿Qué significa ’’H.E’’? —quise saber.
—Son las iniciales de mi familia; Hunter Evermore —informó—. Con ese collar estarás protegido de las pesadillas. Es decir, no tendrás ninguna.
¿Iba en serio? ¿Realmente no iba a tener ninguna?
—Póntelo esta noche. Te aseguro que lo necesitarás.
—¿Por qué lo dices?
—Porqué te necesito.
Por alguna estúpida razón, enrojecí violentamente al escucharle decir eso, provocando una fría carcajada de parte de Kriss.
—No me malentiendas. Me refería a que te necesitaba para esta noche por el tema de las pesadillas. Bastará con solo tomar mi mano para teletransportarte a ‘’La Nada’’ tú también.
Espera un momento... ¿Su mano? ¿Porqué no había mencionado a los demás?
—¿Tomar tu mano? ¿Y los otros? —pregunté extrañado.
—Ellos ya están ocupándose de otra pesadilla.
En otras palabras… Kriss y yo… solos en una misión semi-suicida. Al menos en mi caso.
Puta vida…
—¿Aceptas ir o no? No es que te vaya obligar... aunque ten en cuenta que sí puedo --me recordó divertido.
—No tengo de otra… —di a entender que accedía—. Es lo único que puedo hacer para intentar averiguar qué tengo que ver yo con todo esto de las pesadillas.
Porqué después de todo, cuando yo mismo tenía la pesadilla, siempre, sin fallar, volvía automáticamente de vuelta a la realidad.
Cuando era por el otro método desconocido para mí, sin embargo, podía quedarme cuánto quisiera.
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Por fin se descubre algo del pasado de Raine(?) Pobrecito ;u; Necesita consuelo ( ͡° ͜ʖ ͡°) okno
Kriss acosador ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Por otra parte... Jet y Kriss irán solos a ''La Nada'' ¿Qué creen que pasará? ( ͡° ͜ʖ ͡°) okno x2