Resulta que me llevaba horrible con Ainara.
Si juntas a dos personas con problemas para comunicarse no esperes una amistad trascendental, con suerte pude preguntar cómo estaba y ella sólo respondió: bien.
Todo fue silencio después.
Sus ojos iban a cualquier lado menos a nosotros, pero era amistosa.
—Tengo problemas para comunicarme con otros, lamento eso.
Yo asentí.
—Está bien, no tienes que pedir disculpas.
Ainara habló inmediatamente luego de oír mi voz:
—Mi afección afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación. El trastorno también comprende patrones de conducta restringidos y repetitivos.
Black sonrió un poco.
—Si bien no existe una cura, un tratamiento intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchos niños, como Ainara.
La niña que tenía la edad de Aidan nos sonreía de forma cálida, se sentía lejana pero dulce a la vez. Era un cariño que desprendía del cuerpo y te lo hacía sentir sin ni siquiera tocarte.
—¿Eres como yo?
Negué suavemente.
—Creo que tú eres única.
Aidan se acercó a ella lentamente.
—Nara, pregúntale.
—No quiero incomodarla.
—Oh vamos, es divertido ver cómo se les cae el falso semblante de tranquilidad. Luego podemos reírnos de ellos a sus espaldas.
Ése niño.
Ella miró mis zapatos y luego dio una rápida vista hacia todo mi cuerpo.
A penas vi sus ojos en mi cara porque bajó su cabeza rápidamente.
—¿Te gusta benjamín?
Aidan soltó una carcajada.
—Tú cállate, renacuajo.
—Contéstale gallina.
Arrugué mi nariz.
—¿Por qué preguntas eso?
—Cada vez que él se mueve o se acerca levemente a ti, tú te tensas. Diría que es desconfianza pero no te ves incómoda con él, más bien es nerviosismo hormonal.
Lo que me faltaba.
Aclaré mi garganta.
—Cuando Aidan se acerca a ti también te tensas ¿eso quiere decir que te gusta?
Ella sonrió mostrando sus dientes.
—Sí. Por eso creo que a ti te gusta benjamín, reaccionas de la misma forma que yo. Creí que era porque eras como yo y se te hacía difícil compartir con los demás, pero me respondiste esa duda hace unos minutos atrás, además tu comportamiento es confuso. La única alternativa que queda es que te guste él.
—Bien, eso incomoda a la gente. Ya hablamos de eso.-dijo Black mirando duramente a Aidan.—Dejen de usar a la gente como juguetes.
Ainara alzó sus cejas.
—No me respondiste, alekey.
—Si ya sabes la respuesta ¿por qué sigues esperando que salga de mi boca?
—Porque benjamín no lo sabe, él duda. Te mira los labios cada vez que hablas pero luego rechaza el contacto visual, se siente inseguro.
—Está bien, gracias por el momento incómodo aidan. Ahora podrán reírse a gusto.-intervino black.
—Mejor cuéntale cómo te cagaste los pantalones ayer porque no quisiste dejar de jugar en el computador.
Para nuestra sorpresa él sí le contó a Ainara cómo se cagó.
Y ella lo escuchaba atentamente.
Esto era muy vergonzoso.
Miré la hora en el celular, ya estaba pasada de la hora.
—Tengo que irme.-avisé.
—Hey, deja de hablarle de tus pantalones sucios. Pobre niña.
Le toqué la nariz para despedirme.
—Un gusto en hablar, Ainara.
Ella sonrió.
—¿Estás mintiendo?
—Sí.-contesté.— Hey, eres buena. Me agradas ahora, cien por ciento real.
—Un gusto también, alekey. Espero que hablen de sus sentimientos.
Me giré rápido.
Por favor, no quería ser grosera con una niña. Lo único que me quedaba era un poco de educación.
—Hasta luego fábrica de caca.
Aidan me hizo una seña de despedida.
El idiota de Black no me siguió, me sentía como esas niñas de 5 que quieren la atención de papi.
¿Será que no fue suficiente desodorante?
Saqué el teléfono para revisar las noticias de mi ciudad, quería saber sobre el asesino serial.
El primer titulo que me salió decía: "ASESINO SERIAL ACECHA FAMILIAS DE BARRIOS ALTOS"
Era una especie de vengador de bajo presupuesto.
Salí del hospital mientras leía el artículo. Los asesinatos habían comenzado desde hace dos semanas, pero los policías lograron unir cabos y caer en cuenta que era un asesino serial hace no más de tres días.
Dejaba una marca personal en las víctimas y la mayoría de ellas eran familias de dinero.
La conmoción llegó cuando encontraron los cuerpos de una familia completa, ya no eran sólo las mujeres...si no que ahora había sido el padre, madre e hijos.
No quedó nada.
El primer pensamiento que me llegó a la cabeza es que él o ella era de un barrio bajo, como el nuestro, no tenía sentido matar a quienes eran sus vecinos. La policía revisaría de revés a derecho todo ese lugar, correría peligro. Sin embargo en un barrio bajo en donde jamás entraba la policía, estaba custodiado, era difícil que hicieran una revisión.
Llegué al paradero antes de lo previsto. Esperé a que pasara el bus.
No tenía sentido pero sospeché de Casper.
Ése hijo de puta estaba bien loquito.
Magne se hacía el desinteresado pero era más inteligente que varios.
Tenía que ser hombre, no por algo de fuerza o una estupidez de esas que puedan herir el ego de nosotras las mujeres si no por algo obvio...si lo hubiese hecho una mujer yo ya lo sabría. Conocía a todas las chicas de mi barrio.
Además un hombre lo hacía para alardear. Él había dejado notas para que lo encontraran, se creía el zodiaco versión walmart.
Una mujer lo podría hacer por odio puro y desbocado. Acabaría ahí.
Pero el hombre quería atención, marcar un punto en la historia, ser visto y adorado.
—Hey...¿te llevo?
—¿Me viste cara de puta, gil culiao?
Black parpadeó sorprendido.
—No.
—Entonces no vuelvas a tocarme la bocina de esa forma.
Se subió a la moto y jugó con el casco entre sus manos. Me miró el cabello detenidamente.
—No volveré a tocar nada que te desagrade, lo prometo.
Sonreí.
Desde afuera se veía y escuchaba horrible lo que estaba diciendo, pero para una persona como yo que le encantaba el juego de palabras rudas...esto era el climax del sexo verbal.
—No digas que no te advertí. Si hay mujer que se dice a si misma puta es porque llegará el momento en que se lo vas a gritar en la cara. Por eso te lo recuerda constantemente.
—¿Entonces aceptas la palabra aún cuando no te describe?
Me encogí de hombros.
—La palabra “Puta” es ofensiva sólo si yo le doy un valor negativo ¿Sabías que el vocablo del sentido de prostituta tiene su origen en las fiestas en honor a la semidiosa romana Puta, diosa menor de la agricultura quien presidía la poda de los árboles? Comenzó siendo una ceremonia sagrada de solicitud de embarazo. Y el séquito de Dionisio compuesto por ménades y sátiros, cobrando sus honorarios, incitaba a los invitados a azotar a las mujeres, que podaban los árboles, con las mismas ramas, a participar del gozo, de orgías sexuales. Las sacerdotisas finalmente terminaban celebrando una bacanal, ejerciendo la prostitución sagrada en su honor, así el nombre de la Diosa Puta, comenzó a ser vinculada al dinero y al sexo. Y la costumbre se expandió por toda Grecia y fue adoptada por los romanos que hablaban latín.
Black sonrió.
—Asi que decirte puta, sería lo mismo que llamarte Diosa. Te tomas de esa manera el insulto.
—Exacto. Aunque soy media virgen, debería deshacerme de ese lado para disfrutar la palabra completa.
Vi el bus que me servía para llegar a casa, así que como un humano pobre funcional me dispuse a pararlo. Pero black bajó de la moto y se empezó a acercar para hacerme retroceder.
Él daba un paso y yo me alejaba.
Otro y más.
Hasta que terminé muy lejos del bus.
—No existe el término "media virgen" Lo eres o no, eso es todo.
—Disculpa, pero mi vagina no es tan interesante como para hacerme olvidar que está mi bus justo detrás de ti.
—Debatible.-contestó.
Mmmmm.
Olía a inestabilidad emocional.
El sueño de toda mujer.
—Media virgen.-aseguré.—¿El tener 40 no te hace procesar palabras muy difíciles?
—30.-corrigió.—Pensé que teniendo 20 ya sabías hablar sin balbucear.
El bus se fue.
Pero algo quedó.
En partes que no sabía que funcionaban de esa manera.
—¿Me vas a meter la lengua? Porque esta posición me hace sentir que la respuesta es un sí.
Él dio un paso atrás.
—Si quieres sentir mi lengua en tu boca o en cualquier otra parte, vas a tener que venir aquí y juntar tu boca con la mía. La cobardía no es tan divertida si hace que los demás te ignoren por ello ¿verdad?
Arrugué mi nariz.
—Media virgen porque me la metieron pero no sentí nada.-cambié el tema.—Me niego a decir que perdí mí flor porque ni orgasmo tuve.
Black se echó a reír. Su risa era perfecta, no de forma cursi y platónica como toda chica de libro la describía si no que de verdad ese sonido que salía de la boca de black era bonito.
No habia saliva saltando de su hocico.
Y era un sonido que era afinado.
¿Era un robot? ¿se escapó de algun libro romántico?
—¿Le cuentas eso a todos o sólo a los que te piden llevarte?
—Lo cuento por si quieres tocarme y hacerme sentir algo.
Él esperó una risa de mi parte o algo parecido.
¿Tanto le impactaba oír honestidad?
Era lógico, demonios, qué esperaba. Si alguien le coqueteaba era para lograr algo.
Quería que me dejara de gustar, sí, porque ya me desesperaba sentir aprecio a otro ser humano. Así que esperaba que me tocara y me diera asco. Fin.
—Súbete.
—¿A la moto?-pregunté dándome cuenta que se me desconectaron unos cables del cerebro al ver como se quitaba la chaqueta.
—Sí, a ella también.
Tsssssssss.
Así se oiría la carne si la colocaran frente a mí porque yo estaba ardiendo señoras y señores.
Podría quemar hasta el frío corazón del ex de Hassani.
—¿Por qué me gustas? ¿eres una especie de ser humano súper dotado o un imbécil mentiroso y carismático?
Black me ofreció el casco.
—Dotado en partes especificas e imbécil cuando quiero ser carismático ¿vienes?
Definitivamente.
Súbete perra, vámos a decepcionarnos de los hombres por sexta vez.
En conclusión este era un viaje como método de exploración, no era tan diferente a cristobal colón, ambos teniamos ansias por descubrir tierras nuevas.
Sólo que él buscaba dinero.
Y yo autosabotear una oportunidad de ser feliz.
Tras tener el viento sobre mi pelo reaccioné.
No puedo tirarme a Black, ni siquiera sé cómo tocar a alguien de forma correcta.
Sabía la función y nombres de esa parte del cuerpo humano pero no como llegar ahí.
—¿Me subiste a la moto para poder metérmelo?
Black negó mientras giraba a una calle.
—No me dejas ni siquiera tocarte la mano ¿de verdad crees que te llevaría a mi casa para obligarte a hacer algo de lo que no estás segura?
¿Dónde está la cámara escondida?
¿Él era un holograma?
Le pegué con mis dedos en su oreja.
—Au ¿qué mierda pasa contigo?
—¿No quieres...-dejé la pregunta en el aire.
—¿Tú no vas a...?
Se rió otra vez.
—Alekey, el que sea hombre no significa que sólo quiero sexo. Me interesas para algo más placentero.
—Eso diría un asesino serial ¿eres tú?
—Alekey.-repitió en advertencia.
—Sí, ya, lo sé...–una idea cruzó por mi cabeza.—¡Para!-le grité.
Se dirigió a una plaza cercana, más bien en la que casi me come viva el perro de los syverssen.
Por dios que recuerdos, no hay nada como tener una flecha encarnada en el estómago y sentir el césped húmedo en tu espalda.
Si le daba un beso a black para probar cómo era se iba a comprometer más rápido.
Y si era decepcionante sería incómodo verlo la mayoría del tiempo y saber que apestaba desde mi punto de vista.
La parte racional de mi cabeza hizo click.
Asesino serial.
Números.
Lógica.
Patrón de números.
—¿Qué pasa?
Me quedé mirando el césped mientras construía la idea en mi cabeza, claro, eso era lógico.
Se guiaba por matemática.
—No tiene un patrón, sólo los está molestando. No lo hace por las personas que viven ahí, no los clasifica como fetiche.
Black frunció el entrecejo.
—No tomes en cuenta lo que dicen las noticias, inventan lo que no saben. Los que están a cargo aún no saben cómo funciona la cabeza del asesino, por eso me llamaron a mí para que me hiciera cargo.
—¿Cuál es el número de la primera casa en donde fue el asesinato?
—500, es la última casa construida en el barrio pero no la más actual, está echa de madera vieja y latones.
—¿Cuántas personas vivían ahí?
—Sólo una, un abuelo de 95 años.
Asentí rápidamente.
Era matemática.
Maldita sea todo estaba tomando forma en mi cabeza mientras que black me observaba atentamente como si temiera que yo fuese a enloquecer.
Esto era como un orgasmo intelectual.
El asesino mataba al azar, sabía perfectamente que los policías buscarían patrones en las víctimas, perderían tiempo en eso y él les llevaría ventaja.
Era astuto porque la mayoría de asesinos en serie eran hallados por un seguimiento a cierto tipo de víctimas, algunos eran racistas así que los policías cuidaban a personas latinas, afroamericanas, etc, otros sólo mataban mujeres así que sabían a dónde se dirigía el próximo golpe.
Pero este no tenía un favoritismo, eso lo hacía más difícil, sobre todo para estos policias de mierda que nunca habían tratado con un asesino serial.
—Es contradictorio.–hablé en un susurro.
—Su patrón es no tener lógica con las víctimas pero sí tener uno con el lugar que va a atacar. Si multiplicas el número de víctimas que hay en cada casa por el número que hay en el barrio, que son 500 casas en total te dará ese mismo resultado. Eso quiere decir que 500 por 1 es 500.
Black sacó su teléfono y revisó los números de casas que habían sido atacadas los últimos días.
Me quedé mirando el tronco del árbol por unos instantes.
Piensa.
—Sí, es eso, si tengo razón...cosa que estoy segura de que es así, él debió matar a dos personas en la casa número 250 del barrio alto.
—Bien preciosa, tu inteligencia me calienta de maneras inimaginables pero explicate bien para que podamos ir a la estación de policía.
Moví las manos en el aire para hallar las palabras correctas.
—Black, eso quiere decir que el asesino serial se rige por una estricta tabla matemática de números enteros, usa las combinaciónes para el numero 500. No saldrá del barrio alto nunca porque busca a una familia que tenga el número exacto de integrantes que multiplicado con el número de casa le de como resultado el número 500.
Él me sonrió mostrando sus dientes mientras que se apoyaba en la moto negra.
—¿Prefieres mi lengua en tu boca antes o después de hablar con los detectives a cargo?