JaeMin sonreía malicioso a cada paso que daba dentro de la facultad de ingeniería. Se sentía un modelo pasando por aquellos pasillos con todo su ego en el cielo. Aunque bien no era tan notorio más que para él porque lo que había hecho tenía una consecuencia que recaía en ChenLe.
Estaba orgulloso.
Tal vez en esos momentos el tipo estaría retorciéndose de coraje, llorando, él no lo sabía, pero JaeMin estaba feliz por ello.
La ayuda que semanas atrás le había pedido a Mark era aquella. Un dulce desagravio que le fue devuelto ante el gran error de Zhong por haberlo expuesto sin razón y sin verdad.
A diferencia de ChenLe, JaeMin fue directo y silencioso. No se alteró nada en él más que ahora tenía una sonrisa en sus labios que casi nunca se dejaba ver.
Altanero y satisfecho, se inclinó para levantar una de las hojas tiradas en el suelo. Todo había quedado perfecto.
Ahora el chino ese entendería que no volverá a dar otro paso en falso por su contra. Le había costado mucho salir de aquella denigrante mentira que Zhong le había inventado, ahora le tocaba a él vivir lo que vivió.
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Soy una estudiante cualquiera en esta universidad, sin embargo, quiero funar a este tipo:
Por haber herido mis sentimientos sin razón cuando le juré amor eterno, los pisoteó, escupió y despreció, peor aún, en nuestra primera noche de sexo me dí cuenta de que la tiene muy chiquita, en fin, a parte de rompecorazones es un inservible precoz, no le hagan caso.
#anónimo
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JaeMin sonrió perversamente y fue hasta su clase.