Capítulo 6
Narra Atenea
Ya en el centro de la cuidad caí en cuenta que posiblemente ya era una criminal, ¿Quien en su puta vida lograba noquear a un Vengador?
Mis posibilidades de ser encontrada subían de nivel por cada minuto que me encontraba en las calles.
Caminé hacia ningún punto exacto, las pocas horas de sueño que dormí caían sobre mi, necesitaba energía o dormir un poco, instintivamente decidí ir a una cafetería.
Al terminarme el tercer café, el sueño me ganó y caí dormida en una de las mesas del final
Quizá dormí una media hora, o quizá tres horas, quien sabe.
Al despertar la empleada del local se me acerca
—Una noche difícil, eh.— ¿Que espera que le diga? Uy si, fué súper difícil, no dormí nada porque pensaba en mi hermana la cual, no me vas a creer, fue raptada por HYDRA, y no solo eso, HYDRA también me busca a mi junto a los putos Vengadores, pero dime ¿tú, dormiste bien?
—Si, se podría decir que si.— Le confirmo en forma resumida
—¿Mal de amores, o mucho estudio?—¿Que mierda?, trato de ponerle mi mejor cara sonriente.
—Nonono, nada de eso, solo me quedé pensando toda la noche.— ¿Mal de amores? ¿Que clase de pregunta es esa?
—Oh, ya veo, espero que hoy si logres descansar como se debe, y una última cosa cielo, no confies en los de tu al rededor.— Posa su vista en todo el café y termina por acercarse a mi. —No todos son buenos cómo parecen.— Dicho esto, se larga sin decir más.
Sin pensarlo dos veces me voy, o mejor dicho, huyo del local.
Al salir trato de girarme para ver por última vez el café, pero aún que suene raro, no había ninguna puta mierda ahí.
El miedo comienzó a correr por todo mi cuerpo, ¿Y si era todo una ilusión? ¿Y si los Vengadores, o peor aún, HYDRA había logrado encontrarme? ¿Cómo se que todo esto no es un sueño?
No puedo hacer esto sola, necesito ayuda y solo se de un par de personas que podrían escucharme.
El maldito Falcon y el maldito Soldado Del Invierno.
No iba a ser fácil contarles todo, ni menos que me creyeran, pero no tenía ninguna otra opción, no si contamos a Jhonny, el cual solo sabe abrir puertas y dar ilusiones de habitaciones libres para luego dar una nada que ver.
Camino en busca de algún teléfono, a lo lejos veo una cabina, me dirijo hasta allá y con el número memorizado marco a mi amigo.
—Por favor, por favor, contesta.— llevé mi mano izquierda a mi boca, la ansiedad hacia que me comiera las uñas.
—¿Hola, quien es?— Del otro lado de la línea se escuchó un suspiro aliviado
—Gracias a dios, Jhon, soy nea, necesito tu ayuda, ¿Podrías traerme tu computador?— Logro escuchar como algo de cristal se rompe
—Carajo nea, no sé nada de ti por, no se, ¿cómo tres días? Y me llamas para esto.— Ruedo mis ojos aún cuando se que el no me ve
—No seas un puto dramático, la verdad es que pasaron muchas cosas, además estuve en tu edificio dos días y tú fuiste el que no me habló a mi, ¿Puedes venir y traer tu hermoso y precioso computador? Estoy en la quinta Avenida, adiós.— Cerca del lugar veo un parque, me acerco a este y me siento en una banca.
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Pasaron quizás unos 15 minutos cuando lo veo llegar en su auto.
Este baja y se dirige a mi con una mochila en sus brazos
—Gracias.— Hago el amarre de tomar la mochila, pero Jhon la mueve antes.
—No, primero quiero y necesito que me cuentes todo.— Genial, ahora será un cómplice solo por ser chismoso.
—En serio no quieres saber, confía en mí, ¿si?— Lo veo entrecerrar los ojos y juzgarme en silencio
—Confio en ti, pero no en tu suerte, así que ahora cuéntame todo.— Lleva la mochila a su espalda ocultandola de mi.
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Luego de mi extraña explicación y las muchas preguntas de mi amigo, quedamos en silencio, el quizá tratando de entender toda la situación, y yo pensando en que mierda voy hacer
—Así que prácticamente si no te encuentra HYDRA primero, lo harán los Vengadores, a los que por cierto noqueaste a uno y al otro le golpeaste en los bajos, y todo esto porque tú hermana mayor fue raptada por lograr hackear toda una inteligencia, pero no terminó de esconder bien todos sus pasos en la web, lo cual tú si sabes hacer porque eso te lo enseñó un genio de la tecnología, y tú solo tratas de encontrarla y salvarla ¿Lo resumí bien o no?— Jhonny rompió el hielo contándome todo lo que entendió.
—Meh, se podría decir que sí, pero te faltó el hecho que estoy buscando a los mismos que golpeé para que me ayuden a encontrar a Francis.— Una risa sarcástica sale de su garganta.
—Lo siento, trataré de recordarlo para la próxima.— Nuestro al rededor quedó sumido en silencio por unos segundos. —¿Y que tenía que ver mi computador en todo esto?— Giro mi cabeza para verlo y sonrio.
—Eso mi querido Watson, es una muy buena pregunta.— Extiendo mi mano y me entrega el computador, tardé segundos en encenderla, conectar el pendrive y buscar lo que necesitaba
—Debes dejar de leer Sherlock Holmes, te está convirtiendo en toda una especialista.— Quito mi mirada del aparato tecnológico y lo encaro.
—Dejaré de leerlo, cuando deje de ser tan impresionante su forma de pensar y ver todo desde otra perspectiva, estimado Watson.— Escucho su risa y vuelvo a lo mío
Tras unos minutos encuentro el lugar exacto en dónde se encontraban la dupla que buscaba.
—¿Ya lo tienes?— Miró el aparato que sostenía en mis piernas.
—Sip, ¿me podrías llevar a este lugar?— Le señalo la dirección que aparecía en el computador, Jhonny asiente y nos guía a su auto.
El camino se pasó rápido, ambos decidimos actuar como que nada malo pasaba y solo cantar las canciones de la radio.
Beyoncé, Rihanna, Selena Gómez y más artistas fueron cantados por los dos, puede ser que no entonaramos tan bien como ellos, pero hicimos lo que pudimos.
Al llegar al lugar, me despedí y le hice jurar que no le diría a nadie, ni sé metería en problemas.
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Deduje que quizá estaban hospedados en algún edificio, así que sin mucho más, ingresé al único que había.
Al no ver a nadie en la computadora del hotel, me metí y como pude averigüe en que habitación estaban.
Subí por las escaleras de emergencia, en cuanto ví el piso en que la computadora había dicho que se encontraban y el número de habitación, me introducí lo más discreta que pude.
Vi una silla giratoria en una pequeña oficina en el lugar, me senté en esta y giré hacia la ventana, dándole la espalda a la entrada, luego de unos minutos escuché voces.
—Yo dejé bien cerrado, Bucky, quizá fuiste tú el que dejó abierto.— Discutieron un poco hasta que llegaron a la oficina
Ambos se quedaron en silencio, y yo aproveché para girar, en medio de mi vuelta dramática, la silla se trabó y me dejó a medias, y como no, tuve que girarme por mi sola gracias a mis pies
—Hubiese quedado mejor si la puta silla no se paraba así sin más.— La mirada que me daba de los dos era de pura confusión. —¿Bueno, van a hablar o todo se va a quedar así de incómodo?— Al parecer eso los hizo reaccionar.
—¿Que carajos se supone que haces tú aquí?— Aquel hombre que actuaba como un viejo gruñón fue el primero en hablar
—Mira tú, y yo pensaba que solo hablamos para pelear.— Don gruñón me dió una fugaz mirada de odio, en cambio su amigo solo me observaba sin entender
—Ignóralo por favor, ¿Serías tan amable de decirme por qué estás en este lugar?— Bien, ahora debía contarles todo y pedirles ayuda, no iba a ser tan difícil, ¿verdad?
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