—Dime —se acercó al chico, tomándolo por los hombros, lo sacudió— ¡Dime! —lo soltó— ¡Dime quién hizo esta reverenda mamada! —levantó el papel en su mano casi restregando la hoja en el rostro ajeno.
—Primero... Tranquilízate.
—Tranqui-... —se tomó por las hebras del cabello— ¿Tranquilizarme? ¡Sí, claro! ¡Me tranquilizaré! —se sentó en una banca, cruzó sus piernas por un momento para volver a levantarse bruscamente del lugar y asustar al universitario en el acto— ¿¡Cómo quieres que me relaje?! ¡Han esparcido esta mentira por toda la universidad! Y... ¿quieres que me traquilice? —le gritó—, o me dices ahora mismo o te juro que...
—Está bien ya —intentó calmarlo. Se sentó en la misma banca para palmear un lugar a lado suyo, invitando a JaeMin—. No hagas mucho alboroto o te mirarán aún más raro de lo que ya lo hacen.
—Juro que mataré al responsable —maldijo y se sentó.
—Hace como dos semanas estaba en la sala de cómputo y... Ya sabes hacia mis tare-...
—Si, sí, mucho rollo, ve directo al grano de una maldita vez, ¿quién fue? —le interrumpió.
—¡Déjame explicarte bien! —JaeMin asintió con poca paciencia—. Bueno, ví a una persona usar tu foto y hacer el edit de eso —señaló la hoja—, luego ví cuando salió de la sala de cómputo y para eso había terminado mis tareas, le seguí por pura curiosidad —agachó la cabeza—, me lo encontré en una papelería, supongo que ahí fue donde la persona ordenó las impresiones...
—Sí, ¿Conoces a la persona?
—Algo así, solo sé que es chino y va en la facultad de derecho.
Solo hizo falta que el joven mencionara eso para que JaeMin se incorporase de pie y que irritablemente a su mente le llegara una simple y directa idea de quién había sido el responsable de tal hecho.
En cuestión de segundos, JaeMin salió corriendo.
—¡Pero, oye! ¡En el área de Derecho hay muchos chinos! —le gritó.
JaeMin no escuchó pues ya estaba demasiado lejos y su enojo lo cegaba.