Lo que un día fue » Justin Bi...

Por hope-less

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❝Las promesas están para cumplirse, a pesar de lo que un día fue❞ Créditos tráiler: @/bieberfanficsof y @/pr... Más

Sinopsis.
1. Invitación
2. Fiesta
3. Un baile caliente
4. Recuerdos dolorosos
5. Llamada telefónica
6. Viaje a California
7. Dejarlo con las ganas
8. Asientos compartidos
9. Los Ángeles, California
10. Aléjate de ella
11. ¡Vamos a surfear!
✖012.
✖13.
✖14.
✖15.
✖16.
✖17.
✖18.
✖19.
✖20. Maratón 1/5
✖21. Maratón 2/5
✖22. Maratón 3/5
✖23. Maratón 4/5
✖24. Maratón 5/5
✖25.
✖26.
✖27.
✖28.
✖29.
✖30.
✖31.
✖32.
✖33.
✖34.
✖35.
✖36.
✖37.
✖38.
✖39.
✖Capítulo final.
Epílogo
Aviso segunda temporada
Promesas (Segunda temporada)
Prefacio
1. De vuelta en donde todo empezó
2. Sospechas
✖3. ''Todo me recuerda a él''
✖4. "Despedida de soltero"
✖5. ''El reencuentro"
✖5. {Parte dos}
✖6. "Nuestra canción"
✖7. "¿Qué haces aquí?"
✖8. ''Cena para tres''
✖9. "Las palabras pueden abrir viejas heridas"
✖10. "Mis brazos siempre te abrigarán"
✖11. "Aléjate de mí"
✖12. "Seducirla"
✖13. "Muévete así para mí, nena"
✖14. "Niña de mis ojos"
✖15. "Dulce o truco"
✖16. "Labios tentativos"
✖17. ''Celos"
✖18. "Juego de seducción"
✖19. "Lo que siento por ti"
✖ 21. "Fue bueno mientras duró"
✖22. "Quédate conmigo esta noche"
✖ 23. "El corazón nunca se equivoca"
✖24. "No está en mis planes dejarla ir"
✖25. "Mi corazón no puede con tanto"
✖26. "Estoy aquí contigo, ángel"
✖26. Segunda parte.
✖27. "Pero te amo a ti"
✖28."Hasta nunca, Justin"
¿ELIMINADA?
✖29. "Mi futura esposa"

✖20. "Descubriendo verdades"

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Por hope-less

Natalie miraba de reojo a su novio, quien desayunaba en completo silencio y ni tan siquiera le dirigía la mirada. En la última semana Justin había tomado cierta actitud que no le estaba gustando para nada. Su comportamiento era frío y cortante. Ella no entendía el porqué de su actitud; cada vez que trataba de acercársele él se alejaba y llegaba de la empresa más tarde de lo normal. La rubia empezaba a sospechar que posiblemente la estaba engañando con otra mujer y de solo pensar en la posibilidad de que Justin la dejara por otra, le desgarraba el corazón. Pero él no era de ése tipo de hombres. Natalie lo conocía muy bien y sabía que él no sería capaz de lastimarla de esa manera. 

Carraspeó la garganta llamando la atención del ojimiel, el cual levantó la cabeza y le miró con el ceño fruncido. 

—Hoy tengo el día libre y pues quería saber si querrías pasar la tarde conmigo —empieza a decir. —Quizás puedas tomarte un tiempo para... 

Le cortó antes de que pudiese terminar la oración. 

—No puedo. Tengo varias reuniones y estaré muy ocupado. 

—Prometiste que pasaríamos más tiempo juntos —se quejó. 

—Lo sé, pero no puedo cancelar mis compromisos. Tendremos que dejarlo para otro día, lo siento. 

—Pensé que eras de los que cumplían sus promesas —dijo con un tono neutro. 

Había dado en el clavo. 

Justin solo se limitó a seguir comiendo en silencio. 

—¿Por qué te quedas callado? —él no respondió. —¿Justin? —le llamó, pero el ojimiel no se atrevía a responderle.

—¿Qué? —preguntó fríamente. 

—¿Eso es lo único que dirás? —Justin se encogió en hombros, restándole importancia. —¡Maldición! ¡Estoy cansada de tu actitud! 

Y ahí comenzaba otra discusión... 

—Natalie, no empieces otra vez. Por favor. 

Natalie tomó una profunda bocanada de aire antes de volver a hablar. Le estaba empezando a doler la cabeza y si no se calmaba, estallaría en cualquier momento. 

—Yo solo quería pasar el día con mi novio, pero supongo que él no tiene suficiente tiempo para mí. 

—Nati... —dejó salir un suspiro. —El problema no es que no quiera pasar tiempo contigo. 

—Entonces, ¿cuál es el problema, eh? Dímelo. 

—El problema es que tengo muchas cosas que hacer en la empresa. Tengo un nuevo proyecto en el cual estoy trabajando muy duro y no puedo descuidarlo así por así. 

—No entiendes nada, Justin —susurró. El castaño la miró durante unos largos segundos y finalmente se acercó a ella, la tomó del mentón para que lo mirase fijamente a los ojos. —Dejémoslo así. No vale la pena seguir discutiendo por tonterías. 

—¿Qué es lo que te molesta? Quiero saberlo, por favor —clavó sus ojos en los de ella. —Para que una relación funcione, tiene que haber confianza. Y es lo que nosotros estamos necesitando en éstos momentos; confianza. 

—Tú no entiendes —agachó la mirada, y los ojos se le comenzaron a llenar de lágrimas. —En los últimos días te has comportado muy distante y frío conmigo. Hace mucho que no salimos juntos a cenar, llegas bastante tarde de la empresa y le prestas más atención al trabajo que a mí. Tratas de evitarme cada vez que discutimos, no me prestas tanta atención como antes y ya no hacemos el amor tan seguido. 

Justin cerró los ojos con fuerza al escucharla decir aquello, porque cada palabra era completamente cierta. Él había dejado de prestarle atención desde lo ocurrido con Kelsey, y también era distante y frío con ella. Se quedaba horas extras trabajando para pasar menos tiempo con Natalie e incluso adelantó unos viajes de negocios, y todo el fin de semana pasado estuvo fuera del país. Más bien lo hizo para pensar mejor las cosas, despejar su mente y así aclarar sus sentimientos. 

Desde la última vez que estuvo con Kelsey tomó una muy importante decisión. 

Una decisión que no ha podido llevar a cabo. No quería cometer el mismo error que cometió dos años atrás, en realidad tiene miedo de romperle el corazón a Natalie. A la mujer que le ayudó a seguir adelante; a esa maravillosa persona que le dio una oportunidad y que siempre estuvo ahí para apoyarlo en sus peores momentos. Cuando más necesitaba un hombro donde llorar. Y sí, se enamoró de Natalie, eso no puede negarlo. Sin embargo, nunca llegará amarla ni la mitad de lo que amó a Kelsey. 

—Oh cariño —murmuró con hilo de voz. Acarició su mejilla con sus dedos pulgares y le plantó un casto beso en los labios. —Perdóname por tratarte así, no era mi intención herirte. Solo me siento un poco presionado con todo lo que pasa en la empresa, ya sabes, no es nada fácil manejar una empresa. Lo siento mucho si me he comportado como un imbécil contigo. 

—Discúlpame a mí por ser tan exagerada y dramática —rodeó su cuello con sus manos y esbozó una radiante sonrisa que hizo sentir culpable a Justin por seguir mintiéndole. —Entiendo perfectamente que tengas estrés, a todos nos pasa. Y era esto lo que nos hacía falta para arreglar nuestros inconvenientes. 

—Sí, yo también lo creo. 

—Bueno, creo que es hora de te vayas o llegarás tarde al trabajo —le acomodó la corbata. —¿Podrías intentar llegar un poco más temprano? Solo si puedes, no hay problema si... 

El castaño la interrumpió. 

—De acuerdo. Llegaré a eso de las cuatro, lo prometo —sonrió levemente. 

—¡Gracias, gracias! —exclamó emocionada, y lo abrazó fuertemente mientras escondía el rostro en el hueco de su cuello. —Eres el mejor, lo sabes, ¿no? 

—Lo sé, lo sé —dijo con aires de superioridad, y luego soltó una sonora carcajada. —Ya es hora de irme amor, nos veremos más tarde. Te quiero preciosa.

—Y yo a ti, mi vida —le dedicó una radiante sonrisa, y se despidió por última vez con un beso en los labios.

Después de que Natalie se aseguró que Justin estuviese en la empresa, corrió hacia la habitación que comparten juntos y comenzó a buscar en los armarios algo que le pudiese ayudar a sacarse las dudas de una buena vez por todas. Necesitaba respuestas antes de que se volviera loca. Estaba cansada de ser tan ingenua y creerse las mentiras de su novio. Ella no era tan estúpida como aparentaba. Sabía que algo malo sucedía y no pararía hasta descubrir de qué se trababa, porque estaba segura de que Justin le ocultaba algo muy importante.

Algo le decía que no le gustaría para nada lo que descubriría, pero estaba dispuesta a correr el riego. No importa cuán dolorosa sea la verdad, pues es mejor una verdad que duela antes que una mentira que te haga feliz. 

Buscó, buscó y buscó por todos lados hasta que finalmente encontró una caja que estaba escondida en un cajón dentro del armario de Justin. Se sentó en el piso con las piernas cruzadas en posición de indio, abrió con cuidado la caja y frunció el ceño al ver cientos de fotos, regalos, cartas, algunas prendas de vestir y muchas cosas más. Lo que más atrajo su atención fue un álbum de fotos que en la portada tenía escrito “Cien razones por las cuales te amo. Feliz tercer aniversario, mi amor” con letras grandes y coloridas, un detalle precioso y tierno. ¿Por qué aún conserva eso? Supuso que seguía considerando especial todas aquellas cosas. 

Una relación pasada que, por lo visto, fue muy importante y significativa para Justin. 

Porque no guardaría todas esas cosas por gusto o para tenerlo como un recuerdo, sería ridículo. También lo tenía muy bien guardado por alguna razón, ¿no? Una razón que pronto sabría, de alguna forma u otra y así le costara mucho más tiempo averiguar la verdad. Si sus sospechas eran ciertas... Entonces terminaría con Justin. No le daría una segunda oportunidad, mucho menos le pediría explicaciones que más bien serían excusas baratas. A pesar de que lo amaba con todo su corazón, no podría perdonar una infidelidad. La confianza se perdería y ya nada sería igual. 

—Aquí vamos... —se alentó a sí misma. Tomó varias bocanas de aire antes de abrir el álbum y cuando lo hizo sus ojos se abrieron de par en par. 

Siguió hojeando el pequeño libro; anonadada por lo que estaban viendo sus ojos, reconociendo a la chica de las fotos y maldiciendo en voz baja por no haberse dado cuenta antes. Con rapidez hojeó todas las páginas, soltó un gruñido y cerró el álbum con fuerza mientras trataba de calmar su respiración agitada. Lo volvió a entrar a la caja y miró algunas fotografías que se encontraban esparcidas en la caja, siguió buscando algo que le fuese de más utilidad. Y en el fondo de la caja encontró algo así como un cuaderno viejo y notó que Justin había escrito en él hace poco tiempo. Era un diario. 

El diario íntimo de Justin. 

Miró detalladamente la foto en donde Justin la abrazaba por la cintura y besaba su mejilla, y ella sonreía felizmente. 

—Kelsey... —susurró mirando un punto fijo. —Kelsey y Justin fueron novios. 

Dijo con voz débil. 

Mordió su labio inferior mientras hojeaba el diario. A las primeras páginas no le prestó mucha atención y al llegar a las últimas su corazón empezó a latir lentamente, sus manos temblaban y los ojos le empezaron a picar por las lágrimas acumuladas detrás de ellos. Sentía que en cualquier momento el nudo en la garganta la ahogaría. Le dolía el corazón, podía escucharlo quebrarse lentamente. Y se cubrió el rostro con las manos mientras que lloraba silenciosamente dejando escapar uno que otro sollozo.

Lo que estaba escrito allí era muy difícil de asimilar para Natalie. 

“He estado pensando en ella en los últimos días. No puedo sacarla de mi mente. Es en lo único que puedo pensar..., porque cada vez que cierro mis ojos su hermoso rostro aparece y yo no hago otra cosa más que extrañarla. Sé que, tal vez, ella ya no me quiera como antes. Pero quiero recuperar su amor, quiero intentarlo por última vez y sé también que no será nada fácil. Mi corazón y mi mente me piden a gritos que lo intente, solo una última vez más. Yo por ella lo dejaría todo si fuese necesario. Y estoy seguro de que si lo intentamos juntos, todo volverá a ser como antes y de nuevo la tendré entre mis brazos para así nunca volver a dejarla ir. Nunca más dejaré ir a mi ángel”. 

(...)

Un suspiro cansino salió de los labios del pelinegro. Los últimos días no habían sido los mejores para Logan, su instinto le decía que algo andaba mal y eso lo tenía con estrés. Nunca se le pasó por la cabeza que su relación perfecta podría deteriorarse de un momento a otro. Sospechaba que aquel beso por “accidente” —donde un desconocido se atrevió a besarla en la fiesta de Halloween—, había cambiado un poco el comportamiento de Kelsey, ya que cada vez que pasaban tiempo juntos ella siempre estaba en su propio mundo. O quizás no era aquel beso que la tenía así, quizás se trataba de algo o mejor dicho, de alguien en especial. Y el nombre de cuya persona se le cruzó por la mente. 

Justin Bieber. 

Logan recuerda perfectamente cómo él miraba a Kelsey. Odiaba la idea de que Justin en cualquier momento podría interponerse entre ellos y quitarle a su chica. Porque Kelsey era su chica y le había costado muchísimo conquistarla como para que alguien del pasado aparezca de repente y arruine su relación. Jamás pensó en que algún día podría perderla; tenía bastante claro que nada dura para siempre, que un día todo se iría al carajo y no volverían a recuperar todo lo bonito que tenían. Pero era demasiado pronto para pensar en ésas cosas. 

Sí. De la única persona que podría tratarse era de; Justin Bieber. 

No hay que ser adivino para saberlo, ni mucho menos hay que pensarlo más de dos veces pese a que los hechos lo decían todo. A leguas se le notaba a Justin que no ha superado a Kelsey. Inclusive un niño de seis años notaría que la mira de una forma especial y que los ojos le brillan cada vez que cruza por su lado. Un hombre sabe cuando otro hombre mira de forma diferente a una mujer y Logan lo sabía mejor que nadie. Tanto pensar en eso le daba jaqueca. 

—¿Estás bien? Te noto muy pensativo. 

Sasha le pregunta. 

—No lo sé... —responde seco. —La verdad es que no sé cómo sentirme. 

—¿Ha ocurrido algo malo? —le mira fijamente. —Hace días te he notado tenso e inquieto. Puedes contarme lo que quieras, te escucho. 

—Son cosas mías —se encogió en hombros. —Nada importante. 

Sonríe forzadamente. 

—¿Crees que me tragaré ese cuento chino? —arqueó una ceja. —Tú nunca actúas así, Logan. Eres un tipo alegre y sonriente, en estos días no te he visto para nada feliz. 

—Eso es cierto... —murmura, y sacude la cabeza. —El problema es que tengo miedo. 

—¿Miedo de qué o qué? —frunció el entrecejo. —Vamos, dímelo. Estamos en confianza. 

Le dedicó una sonrisa tranquilizadora. 

—Tengo miedo de perder a Kelsey. 

—¿Por qué lo dices? —preguntó nuevamente. Lucía confundida porque no entendía nada de lo que decía Logan, pero estaba segura de que algo en su relación andaba mal. 

—Es una larga historia —niega con la cabeza y ríe sin ganas. —Tal vez algún día te la cuente —esbozó una pequeña sonrisa. 

—Puedes contármela ahora, estoy desocupada y tú también —lo anima. Ella en serio sentía mucha curiosidad por saberlo todo. —¿O qué? ¿Piensas que soy una vieja chismosa? 

Logan soltó una carcajada y Sasha sonrió ampliamente al verlo reír. 

—No, claro que no —ríe entre dientes. 

—¿Entonces? ¿Cuál es el problema? 

—Vale, te contaré lo que me pasa —dice tomando aire. —Lo que pasa es que Kelsey está siendo distante conmigo o eso pienso... La he visto muy pensativa, callada y se comporta de una manera extraña. No lo sé, pienso que... —hace una pausa. —Pienso que ha pasado algo con su ex novio. 

—¿Estás seguro de lo que dices?

—Sí, estoy seguro. Desde que llegamos aquí se ha comportado como si algo la atormentase, no sé. 

—¿Piensas que es por su ex novio?

—Oh, claro que sí —resopló. —Hace unos días me lo encontré en un bar. 

—Lo que no entiendo es porqué su ex tiene que ver con ella y su comportamiento, digo, ya no son nada... ¿No? 

—Ellos tienen una historia, Sasha. Una historia que te deja marcado para toda la vida. 

—Creo que ya entiendo tu punto de vista —lame sus labios. —¿Piensas que entre ellos ha sucedido algo?

—Sí —dice simplemente. 

—¿Has hablado del tema con ella?

—No. 

—Pues deberías, ¿no crees? 

—Lo sé, pero no es tan fácil como piensas —lanza un suspiro al aire. —No quiero que piense que desconfío de ella. Tenemos una muy buena relación y entre nosotros nunca hay secretos, pero nunca hemos vuelto a hablar de ese tema. 

—Debes hablar con ella, Logan. Tienes que decirle cómo te sientes y preguntarle qué le pasa, de lo contrario no estarás tranquilo. Las cosas se solucionan hablando. 

Él pareció pensarlo por un breve momento. 

—Tienes toda la razón —dijo rompiendo el silencio que se había formado. —Hablaré con Kelsey. 

—Bien, es lo mejor que puedes hacer.

—Gracias por los consejos, Sasha —le regala una sincera sonrisa. 

—No hay de qué tonto —golpea suavemente su hombro y sonríe cálidamente. —Aquí estoy para cuando me necesites. Y recuerda que nosotras las mujeres somos difíciles de entender y tenemos nuestros días bipolares. 

—Me he acostumbrado a esos “cambios” —hace comillas con los dedos y ríe por lo bajo. —Iré a cambiarme, ya las clases se terminaron y quiero ir por un café antes de llegar a casa —se levanta del piso. —Nos vemos mañana, Sasha. 

—Hasta luego —besa su mejilla. —Y suerte con tu chica —le guiñó un ojo. 

Luego de haberse cambiado en los vestidores se montó en su auto y manejó por unos cuantos minutos hasta llegar a Starbucks. Entró al establecimiento y pidió un café bien cargado; miró a su alrededor buscando un lugar disponible para sentarse y sus ojos inspeccionaron con atención una cabellera rubia que le resultaba familiar. Dudoso, se le acercó y tomó asiento frente a la chica, la cual seguía cabizbaja y absorta en sus pensamientos. Logan frunció el entrecejo al escuchar a la chica sollozar en voz baja, entonces ahí se dio cuenta de que estaba llorando. 

—Uhmm —carraspeó la garganta llamando su atención. La chica lentamente levantó la cabeza y miró confusa al pelinegro. —Uh, hola. 

—Hola —dijo con la voz quebrada. Ella reconocía ese rostro, pero no recordaba su nombre. —¿Tú eres...?

—Logan —dice rápidamente. —¿No te acuerdas de mí?

—No mucho, la verdad —entrecerró los ojos, pensativa. —¡Ah! Eres el mismo chico de la discoteca, sí. Tú y Kelsey son novios, ¿no? 

—Sí —río en voz baja. —Y tú eres la novia de Justin. 

—Ajam... —dijo desanimada. —Es un gusto volverte a ver, Logan. 

Intentó sonreír pero lo único que le salió fue una mueca. 

—Para mí igual, Natalie... —la estudió con la mirada, dándose cuenta de que su estado de ánimo no era el mejor. 

Permanecieron en silencio durante un rato, ninguno decía nada y tampoco se miraban a los ojos. El silencio no era incómodo, todo lo contrario. Pero Logan tenía ganas de preguntarle qué le pasaba, porqué estaba en ese estado y subirle los ánimos. Siempre ha sido de esas personas que les gusta sacarle una sonrisa a los demás y ayudar en lo que fuese necesario. Y a él nunca le había agradado ver a las mujeres llorar. 

Así que rompió el silencio. 

—¿Por qué llorabas? Claro, si se puede saber. No quiero ser entrometido, ni tampoco quiero incomodarte. 

Natalie levantó la vista y mordió su labio inferior, indecisa. 

¿Qué rayos le iba a decir? ¿Que Justin, su propio novio, seguía queriendo a Kelsey? No, no podía hacerlo. Simplemente no podía arruinar la relación de Logan y Kelsey. Ella no estaba segura de que entre Justin y Kelsey pasaba algo, no podía sacar conclusiones sin tener pruebas para confirmarlo. 

—Cosas de chicas —se encogió en hombros y fingió una sonrisa. —Nada importante. 

—No te creo nada. Tu boca miente, pero tus ojos te delatan. 

—¿Así que ahora eres psíquico? —alzó una ceja divertida. 

—Tal vez —bromeó. —Vamos, sé que necesitas desahogarte. Te escucho. 

—Es que... He tenido algunos problemas con Justin —empieza a decir, y juega con el sorbete de su bebida. —Siento que ya no es lo mismo. Justin a veces actúa tan extraño que no sé ni qué pensar o sentir al respecto. Últimamente discutimos por cualquier tontería, él se comporta distante y frío, y al parecer ya no le gusta pasar tiempo conmigo. Y-yo... —balbucea mientras intenta detener las lágrimas que no han dejado de caer por sus húmedas mejillas. —Me siento tan mal... 

—Tranquila, no llores. Aquí tienes —le extendió un pañuelo y ella lo tomó mientras murmuraba un pequeño ‘gracias’. —¿Has hablado con él? ¿Le has dicho cómo te sientes? 

—Lo he intentado, pero la mayoría de veces evita el tema o terminamos teniendo una fuerte discusión. 

«Sigue siento el mismo imbécil de siempre» pensó Logan. 

—¿Sabes por qué se comporta de tal forma?

—N-no, no l-lo sé —titubea nerviosa. 

«Mantente callada, no abras tu boca» se dijo interiormente, Natalie. 

—Hmm, okay —dice dudoso. —No sé qué decirte, siéndote sincero. 

—No es necesario que digas nada, tranquilo —sonrió tristemente. —Lo hablaré con él y todo volverá a la normalidad. 

Mentira. 

Le dolía muchísimo decir eso, pues ella mejor que nadie sabía que nada volvería a la normalidad. Que la relación llegaría a su fin. Ni comas, ni puntos suspensivos. Se terminaría. 

—¡Exacto! Habla con él y solucionarás todo. La mejor manera de arreglar los problemas es hablando. 

—Claro... —susurra. —Bueno, yo me tengo que ir. Justin llegará en menos de media hora y debo estar lista porque saldremos esta noche. Fue un gusto conversar contigo Logan, cuídate y nos vemos pronto. 

Le dedica una tímida sonrisa. 

Coge su bolso, arrastra la silla hacia atrás y se levanta de su asiento. 

—El gusto fue mío —esboza una sonrisa. —Sonríe, te ves más guapa sonriendo. 

—Gracias —mordió su labio inferior, sintiendo el rubor instalándose en sus mejillas. —Adiós. 

El pelinegro observó atentamente a Natalie hasta que desapareció de su vista. Ella no estaba nada bien. Sus ojos decían otra cosa y él se había dado cuenta; cualquier persona se hubiese dado cuenta. Justin y Kelsey actuaban de forma bastante similar. Definitivamenteentre ellos sucedía algo. Y Logan no descansaría hasta descubrir lo que se escondía detrás de la verdad. 

******
El próximo capítulo se vendrá con sorpresas y no tardaré tanto, lo prometo. Si tengo que quedarme hasta la madrugada escribiendo, lo haré, ya lo he hecho. Varias chicas me pidieron el punto de vista de Logan, pero no podía hacer eso porque él es personaje secundario. De todas formas intenté hacer algo parecido. 

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