꧁🌹𝔻𝔼𝕊𝔻𝔼 𝕄𝕀 𝕍𝔼ℕ𝕋𝔸ℕ𝔸 🌹 ꧂
Mi nombre es Kim Namjoon
Aquí empieza mi historia
Vivía la inocencia de los diez años, la tranquilidad de mi niñez, hasta que hice un gran descubrimiento que robaría mi candidez, llenándome de inquietud, deseos de explorar lo prohibido a tan temprana edad
Jugaba en la computadora con mi inseparable amigo Ho-seok. Por error entramos a una página, esas prohibidas, para adultos
O como dice mi madre; porquerías que ven hombres enfermos
Asustadizo, como era costumbre en él, Ho-seok salió despavorido del estudio, tapando sus ojos.
Según nuestra creencia y formación, el sexo visto de esta manera es pecaminoso
Vengo de una familia tradicional, muy conservadora, dónde la palabra pornografía no es conocida, ver este tipo de contenidos son castigadas con golpizas
Lo curioso de todo, es que la computadora era de mi padre
Cuando salí de la página quise volver de inmediato, deseaba ver una vez más lo prohibido, lo pecaminoso, pero pedía una identificación que estuviera registrada. Cómo conocía el número de mi padre decidí probar suerte, vaya sorpresa que me llevé
Pude tener acceso nuevamente, eso quería decir que papá veía porquerías para hombres enfermos
Estaba empezando a gustarme, atrayéndome como imán al metal. Mi amigo Ho-seok volvió al estudio, aún con las manos en los ojos dijo-¿Ya cerraste esa ventana?-Lo hice rápidamente, no quería que creará una mala imagen de mí, mucho menos que su miedo lo llevará a contarle algún adulto lo que había sucedido-No pasa nada-Le dije apartando las manos de sus ojos-Era un anuncio
-Estuvo raro ¿Será que de esa manera hacen a los bebes?-obviamente mi amigo no era tan inocente como imaginaba
Le conteste- Seguramente tiene que ser de esa manera
No sé que pasó en mí, pero desde aquel día no deje de meterme en esas páginas.
Tenía una computadora, una identificación que me daba acceso a los placeres, lo prohibido.
Sexo, Sexo y más sexo
Tres años después, gracias a mis buenas calificaciones, mi padre decidió regalarme una computadora. ¿Imaginan la escena? Solo, en mi habitación, con una computadora propia, una identificación y otro maravilloso descubrimiento; el arte de la masturbación
Mi pasatiempo favorito era; ver pornografía y ahorcarme el ganso (Masturbame para los que no entienden)
Las computadoras no duraban, los virus por meterme en páginas prohibidas acaban con ellas en menos de lo esperado.
Cuando tenía dieciocho años llegó mi cuarta computadora, era portátil, lo último en tecnología. Mi padre me la dio como regalo, por graduarme con los más altos honores, uno de los mejores promedios en la secundaria. Dijo: hijo, te va a servir para cuando entres a la universidad, harás tus trabajos en cualquier lugar.
Reí por dentro. Para hacer trabajos y ahorcarme el ganso
Esta es la historia de mi adolescencia, un joven precoz con mucha experiencia en el "sexo", hablando teóricamente. Dieciocho años, aún no había tocaba una pecho real.
Esperaba tener suerte en la universidad, pero volví a pertenecer al grupo de los invisibles, los nerd, cerebritos. Pensé en desahogar mi ganso en la vagina de alguna chica, pero aquello no paso ni en mis sueños. Todas me huían, como si tuviera un gran letrero en la frente con la palabra ¡PERDEDOR!
Mi amigo Ho-seok, el tímido, el asustadizo, iba para su quinta novia, perdió la virginidad a los quince años, ya no era mi amigo en la universidad, empezó pertenecer al otro grupo, al de los chicos populares y más asediados de la facultad. No culpo, nadie quiere ser amigo de un perdedor, aunque años más tarde recuperamos la amistad.
No tenía opción, nuevamente me tocó volver a mi mundo secreto, dónde podía desahogar mi pobre ganso entre el frote de las manos, viendo vídeos porno, tetas y culos de mujeres que en diez mil años luz no se fijarían en mí.
En mis sueños estaban ellas, esa mujer curvilínea con trasero perfecto, grandísimos pechos, la que quería en mi vida, como novia, esposa, amiga, amante, mi todo
En mi mente no existía otro tipo, era la deseada
La imaginaba encima de mí, moviendo sus delirantes caderas, acariciando sus pechos, besar sus carnosos labios.
No sé si estaba pidiendo mucho, pero me obsesione con una mujer, inexistente en mi realidad, en mi país no es común la mujer que deseo.
Pasaron cinco años.
Me gradué de la universidad a los veintidós, con la virginidad intacta y mis teorías sexuales sin poner práctica.
Nuevamente, me recibí con los más altos honores, todo un administrador financiero.
Como pan recién salido del horno, mi padre me soltó las riendas de la empresa familiar, la cual paso de ser una pequeña fábrica a un gran conglomerado en la industria alimenticia y de otros productos.
A los veintitrés años; era rico, exitoso, uno de los empresarios más jóvenes eh influyente del país. Orgullo de mis padres, no me lo van a creer; aún seguía virgen, con la única diferencia, es que está vez coleccionaba revistas, videos pornográficos, con membresía para acceder a las páginas prohibidas, veía lo mejor de la industria
Pero un día pasó algo
Como toda familia tradicional, mis padres decidieron que era hora de casarme. Lo que no conseguí todo este tiempo, mis padres lo encontraron en menos de lo imaginado. Una hermosa chica, la cual se convertiría en mi esposa
Aquel día había mucho alboroto en casa, no era para menos, conocería a mi prometida y futuros suegros
Mi mente pensaba en una sola cosa; por fin dejaré de ahorcarme el ganso, tocaré un pecho real, dejaré de ser virgen, meteré el pito en una vagina.
Sé que escucha enfermo, pero entiendan, tengo veinticuatro años, aún soy virgen, parezco un adolescente viendo pornografía y masturbándome en frente de la computadora.
A esta altura de mi virginidad había renunciado a mi mujer deseada, solamente quería una con tetas, vagina, no me importaba nada, eso creo
Aquella noche conocí a mi futura esposa, cuando la vi me gustó, era más de lo que esperaba, eso creo.
No sabía, si aquel efecto lo causo la falta de sexo, aparentemente la chica era hermosa.
Era mujer con el típico estereotipo de mi país, maquillaje perfecto, cabellos bien arreglados, delgada, baja, piel pálida.
Aquel día hice a un lado a mi mujer deseada, aquella que rob mis sueños.
Hablamos poco, nuestros padres acordaron una cita a solas
Una semana más tardes, fuimos a cenar, pensé que aquella noche podía robarle un pequeño beso, pero no sucedió absolutamente nada, ni siquiera pude agarrar su mano
Me urgía casarme con esa chica, quiero tener sexo todas las noches, así que a los dos meses le propuse matrimonio
Organizamos la boda, faltaban algunos días para dar el gran paso al altar, por fin dejaré de ser virgen
Únicamente pensaba en como iniciar la previa antes de tener sexo, estaba lleno de ansiedad.
El día de la boda llegó, por fin se acercaba el momento de descorchar el ganso
Tenía entendido que también era virgen, así que no me preocupaba que tan bueno tenía que ser para qué quedará satisfecha
En mi teoría sabía hacer muchas cosas, eran más de dieciséis años viendo pornografía, posturas, sexo oral, teóricamente era un experto
Por fin llegó el tan anhelado momento.
La fiesta acabó, fuimos directo a nuestra luna de miel.
Llegamos al hotel, la tomé entre mis brazos.
Estaba asustada, fue al baño, cuando salió, traía puesta una pijama igual a la que usan las abuelas
¿Qué pasó, mi amor? Supuse que te pondrías algo sensual para lucir tu hermoso cuerpo; Le dije con los ojos llenos de desilusión
Contestó, que su madre fue quien compró la ropa para la primera noche.
Le pedí que se quitará ese trapo horroroso, quería verla en ropa interior, tocarla
Abrió los ojos, como si estuviera pidiendo algo prohibido
Me dijo enojada: No quiero que me veas en ropa interior
Le contesté: Ahora somos esposos, quiero ver tu hermoso cuerpo
Mi esposa no accedió en ningún momento, dijo que tendría sexo en pijama ¿Qué puedo hacer? Me urgía meter el ganso, era único que importaba
Empezamos a besarnos para estimular las ganas, así estuvimos por un tiempo. Empezó acomodarse en la cama, quite mi ropa quedando en bóxer, al verme casi desnudo, cerró los ojos.
Le dije; Soy tu esposo, puedes mirarme sin ningún problema
Abrió los ojos lentamente, clavándolos en mí, dijo: Me gusta tu cuerpo, es igual al de los hombres que salen en las revistas
Le sonríe con ternura, tratando de transmitirle confianza.
Me acosté a su lado, empecé a meter la mano por debajo de su pijama de abuelita, subí lentamente, empece a sentir algo extraño en su piel, como si tuviera algún tipo de sarpullido, no me importó, quería meter mi ganso en su vagina.
Lleve la mano a su entrepierna, corrí las bragas, acariciaba su intimidad. Por primera vez en la historia de mi vida tocaba una.
Era cálida y húmeda, pensaba en lo que había visto en las películas pornográficas, empecé a buscar su punto de excitación, acariciándola suavemente, empezó a disfrutar.
Se mantenía con los ojos cerrados, lanzaba pequeños gemidos. Empecé a sentir la humedad en mi mano.
Metí la cabeza en su entrepierna, hacía intentos de besar su vagina, está, tenía un olor y sabor raro, creí que sería más desagradable.
Después del sexo oral, me levanté, quería tocar sus pechos, no se negó, aunque pidió que apagará la luz
¿Estás loca?-Le dije un poco molesto -Quiero ver tus pechos, nunca he visto unos reales.-Se sintió incómoda, lo pensé por un momento- Está bien, apagaré la luz
En la oscuridad se soltó más, me dejó tocará sus pechos, se sentía bien.
Los de ella no eran grandes, tampoco firme, pero no le di importancia, son tetas, por fin estaba tocando un par
Pase la lengua por sus pezones, sostenía mi cabeza, empezó a disfrutar.
Entre sutiles gemidos pidió que la embistiera, no aguantaba las ganas. Aquellas palabras fueron música para mis oídos.
Le arranqué la ropa interior, previo a la penetración estimulé su entrada con los dedos, teniendo en cuenta que era su primer encuentro sexual.
Según mis teorías, he visto que en la primera vez sienten dolor, sangran, me preocupó. Decidí extender el estímulo, sé empezó a humedecer, no fue difícil, lo extraño, es que no sentía dolor, era bueno, pude ir al siguiente paso.
Me puse sobre ella, mi ganso estaba duro, y yo, ansioso, temía llegar rápido
Lo introduje lento, pensé que sería difícil, que le dolería, pero más que eso empezó a disfrutar, cuando quise darme cuenta mi ganso estaba totalmente dentro
Lo raro es que no sintió dolor, ni incomodidad. En ese momento no pensé en nada, únicamente disfrutaba, por primera vez experimentaba el sexo real.
Era excitante la sensación, al pasar de cinco minutos llegué al clímax.
Después que bajó la excitación hubo un silencio incómodo. Mi esposa se cubrió con las sabanas de los pies a la cabeza, así que decidí romper el hielo, preguntando lo siguiente
-¿Realmente eras virgen?
Se molestó tanto al escuchar aquello salto de la cama encerrándose en el baño, se puso a llorar
A los veinte minutos salió, se puso de rodillas, entre lágrimas dijo:
- Perdóname por favor, quise decirlo antes de casarnos. Cuando dijiste que no habías estado con una mujer sentí miedo que no quisieras casarte conmigo.
No soy virgen desde que tengo Dieciséis años
¡Qué tonto fui! Claro que me dio desilusión, pero no importó, la tomé por la cintura, le dije que no se preocupará, no importaba
El caso es que no sería el único secreto que contaría esa noche.
Me dijo que tiene un tipo de enfermedad en la piel, prácticamente en todo el cuerpo, está le causa ampollas y sarpullido, el dolor y la picazón son insoportables.
¿En qué mierda me había metido? ¿Qué hice? ¿Con quién me casé? La primera noche con mi esposa y dejó de gustarme.
Lo hicimos una sola vez, no me dejó dormir, se rascaba el cuerpo con desespero, hasta hacerlo sangrar
Aquí empezó mi pesadilla.
Han pasado dos años desde que me casé, Aún no tengo hijos
Las noches a su lado son un infierno.
El tan anhelado sexo desenfrenado que tendría con ella se convirtieron en quejas por la enfermedad en su piel, ni siquiera quiere que durmamos juntos.
Nos mudamos a uno de los vecindarios más elitista de la ciudad, hemos hecho buenos amigos, entre ellos, los de antaño y algunos conocidos de la escuela, todos gente de bien.
Las mujeres se reúnen en el club que esta a unas pocas calles, hablan de moda, maquillaje y dietas.
Los hombres; hablábamos de negocios, fútbol y como conquistar el mundo, mientras jugábamos golf.
Aparentemente, tengo la vida perfecta, tengo todo lo que un hombre a mi edad desea
Eso pensaba...
Continuará
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