DESTINO POR CONTRATO ADAPTACI...

By elie60410070

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🚨ATENCIÓN🚨 Está historia NO ES MÍA. ✅Autora Original es: @miss_jazz7 ✅La historia Original se llama: Desti... More

Personajes
SINOPSIS
💖
CAPÍTULO 1
💖💖
CAPÍTULO 2
💖💖💖
Capítulo 3
💖💖💖💖
Capítulo 4
🚨Nota🚨
SEGUNDA PARTE
Capítulo 1 [MI OMEGA NO ESTÁ EN VENTA]
Capítulo 3

Capítulo 2 [MI OMEGA NO ESTÁ EN VENTA]

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By elie60410070

Historia Original de miss_jazz7






Al día siguiente, Mew estaba en su despacho, respondiendo los correos
electrónicos atrasados y los
que tenía para el día de hoy.

Tenía una reunión a las diez y media. Llamó a la floristería y le hizo un encargo, una orquídea verde, no iba a poder llevársela al chico, se la tendrían que llevar.

Gulf, por su parte, estaba atendiendo a un cliente particularmente difícil. El
hombre tenía barriga, era
bajito y era chepudo. Tenía
que tomarle más medidas que a los demás y hacer más
pruebas que de costumbre.

-Bueno, creo que ya está.
Empezaré hoy mismo, en una semana le veré para la primera prueba.

-Muchas gracias, señor Suppasit.

-A usted.

Cuando el hombre salió, entró el repartidor con la planta para Gulf. Cuando el
chico la vió, sonrió, firmó la factura y colocó la planta
junto a las otras. No tendría
el siguiente cliente hasta
pasados quince minutos, se
puso a mirar los viajes para
irse con Mew. Estaba muy
emocionado.

Cuando sonó la campana que
indicaba que alguien había
entrado, levantó la mirada,
esperando encontrar al señor
Bae, cual fue su sorpresa
cuando vio al Rey Nattapol. Se quedó helado, no sabía qué esperar.

-Hola, señor Kanawut.

-En realidad, es Suppasit - dijo Gulf, señalando el gran
cartel que estaba a un lado de la tienda de pared a pared -desde que me casé, utilizo
mi apellido de casado. Estoy
muy orgulloso de estar casado con Mew -añadió y fue a arreglar unas perchas y unos trajes -¿puedo ayudarle en algo, su majestad?

Al Rey Nattapol no se le escapó por alto que, esta vez, Gulf no le había hecho una
reverencia.

-Tu padre y yo siempre hemos sido muy amigos - empezó.

"Mentiroso" pensó Gulf "entre mi padre y usted sólo hay negocios, negocios que empezó mi hermano, en todo
caso"

-Claro -dijo, forzando una
sonrisa.

-Me preocupo por ti, eso es
todo. No debió de ser fácil para ti dejar las pasarelas
para convertirte en el Luna
de Mew... y todo por un
matrimonio de conveniencia.

Gulf soltó una carcajada.

-Disculpe, es que está
equivocado -dijo y le ofreció
una botella de agua fría, por pura cortesía -es cierto que nuestros padres nos prometieron por conveniencia. Mis padres, y sobre todo mis hermanos, pensaban que Mew sería el marido perfecto para mí, ellos buscaban una persona que fuera capaz de protegerme y hacerme feliz -explicó -el día que me dijeron que me habían prometido con un desconocido, yo me escapé -
sonrió -ese mismo día, a Mew también le dijeron que le habían prometido con un desconocido. Y se escapó -
sonrió como un verdadero
enamorado -recuerdo estar en el bar del pueblo y percibía el aroma de Mew, era.. -suspiró -era y es único. Me defendió, ¿sabe? Un chico no me dejaba y así nos conocimos... él me contó que su familia le había prometido con un desconocido y no pude evitar contarle que estaba en un caso similar. Estábamos tan prendados el uno del otro que decidimos impresionar a la familia del otro nasta que rompieran el contrato y nos dejaran casarnos. Imagine nuestras caras cuando supimos que, desde un principio, estábamos prometidos el uno con el otro.

-Pero dejaste tu carrera como modelo...

-En realidad, la empecé sólo
para demostrarle a los padres
de Mew que era un chico
triunfador.

-Mmm... ya veo... ¿Qué vas a
hacer en los próximos días?

Estoy organizándole una sorpresa a Mew. Con el dinero ganado, quiero comprar un par de billetes de
avión e irnos juntos -dijo y se
encogió de hombros. No iba a
decirle a dónde pensaba llevar a su alfa.

Pensaba que comprarías tu
libertad con el dinero que te
di -dijo, de malhumor.

Gulf le miró y, por primera vez, sintió miedo.

Lentamente, dirigió sus manos al mostrador inferior,
allí había un pequeño botón
debajo de todos las facturas.

Si lo pulsaba, avisaría a Mew de que estaba en peligro. No dudó en pulsarlo.

Carraspeó, cogió un bolígrafo, extendió un cheque y escribió la misma cantidad que, días atrás, había recibido. Lo firmó y lo selló.

-Tome -dijo, conteniendo el
llanto.

No se sentía mal por el dinero en sí. Mew le podía dar mucho más que aquella
cantidad en un abrir y cerrar
de ojos. Se sentía mal porque
el había confeccionado piezas
hermosas para aquella familia y sólo le habían pagado porque querían otros servicios de él.

-No quise ofenderte -dijo el
señor Nattapol y, aun así, tomó el cheque que le dió Gulf -eran unos trajes muy bonitos, pasa una buena tarde, Gulf.

Durante un segundo, un glorioso segundo, Gulf se pensó que aquel hombre le
preguntaría por un precio por lo que había confeccionado, pero no lo había hecho.

Cuando estaba por salir, se
oyó un frenazo y Mew salió de su coche, no iba solo.

Varios guardias de seguridad
del Reino Suppasit cortaron la calle y, cuando Mew vió allí al Rey Nattapol, supo porque Gulf le había llamado.

-Gulf, sal de la tienda -
ordenó Mew, con su voz de alfa.

El chico salió corriendo hacia
su alfa y le abrazó.

-John te va a llevar a casa de tus padre, ¿de acuerdo? -le dijo Mew -yo tendré unas palabras con el Rey Nattapol
sobre el hecho de que venga a molestarte.

El omega se subió al coche
de John y éste le pasó una
mantita.

-Tranquilo, señor Suppasit,
Mew no se quedará solo -
dijo, arrancando camino a la
antigua casa de Gulf.

Gulf empezó a llorar, no podía parar, necesitaba a su
alfa y sentía que, hasta que él
no llegara a abrazarle, no se
encontraría mejor.

Mew, por su parte, entró en la tienda de Gulf y los guardias se quedaron en la
puerta.

-Ya le dije que mi omega no
está en venta -dijo, con voz
fuerte.

-Tienen una historia muy bien preparada -dijo Nattapol -¿Quién se cree que coincidieran en un bar de pueblo? ¡Un duque y un príncipe!

-Créase lo que le dé la gana,
pero Gulf es mi omega, mi marido y...

-¿Y por qué aún no te ha dado cachorros?

-Nuestra vida privada no es
de su incumbencia. Quiero
disfrutar de él antes de tener
cachorros, ¿qué tiene de malo? No vuelva a molestar
a mi omega. Gulf no es cualquier omega, es mi
Luna, se lo advierto, el Reino
Kanawut está al corriente de esto y mi padre también lo sabe, no convierta esto en una lucha entre reinos. No saldrá ganando. A Pavel no le
gustará saber que usted está
molestando a su hermano. Por favor, salga de la tienda de mi marido.

EI Rey Nattapol salió y Mew se encargó de arreglar toda la
tienda antes de cerrar. Quería asegurarse de que estuviera como a Gulf le gustaba cuando él volviera.

Mientras tanto, John dejaba al propio Gulf en las puertas del Palacio de los Kananwut.

El chico bajó y entró en su
hogar familiar.

-¿Gulf? -preguntó su madre, que le esperaba en el
recibidor con el ansia escrita
en el rosto -Mew me dijo que ibas a venir. ¿Qué te ha
pasado?

Como respuesta, Gulf se abalanzó a los brazos de su
madre y lloró.

-Ya está, cariño, estás con
mamá. No pasa nada.

-Sí pasa, mamá -dijo, llorando.

Fueron hacia la salita de estar y la mujer del servicio le trajo un té a la señora Kanawut y un chocolate caliente a Gulf -gracias - agradeció Gulf, al ver la bebida caliente frente a él. Se secó las lágrimas y miró a su madre -El Rey Nattapol está empeñado en comprarme - reveló.

-¡Cómo se atreve! -se alteró su madre.

-Está convencido de que lo mío con Mew fue arreglado. Me consta que en la fiesta que hizo el fin de semana ya habló sobre esto con Mew y él se enfadó muchísimo y dejó clara su postura: yo no estoy en venta. Pero hoy vino a hablar conmigo -lloró - pensé que podía manejarlo - dijo y se secó las lágrimas que volvieron a aparecer -le conté mi historia con Mew, todo lo que pasó, como nos conocimos.

Cuando terminé, yo pensé que a él no le quedaría más
remedio que aceptar que Mew es mi alfa. Pero no. Me preguntó qué iba a hacer en los próximos días ¡y le dije la verdad! Estaba planeando un viaje con Mew, quería sorprender a mi alfa, irnos
juntos. Iba a aprovechar todo el dinero que Nattapol me había dado por confeccionar
sus trajes y los vestidos de su mujer y su hija. Me pagó
demasiado bien y Mew me dijo que me quedara el dinero, así que quise gastarlo en unas vacaciones con mi
alfa ¿qué hay de malo? Lo más probable es que pronto
debamos de tener cachorros
y este viaje iba a ser algo
especial. Además, me hacía
ilusión pagarlo yo.

-Es totalmente lógico, cariño. Es tu trabajo y es un trabajo muy duro, siempre te lo he dicho.

-Me dijo que pensaba que
utilizaría ese dinero para
comprar mi libertad -dijo,
mirando a la taza de chocolate humeante -no sólo fueron las palabras, ?sabes? Fue el tono que usó. Se le notaba enfadado, malhumorado. Como si yo le hubiera pedido ese dinero para liberarme de Mew y, en lugar de pagar mi libertad, lo estuviera usando para irme
de vacaciones con él. ¡Pero yo
nunca le pedí que me pagara
tanto! ¡Yo nunca le dije a él, ni a nadie, que soy infeliz en mi matrimonio! ¡Al contrario! ¿Cuántas veces nos han visto por la calle riendo, abrazados y besándonos? La gente suele decir de nosotros que no tenemos comportamiento de príncipes, pero eso no nos
parece mal. Nos amamos y no
nos preocupa demostrarlo de
vez en cuando.

-Ese caradura ¿te hizo
devolverle el dinero? -preguntó su madre, indignada.

-Ante su tono, me asusté -
admitió -le dí un cheque con lo que había recibido y,
por un momento pensé que
tendríamos una conversación
de negocios. Me preguntaría
cuánto valía los trajes que
fabriqué. Pero no. No lo hizo. Recogió el cheque, se lo guardó y, justo en el momento en el que iba a salir, llegó Mew con la seguridad -cogió su taza de chocolate y bebió un sorbo. Estaba perfecta, justo como a él le gustaba -no es por el dinero en sí, mamá. Si yo le pido a Mew esa cantidad, él me la dará sin problemas. se
trata de mi trabajo. Yo hice
tres trajes de caballero y dos vestidos de señora para esa familia y resulta que me dió más dinero sólo porque tenía segundas intenciones para conmigo. Y, cuando no las consiguió, no tuvo reparo en quitarme el dinero y no pagarme por mi trabajo. Mamá ¡Soy un omega, pero mi trabajo vale dinero! Pase
muchas semanas sin aceptar
encargos sólo porque tenía
esos trajes.

-Lo quiera admitir o no, te
ha robado Gulf. Y esto, en lo que a mi respecta, ya se ha convertido en una lucha entre reinos. Ese hombre, por
mucho que sea Rey, no puede
saltarse la norma más básica
de nuestras costumbres: tratar de cortejar a un omega casado.

-En realidad, no ha tratado
de cortejarme, sólo de
comprarme -dijo, con asco.

Alguien llamó a la puerta.

-Adelante.

-Lo lamento, el señor Suppasit hijo está aquí, pregunta por Gulf.

Gulf se levantó y corrió hacia el recibidor, su marido
extendió sus brazos y el chico
se abalanzó a los brazos de Mew.

-¿Cómo estás? -preguntó Mew.

-He hablado con mi madre.

-Voy a hacer una pequeña
reunión con mi marido, Amp y Pavel. Me gustaría que estuvieran presentes. Esto no puede quedar así.

Mientras la señora Kanawut iba a avisar a su marido y a sus hijos, Gulf fue a la sala de estar con Mew.

-¿Me quieres contar lo que
pasó? -preguntó Mew, abrazándole. Gulf se puso sobre las piernas del chico, se acurrucó en su regazo y le contó todo lo que le había contado a su madre -ese
idiota...

-Quizás no le tenía que haber dado explicaciones de como nos conocimos... quizás no le tenía que haber dicho para qué usaría el dinero.. quizás...

-¡La culpa es de él! -dijo -¿Al menos te pagó algo por los trajes que hiciste?

-No...

-Bien, ese hombre ya se ha buscado un problema
conmigo.

Cuando llegaron Amp y Pavel, subieron directos al despacho de su padre quien,
al ver el estado tan deplorable de su hijo pequeño, se imaginó por dónde venía el asunto.

-¿Qué ha pasado? - preguntó con brusquedad.

La pareja contó lo que les
llevaba pasando con el señor
Nattapol. Empezaron desde el hecho de que el señor Nattapol había pagado una gran suma de dinero desproporcionada por los trajes que Gulf hizo hasta el día de hoy, donde el hombre fue a ver al omega y éste acabó devolviéndole el dinero.

El señor Kanawut cogió su portátil y se lo pasó a su hijo menor.

Había un documento en blanco con el emblema del
reino arriba a la izquierda y, a modo de marca de agua, en el centro de la hoja.

-Pon ahí, de forma muy
detallada, la factura de los
trajes que hiciste. Si tienes
facturas de telas que hayas
comprado, adjúntalas -
añadió -Ustedws tres -señaló a Amp, Pavel y Mew - iran al Reino Nattapol y entregaran esa factura, no volveran sin el dinero de Gulf. Y tú -añadió, mirando a Pavel -le darás esto al señor Nattapol -dijo y le dió una hoja -es una declaración de intenciones de lo que pasará como siga molestando a mi hijo.

Gulf miró a su padre, su voz era muy amenazadora y sintió miedo. No quería una
guerra entre reinos, pero cada vez tenía la impresion de que el Rey Nattapol era precisamente lo que quería y sólo le estaba usando de excusa.

Pasó cerca de una hora haciendo la factura. Debía de
recordar todo el tiempo que
había invertido en hacer los
patrones, en cortar la tela,
coser, las pruebas. Luego
buscó en su correo electrónico la factura por la compra de las telas y la adjuntó.

El señor Kanawut imprimió las hojas y se las dio a Mew y, tras tener todos los documentos, los chicos se
fueron al Reino de los Nattapol.

Cuando el señor Nattapol vió allí a Mew con Amp y Pavel, pensó que habían reconsiderado la oferta de
vender a Gulf.

-Me alegro de que lo hayas
reconsiderado -dijo el Rey Nattapol -firmaremos un contrato, te daré el dinero y hoy mismo Gulf dormirá aquí
Amp y Pavel sujetaron a Mew, que casi se abalanza sobre el Rey Nattapol para pegarle.

-¡MI OMEGA NO ESTÁ EN
VENTA! -dijo, furioso.

-¡Cálmate! -dijo Amp, aunque él también estaba
furioso.

-Sólo venimos por encargo de nuestro padre -dijo Pavel.

Mew puso la factura que Gulf había elaborado sobre la mesa con excesiva fuerza.

-Pague a mi omega -dijo, entre dientes.

El señor Nattapol miró la factura y luego a Mew.

-Yo ya pagué a Gulf. Y mucho más que esto.

-Sabemos que él se lo devolvió cuando usted le recriminó por usar el dinero para un viaje con su alfa -dijo Amp -no nos haga usar las cámaras de seguridad para comprobarlo, o lo haremos. Porque, de hacerlo, ¿cómo quedaría ante un tribunal que usted está tratando de comprar a un
omega casado, Luna de un
príncipe?

Cómo respuesta, el señor Nattapol extendió un cheque y puso la cifra que Gulf había puesto en la factura. De mala gana, le pasó el cheque a Mew.

-Ahora que empezamos a
hablar el mismo idioma... -
empezó Pavel -mi padre le
manda este documento. Como no deje tranquilo a nuestro hermano, romperemos los negocios que tenemos con usted. Su pueblo se provee de fruta, verduras y legumbres gracias al nuestro. No nos va a importar romper el negocio. Y, además, tenemos pruebas de que está molestando a nuestro hermano.

Sin más, Pavek dejó la hoja y, sin despedirse, salieron de
allí.

💠💠💠

Cuando llegaron a la casa de los Kananwut, Gulf parecía
muy nervioso.

-Deberían tomarse unos días -dijo el señor Kanawut - tú pareces muy cansado- dijo y miró a Mew -y tú muy estresado.

Ambos asintieron y fueron a casa, cuando llegaron, se
dieron una ducha relajante.

-No quiero separarme de ti,
nunca -le dijo Gulf, al borde de las lágrimas.

Mew le miró y allí, en la bañera, le hizo el amor. Pero
no fue algo brusco, como hacían a menudo, sino lento y suave.

-Te adoro, Gulf Suppasit -
gimió Mew, cuando llegó al final, dentro del chico.

En los días sucesivos, la vida
de Gulf fue bastante tranquila, más no su cuenta
bancaria, primero le fue
sustraído el dinero que, en un primer momento el Rey Nattapol le había le pagado y después le ingresó la cantidad que Gulf había señalado. Por otro lado, el chico cobró varios encargos que había hecho y, como iba a empezar la nueva temporada, rebajó toda su
tienda liquidación de stock,
así pues, aquella semana fue
bastante productiva.

Cuando terminó, echó cuentas y se dió cuenta de que sí podría irse de viaje con
Mew. Así pues, aquella noche preparó una gran cena con los platos favoritos de Mew y se arregló para él.

-¡Hola! ¡Ya estoy aquí! ¡Vaya!

Gulf fue hasta su marido, le besó y le agarró del brazo.

-Te he preparado una cena -
dijo y le llevó a la cocina -tu
plato favorito...

-Tú eres mi plato favorito - dijo Mew, besando su cuello y
embriagándose del aroma de
su omega.

-He preparado todo esto
porque quiero hablar contigo... -dijo, tratando de
conseguir que Mew le
escuchara.

-Aham.. -dijo, besándole y
agarrándole el trasero.

-Cariño, hablemos, cenemos
juntos, por favor -pidió.

Mew podía ser muy insistente respecto al sexo pero siempre respetaba las
decisiones de Gulf y, si en aquel momento quería hablar y cenar juntos, eso era
lo que iban a tener. Además,
su omega se había esforzado
mucho en aquella cena.

_Lo siento, te has esforzado
en esta cena -dijo Mew, mirando al suelo -¡me iré a
duchar y cenaremos juntos!
¡Oleré bien para ti!

Gulf calentó la comida mientras Mew se duchaba, cuando el chico salió, llevaba unos vaqueros y una camisa, el pelo mojado y olía muy bien. El omega se acercó a su alfa y le acomodó el cuello de la camisa.

-El sexo tras la cena no estará descartado- dijo, pegando su cuerpo al de su alfa.

Se sentaron en la mesa que el
chico ya había preparado y
sirvió la comida para los dos.

-¿De qué querías hablar?

-Bueno, he cobrado por varios trajes que habla hecho, Nattpol me ha pagado
lo que le dije, además puse la tienda en liquidación de
stock para poder hacer la nueva colección, que ya la he
mandado a hacer y... bueno,
tengo un dinero ahorrado y
me apetece gastármelo en unas vacaciones los dos solos.
¿Qué opinas?

-¿Quieres gastar tu dinero en pagar unas vacaciones para los dos? -preguntó, sonriente.

-¡Sí y sé dónde!

-¿Dónde?

-Los Tharunya tienen una isla en sus dominios, está desierta y alquilan la zona.

-¿Quieres alquilar una isla? -preguntó Mew, riendo.

-Túy yo en una isla desierta.
Piénsalo.

-Suena dermasiado bien.

-¿Cuándo puedes tener
vacaciones? ¿Y cuántas
vacaciones puedes coger?

-Bueno, por todo lo sucedido, podemos irnos este fin de semana. ¿Qué te parece irnos el miércoles al salir del trabajo y volver el domingo a última hora de la noche?

-Si, por favor.

Así pues, aquel miércoles Mew fue a buscar a Gulf a su tienda y, tras ayudarle a cerrar, fueron al aeropuerto, allí se subieron al jet privado de la familia Suppasit y fueron a la Isla Privada de los
Tharunya.

No era una isla muy grande, el avión le dejaba en la pista
de aterrizaje y, de ahí iban en
coche a la mansión donde iban a pasar la estadía.

-Madre mía -dijo Mew,
sonriendo.

Era una mansión de una sola
planta, al pie de la playa.

-¿Te gusta? -preguntó Gulf, sonriente.

-¡Es increíble!

-Esta casa es de mi amiga Parprae -admitió -la primera vez que vine aquí no paraba de pensar en ti y en lo bonito que sería estar aquí juntos, así que Prae me dijo que, cuando quisiéramos, podríamos venir. A pesar de que es de ella y podríamos venir gratis, quería pagarlo - se encogió de hombros y Mew le besó -ven te enseñaré la casa -entraron y vieron un gran recibidor donde dejaron las maletas - esta puerta de aquí da a la cocina -explicó -todo eso es el salón y sólo tiene una habitación con baño y jacuzzi -explicó y le llevó a la
habitación.

La cama era enorme, estaba
situada en medio de la
estancia, había un gran
vestidor y un baño con un
jacuzzi. Pero lo que más llamó la atención de Mew fue el hecho de que, justo frente a la cama, había un gran ventanal que daba a una piscina de cristal.

-¿Podemos salir?

-Claro.

Abrieron la puerta, que era corredera, y salieron a la terraza. La piscina era increíble, era acristalada y
daba al mar. Mew besó a su omega y le abrazó con fuerza. Su fin de semana largo empezaría en aquel momento.

-Quítate la ropa y métete en la piscina -le dijo con su voz de alfa.

A Gulf le tembló hasta el alma, pero no de miedo, sino de anticipación. Sonrió a su alfa y dió unos pasos hacia atrás. Lentamente, se fue desabrochando la camisa
y la apartó a un lado. Se agachó para desabrocharse
los zapatos y quitárselos, sin
apartar la vista de su alfa. Se
quitó los calcetines y se puso
en pie, se quitó el cinturón y
se desabrochó los pantalones,
estos cayeron hacia abajo y Gulf se los quitó y los apartó.

-La ropa interior -dijo Mee, admirando la blanca piel de su omega.

Mew mandó su cordura a volar, jamás se acostumbraría a la docilidad, a la sumisión de Gulf. Es cierto que era un rasgo característico en un omega, pero en Gulf sobrepasaba la perfección.

-Métete en la piscina -le
ordenó Mew.

Gulf obedeció y entró en el agua. Nadó hasta el final de la piscina, se apoyó en el borde, disfrutando de las vistas del mar y del sonido de
las olas al romper con la orilla, esperando pacientemente a su alfa.

Notó las manos del chico en su cintura y, por acto reflejó, echó su cuerpo hacia atrás, su trasero buscaba el miembro de Mew y, cuando lo encontró, comenzó a restregarse contra él.

Mew le empujó con fuerza contra la pared de la piscina y le penetró. Gulf gimió y miró al cielo.

Mew, por su parte, abrazó a y empujaba sus caderas, penetrándole con fuerza.

-AH... Mew.. así... hazme
tuyo... sí...

Mew besó el cuello del chico, incluso mordisqueó el lugar donde años atrás le había marcado, mientras le susurraba cuánto le amaba,
cuánto le adoraba, cuánto le
deseaba hasta que, al final,
ambos llegaron al orgasmo.

Mew suspiró tras anudar y olisqueó a su marido detrás de su oreja. No pudo evitar
fruncir el ceño, el olor de su
omega había variado. Pero eso era imposible a menos que...

-De un tiempo para acá tengo la sensación de que... te digo que te amo.. te digo que adoro, te deseo... y son palabras tan frustrantes... porque no hacen justicia a
todo lo que siento por ti. Eso
es una minima parte de lo que siento por ti, mi amor.

Sin poderlo evitar, Gulf lloró. Habían sido unas semanas muy duras y aquella declaración de amor por parte de Mew era todo lo que
necesitaba para continuar.

Nunca había dudado de los
sentimientos de su alfa, claro
que no. Pero que expresara en voz alta lo que sentía por él, le sobrepasaba.

Ahora entendía porque Mew le mandaba a diario todas aquellas plantas y no había cesado en el cortejo. Mew no creía que comprando regalos
todos los días estarían bien
eternamente, simplemente no sabía cómo decirle cuánto
le amaba, cuánto significaba
para él y aquellos regalos eran sólo una muestra de su amor: aunque te tenga a mi lado, sigo luchando por ti, por nosotros, día tras día.

-Cariño...

-Lo siento, es solo...

-Tranquilo, lo sé... sé que
sientes lo mismo, sé lo mal que lo has pasado por este tema de Nattapol, tranguilo...

Cuando el nudo se deshizo, Gulf se giró y le abrazó.

-¿Quieres contarme algo? -
preguntó Mew -estás muy
sensible.. ¿algo te preocupa?

-No, sólo.. he estado
preocupado.

-Bien ¿Quieres que vayamos
a la cama y descansemos? -
preguntó Mew.

-Bueno, es que tengo hambre -dijo Gulf.

-¡Cenamos en el avión!

-La comida del avión es
horrible... ah... me apetece
fideos.. y kimchi.. y chocolate.

Su alfa soltó uuna carcajada y, tras salir de la piscina, se
dieron una ducha, se pusieron los pijamas y fueron a cocinar.

-Fideos con kimchi para mi marido -dijo Mew, sacando comida de sobre.

-¿No vas a comer? - preguntó Gulf.

-Cené en el avión, pero algo
picaré.

Mientras Mew preparabala cena, Gulf revoloteaba a su alrededor besándole y
acariciándole. Finalmente se
sentaron en el sofá, al menos
eso fue lo que hizo Mew, Gulf se sentó encima de él mientras comía tranquilo.

-Mmm... ¡esto está muy
bueno!

El omega cenó mientras
hablaban de los planes que
tenían para el día siguiente.

-Podríamos ir a la playa -
dijo Gulf -¿Cuándo quieres hacer la barbacoa? Yo propongo el sábado, quizás el
viernes.

-Tenía pensado el viernes.

-¡Pues el viernes!

Tras la cena, Gulf y Mew fregaron todo y se acostaron a dormir.

-Cariño -dijo Gulf, haciendo un puchero.

-Dime...

-Bueno... es que.. me
apetece...

En todos sus años de relación, Gulf nunca le había
dicho tan directamente que
quería sexo. Ni indirectamente tampoco. Tenía muy interiorizado que era un omega y que esas cosas no debía pedirlas, sólo un alfa podía hacerlo y, aunque Mew siempre le había dado la libertad para pedirlo y negarse, el chico jamás lo había pedido. Cabe destacar que Mew siempre tenía ganas e iba detrás del culo de su omega, de forma muy literal, por lo que siempre se imaginó que el chico estaba muy saciado, sexualmente hablando. Por ello, cuando Gulf le dijo que quería hacerlo, le sorprendió. Sin embargo, no pudo menos que complacerle.

-En qué postura te apetece? -preguntó Mew, quitándole los pantalones y lamiendo su miembro.

-Mmm.. la que sea, pero sólo házmelo -gimió.

Bien, aquello sí que era nuevo. Gulf era muy
participativo en el sexo, solían preguntarse el uno al otro por sus posturas para poder disfrutarlo. Quizás el chico había estado más estresado de lo que pensaba.

Lo cogió en brazos, lo puso
sobre sus caderas y le abrazó
con fuerza, inmovilizándole.

Gulf estaba a horcajadas sobre el cuerpo de Mew, no se podía mover, estaba muy necesitado y lo siguiente que notó fue el miembro de Mew penetrándole con fuerza.

-¡Ah! ¡Sí!

Gulf se tumbó sobre el
cuerpo de su alfa, disfrutando del sexo, de las fuertes embestidas y de sentirse tan a punto.

-Mmm... ¡alfa!

Su alfa le estaba dominando y lo estaba disfrutando, así
disfrutaba del sexo, pero sólo porque se trataba de Mew. Sólo le permitía ese trato a Mew porque Mew no sobrepasaría jamás sus límites.

Le clavó las uñas en las caderas y se corrió, manchando su abdomen y el de su marido. Mew, por su parte, se corrió dentro de su
marido y anudó.

-Perfecto -dijo Gulf y se quedó dormido sobre el chico.

Con una sonrisa y un pequeño ardor en las caderas
debido a las heridas que le
había causado las uñas de Gulf, Mew se quedó dormido.




Próxima semana termina esta historia.

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