Chaeyoung estaba preocupada, Mina no era una persona que tuviera una estabilidad en prácticamente nada pero lo intentaba, solo que últimamente a estado perdiendo el control de la mayoría de las cosas que para ellas era normal.
Como besos, abrazos y cosas más privadas, la mayor se iba o la dejaba confundida con cualquier frase rara que le pasará por la mente, algo que nunca pasaba.
Una semana de la llegada de Nayeon basto para que éste par cambiará la forma de vivir, al punto de que Chaeyoung creía que Mina se traía algo entre manos con la mayor de las recién casadas.
Sus salidas a toda hora, sus miradas cómplices y risas nerviosas, no, no era que pensaba que tenían una "relación" o algo por el estilo, al contraria, esto era un secreto, porque cuando intentó hablar con su novia ésta dijo.
"Claro que no Chaeyoungie todo está bien".
Nada estaba bien, ella lo notaba, Jihyo lo notaba pero se hacía la loca, tenía asuntos más importantes, todas las chicas se daban cuenta y las únicas que parecían no importarles mucho, eran Nayeon y Jeongyeon, eso trajo varios conflictos e ideas para la cabecita de la híbrida.
Espiarlas mientras hablaban, no funcionan porque Minaestaba al tanto de cualquier movimiento.
Encararlas, tampoco funcionó, demasiado tímida para hacer ese tipo de cosas.
Llorar y suplicar para que le dijeran, quería ser parte de lo que sea que estaba pasando y no sabía.
Y cada que intentaba entrar que le faltaba un beso, una caricia o lo que sea que usaba para chantajear a Mina, llegaba Nayeon y las interrumpía.
También pasaba eso con la híbrida, le regalaba cosas, hacia todo lo que quería y cuando estaba apunto, Mina llegaba, se cruzaba de brazos con características mirada y hacia que la mayor se apartará corriendo.
— ¿Sigues pensando en hacer algo para que te cuenten? —Jihyo siempre al tanto de todo.
— No, estoy pensando en cuál será el secreto más no que hacer para que me digan —Se encogió de hombros y apoyo su rostro en su mano derecha, con un mohín bastante grande.
— Deja que Mina tenga sus secretos, las parejas necesitan como una cápsula —Chaeyoung la miró de reojo y bufo.
— No sabes de parejas, no tienes una —Jihyo puso los ojos en blanco y se lanzó al sofá— ¿O si?.
— No es tu asunto.
— ¿Tu también me dejas fuera de tu vida? —Preguntó con el entre cejo demasiado fruncido.
Mina nunca pensó estar en ésta situación, ya sea porque creía que se lo iban a pedir a ella o porque nunca creyó, ni siquiera le paso por la mente casarse.
No creía en el matrimonio, eso del "Santo Matromino" le parecía la cosa más disparatada y estupida de todo en general.
Si que la híbrida la sacaba de sus creencias, Nayeon le enseñó uno y sonrió, mostrando la similitud que tenía con el de ella— Me parece hermoso, además la piedra que tiene es morada y a Chaeyoung le encanta ese color —Recordó.
— Lo se —Pasó su dedo índice por éste y negó— Creo que mejor venimos otro día —Se dio media vuelta y dos híbridas que estaban en la puerta la obligaron a seguir con lo que hacia.
Ya había pasado varias veces así que Sana y Momo se ofrecieron a empujarla cada vez que se sintiera insegura.
— Dejenme pasar, esta vez vez tengo que irme de verdad —Era la cuarta vez que decía lo mismo.
— Myoui Mina vuelve acá ahora mismo —Demandó la castaña— Tengo un humor como para arrancarte los ojos y golpearte con ellos —Murmuró y apretó el puente de su nariz con sus dedos— Así que vuelve ¡compra el puto anillo y dáselo! —Gritó y golpeó la vitrina— ¿Que me ve? —El señor que la veía con asombro bajó la mirada al periódico.
— Sigo pensando que lo que lleva en su vientre es un monstruo de tres cabezas come órganos —La peli rosa y la peli negra asintieron a las palabras de la menor del grupo.
— ¿Que dijiste? —Tragó grueso y sonrió mientras daba saltitos, abrazó a Nayeon con una sonrisa incomoda y señaló el que quería.
— ¿Efectivo o tarjeta? —Una chica alta de hermosa sonrisa llegaba a atenderlas.
— ¿Nos vemos cara de mafiosos o que? —Mina pisó a Nayeon para que se callara— Obvio que tarjeta, esto cuesta una millonada ¡con efectivo! ¿Cuanto seria? Bolsas y bolsas de dinero —La chica miró a Mina que se disculpó y le señaló el abdomen.
— Tarjeta entonces.
— Gracias señorita —Todas agradecían menos Nayeon que la veía con recelo.
— No me digas señorita, dime Sowon —Le estaba coqueteando a Mina— ¿Te han dicho que ti-
— Si se lo han dicho, ¡cínica! Se va a casar —Agarró a la pelinegra del brazo para sacarla y las otras dos no tuvieron de otra que seguirlas con vergüenza, todo el mundo se volteaba a ver como Nayeon arrastraba a Mina a la salida.