Taehyung a lo largo de su vida ha tenido que tomar una amplia variedad de desiciones para solucionar situaciones en las que se veía involucrado. Pero esta vez debía tomar una un poco más difícil.
Dejar que la única persona que lo ha visto y tratado como un ser con sentimientos se olvidé para siempre de su existencia. Más o menos.
Aquella noche Taehyung por primera vez odió su trabajo. Por el simple hecho de que debía alejarse de él, también porque Jeongguk había llorado mares contra su camiseta y eso no tenía perdón. Cómo es que podian haber hecho que esos grandes ojos se llenaran de pena. Eso le enojaba tanto, porque el quería ver al peliblanco siempre contento, mostrando sus dientes delanteros que a veces lo hacían lucir infantil.
Pero Taehyung no era tonto, sabía lo que hacía y ahora solo tenía que esperar.
Ya llegaría el momento, pero aún era muy pronto. No podía llegar nuevamente a su vida hasta que Jeongguk y sus superiores se hayan olvidado por completo de él.
Porque renunció y ahora se convertía lentamente en un mortal común y corriente. Debía aprender un montón de cosas nuevas, la vida de un humano estaba llena de dificultades y sorpresas. Tan solo esperaba que en el camino su plan no cambiara de rumbo, porque era totalmente incierto.
Al igual que Jeongguk, Taehyung al convertirse en humano podría olvidar todo su pasado como cuidador. Y eso le aterraba, pero esperaba que el destino estuviera de su lado. Y con algo de suerte, lograría volver a encontrarse con un muchacho peliblanco de sonrisa bonita.