MINI MARATÓN: 2/2
Colette
Dean había llegado temprano a su casa ese día. Después de su discusión de días antes se habían reconciliado. Sin embargo, Dean estaba raro. No era el mismo Dean de siempre.
-¿Qué sucede?- preguntó Colette dejándole un camino de besos por su mandíbula.
Ambos estaban recostados sobre la cama de Dean. Las sabanas cubrían el cuerpo desnudo de ambos.
-Casémonos- susurró Dean contra su cabello.
-¿Qué?
-Escapemos, conozco un pueblito de Italia al que podemos ir y perdernos del mundo- dijo Dean, ahora Colette lo miraba a los ojos- ¿No sería lindo?
Colette soltó una carcajada.
-¿Casarnos?
-Si.
-Dean, me iré con mis amigas a Nueva York en pocos meses- le recordó ella.
-¿Y...?
-Que no quisiste venir con nosotras, quedamos en tener una relación a larga distancia pero... ¿casarnos?
-¿No te gustaría?- Dean sonaba nervioso y desesperado.
-Yo... claro que si, algún día- Las manos de Dean serpenteaban por su cintura- Pero no ahora, apenas tenemos 18.
-Cásate conmigo, Coco- dijo él agarrando algo de la mesita.
Le puso un lindo anillo en frente. Era simple pero hermoso.
-Dean...
-Propongo algo- dijo él rápidamente- Acepta. Estaremos comprometidos un tiempo y veremos que pasa luego.
-Dean... es hermoso pero yo...
Dean la calló con un beso. Era fuerte y desesperado. Dean últimamente la estaba besando diferente.
-Si- susurró Colette contra sus labios.
Dean se puso encima de ella con fuerza.
-¿Te casarás conmigo?
-Si- Colette le arrebató el anillo y se lo puso en el dedo anular- Nos casaremos en un pueblito de Italia... algún día.
-Te amo- susurró Dean contra sus labios.
-Te amo.
Sus cuerpos se fundieron en el otro una vez más.
El día que se irían al pueblito de Italia que ambos habían prometido, Colette se levantó con una sonrisa en el rostro y la emoción brillando en sus ojos. Se irían en la noche, por lo que Colette alistó su maleta y se quedó esperando a Dean. Lo pensó muchísimo y decidió que si... se casaría con Dean, él era el correcto entonces ¿Por qué esperar?. Decidieron hacerlo en secreto, se casarían sin decirle a nadie y luego volverían para ir a Nueva York como una pareja casada. Todo sería perfecto.
Esperó a Dean por más de tres horas. Sin saber a dónde ir, decidió ir a la casa de una de sus mejores amigas, lo que ella sabía que no estaría ocupada y que no diría nada. Cuando llegó, nunca se habría imaginado con lo que se encontró.
Ahora, después de salir de aquella casa, caminaba rumbo a su casa, con las lagrimas inundándole los ojos y el cuerpo temblándole. Su corazón latía con rapidez y comenzaba a sentir como se le cortaba la respiración.
Oh, no. Otra vez no. Por favor, ahora no.
"Soy una estúpida"
"¿Cómo no me di cuenta?"
"Me dejó por Eli. Ella es mejor que yo"
Logró llegar a su casa con mucho esfuerzo. El cuerpo le tembló hasta tal punto que apenas si podía mantenerse en pie. No entró a la casa, dejó la maleta tirada en la entrada y se fue directo a la casa del árbol a la que no entraba desde hacía años.
Se acurrucó en una de las esquinas y comenzó a llorar con fuerza. Su cuerpo daba fuertes sacudidas mientras sentía como las gotas de sudor bajaban por su sien.
"no me está pasando a mi, no me está pasando a mi" se repetía en voz baja.
"no soy suficiente, no soy suficiente"
"no podré seguir adelante, no podré seguir adelante"
"nadie me va a querer, nadie me va a querer"
"me voy a morir, me voy a morir"
Colette sintió como su pecho se cerraba y se quedaba sin aire. Comenzó a respirar con fuerza. La sensación de ahogo le provocaba ganas de vomitar. No podía respirar.
"No puedo respirar, no puedo respirar"
"Esto me matará"
Estaba tan concentrada en todas la sensaciones sofocantes que la llenaban que no se dio cuenta cuando alguien se acurrucó a su lado.
-Coco- dijo esa persona.
De pronto, llegó una segunda persona.
-¿Eli te llamó?- preguntó una.
-Si- le respondió la otra.
Olivia y Lauren compartieron una mirada. Ya sabían que hacer.
-Colette- la llamó Lauren suavemente acurrucándose frente a ella pero sin tocarla- mírame.
Colette no pudo abrir los ojos. El aire se le estaba yendo.
-Me- me estoy ahogando- masculló Colette.
-Sé que tienes calor- dijo Olivia rozándole la mejilla suavemente con la mano- Pero mira, estamos fuera. Hay brisa. Disfruta de la brisa.
Colette se hizo consiente del viento que le pagaba en la cara. El calor de su piel comenzaba a disminuir.
-Tratemos de respirar- dijo Lauren- ¿Recuerdas, Coco? Como un compás de cuatro cuartos.
Lauren comenzó a hacer la marcación con su mano tal y como Colette le había enseñado.
-Un, dos, tres y cua'. Un, dos, tres y cua'
Lauren y Olivia se sentaron frente a ella sin tocarla, pero acompañándola en todo momento. Juntas empezaron a respirar al ritmo del compás que marcaban Olivia y Lauren con los dedos.
-Vamos, Coco. Enséñanos como se hace- pidió Olivia en voz baja.
Colette comenzó a abrir los ojos con lentitud. Cuando por fin los pudo abrir por completo y las vio a ambas, las lagrimas seguían rodando por sus mejillas pero su respiración comenzaba a ser mas lenta y profunda.
Poco a poco dejó de temblar. Olivia tomó su mano con suavidad. Lauren hizo lo mismo con la otra. Las tres respiraron juntas y sintieron el viento en la cara.
Thomas tomó su mano. Le dio un apretón que la hizo volver a la realidad.
El recuerdo se desvaneció al ver a Eli y a Dean.
Colette apartó la mirada de ellos y se centró en Thomas a su lado. Él le sonreía. Ella le sonrió también.
Colette entró a la casa con Thomas de la mano.
-Hola, Kristen- saludó a la madre de Lauren- Señor Reed.
-Hola, Colette- la saludó el padre de Lauren.
-Buenas tardes- saludó Thomas en general.
Cuando llegaron a la sala, Dean y Eli estaban contemplándola en silencio. Lauren y Michael estaban sentados en el sofá en silencio también, este último le dedicó una sonrisa de agradecimiento, pues había sido ella la que lo había ayudado a sorprender a Lauren en el pueblo.
-¡Coco!- chilló la hermana pequeña de Lauren corriendo a abrazarla.
-Hola, chicos- saludó a todos los hermanos en general.
Todos respondieron el saludo y el ambiente se llenó con un tenso silencio.
-Bueno, chicos. Todos arriba- anunció la madre de Lauren empujando a sus hijos hacia la escalera- Los dejaremos charlar un poco.
Todos refunfuñaron mientras subían las escaleras. Se notaba que todos quería quedarse para saber el chisme. Hasta la esposa del hermano de Lauren, Karen, subió las escaleras cabizbaja. Todos los integrantes de la familia Reed subieron las escaleras, menos Lauren, claro.
Lauren se levantó del sofá y extendió la mano hacia Michael. Él la recibió levantándose del sofá.
-Prepararemos té en la cocina- anunció Lauren- ¿Ustedes quieren?
Eli y Dean negaron con la cabeza.
-No, gracias- dijo Colette.
-Estoy bien así- respondió Thomas.
-Bien- dijo Lauren arrastrando a Michael hacía la cocina- Supongo que será Té para dos.
Los dos desaparecieron por la cocina.
-Puedo acompañarlos en la cocina...- le susurró Thomas al oído. Colette no le soltó la mano, le dio un pequeño apretón que Thomas supo comprender a la perfección.
Thomas se quedó a su lado. Cuando encaró a Dean y a Eli se alegró de no sentir ninguna sensación rara en el estomago. Se sintió... normal. Sin rencor, sin resentimiento.
-Soy Eli- saludó ella a Thomas cordialmente.
-Thomas- respondió él.
-Soy Dean- le dijo él tendiéndole una mano- Un gusto
Thomas miró su mano con una ceja arqueada. No se movió.
-Diría que lo mismo, pero me temo que no es así- respondió Thomas con una sonrisa cordial en los labios.
Dean apartó la mano incómodo.
-Colette- comenzó Eli. Ella no la iba a interrumpir quería ver lo que tenía que decir- Nunca me cansaré de repetir lo muy arrepentida que estoy. Lo siento mucho.
-Yo también- respondió Colette- Pero la verdad no se por qué debemos hablar.
-Oh- dijo Eli sonriendo y acariciándose el vientre- Nosotros queríamos disculparnos contigo y felicitarte por tu éxito en Nueva York.
-Pues muchas gracias- dijo Colette simplemente- ¿Cómo va... tu embarazo?
-Va muy bien, gracias por preguntar. Esperamos a un niño en febrero.
Colette asintió con la cabeza. Que bien ellos que tendrían un bebé. Ella no creía ser capaz de tener uno alguna vez. La sola idea de tener hijos la hacía estremecerse.
-En verdad lo siento mucho, Colette- empezó Dean.
-No quiero escucharte- admitió Colette- tengo que admitir que ya no me duele oír tu voz, pero aún así no quiero escucharte, Dean.
Dean no la podía mirar a los ojos. Su mirada estaba adherida al suelo.
Colette se aclaró la garganta preparándose por lo que estaba por decir. Sintió que era el momento oportuno.
-Debo decir que ya lo superé- admitió Colette. Thomas le dio un apretón a su mano- Ya los superé.
-Se nota- masculló Dean.
Eli le dio un codazo en la costillas y Thomas borró la sonrisa de su rostro.
-Entonces... ¿Nos perdonas?- preguntó Eli con una sonrisa.
-No- respondió Coco.
Eli y Dean hicieron una mueca.
-No creo perdonar algo así jamás- dijo Colette- Pero, ya seguí adelante. Me di cuenta que no podía quedarme ahí. Ya cambié de capítulo y seguí adelante sin rencor, ni resentimiento.
Thomas pasó un brazo por sus hombros y la atrajo un poco. Le dio un beso en la cabeza.
-Me alegro mucho por ti- dijo Eli con una sonrisa.
Los ojos de Eli se cristalizaron y Colette negó con la cabeza. Si comenzaba a llorar Colette no quería verla. Colette sacó una cosa de su bolso.
Le tendió el pequeño anillo de compromiso que Dean le había dado. Eli lo agarró con manos temblorosas.
-Ya no lo necesito. Es un recuerdo que ya no quiero guardar.
-Lo siento- dijo Eli limpiándose la lagrimas- Las hormonas.
-Claro...- masculló Thomas.
-Me alegro por ustedes- dijo Colette- Suerte con su hijo y su compromiso.
Las lagrimas comenzaron a rodar por los ojos de Eli. Dean la abrazó y le puso una mano sobre el abultado vientre.
-Gracias por darme esta experiencia- les dijo a modo de despedida- me hicieron abrir los ojos y madurar. A veces se necesita que te rompan el corazón en miles de pedacitos para encontrar a una persona mejor- dijo Colette señalando a Thomas con la cabeza.
Dean por fin la miró a los ojos. Él le dedicó una sonrisa y ella inevitablemente se la devolvió también. Una vez lo amó, eso jamás se le olvidaría. Ahora, afortunadamente, no sentía nada por él.
Unos aplausos los interrumpieron. Lauren salió de la cocina aplaudiendo y con una galleta en la boca. Michael la seguía con cara de vergüenza.
-Que bello- dijo ella con la galleta aún en la boca.
Michael agarró uno de sus brazos y la devolvió a la cocina.
-Están hablando en privado- le susurró Michael a su amiga.
Ambos volvieron a desaparecer por la cocina.
-Adiós, Coco- le dijo Eli comenzando a avanzar hacia la puerta.
-Adiós- Colette se despidió.
Dean y Eli fueron hasta la puerta. Dean la abrió y salió. Eli se giró hacia Colette una vez más.
-Lindo chico- le dijo guiñando un ojo.
Ambos se fueron.
-Con tal de que no me lo robe- dijo Colette rodando los ojos cuando la puerta ya fue cerrada.
-Nadie me tiene que robar- dijo Thomas arrugando la nariz- Tendrían que arrancarme de tu lado, nada me puede despegar de ti.
Thomas la abrazó y plantó un suave beso sobre sus labios.
-¡Ya puedo salir!- chilló Lauren saliendo de la cocina.
Michael la siguió con una sonrisa boba en el rostro.
-Coquito- dijo llegando a su lado- ¿Cómo te sientes?
-Liberada y tranquila.
Lauren la abrazó con fuerza.
-Me alegro, amiga- Lauren no la soltó por algunos minutos- ¿A mi me perdonas?
-A ti ya te perdoné, estúpida- le dijo Colette soltándola- Pero deja de ser tan mentirosa y metiche- dijo Colette en broma.
Lauren la soltó y apartó la mirada. Era impresión de Colette o la expresión de Lauren había cambiado drásticamente.
-Lauren...
-¡Ya podemos salir!- chilló el pequeño niño pelirrojo bajando las escaleras a toda velocidad.
Casi 10 personas comenzaron a bajar las escaleras.
Luego le preguntaría a Lauren por su repentino cambio de humor.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Hola, hola.
Espero que este capítulo te haya gustado.
Por fin conocimos la historia de Dean, Eli y Colette. ¿Que les pareció?
Quedan poco caps *se va a llorar* voy extrañar a estos personajes. Sé que ustedes también.
Muchas gracias por leer mi historia.
Con amor.
-Manu <3