Siente Conmigo [BORRADOR]✔©

By Elisa_Targaryen

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La misteriosa y extraña enfermedad de Edwin Black Hemsworth cree que tiene todas sus emociones milimétricamen... More

Sinopsis
1. Quiero dormir
2. Donas
3. Miradas extrañas
4. Me siento como un libro, leída
5. Apariencias
6. Puto amor
7. Decisiones importantes
8. ¿¡Hasta el casamiento!?
9. Idiota mal educado
10. Tu vida es nuestra vida
11. El destino me odia tanto como él
12. Me sales hasta en la sopa
13. ¿Un te odio y un beso?
14. No estoy loco
15. ¡¿Estilo de cornuda?!
16. Compartiendo el dolor
17. Hermosa y sexy manera de picar panqueques.
18. Héroe de ojos oscuros
19. Yo loca y tú imbécil
20. Tequila y unas verdades
21. La pérdida y el enigma
23. Alcohol, besos y casi besos
24. Sensaciones
25. Cambios, confesiones y botas
26. Tormenta de emociones
27. Abrázame que te odio
28. Chocolate mentolado
29. Mejillas sonrojadas
30. Sonrisas alentadoras
31. Dolores y preocupaciones
32. Planes de campamento
33. Inicio de campamento
34. Sustos en el bosque como bienvenida
35. La marca del comienzo
36. ¿Qué me está pasando?
37. El servicio
38. Un te extraño y el asado de piraña
39. Efectos colaterales
40. El inicio del cambio
41. Besos cobrados
42. Seductora
43. Poniendo etiquetas
44. Juegos del hambre
45. No puede ser
46. Flechas al corazón
47. Dulce amor mío
48. Explicaciones pendientes
49. Sexys abdominales y un trato
50. Aceite de oliva extra virgen y regaliz
51. Piropos de media noche
52. Dos jodidos problemas
53. Algodón de azúcar
54. Dueles, corazón
55. Sonrisas neón
55.1 Touch me and love me
56. Esperanzas con sabor a chocolate
57. Sushi y paranoia
58. Cuidado Avita
59. El acantilado
60. "Un momento romántico"
61. TE AMO
62. Seattle
63. Lees aquí mi alma
64. Trouble
EXTRA

22. Girasoles e invitaciones

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By Elisa_Targaryen

Ava

—Buenos días. —La voz de Ruby interrumpe mi sueño plácido. Se lanza a mi lado en la cama haciéndome pegar un brinco.

Mi primer pensamiento como siempre es que no quiero ir a la escuela.

—No quiero ir a la escuela —murmuro mientras me estiro y pongo mis brazos sobre mi cara para que la luz matutina no me moleste.

Julia también se encuentra aquí, camina hasta nosotras y se lanza a nuestro lado. —Hoy es sábado.

Levanto mi cabeza en sorpresa y las miro ambas. —¿Ah sí? —Me acabo de enterar hoy es sábado. Menudo despiste el mío—. Igual no quiero despertar. —Vuelvo a estirarme.

Ruby se pone de pie y abre las cortinas. —Vamos Vivi, mira que lindo día.

—¡No! —Mi voz sale con todo el drama posible que puede adquirir.

Veo a Julia también ponerse de pie y las escucho murmurar algo, acto seguido cada una me toma por una pierna y comienzan a arrastrarme fuera de la cama.

—Si supieran lo que debo hacer hoy no estuvieran aquí interrumpiendo mi sueño sagrado. —Mis palabras salen entrecortadas gracias a que me vuelvo a estirar.

Ruby toma a Fumaza del suelo y la estrecha entre sus brazos y comienza a hablar con ella como loca demente.

—¿Qué puede ser tan malo para que no te quieras despertar? —Julia se cruza de brazos.

—Ella siempre es así, ¿no recuerdas la cantidad de veces que llega tarde? —dice Ruby en un tono burlón.

Me revuelvo el pelo. —Hoy...hoy...hoy...hoy debo regar las plantas del jardín que están frente al edificio. —Me siento en la cama y me echo hacia atrás de un golpe dramático al terminar esa frase.

Mis dos amigas comparten una mirada y luego estallan en carcajadas. —Vivi, no es tan malo, hay cosas peores como...no sé como que pero las hay —dice Ruby entre risas.

—Después de eso podemos hacer lo que queramos —dice Julia.

—Me sirve –su proposición me sirve para ponerme de pie sobre la cama y pegar un salto hacia el suelo—. Me visto y bajamos —anuncio caminando hacia mi closet para decidir mi ropa y luego ir al baño a tomar una ducha.

—¡Mueve el trasero! –grita desde la cama, Ruby.

—Siiiii. –respondo redireccionando mis pasos hacia la ducha.

_

—Ya estoy. —Salgo vestida del baño. Llevo puesto un pullover gris, unos pantalones un poco holgados y unos tenis Converse totalmente blancos.

—Avita, ¿tienes en cuenta que vamos al jardín no? —Mi amiga la de rizos achocolatados pregunta enarcando una ceja mientras me mira de arriba a abajo.

—Aquí está todo bajo control. —Me dirijo hacia la puerta de la habitación dándoles la espalda.

Me giro hacia ellas. —¿Qué esperan?, ¡vamos! —Las alento a moverse.

—Ok, después no digas que no te advertimos. —Julia me pasa por el lado y Ruby se levanta de la cama encogiéndose de hombros.

Ruedo los ojos. —Exageradas —digo uniéndomeles para pasar un brazo por encima de un hombro de cada una y bajar.

_

—¿Entendieron todo? —La preocupación de mamá es evidente en su tono. Ella sabe que esta o cualquier tarea bajo nuestras manos puede salir mal perfectamente en todos los sentidos de la palabra.

—Sólo un poco de agua después de haber plantado las semillas —vuelve a repetir abriendo los ojos y posando su mirada en mi.

—Sólo un poco de agua —murmuro casi inaudible para que se me pegue el dato y no olvidarlo, sí, tengo mala memoria.

Ruby se acerca a mi y arranca de mis manos el paquete de semillas de girasol que tenía. —Tranquila Claire, yo superviso.

—¿Más o menos cuántas semillas hay que sembrar? —Julia interviene con una buena pregunta.

—Todas las posible. Ava, en unos meses todo ese frente debe estar plagado de girasoles, si veo que no es así ya sabré que lo que hicieron fue un churro —nos avisa claramente mamá señalando a cada una de nosotras—. El día que todos los vecinos del edificio nos reunimos quedamos nosotros encargados de esta tarea —dice y nos da la espalda y desaparece subiendo las escaleras.

Tras la retirada de mamá, Julia habla mientras toma en sus manos la pequeña pala que nos dio mamá. —¿Creen que sea muy difícil?

—Será pan comido —respondo cogiendo la regadera llena de agua y comenzando a caminar.

—Habló la que no quería ni levantarse por esto. —Le sigue Ruby apresurando el paso para abrir la puesta principal y esperar que salgamos.

Media hora más tarde...

Dios santo, me confié y llegué a pensar que sembrar unas simples semillas no era para tanto, y bueno no lo es pero la cosa cambia cuando son muchas. Siento que he hecho ejercicio para un mes, el dolor que tengo en mis piernas es inmenso, ya no siento la planta de los pies. Nos distribuimos cada una tarea para cada cual, Julia caña un poco con la pala, Ruby echa las semillas y yo pues riego un poco.

—Platiquemos un poco, hoy me siento sedienta de chisme. —Ruby habla entusiasmadamente mientras lanza una semilla de girasol en el hueco que acaba de abrir Julia.

—¿Qué? —Me encojo de hombros ante su mirada y echo el agua correspondiente.

Señala el edificio del lado. —¿Ahí vive Edwin?

Asiento lentamente con la cabeza sin levantar mi vista del suelo.

—¿No has hablado más nunca con él? —Julia interviene y después abre otro hueco en la tierra.

—Se cruza en mi camino muchas veces, intercambiamos casi siempre las mismas palabras. —Mi tono de voz es neutro, no muestro ninguna emoción en él.

—Apuesto a que ha pasado algo relevante pero gracias a tu memoria no nos has contado. —Ruby se cruza de brazos.

—Pues sí —sonrío en modo de disculpa—. Es tan raro —un suspiro inconsciente se escapa entre mis labios—. Si sucede algo fuera de lo común que no sean sus declaraciones constantes de odio prometo contarles.

—¿Te odia? —pregunta Ruby extrañada.

—Así de extrañada como tú lo estás lo estoy yo. —Me encojo de hombros.

—¿Ese suspiro que acabas de tener a que se debe? —Julia abre otro hueco en la tierra.

—¿Eh? –levanto la vista sin saber de que habla.

—Hace un momento acabas de suspirar como alguien que está enamorado. –Ruby canturrea.

—No empiecen a hablar boberías. —Ruedo los ojos ante sus palabras.

—¿A caso estás nerviosa? —Julia insiste en el tema.

—Julia, tú no eres así, es ella —señalo a Ruby acusatoriamente—, la que siempre me ataca a preguntas sin sentido para mi. Te estás contagiando.

—Hablando del rey de Roma asoma su corona. —La vista de Ruby se posa justo detrás de mi y siento que me tenso al escuchar lo que acaba de decir.

—Es él —murmura Julia dándome un leve golpe en el hombro.

Mis ojos como siempre enfocan su figura haciéndome detallar cada gesto que hace. Por un momento siento que me podría quedar toda la vida así más al darme cuenta de lo que estoy pensando agito mi cabeza para alejar esas ideas absurdas de ella.  Piso algo pero no le presto atención, toda está en él, siento algo frío caer sobre mi pie derecho pero lo ignoro, lo sigo observando, está de espaldas a nosotras hablando por teléfono, en un instante cambio la vista hacia mi pie donde siento ese frío extenderse cada vez más.

—¡Mierda! —grito por todo lo alto al ver mi zapato derecho todo enfangado y mojado gracias a la regadera de agua que sujeto.

Se gira y puedo ver su cara de confusión, mi grito lo tomó por sorpresa. —Mierda, mierda, mierda. –vuelvo a repetir rápidamente mientras hago el intento de quitar un poco la suciedad de fango pero lo único que logro es ensuciarme las manos.

—Te lo dije. —Ruby hace su intervención.

Ruedo los ojos. —No me lo reproches. —Me caigo de hombros dándome por vencida respecto a mi zapato.

Lo vuelvo a buscar con la mirada pero ya no está ahí. Me estás volviendo estúpida, Edwin.

Escucho el ruido del motor de un auto apagarse y por un segundo imagino que es él viniendo a molestarme como siempre. Veo a Chase bajarse del auto y comenzar a caminar hacia nosotras.

—¿Me extrañaron? —Extiende sus brazos hacia nosotras con una gran sonrisa que lo caracteriza en sus labios.

Veo a Ruby rodar los ojos. —Nadie te extraña, Romeo.

—¿A qué nos honra tu gloriosa presencia por estos rumbos? —Le hago una reverencia.

—Mis damicelas, vengo a invitarlas personalmente a una fiesta que daré en mi humilde morada esta noche. —Me devuelve la reverencia.

Julia bufa cansada de nuestra bobería. —Ya párenle, hablen normal.

—Ay, que sensible. —La empujo con mis caderas.

Chase la mira extrañado y vuelve a comenzar a hablar. —Ya saben, están personalmente invitadas.

—Bicho, por primera vez desde que llegaste dices algo que sirva. —Ruby le salta encima dándole un abrazo.

—Ru, nos seas cruel, recuerda que es tu proveedor fiable de fiestas. —La regaño.

Ladeo un poco mi cabeza en señal de duda hacia su propuesta. —No sé si vaya.

Ruby abre su boca en señal de que va a protestar. —¿Cuándo fue la última vez que fuimos a una fiesta? —se cruza de brazos—. Ah cierto, hace meses o un año.

Ruedo los ojos, es inevitable negarse con ella.

—Tu tranquilo bicho, cuenta con nuestra presencia.

—A las 8:00 PM las espero por allá. —Chase nos da un guiño.

—Nos vemos. —Choca uno de sus puños conmigo y se comienza a alejar dejándonos solas otra vez.

Horas más tarde: 7:00 PM

Estoy sentada en una silla que hay en mi cuarto. Julia está acostada boca arriba en mi cama y Ruby está dando vueltas alrededor de la habitación sin parar.

—Ava, son las 7:00 PM y tú no te has puesto ni las bragas. —La molestia en su voz es obvia.

—Si llevo bragas, no seas dramática —hablo súper lento, no tengo ganas ni de moverme.

Mis dos amigas fueron a sus casas y se vistieron para ir a la fiesta pero yo estoy intacta.

Ruby palmea sus manos. —Bien, hoy seré tu estilista, te vas a ver radiante. —La veo adentrarse en mi closet y comienza a revolver todo ahí adentro.

Después de unos segundo ahí dentro sale y nos mira emocionada.

—Santo cielo, ¿cuándo pensabas usar esto?, ¿a caso se lo dejabas a tus nietos? —Sale del closet con unas botas negras altas con tacón cuadrado y un vestido del mismo color de tirantes, ajustado y con brillos.

—En realidad no había encontrado la ocasión. —Me caigo de hombros y suspiro.

—Entra aquí y ponte esto. —Me toma por un brazo y me empuja dentro del closet.

Salgo a paso cansado y paro frente a ellas. Veo la cara de Ruby iluminarse y Julia me analiza de arriba a abajo.

—No es mi estilo pero te ves genial —dice Julia poniéndose de pie.

Ruby pone una mano en su mentón como pensando. —Faltan detalles como por ejemplo: la pose; endereza la espalda, no quieres parecer una tortuga. —Se para detrás de mi y me toma por los hombros echándolos hacia atrás.

_

Son las 8:10 PM y ya hemos llegado, Ruby aparcó su auto al frente de la casa de Chase donde hay otros también. Pensé que las botas me harían caminar como pingüino, pero no, todo va fluyendo de lo más normal. Julia viste unos pantalones oscuros ajustados, una chaqueta color verde militar y unas botas cortas negras, Ruby lleva puesto un vestido azul celeste de manga larga y unos tacones plateados que hacen resaltar sus fenomenales piernas. Antes de salir hacia aquí me maquilló, me hizo un delineado y agregó un look ahumado con brillos, lo admito me  veo hermosa, yo con mis propias manos no hubiera logrado este gran resultado, no soy una experta en el mundo del maquillaje.

Pasamos el portón y llegamos al jardín delantero, la música se escucha aquí afuera, hay muchas personas en este lugar como adentro, se puede ver como las luces de colores parpadean dentro de la casa.

—¿Listas? —pregunta Ruby asumiendo pose empoderada, alza un poco su mentón y nos mira.

—Nunca lo estaré más. —Julia responde emocionada tomando mi mano.

—Eso creo. —Le doy respuesta a la pregunta de mi amiga y la tomo de la mano a ella también.

Vamos a ver que nos guarda la noche.

 

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