Hice algunos cambios en esta historia, había algunas cosas que me inquietaban, como la falta de detalles o algunas incoherencias. Es la primera vez que escribo un libro de este tipo, simplemente no lo tomen muy en serio.
Gracias por leer y continuar ♡.
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Me encontraba caminando sin ganas en dirección a mi hogar, seguramente no me encuentre a mi esposo en casa y le hayan encomendado otra misión. Aunque ya me acostumbré a su ausencia me dolía por no poder estar con la persona que mas amaba, quería estar a su lado pero su trabajo nos privaba de tiempo.
Muchas veces intento ocultar mi tristeza para que no lo note, pero cada vez soy mas torpe y creo que él lo está notando. Cuando le sonrío despidiéndome me mira antes de irse para analizarme, mas de una vez se quedó parado en la entrada sin apartar su vista sobre mi y eso me ponía nerviosa porque no quería que lo notara, al final decidía no decir nada y se marchaba.
Debería estar agradecida por tener a tremendo hombre como esposo y verle pocas veces mejor que nada, comparado a otras esposas que no ven a sus maridos por años. Me preocupa mi matrimonio y ya no solo por la falta de presencia, me preocupa también porque mi marido empezó a distanciarse de mi desde que peleó contra un chico que me acosaba:
—¡Mira! Es él otra vez, es tan guapo... — Escuché decir de un grupo de mujeres jóvenes a metros de mí.
—Hola preciosa. — Ya está aquí otra vez.
—Hola Daiki, adiós Daiki. — Respondí.
—Espera, ni si quiera me has dejado preguntarte.
—Estás perdiendo el tiempo si vas a ofrecerme salir contigo.
—Oye monada ¿Por qué te resistes tanto? Solo vayamos a tomar algo a mi casa.
—Me niego.
—¿No vas a aceptar nunca? Te estoy ofreciendo compañía, no tienes nada mejor que hacer ¿Verdad?
—Te dije que no, agradecería que me dejaras de una vez. Esto se esta volviendo pesado y yo estoy casada.
-Él no tiene porque enterarse. — Se acercó acariciando mi mejilla, me aparté enseguida.
—No vuelvas a hacer eso. — Esta vez me tomó de la cintura y me acercó a él, quedando a centímetros de nuestros rostros.
—¿Te da miedo que lo haga mejor que él? — Vi como alguien tomó su brazo con fuerza, sentí que me separaban de él , este haori... ¿Giyuu? Levanté mi cabeza y era él, expresando odio a más no poder. Mientras él seguía agarrando el brazo del chico, con el otro me apegó con firmeza mas a él.
—No pongas tus sucias manos encima de mi mujer si no quieres que te parta el brazo. — Daiki mostraba estar sufriendo mucho por la fuerza de Giyuu, antes de romperle el brazo lo soltó de mala gana.
No me dirigió la palabra ni me miraba desde entonces, simplemente se fue a nuestra habitación para dormir. Al día siguiente era distante y cada vez que intentaba entablar una conversación, él conseguía acabarla. No es la primera vez que un chico pone sus ojos en mi, y Giyuu no tenía este comportamiento después de eso, debe de haber algo mas que le haya molestado pero no me habla.
Di un suspiro bastante largo mientras mantenía la cabeza y mirada gacha hacia el suelo, hasta que llegué a casa. Me quedé para en la entrada pero un portazo hizo que me sobresaltara, me giré.
—¡Giyuu! Me has asustado...
Él se mantuvo callado mirando el suelo, tenía una mirada sombría seguía sin moverse.
—¿Giyuu? Cariño... ¿Todo bien? — Me acerque con cuidado a él, quería abrazarlo, pero me limité a poner una mano en su mejilla, estaba helado. Bajé mi mano acariciando su brazo hasta llegar a su mano.
—Ven, te prepararé un baño caliente-Ah — Giyuu me agarró con firmeza el brazo en cuanto me di la vuelta, su mirada estaba puesta sobre mi esta vez pero su cabeza seguía en la misma posición.
—Dime... ¿De verdad me amas? — Se acercó a mi, algo me decía que era peligroso en este momento, no me equivocaba. Parecía un depredador aprisionando a su presa.
—¿Qué pregunta es esa? Por supuesto te amo.
—Entonces, dime que te traes con ese chico, y porque siempre esta merodeando alrededor tuya. — Su mirada se volvió mas sombría, tenía un ligero brillo reflejando lo molesto o celoso que estaba, pero había algo mas en su mirada.
—No me traigo nada con él Giyuu, no debes preocuparte en serio, solo te amo a ti. — Puse mi mano delicadamente sobre la suya.
—No puedo contenerme más, me voy a volver loco _____... — me acorraló contra la pared más próxima, me aprisionó con sus brazos a cada lado de mí y apegó su cuerpo al mío acercando su boca a mi oído. —Me molesta... me molesta mucho verte con otro hombre. — Sentenció para dar una lamida lenta y sensual en mi lóbulo de mi oído para después meterlo dentro. Me hizo estremecer, gemir y sonrojar violentamente.
—Ah- Giyu... — Esto le excitó incitándole a seguir lamiendo. Pasó su lengua sobre mis labios muy despacio hasta que mordió mi labio inferior, haciendo que abriera ligeramente mi boca dándole acceso, metió su lengua buscando la mía. Al principio era lento y con ternura, pronto se convirtió en un beso muy apasionado, donde nuestras lenguas jugueteaban a mas velocidad, claramente Giyuu me ganaba en eso. Nos separamos por falta de aire dejando un hilo de saliva.
—_____ necesito hacer el amor contigo, necesito sentirte, necesito hacerte mía, necesito todo de ti. Es una tortura estar separado de ti mucho tiempo. — Mi sonrojo no podía ser mas notable, yo también tenía la necesidad de tocarle y dar ese primer paso de la relación juntos.
—Giyuu... Yo también quiero hacer el amor contigo. —Sin esperar mas uní nuestros labios en un beso apasionado que correspondió enseguida, me cargó en dirección a nuestra habitación, en ningún momento rompimos ese contacto de nuestros labios. Hasta que me tumbó sobre el futón con cuidado pero con un poco de con brusquedad, empezó a despojarse de su haori, calzado y desabrochar su cinturón. Yo estaba nerviosa pero no quería que hiciera todo el trabajo él. Con las manos temblorosas empecé a desabotonar su camisa, agarró mis manos deteniéndome.
—No tengas vergüenza _____, quiero que me toques. — Dijo para desabotonar por completo su camisa mostrando su torso y abdomen bien formado, hizo que me sonrojara desviando la mirada, pero me sonrojé aún mas cuando cogió mis manos y las puso sobre su abdomen.
—Giyuu, estoy nerviosa por ser nuestra primera vez. — Él se acercó para darme un corto beso.
—Yo me encargo, relájate. — Dijo para después sentir su lengua y respiración en mi cuello, pegué un gemido ahogado por la sensación. Me despojó en un rápido movimiento que mis ojos no pudieron ver, digno de un pilar, ahora quedaba solo en bragas. Bajó sus lamidas de mi cuello hasta mis pezones, era una sensación indescriptible, hizo que me mojara más y una violenta sensación recorriera por mi columna vertebral. Lamió el otro pezón, masajeando con su mano mi otro pecho, me mordía despacio, lamía, jadeaba sobre ellos, besaba, succionaba, pellizcaba.
Con su mano libre se deslizo por debajo de mis bragas, empezó a jugar con mi clítoris, con un dedo en círculos, después frotó de arriba a abajo con dos, y luego circular otra vez, me iba a volver loca, me estaba retorciendo de placer arqueando la espalda, mis piernas temblaban y no podía contener mis gemidos, me tapé con una mano para contenerlos. —Quiero escucharte gemir, no lo escondas. — Asentí. Puse mis manos en su pantalón y ropa interior para bajarlos, ahora ambos estamos totalmente desnudos.
Con su mano atendiendo mi clítoris deslizó un dedo dentro de mi vagina, notando lo mojada que estoy, gemí ante su tacto. —Si sigues gimiendo así voy a perder la cordura. — Giyuu retiró su mano que acariciaba mi intimidad para ponerla sobre mis bragas y romperlas, por instinto cerré las piernas, pero lo impidió agarrando ambas piernas, se agachó dejando un camino de saliva y besos desde mi abdomen bajo hasta mi vagina. —G-Giyuu no-Ah-h ah... — Empezó a lamer desenfrenadamente mi entrada y yo me retorcía de placer gimiendo incontrolablemente, sentía una presión en mi zona baja, mis lágrimas salían por el placer.
—Giyuu-ah- si sigues así voy a-ah- alcanzar mi límite. — Giyuu paró de lamer, dirigió su miembro a mi entrada, pero lo detuve con mis manos y me senté sobre él, hundí su longitud dentro de mi poco a poco, intenté no pensar mucho sobre su tamaño enorme, sentirlo dentro era diferente y aún no llegó a la mitad.
El pelinegro estaba echando su cabeza para atrás apretando su mandíbula cerrando los ojos, soltando gruñidos. —Joder... — Gruñó entrecortado y apretó con fuerza las sábanas. Hasta que puso sus manos en mi cintura con firmeza, y de una estocada meter el resto hasta el fondo haciendo que diera un gemido mas fuerte que los anteriores, lo sentí atravesarme y mis piernas temblaban.
—Losiento, no podía contenerme mas.
—E-está bien, no me dolió mucho. — Con cuidado él me subía y bajaba, junto al empuje de sus caderas en un vaivén lento y profundo, rodeé mis brazos por encima de sus hombros abrazando su espalda y rasguñando, con cada estocada sentía que tocaba mas a fondo, pronto sentí el placer y me mojé aún mas.
—_____ mírame a los ojos. Quiero que me mires a los ojos mientras te hago el amor.— Aceleró sus movimientos sacudiendo mis pechos, le miré a sus ojos azules profundos, tocó mi punto sensible haciendo que arqueara mi espalda y gimiera, Giyuu pareció sorprendido por mi gemido.
Volvió a golpear mi punto haciendo que gimiera de la misma forma, como si algo se hubiera encendido en él me cambió de posición a cuatro, agarró mis caderas con fuerza casi rasguñándolas, empezó a golpear directamente y sin piedad ese punto tan placentero haciendo que llegara mas profundo y sintiera mucho mas placer, perdimos la cordura y solo se escuchaba mis gemidos, sus gruñidos y las pieles chocando.
—¿Ves lo que-ah- me haces hacer? No vuelvas a acercarte-e a ese chico. Ni a ninguno otro-ah- joder... — Apoyó su pecho sobre mi espalda y empezó a lamer siguiendo el recorrido de mi columna.
—¡G-Giyu! ¡Voy a venir-ah- venirme! — Mi feminidad empezó a contraerse dando la señal de que acabaría pronto.
—_____, te amo-ah — Era la primera vez que le escucho gemir mas claramente, me excitó tanto que llegué a mi orgasmo mojando todo y soltando un gemido largo.
—Giyuu te amo, te amo mucho. — Después sentí que sacó su miembro, me giró quedando boca arriba, él estando encima de mí con sus piernas a cada lado se vino en mi abdomen. Quedamos sudorosos y al menos por mi parte exhausta. Se tumbó encima de mí quedando su cara a la altura de mis pechos abrazándome, acaricié su sedoso cabello.
—_____ perdóname, tenía miedo a perderte. — Me miró a los ojos mientras ponía ambas manos en mis mejillas y me dio un tierno y largo beso.— Yo... no quiero perderte, ese día escuche como las chicas decían lo guapo y atractivo que era ese hombre y que ninguna mujer se le puede resistir. Algunas esposas les fueron infieles con sus maridos por ese bastardo. —
—Giyuu... yo no le veo el atractivo a nadie, solo a ti. Y no me gusta nada ese chico, no es mi tipo. Deberías ser tu de quien hablaran sobre lo guapo y hermoso que eres, retiro lo dicho, estaría celosa.— Hice un pequeño puchero, él pareció sonreír o me dio la sensación, ya que no se notaba.— Ahora que lo pienso, antes de irme tu estabas en casa, ¿Cómo acabaste detrás de mí en la puerta de la casa? —
—Quería asegurarme que ese imbécil no me pusiera a prueba por mi amenaza y dejara de acosarte, pero no me cambies de tema. Aún no he acabado contigo. — Dijo para cargarme hasta el baño, mierda...