La novia de Mario Calderón

By AriiiCano

32.7K 3.3K 986

Esta es una historia en la que Mario Calderon ejecuta el plan que tenia pensado para Armando. ¿Qué pasara con... More

Introducción
Capítulo 1. ¿Usted está enamorada de...?
Capitulo 2. Supermario en acción.
Capitulo 3. ¡Eso es algo asqueroso!
Capitulo 4. Betty ¿Qué se hizo?
Capitulo 5. La nueva Beatriz Pinzón
Capitulo 6. Tercera etapa de la "Operación Alfabeto". Pt.1
Capitulo 7. Tercera etapa de la "Operación Alfabeto". Pt.2
Capitulo 8. ¿Tiene algún compromiso esta noche?.
Capitulo 9. Tres galanes al acecho. Pt. 1
Capitulo 10. Tres galanes al acecho. Pt.2
Capitulo 11. Eramos pocos y...
Capitulo 12. Empleandose a fondo. Pt.1
Capitulo 13. Empleandose a fondo. Pt. 2
Capitulo 14. Empleandose a fondo. Pt.3
Capitulo 15. ¿Vamos a mi apartamento?
Capitulo 16. ¿Pero qué demonios hace usted acá?
Capitulo 17. Lo que tengo que decirles es algo muy grave.
Capitulo 18. Todo lo que tengo... es tuyo.
Capitulo 19. ¿Qué es lo que le pasa tigre?
Capitulo 20. ¡No es para tanto!
Capitulo 21. ¡Esto es increible!
Capitulo 22. ¿Pero... qué demonios es esto?
Capitulo 23. Tengo que reconocer que fue muy fácil...
Capitulo 24. ¡Otra vez no, Señor!
Capitulo 25.¿No me está mimando demasiado?
Capitulo 26. Me ha regalado su sonrisa.
Capitulo 27. Yo no tengo nada que hablar con usted.
Capitulo 28. Dando explicaciones.
Capitulo 29. Tantas atenciones dan de que pensar...
Capitulo 30. Piénsalo Betty...
Capitulo 31.¡Tenia razón Aura María!
Capitulo 33. Yo ya te perdoné.
Capitulo 34.¿Sigues enamorada de él?
Capitulo 35. ¡Cómo han cambiado los tiempos!
Capitulo 36. La novia de Mario.
Epílogo

Capitulo 32. ¡Ahora si lo entiendo!

593 55 4
By AriiiCano

Armando estaba muy excitado. Ver cómo ella disfrutaba de su orgasmo lo estaba volviendo loco. Dejando ya la delicadeza de los primeros momentos, se deshizo con rapidez de su pijama y su bóxer y empezó a besarla en la boca con desesperación. Ella le respondió del mismo modo, excitándose de nuevo. Al ver lo rápido que ella volvía a responder a sus caricias, sonrió y con un movimiento un tanto brusco se estiró boca arriba en la cama invitándola a subirse encima de él.

Por un momento Betty se resistió. Se asustó al ver la gran erección de su marido. No pudo evitar el recuerdo de experiencias anteriores en las que tan molesta le había resultado la penetración. No supo si fue su propio deseo o el de hacerlo feliz a él quien finalmente venció el miedo y se dejó guiar por él. Literalmente “se puso en sus manos” porque Armando la había levantado por las caderas y la estaba ayudando a sentarse encima de su erección. Cuando se produjo el contacto cerró los ojos como resignándose a lo que estaba por venir. Pero para su sorpresa a medida que él iba entrando en ella un intenso cosquilleo muy agradable recorrió su intimidad y el bajo vientre. Casi sin darse cuenta Armando la había penetrado totalmente y ella en vez de sentir molestias se sentía en la gloria.

Se quedaron inmóviles los dos durante unos segundos. La cara de su esposo expresaba un placer tal, que Betty sólo de mirarlo ya se sintió dichosa. Él empezó a moverse lentamente y a ella su cuerpo le estaba pidiendo algo más, pero no sabía qué hacer. Con voz tenue le preguntó.

B.: Armando, ¿ahora que hago?

A.: -Sonriendo ante su ingenuidad, le contesta con voz ronca- Muévete, mi vida. Muévete como cuando montabas a caballo en Ubaté, ¿te acuerdas? 

Betty asiente y empieza a moverse arriba y abajo como si estuviese cabalgando. Pero no sabía si era eso lo que debía hacer y le vuelve a preguntar.

B.: Armando, ¿lo estoy haciendo bien? ¿así es como te gusta?

A.: Mi amor, déjate guiar por lo que sientes, si tú gozas yo también. Pero no dejes de moverte... Asíiiii, síiiii Betty, asíiiiiii. Ahhhhhhhhh.

Animada por sus palabras y sobre todo por sus gemidos, Betty sigue moviéndose cada vez con más intensidad. En realidad se lo está pasando divinamente. Nunca pensó que hacer el amor pudiera ser algo así. Llega un momento en el que pierde el control y totalmente desinhibida se mueve guiada únicamente por el intenso placer que está sintiendo. Armando está en la gloria, esta Betty es increíble. Nunca pensó que fuese tan apasionada. Lo está volviendo loco. Cuando siente que ella llega al orgasmo, invierte la posición y sujetándola muy fuerte por las caderas empieza a moverse descontroladamente y casi con brusquedad dentro de ella. Los gemidos de Betty hacen que acelere aún más sus movimientos mientras gotas de sudor recorren su cara y su espalda por el gran esfuerzo que está realizando. Cuando le sobreviene el orgasmo siente que ella vuelve a estremecerse y las intensas contracciones de su vagina lo hacen disfrutar aún más de ese momento único.

Poco después, se deja caer en la cama al lado de ella agotado, estira la sábana para taparse los dos, la abraza y le susurra al oído.

A.: ¡Te amo, Beatriz!

Segundos más tarde los dos se quedaron profundamente dormidos.

Acababan de traer el desayuno que había pedido. Eran cerca de las once de la mañana. Él ya estaba duchado y vestido con ropa cómoda y la contemplaba dormir a ella. ¡Vaya nochecita! ¡Había sido realmente memorable! No recordaba haberlo pasado tan rico en toda su vida. Anoche había descubierto a una Betty desconocida para él. Pensó que el primer paso en la conquista de su mujer había sido un éxito. Él sabía que una buena relación sexual era importante en la vida de cualquier pareja y al parecer en ese aspecto no iban a tener ningún problema... Porque ella también había disfrutado mucho...
Fueron dos... ¿o quizás tres? los orgasmos que tuvo y por el modo en que gemía parecía que lo estaba pasando bien rico... Eso no se puede fingir... No tanto...

Otra cosa muy importante era que hubiese una buena compenetración entre ellos y eso ya existía... Nunca había tenido tanta confianza y se había sentido tan bien al lado de alguien como se sentía al lado de ella. Y sabía que ese sentimiento era mutuo. ”Doctor Mendoza esto es pan comido. Voy a conseguir que esta mujer me ame como yo la amo a ella. ¡Vaya si lo voy a conseguir!”

Vio que ella abría los ojos y se acercó presuroso a darle los buenos días.

A.: ¡Hola mi amor! ¿Has dormido bien?
Y al decir esto se acercó a ella y le dio un húmedo beso en los labios.

B.: -Estirándose perezosamente- Ummmm. ¡Qué rico! Sí, he dormido muy bien, Armando. ¿Y tú?

A.: -Mirándola con picardía- ¡De maravilla! Entre el cansancio y lo relajado que estaba... No he extrañado ni la cama...

B.: -Un poco ruborizada- Me.. alegro...

A.: Venga, remolona. Levántate que ya está el desayuno esperando. ¡Tengo un hambre!

B.: Sí, ya voy.

Armando no puede evitar sonreír cuando ve todas las maniobras de Betty para levantarse enrollada en la sábana.

A.: -Acercándose con la bata en la mano- ¿Quieres la bata?

B.: -Cada vez más ruborizada- Sí, por favor...
Él se acerca más para dársela y aprovecha para robarle un beso y decirle al oído con voz cálida.

A.: Pero me gustas más sin bata...

Ella se “escapa” como puede hasta el baño y al poco rato sale con el pelo húmedo y la bata puesta. Él se levanta, se acerca a ella y la enlaza por la cintura, llevándola casi a rastras hasta la mesa donde se halla todo dispuesto para el desayuno. La ayuda a sentarse y se sienta frente a ella.

B.: ¡Tengo hambre!

A.: ¡Yo también! La señora y yo gastamos muchas energías anoche.

B.: -Totalmente ruborizada- ¡Armando no digas eso!

A.: -Muy divertido al verla tan apurada- ¿Por qué mi amor? Si es la pura verdad...

B.: Es que me da mucha... vergüenza...

A.: -Con voz inocente pero en el fondo queriendo provocarla- Pues anoche no parecías para nada avergonzada...

B.: Es que... es... diferente...

A.: ¿Sí? A ver explícame eso... ¿por qué es diferente?

B.: Armando, por favor... pre... prefiero no hablar de... eso.

A.: Pues yo creo que sí deberíamos hablar de eso y de todo. Betty no quiero que ningún tema de conversación sea tabú entre nosotros. Mi amor, para mí anoche fue la mejor noche de toda mi vida... La recordaré mientras viva... Fue... maravilloso, Beatriz. Quiero que lo sepas... Y me gustaría saber si para ti también fue así...

Haciendo un esfuerzo debido a su timidez lo mira a los ojos y le dice convencida.

B.: Para mí también lo fue, Armando. Jamás pensé que pudiese... sentir lo que sentí anoche...

A.: -Feliz le sostiene la mirada y toma una mano de ella entre las suyas- Me alegro mucho, Beatriz. Yo espero que podamos vivir muchas más noches como ésta... ¿Sabes? Nunca imaginé que fueras tan... apasionada...

B.: -Roja como un tomate- ¡Armando!

A.: No te dé vergüenza, mi amor. ¡Me encanta que seas así! ¿Sabes Betty? Estoy feliz de haberme casado contigo.

B.: Yo... yo también, Armando.

”¡Ahora sí lo entiendo! Ahora entiendo de lo que me hablaba Aura María. Oj oj oj oj. Entonces el “problema” no era yo... Armando me ha dicho que soy... apasionada. Y lo dijo de un modo que me hizo enrojecer... Pero me gustó oírselo decir... Y me alegro de saber que lo hago feliz... lo que nunca imaginé es que yo también pudiera pasarlo rico... oj oj oj oj. ¡Creí morirme de placer! Betty, si lo sabe tu papá seguro que dice que eres una pervertida... oj oj oj
oj.”

Armando tenía razón. Tras esa noche de intensa pasión vinieron muchas otras noches en las que se entregaron el uno al otro. Betty jamás imagino que su vida de casada fuese tan maravillosa. Disfrutaba de la compañía de Armando como antes de casarse pero las 24 horas del día. Juntos visitaron museos, monumentos, lugares históricos... La visita a las cataratas fue especialmente impactante para los dos. Y por las noches... por las noches gozaba con él de esa entrega mutua. Él la hacía vibrar y sentir viva y al día siguiente cuando se despertaban tras el beso y la sonrisa de buenos días, los recuerdos de la noche de pasión vivida reflejados en sus miradas.

Ese día cumplían seis meses de casados. La relación entre ellos durante ese tiempo no podía haber sido mejor. Su vida sexual era realmente gratificante. Las noches de pasión se sucedían casi a diario y lejos de decrecer, la pasión parecía ir en aumento a medida que se conocían mejor y se erradicaban inhibiciones y pudores, principalmente por parte de ella. Por otra parte su vida como pareja era estimulante y divertida. Eso no era una novedad para ellos.
Ya antes de casarse sabían que lo pasaban muy bien juntos y tenían muchos intereses comunes, aunque al mismo tiempo respetaban sus pequeñas parcelas de intimidad. No habían vuelto a hablar de amor. Aunque Armando muchas
veces la llamaba cariñosamente “mi amor” ella se limitaba a llamarlo por su nombre, y cuando él le decía que la amaba, ella le respondía con una sonrisa encantadora y una caricia tierna pero sin pronunciar palabra.

Betty después de su matrimonio, y a propuesta de su suegro, había pasado a ocupar la vicepresidencia financiera de la empresa. Los hermanos Valencia no habían encontrado hasta el momento un comprador para sus acciones, pero últimamente ninguno de ellos iba nunca por la empresa. Habían otorgado un poder al abogado Santamaría y era éste quien los representaba en las juntas de accionistas. Por eso cuando Roberto propuso a su nuera como nueva vicepresidenta, la propuesta fue aceptada sin ningún voto en contra.

La vida de Armando Mendoza no tenía nada que ver con la del soltero mujeriego e irresponsable que Betty había conocido cuando empezó a trabajar en la empresa. Era muy raro que saliera sin ella, pero no porque ella lo controlara, sino porque a él simplemente no le provocaba ir sin “su Betty” a ningún sitio. Si alguna vez le había tocado entrevistar a alguna modelo procuraba no estar solo para evitar situaciones incómodas. La mayor parte de las veces llamaba a Betty para que estuviera presente con la excusa de que la vicepresidenta financiera le podría aclarar mejor cualquier duda que la modelo pudiese tener sobre su contrato. Betty cada vez que él la llamaba para que presenciara una de esas entrevistas no podía más que reírse para sus adentros. Le hacía gracia que él no quisiera que entre ellos hubiese la más mínima sombra de dudas sobre su fidelidad. Ella siempre le acababa diciendo algo así como:

B.: Pero Armando, si yo confío en ti. –Y lo miraba jocosa cuando añadía- Además yo creo que después del susto que te dio Marcela no vuelves a dejarte seducir por nadie en la oficina. Oj oj oj oj.

Y él invariablemente le respondía

A.: ¡Muy bromista, Beatriz! Sabes que sólo tengo ojos para ti y la “recompensa” que recibo es que me recuerdes “etapas pasadas” de mi vida de soltero... que quisiera olvidar para siempre...

Pero la “discusión” acababa siempre con un beso cariñoso y una mirada cómplice..

En todo ese tiempo Mario Calderón no había vuelto a Bogotá. Tras una gira, había iniciado otra, enviando los informes por correo electrónico. Si bien en un principio visitó las capitales de la mayoría de los países de América del Sur y Centroamérica, en vista del éxito de las franquicias, él mismo propuso
contactar empresarios de otras ciudades importantes de cada país. Actualmente se hallaba en Brasil donde había pasado casi un mes de una
ciudad a otra, y prácticamente en cada una de ellas se abriría en breve al
menos una tienda de Ecomoda. La última ciudad visitada había sido Sao Paulo y desde allí estaba volando hacia Bogotá, haciendo escala en Panamá. Su gira en busca de clientes para las franquicias se daba por finalizada.

Continue Reading

You'll Also Like

70K 4.7K 19
En donde Ivanov y Volkov quieren follar con Conway.
16K 1K 22
Estar en medio de familias enemigas y tener que decidir de que lado estar. 💢:Mi consciencia me dice vete pero mi corazón me grita que me quede a tu...
241K 17.2K 35
Con la reciente muerte de su padre el duque de Hastings y presentada en su primera temporada social, Annette empieza a acercarse al hermano mayor de...
15K 968 21
Los Vengadores tienen una dura pelea en camino. Percy Jackson ha realizado todas sus increíbles hazañas en 2 años en lugar de 5. Fue desterrado del c...