La novia de Mario Calderón

By AriiiCano

32.9K 3.3K 993

Esta es una historia en la que Mario Calderon ejecuta el plan que tenia pensado para Armando. ¿Qué pasara con... More

Introducción
Capítulo 1. ¿Usted está enamorada de...?
Capitulo 2. Supermario en acción.
Capitulo 3. ¡Eso es algo asqueroso!
Capitulo 4. Betty ¿Qué se hizo?
Capitulo 5. La nueva Beatriz Pinzón
Capitulo 6. Tercera etapa de la "Operación Alfabeto". Pt.1
Capitulo 7. Tercera etapa de la "Operación Alfabeto". Pt.2
Capitulo 8. ¿Tiene algún compromiso esta noche?.
Capitulo 9. Tres galanes al acecho. Pt. 1
Capitulo 10. Tres galanes al acecho. Pt.2
Capitulo 11. Eramos pocos y...
Capitulo 12. Empleandose a fondo. Pt.1
Capitulo 13. Empleandose a fondo. Pt. 2
Capitulo 14. Empleandose a fondo. Pt.3
Capitulo 15. ¿Vamos a mi apartamento?
Capitulo 16. ¿Pero qué demonios hace usted acá?
Capitulo 17. Lo que tengo que decirles es algo muy grave.
Capitulo 18. Todo lo que tengo... es tuyo.
Capitulo 19. ¿Qué es lo que le pasa tigre?
Capitulo 20. ¡No es para tanto!
Capitulo 21. ¡Esto es increible!
Capitulo 22. ¿Pero... qué demonios es esto?
Capitulo 23. Tengo que reconocer que fue muy fácil...
Capitulo 24. ¡Otra vez no, Señor!
Capitulo 25.¿No me está mimando demasiado?
Capitulo 26. Me ha regalado su sonrisa.
Capitulo 27. Yo no tengo nada que hablar con usted.
Capitulo 28. Dando explicaciones.
Capitulo 29. Tantas atenciones dan de que pensar...
Capitulo 31.¡Tenia razón Aura María!
Capitulo 32. ¡Ahora si lo entiendo!
Capitulo 33. Yo ya te perdoné.
Capitulo 34.¿Sigues enamorada de él?
Capitulo 35. ¡Cómo han cambiado los tiempos!
Capitulo 36. La novia de Mario.
Epílogo

Capitulo 30. Piénsalo Betty...

574 54 33
By AriiiCano

B.: Menos mal que mi papá no me vio salir. Oj oj oj oj. De todos modos este chal “tapa” bastante.

Armando estaba embobado contemplando a su asistente. Betty había estrenado esa noche el vestido tan atrevido que se comprara días atrás. Iban a asistir al cóctel de Sedas Bogotá. A la hora del almuerzo había ido al salón de belleza y le habían hecho un corte de pelo muy favorecedor. Se veía realmente preciosa.

Cuando llegaron al hotel donde se celebraba el evento, saludaron a varios empresarios del ramo. Los que conocían a Betty, no podían dejar de admirarse de cómo había cambiado su aspecto. Y los que no la conocían de antes, le preguntaban a Armando si era su nueva “novia”. Betty se apresuraba a aclarar que no, que era su asistente. De repente oyeron una voz conocida a sus espaldas.

Da.: ¿Betty? ¡Qué sorpresa encontrarla acá! ¡Está preciosa!

B.: ¿Cómo está David? Hacía tiempo que no nos veíamos...

Da.: Pues sí, desde aquella noche que fuimos a cenar. La he llamado en varias ocasiones a su casa pero nunca la he encontrado. –Sonriendo- Al parecer tiene una vida social muy intensa.

A.: -Interviniendo en la conversación con cara de pocos amigos- ¿Cómo le va
Sr. Arteaga?

Da. : -Como si se acabara de dar cuenta de su presencia y en realidad así era, porque sólo había tenido ojos para Betty- ¡Sr. Mendoza! Un gusto saludarle. No esperaba encontrarles acá.

A.: Pues vea que estábamos invitados. Sedas Bogotá nos suministra materiales desde hace algunos meses.

Da.: Pues yo he venido en representación del banco.

B.: Permítame que lo felicite, David. Supimos que le habían ascendido a director del banco.

Da.: Gracias, Betty. A ver si salimos alguna noche de éstas a celebrarlo. ¿Le provoca?

B.: ¡Cómo no! Cuando usted quiera.

Armando empezaba a estar harto de ese baboso y busca una excusa para alejarse de él.

A.: Beatriz vea, han llegado los directivos de Color Inc. Vamos a saludarlos. Recuerde que tenemos que fijar una cita para ultimar los detalles del contrato de suministro de materiales. ¿Nos disculpa, Sr. Arteaga?

Da.: Por supuesto, señores. Sigan. Betty nos vemos luego.

Había pasado más de media hora desde el primer encuentro con el Sr. Arteaga. Betty y Armando estaban enfrascados en una conversación de negocios con unos empresarios, cuando se acerca David y se dirige a Betty.

Da.: Con permiso, señores. Betty, ¿me concede este baile?

Betty mira a Armando que está con cara de que se lo llevan todos los demonios y aunque se da cuenta de que a él no le hace ninguna gracia, sería una descortesía negarse.

B.: Con mucho gusto, David. Con permiso.

A partir de ese momento Armando ya no pudo concentrarse en lo que le estaban diciendo los empresarios. No hacía más que mirar hacia la pista donde el “desgraciado” de David Arteaga estaba bailando demasiado pegado a su asistente. ”¿Pero qué se habrá creído ese tipo? Vea como le está tocando la espalda... Claro, con ese vestido tan destapado que lleva... ¡Sólo a usted se le ocurre aconsejarle que se lo comprara Mendoza! ¡Pero quién iba a pensar que ese atrevido la iba a sacar a bailar! ¡Ah no, esto ya es el colmo! Ahora se ha pegado más a ella ¡será aprovechado! ¡No lo pienso consentir!”

Y dejando a los empresarios con la palabra en la boca, se acercó a la pista de baile. La suerte quiso que en ese mismo instante acabara la pieza musical y eso evitó tener que forzar la situación. Con decisión se acercó a ellos, y aprovechando que Betty se había soltado al parar la música, la enlazó por la cintura y le dijo al sorprendido David.

A.: ¡Es mi turno, Sr. Arteaga! Esta noche aún no había bailado con mi asistente. Con permiso.

Betty sonrió entre sorprendida y halagada. Miró a David con cara de disculpa y se acomodó en los brazos de su jefe entre los que siguió bailando encantada.

Ahora era Armando el que tocaba la espalda de Betty con su mano. Ese contacto hacía que Betty sintiera un cosquilleo en todo su cuerpo que se intensificaba cuando él movía con suavidad sus dedos en una sutil caricia. Un calor abrasador recorrió el cuerpo de Armando cuando sintió el estremecimiento de ella.

A.: ¿Salimos a los jardines, Beatriz? Acá hace mucho calor...

B.: Como quieras...

Se dirigieron a la puerta de los jardines interiores del hotel enlazados por la cintura y así continuaran caminando por un sendero rodeado de plantas y flores. Cuando llegaron a un rincón más oscuro, Armando se detuvo y sin soltarla la situó frente a él y con voz enronquecida murmuró.

A.: Hace mucho tiempo que deseo hacer esto.

Y sin detenerse a pensarlo ni un segundo más, rodeó la cara de ella con sus dos manos y la besó en la boca. Betty en un principio hizo el gesto de querer separar su cara, pero él suavemente pero con firmeza no se lo permitió, consiguiendo que ella se rindiera a sus deseos y se dejara besar. Por un momento a Armando le pareció que ella le devolvía el beso, pero segundos después se separó y un poco aturdida le dijo.

B.: Será... será mejor que nos vayamos...

A.: Sí, vamos... Tenemos que hablar...

Estaban en el apartamento de él. Se habían despedido de los anfitriones del cóctel y habían salido en el carro de Armando en dirección desconocida para Betty. Cuando se acercaron al edificio donde él vivía, ella le preguntó:

B.: ¿Por qué hemos venido hasta acá?

A.: Porque quiero que hablemos sin que nadie nos moleste.

Ninguno de los dos volvió a pronunciar palabra hasta que estuvieron acomodados en el salón ante dos vasos de jugo de mora. Betty nunca había visto a su jefe tan nervioso. Ella no sabía qué era lo que él quería decirle, aunque sospechaba que tenía algo que ver con lo sucedido en la fiesta. A Betty le daba mucha vergüenza haberse dejado llevar por lo que sintió en ese instante. Y a él le debía pasar algo parecido.

Armando por su parte no sabía cómo abordar lo que quería decirle. Ni tampoco sabía cuál iba a ser la reacción de ella y sobre todo no quería perder lo que ya tenían: esa relación de confianza y camaradería inigualables. Pero la situación se hacía insostenible. Él la deseaba cada vez más y un día acabaría haciendo algo de lo que luego podría arrepentirse. Decidió que lo mejor era ir al grano y sin rodeos.

A.: Betty, lo que ha sucedido hoy en la fiesta no ha sido por casualidad, ni producto de un impulso momentáneo. No sé si te has dado cuenta, pero desde hace algún tiempo yo estoy... enamorado de ti.

B.: Armando yo...

A.: Tranquila, yo sé que el sentimiento no es mutuo. Si lo hubiera siquiera sospechado hace mucho tiempo que te habría confesado mi amor...

B.: Armando, nosotros tenemos una relación muy linda, pero yo... yo no estoy enamorada... ni de ti... ni de nadie... –y añade con cierto aire de desencanto-
yo creo que jamás me volveré a enamorar...

A.: Yo lo sé, Betty. Yo sé que tú no me amas. –Su voz sonó apesadumbrada al afirmarlo- Y antes de seguir quisiera dejar clara una cosa. Acabe como acabe esta... conversación yo no quiero perder la relación que tenemos... Por nada en el mundo quiero perder tu... afecto...

B.: Es más que afecto, Armando. Si exceptuamos a mis papás, tú eres la persona más importante en mi vida.

A.: Tú también lo eres para mí, Beatriz. Por eso es que ante todo no quiero perder lo que tenemos... aunque para serte sincero quisiera... algo más...

Betty no le responde y se limita a escucharlo con atención.

A.: Betty yo quiero que... nos casemos...

B.: ¿Casarnos? ¿Tú te has vuelto loco?

A.: ¿Tan horrible te parece la idea?

B.: No, no es que sea horrible. En otras circunstancias sería todo un... halago... El soltero más cotizado de Bogotá pidiendo en matrimonio a Betty la fea...

A.: -Pasando por alto su sarcasmo- ¿Y en las actuales circunstancias qué es?

B.: Un despropósito. Tú sabes perfectamente que yo no puedo amar a nadie. Que jamás me voy a volver a enamorar y tú te mereces a alguien que te ame y que... se muera por ti... Tú necesitas ser amado, Armando Mendoza y yo no puedo darte eso.

A.: Betty, yo... yo te necesito a ti. Yo te amo a ti. No quiero tener a mi lado a nadie más que a ti. Si tú no puedes amarme como yo te amo... lo acepto... lo asumo... y me conformo... pero a pesar de todo quiero estar a tu lado... quiero pasar el resto de mi vida contigo... Tú me aprecias... y los dos lo pasamos muy bien juntos... Eso es más de lo que muchos matrimonios que se consideran felices han tenido nunca...

B.: Pero Armando, tú no puedes renunciar al amor...

A.: Beatriz, yo no estoy renunciando al amor. Yo estoy buscando el amor... Tú eres mi amor... Sé que sólo a tu lado podré ser feliz... y aunque tú no me ames ahora... te juro que pienso dedicar el resto de mi vida a... –con una sonrisa marcando hoyuelos- conquistar tu amor.

B.: No sabes lo que daría por poder amarte como tú te mereces... pero no te hagas ilusiones conmigo, yo jamás volveré a enamorarme...

A.: -Formuló la pregunta temiendo cuál sería la respuesta- ¿Es que acaso sigues enamorada de Mario?

B.: No lo sé, Armando. Yo no sé lo que siento. Sólo sé que me siento vacía,
me siento herida, me siento lastimada... No sé si algún día podré volver a tener ilusiones... Armando yo te quiero mucho. Por nada en el mundo quiero hacerte daño y me temo que si acepto casarme contigo tú vas a sufrir...

A.: Betty, ten por seguro que voy a sufrir más si no te casas conmigo... Por favor, piénsalo Beatriz. Consúltalo con la almohada. Háblalo con tu mamá. Y cuando te parezca me dices algo... Yo te estaré esperando... Y espero que tu respuesta sea un sí.

(Aqui se me vino a la mente esta cancion jaja)
-Sin mirar atras, sin buscar a nadie más solo quiero estar contigo, si no te tengo aqui conmigo yo no quiero ser tu amigo porque tu eres mi camino, y yo solo quiero estar junto a ti nena porfavor entiendelo, solo dame tu mano y confia en mi si te pierdes solo sigue mi voz.-

Tres meses más tarde Armando Mendoza Sáenz y Beatriz Aurora Pinzón Solano contraían matrimonio civil ante el juez de paz. A pesar de que Armando hubiese querido un matrimonio católico, Betty en eso sí fue inflexible.

B.: ¿Qué tal que más adelante, cuando te convenzas de que yo no te puedo dar ese amor que tú quieres, encuentras a otra persona que sí puede dártelo y te hallas encadenado a mí? No, Armando, te quiero demasiado para atarte de ese modo.

Olis
Fue muy aprezurado lo del casamiento pero pues asi esta en la pagina donde saque la historia :(
Espero les siga gustando😔👌

Continue Reading

You'll Also Like

49.1K 2.3K 43
Algunas personas se preguntarán, ¿Qué pasó después de que Matteo se fue? Bueno, a pesar de que no fue fácil aceptar la situación, decidí afrontarla v...
592K 79.5K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
286K 10K 143
Van a ser imágenes, one shot, entre otros de las parejas formadas con el bellistimo de Chris Evans /Steve Rogers Unos pueden ser +18
124K 7.8K 83
Tal como un cuento, érase una vez un príncipe se enamoró por primera vez de una mujer del pueblo pero su relación fue expuesta ante los reyes de la m...