El azul se cruzaba con el verde de a ratos, Louis no parecía dormir pero tampoco mantenía sus ojos abiertos mucho tiempo, tampoco parecía tener la fuerza para hacerlo. El ojiverde guardó silencio durante todo el camino, cargando al ojiazul entre sus brazos y la mayoría del tiempo éste se acurrucó contra su pecho. En cierto momento Niall se quitó su propia chaqueta para resguardar del frío al humano y Harry se lo agradeció silenciosamente, algo en su ser no le permitía tomar velocidad con el humano en brazos ésta vez, por lo que a cada paso el clima era más frío.
La noche estaba excepcionalmente húmeda, el olfato de ambos podía decirles que la lluvia estaba cerca, tan cerca como ellos de la casa.
Louis giró el rostro hacía su vieja morada cuando estaban apenas a media cuadra, reconoció los árboles que veía pasar por el hombro de Harry. Él rizado le dedicó una media sonrisa cuándo sus miradas se cruzaron por décima vez.
- Perdóname – susurró al mismo tiempo en que el vampiro lo recostaba sobre su cama. Pudo escuchar el pestillo de la puerta principal y supuso que Niall estaba cerrando con llave.
- Louis no tienes que...
- No, en serio, perdóname por... por dejarte aquí, prisionero del sol, sabía que no podrías seguirme y aún así me fui... – insistió mientras se acurrucaba en el endredón con el que el rizado lo había cubierto – Tengo la mala costumbre de huir de una discusión cuando nada resulta a mi favor, mamá solía molestarse cuando me iba. – recordó con el semblante triste.
- No estoy molesto Louis, solo... - suspiró sentándose a su lado – Solo estoy confundido, estoy más molesto conmigo que contigo cariño – el ojiazul frunció el ceño sin comprender – Te he dicho tantas veces que puedes pedirme lo que quieras, pero la vez que lo haces te lo niego.
- Si no quieres hacerlo, si no quieres que yo sea como tú, lo entenderé, no puedo obligarte por mucho que yo lo quiera, no importa cuánto lo necesite – sorbió su nariz – Solo perdóname por lo que he hecho, por huir, por gritarte sin que entiendas motivos, sin escuchar los tuyos...
- No hay nada que perdonar, pero si eso te hace sentir mejor, tienes todo mi perdón. – musitó acariciando el pómulo del castaño frunciendo el ceño levemente en el proceso – Creo que estas más tibio de lo normal – comentó y el castaño se destapó un poco.
- ¿Podrías traer el botiquín y un vaso de agua por favor?- el vampiro asintió y automáticamente desapareció de la habitación.
"Estaré en el bosque cazando, creo que debo dejarlos solos un momento, apaga la luz del pórtico trasero como señal de que puedo volver.
-Niall"
Hizo una mueca divertida al ver la nota que el vampiro había dejado junto al botiquín que aún reposaba sobre la mesada de la cocina. Volvió hacia las escaleras notando fugazmente que el castaño había encendido la luz del pórtico y sonrió un poco.
- Aquí tienes cariño - dijo tendiéndole el botiquín mientras apoyaba el vaso de agua en la pequeña mesa junto a la cama.
- Gracias, amor – murmuró mientras rebuscaba dentro para terminar sacando dos pastillas diferentes y tomarlas ambas con un solo trago de agua.
- Quiero que sepas algo... – dijo de repente, una vez que el silencio se hizo ruidoso – No es que no quiera, tampoco es que no pueda, el problema es... Que no tengo certeza alguna de que vaya a funcionar, Louis.- aclaró mirando fijamente aquellos zafiros vidriosos – La única vez que lo he visto suceder ha sido conmigo mismo y a pesar de ser mi propia experiencia no reconozco del todo que esos sean los pasos exactos ¿Entiendes? – preguntó y el humano negó suavemente-. Quiero decir, bebí su sangre, mordió mi piel y morí, Niall pasó exactamente por lo mismo... Pero ninguno de nosotros sabe si hay algo más, si esto conlleva un hechizo, un conjuro, como quieras llamarlo. Solo sé que si mueres, hay dos posibilidades y una de ellas es no recuperarte nunca jamás.
- Voy a morir de todas formas, Harry – suspiró dejando el vaso de agua dónde estaba- Ese es otro punto a tener en cuenta.
- No vas a morir, no ahora, faltan tantos años para eso... Yo te amaría aunque tuvieras ese rostro precioso lleno de arrugas ¡Te amaría aunque no tuvieras rostro! – exclamó lanzando sus brazos hacia el aire de manera chistosa, haciendo reír al ojiazul estruendosamente – Que bonito es verte sonreír... - murmuró acercándose hacia sus labios para besarle breve y suavemente.
- No quieras cambiar el tema haciéndome reír – reprochó mordiendo su labio. De pronto, tan rápido como la risa lo había atacado, la mueca de tristeza volvió a su rostro y se sentó en la cama apoyándose en el respaldar– Yo también quiero, no, necesito que sepas algo...
- Dime, cariño – pidió acomodándose para reposar su cabeza sobre la falda del castaño, que no tardó en acariciar sus rizos silenciosamente hasta que tuvo el valor necesario para hablar.
- Cuándo digo que voy a morir... Me refiero a que –se frenó a sí mismo y los ojos se le llenaron de lagrimas mientras observaba el profundo verde en los de su amado – Lo que quiero decir es que... Estoy muriendo, Harry.
- ¿Qué? – dijo casi ahogado con su propia respiración, inmóvil.
- No tengo mucho tiempo, no voy a envejecer ni tener arrugas en mi rostro- sorbió su nariz mientras una lagrima se deslizaba por su pómulo – Ayer tenía cita con el médico, no quise decirte porque no me gustan los hospitales, ya sabes. El doctor que me atendió hizo una ecografía pensando que tal vez tenía piedras en el riñón por mis dolores... Resulta que no eran inofensivas piedras. – pasó el dorso de su mano por sus mejillas intentando secar su llanto – Cuando te llamé, no tuve la fuerza para decirte que iban a hacerme una tomografía, me ingresaron a diagnostico por imágenes prácticamente de urgencia y creía que iba a desmayarme del miedo cuando entré al tomógrafo... Sabes, de cierta manera me lo veía venir, ví el rostro de mi madre al cerrar los ojos
- Lou... - susurró el rizado con la voz quebradiza, no se había podido mover ni un milímetro desde que el relato había comenzado.
- Hubiera luchado pero ya es tarde, estoy en metástasis – murmuró restregando uno de sus ojos.
- ¿Metástasis? – preguntó el ojiverde mientras lagrimas escapaban de sus ojos para perderse entre su cabello.
- Es... es cuando el cáncer se extiende a otros órganos, es el cuarto y último estadio del cáncer, ya no hay nada médicamente capaz de curarlo. Es cáncer terminal y es prácticamente un milagro que siga estable en este momento – le aclaró intentando no romper en llanto, a sabiendas de que el vampiro sabía muy poco de medicina a diferencia suya- Estoy lleno de tumores, Harry, voy a morir... y no quiero. – sentenció instantes antes de llevar las manos a su rostro y para cubrirse mientras lloraba desconsoladamente.
El vampiro respiró hondo por primera vez en toda la conversación, espero un microsegundo para ver si despertaba encontrándose con que todo aquello era una de sus horribles pesadillas, pero tristemente cayó en cuenta de que ésta era la realidad y no pudo hacer otra cosa más que llorar y abrazarse a la cintura de su humano intentando no lastimarle con su fuerza. ¿En qué momento se había olvidado de que su pequeño era tan frágil como un cristal? ¿En qué momento se había confiado tanto como para no recordar que éste era tan vulnerable como una rosa en la intemperie? Lloró aferrándose a él, enterrando su rostro en su estómago, sintiendo como él acunaba sus rizos con sus pequeñas manos mientras sollozaba de igual manera, mientras hipaba.
- Voy a hacerlo – dijo una vez que ambos llantos ya habían cesado- Ya nada más importa, voy a hacerlo. – reafirmó despegando su rostro del cuerpo del humano para mirarle a los ojos azules rojizos de tanto llorar.
- Confío en ti – respondió el castaño con la nariz sonrojada y el rizado se incorporó quedando frente a frente- y si no funciona, no te culparé, ni te culparás ¿Está bien? Iba a morir de todas formas...Busco confianza y la encuentro en ti.
- Confiaré en quienes somos, y si algo sale mal, no importa cuán lejos estemos en el universo porque para el corazón no hay distancia, no puedes estar lejos si estás aquí – señaló su propio pecho- Todas esas palabras, no son solo un decir, nunca me abrí de ésta manera con nadie y espero que lo sepas. Cuando digo que te amo es porque realmente lo hago... cuando digo que haría lo que sea por ti, es porque lo haría. – afirmó el vampiro con cada fibra de su ser, sin despegar su mirada verdosa del mar azulado en la del humano.
Inertemente, a pesar de las lágrimas aún frescas en sus mejillas y el incipiente aire de tristeza en aquella habitación, se besaron. Sus labios se unieron tan lenta, suave y dulcemente como si fuera la primera vez que se posaban unos sobre otros, como si fuera la última.
Harry rodeó la cintura del ojiazul y se dejó besar, se dejó recostar sobre la cama con ternura y le permitió al vampiro devorarle los labios en aquella muestra de amor silenciosa. Louis acarició los rizos del ojiverde con sus dedos, trazando caminos en aquella cabellera mientras le saboreaba los labios, mientras degustaba una gota salada entrometiéndose entre ellos, supo que él aún lloraba y le besó aún más devotamente.
Ahora que el tiempo se les hacía escaso, ahora que la vida de Louis podía esfumarse en un suspiro, nada más importaba; nada más que el hecho de amarse con veneración mutuamente.
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Disculpas! Ya sé que es corto, pero es la parte 1 (la parte 2 será muchísimo más larga) y preferí dejar ésta parte hasta acá, me pareció lo mejor finalizar con esa escena tan reconfortantemente amorosa en contraste a la tristeza previa.
Sé que probablemente van a odiarme por darle a Louis ese destino, pero es NECESARIO de otra manera ¿Cómo podrían seguir juntos para siempre? De una forma u otra Louis moriría, él mismo lo dijo en el capítulo anterior, sea de ésta manera o de vejez.
Recordemos como, en la saga de Crepúsculo, Bella le plantea exactamente lo mismo a Edward y al final ella termina muriendo a los 18 años luego de dar a luz a su hija Renesmee. La muerte no siempre es como uno la espera. En este caso, la de Louis era inevitable para la continuidad de la historia.
Espero que este capítulo, o al menos su final, no les haya dejado tan tristes.
Pueden dejar acá cualquier comentario que tengan para hacer.
Actualizaré en cuanto pueda, pronto.
Saludos, Ares