soul tells 색상 ; park jimin.

By joonzle_

272 1 0

esa noche, mi corazón se partió -si es que se podía aún más-. esa noche, lloré hasta que perdí todos los sent... More

capítulo uno; palette.
capítulo dos; gray.
capítulo tres; fossil.
capítulo cuatro; mink.
capítulo cinco; pearl river.
capítulo seis; abalone.
capítulo siete; smoke.
capítulo ocho; thunder.
capítulo nueve; pewter.
capítulo diez; steel.
capítulo once; seal.
capítulo doce; lava.
capítulo trece; shadow.
capítulo catorce; anchor.
eyes tells; park jimin.
it maybe tells; new palette.
soul tells; jimin.

capítulo quince; charcoal.

12 0 0
By joonzle_

farah.

porque no soportaba no poder estar conmigo.

idiota.

imbécil.

¿por qué jodidos tenía que ser tan lindo?

lo miré, me observaba atento, con el ceño fruncido y labios temblorosos.

— jimin, no me hagas creer que algo pasa entre nosotros cuando nada está pasando. — pedí.

jimin negó, saliendo de su casa y caminando hacia mi.

tomó mis manos entre las suyas y las llevó a su pecho, dejando ahí estas.

vi cómo tragó saliva, y me miró.

— m-mira cómo late mi corazón, farah. — dijo — solo late así cuando estoy contigo.

negué quitando mis manos.

— no sabía que eras actor también, jimin. — dije sin gracia.

— no estoy actuando, estoy siendo honesto. ¿es lo que querías, no?

asentí.

— sí, pero solo estás siendo honesto porque te pedí que lo fueras.

— farah.. — dijo — no puedo estar contigo.

— ¿por qué jodidos no? jimin, sé que no tengo la mejor personalidad, pero mierda, me esfuerzo día a día para llenar todas tus malditas expectativas, y nunca termino por ser suficiente para ti. 

jimin negó. 

sus ojos estaban vidriosos, sus mejillas sonrojadas, y sus labios titubeaban. me di cuenta de que tenía frío cuando lo sentí temblar, así que corrí a su casa por un abrigo y salí para dárselo.

volteé hacia todos lados cuando salí, pero no lo vi en ningún lado. no hasta que lo vi en su patio trasero, de espaldas a mi. 

me acerqué a paso lento, algo dudosa. abrí el abrigo y lo coloqué en sus hombros, queriendo transmitirle un poco de calor.

— jimin.

— no se cómo explicarte sin que me odies.

quise reír; aún después de todo lo que había pasado, no podía odiarlo. 

— solo.. solo trata de ser honesto.

jimin se volteó hacia mi, pude escuchar cómo suspiraba con pesadez.

— no puedo decirte, farah.

— si puedes, solo no quieres.

— de verdad, no puedo.

asentí. — si puedes.

— ¡que no!

di un paso hacia atrás, exaltada por su grito.

era la segunda vez que gritaba de esa manera, y estaba comenzando a pensar que algo muy malo pasaba en su cabeza.

mis ojos se aguaron cuando pensé en si estaría enfermo.

— j-jimin, ¿qué te sucede? — dije — por favor, dímelo. 

— mierda, farah, que no puedo.

— ¡que si puedes, maldición!

jimin me miró algo sorprendido por el grito que di en ese momento. mi pecho subía y bajaba con rapidez, sintiendo mi garganta picar y mis ojos arder.

— ¡quiero saber qué te tiene así! ¡quiero saber qué mierda es la que no te deja dejarme estar cerca de ti, de estar contigo! — exclamé — jimin, quiero saber.. quiero saber todo de ti.

— ¡es que ese es el problema! ¡quieres saber todo de mi y no me preguntas si quiero que lo sepas!

— ¡te estoy pidiendo saber por qué no quieres que sepa!

jimin gritó, pasando sus manos por su rostro.

— ¡solo dime, jimin! — exclamé — ¡te la pasas repitiendo lo lejos que me quieres, lo mucho que me odias por llegar a arruinar tu vida! — el negó caminando hacia mi, pero yo retrocedí — ¡parece que me quieres un día cuando eres lindo y tratas de besarme, y luego actúas indiferente y desapareces sin dar explicación! ¡ya estoy harta de lo que sea a lo que estemos jugando, jimin! 

su mirada no se movía de la mía.

mierda, no estábamos llegando a nada y mi garganta ya dolía de tanto gritar y tragarme todo el dolor que había estado sintiendo.

un gran dolor y sin fin de emociones era todo lo que era en ese momento, me sentía vacía cada vez más, desesperanzada, angustiada, ansiosa. sentía que moriría de tanta jodida tristeza que me daba cuando jimin me ignoraba y no le importaba ayudarme.

me sentía ajena a todo, indiferente a mis propias emociones. sentía que me apagaba poco a poco, y que él era la única persona que podía ayudarme a salir. jimin tenía mi alma abatida con todas las acciones que tomaba, con todas las palabras hirientes.

porque si salíamos juntos y sonreíamos, terminábamos regresando solos y molestos. si tenía expectativas altas de lo que podíamos ser, él se encargaba de romperlas. cuando lo abrazaba y le repetía lo agradable que era, simplemente volteaba su mirada.

mierda, porque no me quería como yo a él, y sí, sabía que no podía obligarlo a quererme, pero ser un poco más considerado y empático no iba a joderle la vida.

todos los dolores emocionales eran auto infringidos, producto de creencias mías, pero mierda, el dolor era tan real que simplemente quería que todo acabara.

porque me di cuenta que de un momento hacia acá, el deseo de ver los colores en sus ojos se apagaba, mientras que el deseo de solo verlo a él, crecía. pero a medida que éste crecía, también lo hacía el dolor en mi corazón.

y no quería presionarlo, de verdad no quería, pero mierda.

no pude evitarlo.

— ¡joder, jimin, joder! — grité — ¡solo dime qué jodida mierda pasa por tu cabeza y.. — me interrumpió.

— ¡estoy enfermo, farah! 

me miró, soltando lágrimas por primera vez. en su rostro podía ver cuánto coraje acumulado tenía, y no pude hacer nada más que quedarme callada.

porque eso explicaba todo.

— no quiero estar contigo porque tengo depresión, tengo un trastorno, estoy enfermo. porque soy un desastre. por eso me voy siempre, porque necesito alejarme de todo y de todos. — dijo — no soy alguien fuerte, no puedo prometerte estar contigo si luego me iré sin avisar. no controlo mis sentimientos ni mis impulsos, no.. — paró, escuché cómo se cortaba su voz — no puedo hacerte esto, no puedo arrastrarte conmigo.

y mi corazón comenzó a doler, ahora por culpa.

— jimin.. — se dio la vuelta.

— cuando tenía quince años quería estudiar artes, mis padres no me dejaron. ellos.. ellos no pararon de decirme que no era lo suficientemente bueno para triunfar en eso, y terminé por creérmelo. me obligaron a estudiar medicina sin siquiera preguntarme, ellos arruinaron todo lo bueno en mi vida. — murmuró sentándose en el suelo — por eso te odié en cuánto te vi, porque llegaste a mi vida a poner tu propio orden, cuando yo ya tenía el mío. porque decidí que nadie podía decirme qué hacer y qué no hacer desde ese momento.

tragué saliva, comenzando a unir los hilos.

mierda, era una tonta.

todo este tiempo, el problema fui yo.

— la razón por la que.. por la que estoy con chicas siempre, es porque encontré un tipo de apoyo en el tacto. me olvido de todo, me siento bien cuando me tocan, c-cuando yo toco. — dijo abrazando sus rodillas contra su pecho — no soy bueno dando, nunca lo he sido. yo solo soy bueno recibiendo, farah, y eso no es justo para ti. tú tienes mucho que darme, y no puedo ser yo quien lo reciba.

me senté atrás de él, en silencio. 

con algo de duda, pasé mis brazos por su torso desde atrás, y me apreté a él con la intención de darle un poco de apoyo. 

sabía que su mente debía de estar hecha un desastre ese momento.

— pudiste dejarme hacerlo, yo pude ayudarte con eso del tacto, jimin. yo puedo abrazarte cuando te sientas triste, p-puedo tocarte cuando lo ocupes, yo puedo ser todo lo que tu quieras.

jimin negó, pasando sus manos sobre las mías.

— no puedo dejarte hacerlo porque me iré. 

— ¿a d-dónde?

— me iré, farah, siempre hago eso. n-no puedo controlarlo, siempre que estoy con alguna chica de una noche, mi cabeza se descompone y yo.. — paró — ..yo entro en blanco, me bloqueo, entro en lugares oscuros, fases que no puedo superar. pierdo la cordura por un par de días, no se quién soy ni qué hice, simplemente me pierdo y no soy capaz de hacer nada más que pensar, y pensar, y pensar.

sentí una lágrima bajar por mi mejilla.

— odio que no pueda ser bueno para ti, farah. en verdad eres genial, divertida, eres hermosa, y mierda, yo soy todo lo contrario. — sentí su voz romperse — soy aburrido, feo, no soy nada. cuando estoy contigo, me olvido de todo lo malo que hay en mi vida. no puedo evitar odiar lo que causas en mi, toda la mierda por la que mi cabeza tiene que pasar.

negué contra su espalda.

— no es tu culpa.

— has llorado por mi culpa, has estado mal por mi culpa. te hago daño, farah, ¿no puedes ver eso?

jimin se volteó, hasta quedar frente a mi. sus mejillas estaban rojizas y mojadas, sus labios se formaban en un puchero. 

me acerqué a él, envolviendo mis piernas con las suyas, y rodeándolo con mis brazos. el hizo lo mismo, me rodeó y me pegó a él mientras escondía su rostro en mi cuello.

— no me interesa, jimin. — dije — puedes resolver esto.

— no puedo, n-no puedo, lo he intentado, y no puedo. — comenzó a hipear en mi cuello, para luego comenzar a llorar — soy un desastre, siento que estoy en un pozo sin fondo, que cada vez caigo más profundo. solo tú me ayudas a olvidar eso, pero no puedo estar contigo porque se que caerás conmigo, y no quiero que eso te pase. — me abrazó más a él, casi haciéndome comenzar a batallar para respirar — quiero que te vayas lejos de mi y no me hables, no me mensajees, no me mires. odio no poder estar contigo.

— no hay nada que impida que estés conmigo.

yo estaba más que dispuesta.

— no lo entiendes, farah. — el dijo — no quiero dañarte.

— jimin.. — sentí mi llanto comenzar a hacerse presente.

jimin me soltó,  y bajó su mirada apretando sus ojos mientras se tapaba el rostro para que no lo viera débil. perdí el control de mis emociones cuando lo escuché llorar y cuando vi sus hombros sacudirse por los sentimientos en su pecho.

— mereces otra cosa, mereces a alguien mejor que yo. — dijo jimin — no puedo prometerte que estaré cerca, no porque no quiera, sino porque.. ah, mierda, es difícil de explicar, yo.. yo estoy jodido. — dijo golpeando su cabeza — estoy roto, y nadie puede ayudarme a cambiar eso. lo he intentado, lo sigo haciendo, pero no puedo. por eso no puedo quererte, no es justo para ti quererme. yo no quiero lastimarte, no quiero hacerlo, pero no puedo prometerte que no te destruiré pieza por pieza, hasta que estés hecha en miles de pedazos, como yo. 

negué con lágrimas en mis ojos, aún más cuando jimin se puso de pie y me dio la espalda.

me puse de pie igualmente con torpeza, y caminé hacia él, tomé su mano y lo jalé a mi.

— jimin, déjame ayudarte.

— no. — dijo — no te dejaré hacerlo. yo debería sentirme feliz con todo lo que tengo, pero en realidad no siento nada. he sentido nada estos últimos años, he llorado muchas veces cuando nadie me ve, he escondido mi tristeza cuando estoy contigo porque se que si te muestro cómo soy realmente, vas a querer quedarte, justo como ahora, y no puedo dejar que eso pase. — dijo soltando mi mano con la suya — incluso sin sentir nada, me siento vacío, como si todo lo que alguna vez me gustó, lo que alguna vez amé o me hizo reír, como si todo eso.. se hubiera ido, como si simplemente fuera la cáscara de algún intento de amor.

negué, sintiendo mi corazón apretujarse.

no es justo para ti que trates de armarme, cielito. — susurró — mucho menos amarme.

y ahí perdí nuevamente todo, con ese maldito apodo.

— no soy bueno, farah. soy una persona bipolar, amargada, impredecible, loca. soy un desastre, y tú eres demasiado buena como para convertirte en uno. — dijo viéndome, tomando mi rostro entre sus manos.

en ese momento recordé lo que mi abuela dijo.

si jimin decía quererme como lo hacía, a tal punto en que me quisiera mantener lejos de su inestabilidad emocional, ¿entonces por qué no me hacía ver colores permanentemente?

pensé que jimin mentía, pero mierda, no podía mentir con todo ese dolor que me estaba transmitiendo, yo sabía que no.

— jimin. 

— por favor vete. — dijo recorriendo mi rostro con su mirada.

negué, cubriendo sus manos con las mías.

— no, espera. — dije, pero el negó mientras se separaba de mi — j-jimin, oye. — me soltó.

mi corazón se paró cuando caminó lejos de mi, dejándome sola.

— ¡jimin!

me ignoraba.

tomé su paso y corrí hacia él, tratando de llegar antes de que entrara a su casa y se encerrara dentro de ella.

porque quería saber a dónde iba cuando desaparecía.

choqué con su espalda cuando por fin lo alcancé, y lo único que pude hacer fue abrazarme a él con fuerza y tristeza.

— p-por favor dame una oportunidad, jimin, te juro que haré lo que pueda para que te sientas bien. — lloriqueé — no me hagas dejarte solo, no quiero que lo estés.

— farah. 

— no puedo dormir por tratar de pensar qué está mal contigo, por tratar de ayudarte, de agradarte. no me pidas que me vaya cuando ya te tengo. te quiero, me importas, siempre lo has hecho. — dije contra su espalda — p-por favor, no me pidas que me vaya. por favor, por favor.

jimin se dio la vuelta, tomó mi rostro entre sus manos y acercó su rostro al mío.

pegó nuestras frentes, y antes de que pudiera decirle algo, juntó nuestros labios sin preguntar.

solté un suspiro al sentir lo cálidos que éstos eran, lo suaves que se sentían. 

jimin me estaba besando, y yo quería llorar de la felicidad.

su cercanía era tan genuina que no podía controlar mis emociones, todo lo que alguna vez vi inalcanzable, ahora lo tenía en mis brazos, besándome.

pero mierda, lo único que sentía era la tristeza que jimin emanaba.

y me sentí una tonta por siempre haber sospechado que algo grave pasaba con él.

pero me sentí una idiota por no haberle hecho caso a mi instinto.

jimin dejó de besarme después de un rato. cuando me soltó, dejó un pequeño beso antes de separarse por completo.

— jimin. — dije aferrándome a su pecho.

no quería saber qué pasaría después, simplemente quería que fuera feliz de una maldita vez por todas. no quería que siguiera estancado en ese lugar en donde estaba, quería ayudarlo.

— dime. — dijo en voz baja.

— ¿a dónde vas cuando desapareces?

jimin no dijo nada, simplemente me abrazó aun más fuerte, como si estuviera apunto de irse para siempre y nunca volviera tener la oportunidad de tenerme cerca.

suspiró. — al lugar más roto y vacío de todos, farah. 

— ¿c-cuál es ese lugar? — pregunté levantando mi vista un poco, con miedo a lo que sea que iba a decirme.

jimin acarició mi mejilla con suavidad, parpadeando contra las lágrimas.

— a mi corazón. — dijo — y por más que quiera estar contigo, besarte, abrazarte, por más que tú seas lo único que siento en ese lugar, no voy a hacerlo. no te traeré conmigo a este lugar tan asqueroso, nunca me lo perdonaría. — murmuró sobre mis labios — perdóname, farah.

antes de que pudiera reaccionar, dejó un gran beso en mi frente.

caí de rodillas al suelo cuando jimin se soltó de mi agarre con fuerza y me empujaba hacia abajo, mientras el entraba a su casa con prisa.

me levanté de golpe aún con el ardor en mis rodillas, y corrí, tratando de alcanzarlo antes de que cerrara la puerta.

lamentablemente no lo logré a tiempo.

— ¡jimin! — exclamé, hincándome frente a su puerta — ¡abre, p-por favor!

mi pecho dolió, pensando en todo lo que había pasado, todo lo malo que había en el y todo el deseo que yo tenía por acabar con eso.

golpeé la puerta durante minutos, tal vez horas, en realidad no lo supe.

jimin no abría, y yo sentía mi corazón romperse con cada lágrima que salía de mis ojos.

me sentí sola, atrapada en mi propia desesperación tratando de llegar a jimin. porque mierda, jimin me había salvado de esa dolorosa desesperanza que sentí por diez años, yo tenía que hacer lo mismo por él.

golpeé la puerta durante mucho tiempo, rogando porque me abriera.

le prometí ayudarlo desde el otro lado de la puerta, le prometí no irme de su lado, de hacerlo reír y ayudarlo a sonreír como siempre quiso. 

rogué porque me dejara entrar, le grité lo mucho que lo quería, lo feliz que me hacía estar aunque fueran cinco minutos a su lado.

pero por más que me rompí en su banqueta, por más que lastimé mis nudillos tocando, por más que mis labios se rompieron por el frío azotándome, él nunca abrió.

lloré y lloré hasta que mi garganta se secó, y cuando sentí que ya no podía más, sentí cómo unos grandes y fuertes brazos me levantaban desde atrás.

levanté mi mirada vidriosa encontrándome con la mirada preocupada de namjoon.

— ¿farah, qué está pasando?

— j-jimin no quiere abrir la p-puerta, joon, jimin no quiere.. — lloré — ..por favor, dile que la abra, por favor, por favor. — dije.

namjoon miró la puerta, y bajó la mirada.

— tengo que ayudarlo, joon, jimin me necesita, no puedo irme. — dije cuando comenzó a jalarme lejos de su puerta.

golpeé el pecho de mi amigo y lloriqueé para que me dejara quedarme, pero paré en el momento en que levanté mi mirada y vi a jimin en la ventana, observándome.

— jimin. — susurré con la voz entrecortada.

lo último que vi antes de que namjoon me subiera a su auto y arrancara lejos de él, fue cómo las luces de su casa se apagaban de golpe, dándome un susto lleno de preocupación.

namjoon no dijo nada, simplemente condujo durante minutos. 

mi corazón dolía, no por el tema de los colores, sino porque no podía ayudar a jimin por más que quisiera hacerlo.

lloré hasta que mis ojos se secaron, hasta que me quedé sin voz, hasta que no tuve fuerzas para seguir manteniéndome despierta.

desperté en una cama, con una cálida presencia a mi lado, abrazándome.

supe que era yoongi cuando dejó un beso en mi mejilla y enredó sus piernas con las mías mientras sobaba mi cabeza.

mis lágrimas se juntaron nuevamente en mis ojos, sintiendo un gran dolor en mi pecho.

— y-yoongi. — murmuré — dime qué está pasando.

yoongi suspiró.

— dormiste mucho, casi un día. — susurró — tu madre sabe que estás conmigo.

— ¿q-qué sucedió?

— no sabemos, solo estabas algo mal y decidimos dejarte descansar.

fijé mi mirada en algún punto de la habitación de yoongi, pensando.

— ¿dónde está jimin? — pregunté con miedo — él.. él está mal.

— lo sé, nena. — dijo él — lo siento, pero así es esto.

— no, y-yo puedo ayudarlo. — lloriqueé — así como te ayudo a ti.

yoongi me miró. 

— no todos pueden ser ayudados, farah. — dijo él — jimin decidió no ser ayudado, para que tu pudieras serlo, y no puedes cambiar eso ahora. jimin se fue, y lo hecho, hecho está.

¿por qué mierda no? 

no es como si jimin se hubiera ido y nunca más fuera a regresar, simplemente no era cierto.

porque jimin dijo que iba a su corazón, al lugar más roto de todos.

jimin no se había ido, solo había desaparecido un par de días como siempre hacía.

sí.

sí.

no.

alto, no.

jimin.

oh, dios, jimin.

jimin, ¿acaso.. acaso te habías ido?

— y-yoongi. — dije titubeando, atrapando su camisa entre mis manos temblorosas.

— no, nena, no lo hagas. — dijo.

sentí mi alma dejar mi cuerpo cuando me di cuenta de lo que pasaba en realidad.

me enderecé en la cama y tomé a yoongi de la camisa más fuerte.

mi pecho subía y bajaba con frenetismo, mis ojos parpadeaban contra las lágrimas dolorosas que bajaban por mis mejillas, mientras que mis oídos se aturdían violentamente por el zumbido vacío de mi interior.

me atraganté con mi propia saliva.

— yoongi, dime que no es cierto, p-por favor. — dije con un hilo de voz, sintiendo cómo esta se quebraba con fuerza y agudeza — yoongi, dime q-que jimin está bien. 

yoongi suspiró, y pude ver cómo de sus ojos salían miles de lágrimas al igual que las mías.

rota, destrozada, escondí mi rostro en su cuello, queriendo callar todos los malos pensamientos que pasaban en mi cabeza. me aferré a yoongi como si eso fuera lo único que me pudiera mantener cuerda después de que me soltara la cosa más desgarradora que alguna vez escuché.

porque jimin se despidió de mi, a pesar de pedirme que no me fuera.

esa noche, mi corazón se partió —si es que se podía aún más—.

esa noche, lloré hasta que perdí todos los sentidos y mi cuerpo perdió toda la fuerza en él.

esa noche, quise regresar el tiempo al primer día que lo conocí.

esa noche, jimin se suicidó, y yo lloré hasta extrañarlo.






































Continue Reading

You'll Also Like

385K 13.7K 60
𝗜𝗡 𝗪𝗛𝗜𝗖𝗛 noura denoire is the first female f1 driver in 𝗗𝗘𝗖𝗔𝗗𝗘𝗦 OR 𝗜𝗡 𝗪𝗛𝗜𝗖𝗛 noura denoire and charle...
11.5M 298K 23
Alexander Vintalli is one of the most ruthless mafias of America. His name is feared all over America. The way people fear him and the way he has his...
547K 8.4K 85
A text story set place in the golden trio era! You are the it girl of Slytherin, the glue holding your deranged friend group together, the girl no...
4.8M 254K 34
Those who were taken... They never came back, dragged beneath the waves never to return. Their haunting screams were a symbol of their horrific death...