—Y esto... te pones en la pancita.—
Lev suspiró al sentir el cálido tacto de esa extraña bolsa de tela sobre su estómago.
—¿qué es esto?—
—Alivia los dolores.—
—Ya veo...—
MK notaba la incomodidad en el rostro del serafita, pues desde que llegaron a su casa, no la miraba directamente.
—Me... me dijo ____ que querías ver la serie de Avatar ¿no? Podemos verla ahora, si no tienes otra cosa que hacer.—
—Claro...—
La chica rebuscó en una vieja caja unos cd's, poniendo uno en la vieja reproductora sobre su televisor.
—Hazme un espacio, traigo palomitas.—
Apenas la chica volvió de la cocina y puso play, se acomodó junto a Lev, quien no podía quedarse quieto.
La cercanía lo ponía nervioso.
—No voy a morderte, deja de moverte.—MK lo miró divertida antes de lanzarle unas palomitas a la cara.
—¿de verdad no te molesta?—la chica hizo una mueca de confusión—. Lo de que era una-
—No es necesario que lo menciones.—recostó su cabeza en el hombro del serafita—. No me importa quién eras antes... Lev, es el "tú presente", es quien me importa...—silbó—. Que profundo...—
Mientras la chica devoraba sus palomitas, Lev intentaba a toda costa mantener la calma.
Yo le importo...
Sonrió con ternura, acurrucándose mejor bajo la manta que MK acababa de extender sobre ambos.
~•~
—Entonces... ¿la besaste?—
—¡no!—Lev escondió su rostro en el almohadón del sofá—. Vimos una serie...—
—Oh... que aburridos.—
Abby leía algo distraída un mapa.
—¿qué es eso?—
—Wattson me habló de una ciudad cerca de aquí, iremos a revisar el área.—
—¿iré también?—
—Si quieres.—
—... ¿MK irá?—una sonrisa se instaló en el rostro de la mujer, quien le alzó las cejas divertida.
—Es tu novia, tú deberías saberlo.—
Abby esperó que el serafita renegara de su chiste, pero no fue asi. Al mirarlo, notó una pequeña sonrisa en su rostro. Sonrió también.
Que tierno...
~•~
—Hola.—
MK se acercó a Lev, quien terminaba de ensillar un caballo.
—¡Hola!—respondió con demasiada energía, sorprendiendo a la chica—. No sabía que vendrías.—
—¿ah si?—la chica enarcó una ceja divertida—. Wattson me dijo que le preguntaste por mi en la mañana.—
Atrapado.
Lev apartó la mirada al caballo, al cual terminó de colocarle el bozal.
—¿podemos hacer de cuenta que no escuchaste eso?—
—Esta bien.—MK negó divertida antes de acomodarse la mochila en la espalda—. ¿compartimos caballo?—
—Claro.—
MK esperó a que el chico subiera al lomo del animal y aceptó su ayuda para trepar y acomodarse detras de él.
—... ¿no crees que deberías sujetarte de algún lado?—Lev miró algo preocupado a la chica apenas se tambaleó al emprender camino.
—Cierto, cierto.—
El serafita dio un respingo al sentir los brazos de la chica rodear su cintura.
—¿te molesta que esté tan cerca?—MK retrocedió un poco al ver lo tenso que se había puesto.
—No no.... para nada.—sonrió.
—Entonces en marcha, vamos.—
~•~
—No se alejen demasiado, no sabemos si hay infectados cerca.—
Wattson indicó que todos se dispersaran.
—¿vamos juntos?—MK llamó la atención de Lev, quien asintió antes de amarrar el caballo a una valla.
El par de niños se adentró en un pequeño centro comercial, entrando primero en una farmacia.
—No hay mucho, así que mete todo lo que encuentres en la mochila.—señaló MK—. Luego veremos qué sirve y qué no.—
Siguieron recorriendo las tiendas en silencio, hablando lo justo y necesario para no armar mucho alboroto. O al menos fue así hasta que llegaron al patio de comidas.
—Mira.—MK señaló emocionada el local de comidas rápidas con una "M" amarilla enorme en la entrada—. Tienen tu muñeco.—
Lev no comprendió a qué se refería hasta que vio un cartel con los personajes de Avatar. Sonrió.
—Que graciosa...—
—Mis papás me hablaban del viejo mundo, en estos lugares daban regalos... Tal vez aún tengan muñecos de la serie.—
MK se encaminó al lugar, y antes de que Lev pudiese decirle algo, un rugido resonó en todas partes.
—Volvamos, no vale la pena.—
—Solo será un momento, tendré cuidado.—
—¡ven aquí!...—el serafita llamaba a la chica en susurros, sin ser escuchado.
Con cada paso que daban hacia el restaurante, peor era el riesgo que corrían. Y no lo entendieron hasta que una pequeña manada de corredores se abalanzó sobre ellos.
—¡aquí, Lev!—
MK trepó al techo del edificio sorteando unos cubos de basura y le extendió la mano a Lev para traerlo consigo. Se salvaron por poco.
—Eso estuvo cerca...—la chica dio una gran bocanada de aire apenas se desplomaron en el techo—. Pero mira, te tengo.—sacudió un pequeño Aang en su mano.
—¿¡estás loca!?—Lev la miró molesto—. ¡podrían haberte mordido!—
—Pues a ti también, pero estamos bien.—
—Fuiste muy descuidada... De verdad, tienes que tener más cuidado.—la chica borró su sonrisa poco a poco.
—Sé cuidarme sola, Lev... No tienes que preocuparte por mi.—
—¡sí, debo!—se puso de pie—. Debo cuidarte.—
—No debes.—
—Claro que sí.—
—Pff, ¿por qué?—
—¡Porque me gustas!—
MK desvió de inmediato la mirada del muñeco en sus manos, enfocándola en el serafita que poco a poco comenzaba a ponerse totalmente rojo.
—O b-bueno, me importas, me preocupas, te valoro, te quiero... Eso.—
La chica sonrió algo avergonzada antes de acercarse al chico y tenderle el pequeño Aang.
—Tú también me importas, preocupas, te valoro y eso.—presionó su hombro con cariño—. Vamos, volvamos con los demás.—
~•~
El camino de vuelta a Alfa fue en completo silencio por parte de los niños, quienes a esas alturas morían de pena.
—Guarden a Green en el establo, yo me encargaré del conteo.—Wattson tomó las mochilas de provisiones de ambos chicos y se alejó del lugar.
—Si quieres puedes ir a casa, yo lo guardo.—MK tomó las riendas del caballo y comenzó a caminar.
—No... Te acompaño.—
Al llegar al establo, ambos comenzaron a quitarle la montura y las riendas.
MK le daba un poco de heno, cuando Lev habló.
—¿podemos... hacer de cuenta que no escuchaste eso?—
—¿qué cosa?—
—Lo que dije en el restaurante...—MK lo miró, notando que mantenía la mirada en el muñeco.
—Lo siento, pero no.—el serafita se extrañó.
—¿por qué no? Fue una tontería, no debí decirlo...—
—¿era mentira?—
—Claro que no.—
—Entonces esta bien.—la chica cerró el establo y se acercó a Lev—. No hay problema.—
—Pero arruiné nuestra amistad, ahora es algo raro ¿no lo sientes también?—
—¿raro porqué? Si yo te dije que sentía lo mismo.—
Lev frunció sus labios levemente, apartando la mirada hacia la entrada del establo.
—No dijiste exactamente lo mismo...—
MK no entendía a qué se refería, hasta que hizo un poco de memoria y recordó con exactitud las palabras que el chico le había dicho.
Se acercó a Lev y plantó un repentino beso sobre sus labios, haciendo que el serafita se llevara la sorpresa de su vida.
—También me gustas, Lev... ¿feliz ahora?—sonrió algo avergonzada.
Dato curioso de 0 importancia: al caballo le puse Green por mi canción favorita de cuando era chiquita, "el caballo verde".
Gracias por leer, nos vemos xd.