Ojos color tormenta.
𓏲 ๋࣭ ࣪ ˖ ⋆ ࣪ . ˖ ࣪ ⭑ ˖ ࣪ ٬ ุ๋ ⸱
Santorini, Grecia.
Angeline.
El hotel de Vasiliás está enorme y es precioso.
Llegamos hace una hora, cada quien se metió en su papel desde que nos separamos en el aeropuerto. Al llegar pedí mi habitación y tuve que desempacar ropa que traje solo para aparentar, mi maleta con todo lo importante está metida en el armario.
Estoy nerviosa por lo que vaya a pasar. No me gusta lo desconocido pero estoy tratando de alejar todo pensamiento negativo, lo que menos me gusta es ser pesimista. Siempre me he cargado una actitud positiva y demasiado egocéntrica, eso me ayuda y quiero seguir así.
Aedion nos dió un micrófono y audífono muy diminuto para estarnos comunicando, ya que nadie puede tener contacto con ninguno de los demás mientras estamos aquí. ¿Cuanto tiempo vamos a estar? no tengo ni la más mínima idea. No se hablar griego pero recuerdo algunas cosas que me enseñaron cuando era pequeña, solo lo básico, pero eso y el que me haya puesto a estudiar antes de esta fecha, es una gran ayuda.
En el audífono suena un pitido, eso significa que alguien hablará.
—¿Cuáles son sus habitaciones? —Escucho la voz de Raymond.
—202 —Respondo—. Nolan tiene la 207 y Efraín la 203.
—Andrea y yo tenemos la 107 —Dice Aedion y pongo los ojos en blanco.
El que estén juntos es plan con maña. La chica tiene cuerpo de modelo y cara linda, Aedion aprovechó la puta oportunidad y claro que ella no iba a negarse a eso.
«Ese ya no es tu asunto» me recuerdo y trato de enfocarme en otra cosa.
Los demás dicen el número de su habitación y tengo que aprenderlos de memoria por cualquier cosa. Siempre tengo que estar preparada, Vasiliás es peligroso y en cualquier momento puede descubrirnos y atacar.
Todos tenemos que actuar como turistas estos dos primeros días, solo para no levantar sospechas. Así que me cambio y les mando mensaje a los chicos para que me alcancen abajo.
El hotel está enorme.
Hay una zona que da paso hacia la playa, pero la parte de la piscina me encanta. Está a una altura un poco alta, y da la vista hacia un paraíso; las montañas, el mar cristalino y el cielo se ven encantadoras.
Me enamoré de este lugar en cuanto lo vi, lastima que no pueda disfrutarlo por estar cuidándome las espaldas. Vasiliás estará aquí cuatro días; dos de ellos serán para actuar como turistas y los otros ya serán para observarlo más de cerca y quizá entonces nos de la oportunidad de actuar.
Me quito la bata playera y me acuesto sobre una de las camas que están frente a la piscina. Siento como los ojos caen en mi y cierro los ojos disfrutando del sol.
—¿Vas a broncearte? —Abro los ojos al escuchar la voz de Nolan.
El y Efraín están sentados en una de las camas junto a mi, sin nada encima más que una bermuda. A pesar de que ya los he mirado así me hacen sonrojar todavía. Ambos son atractivos y tienen un cuerpo todavía más atractivo que su rostro, es imposible pasarlos desapercibidos.
—Quizá un poco —Respondo.
Nolan y yo hemos encajado bien, nuestro humor parece ser el mismo y no nos ha costado socializar entre ambos. Efraín es un chico muy serio, no he hablado mucho con él pero si me he dado cuenta que me mira mucho, quiero creer que no en una mala manera pero a veces su mirada se siente pesada.
Miro a sus espaldas y veo a Aedion caminar con Andrea tomados de la mano. Ella está usando un bikini negro que la hace resaltar sus curvas. «Es bonita» no puedo evitar no admitirlo. Tiene piernas largas, un abdomen plano y aunque no tenga cadera, la compensan sus grandes pechos. Su nariz es respingada, sus labios son grandes y tiene unos ojos azules muy lindos.
Siento como mis ánimos caen poco a poco y por primera vez en mi vida me siento...¿intimidada?.
—¿Que se supone que haremos? —Pregunta Nolan y desvío mi mirada de la rubia.
¿Que me pasa? nunca me he sentido inferior a una chica, mucho menos me dejo intimidar por eso. «La belleza exterior no tiene nada que ver con lo que llevas dentro» recuerdo la frase que Ruth suele decirle a mis hermanas y mi carácter vuelve a tomar el control, el coraje me toma y recobro la compostura.
No tengo por qué estarme comparando con nadie.
—Tierra llamando a Ann...—Parpadeo desconcertada y pongo atención a Nolan— ¿Estas bien? —Pregunta.
—Si, solo...—Iba a responder pero la voz de Efraín me interrumpe.
—Vasiliás va entrando —Murmura.
Me recuesto sobre la cama con la cara mirando hacia el cielo y espero unos segundos antes de voltear hacia la entrada. Fijo la mirada en el hombre que va caminando junto a dos mujeres y tres hombres a su espalda.
Carajo.
¿A esto nos estamos enfrentando? parece modelo de Calvin o empresario súper millonario estilo Cristian Grey. No se mira como un sicario, parece más como alguien todavía más importante o mejor que eso.
—Recuerden actuar natural —Escucho la voz de Lucían por el auricular.
Desvío la mirada de él y me enfoco en los chicos.
—Ese tipo parece boxeador —Dice Nolan y me hace sonreír.
—Ni que lo digas.
Es castaño, de barba bien marcada, cejas gruesas, mandíbula perfilada, es musculoso y camina con un porte que te deja anonada.
¿Se puede engañar con la mirada?
—Traten de observarlo de vez en cuando —Les digo—. No hay que llamar la atención —Me pongo de pie—, métanse a nadar, hagan algo.
Camino hacia las escaleras de la piscina para bajar, el agua acaricia mi cuerpo y la piel se me eriza tras el contacto con el agua fría. La piscina está sola supongo que por la temperatura del agua, pero no se por que les molesta tanto. El clima es perfecto.
Me giro para mirar a los chicos y ambos me están mirando de una manera muy rara.
—Voy por algo de beber —Dice Nolan y comienza a caminar.
Efraín sonríe mientras niega con la cabeza y se avienta de un clavado. Me acerco a la orilla de la piscina, donde del otra lado ya no hay nada, solo se puede mirar el océano y el sol metiéndose entre las nubes.
—Así que sin llamar la atención... —Murmura Efraín a mi lado.
Le sonrío amable y regreso la vista hacia el paraíso que tengo enfrente.
—¿Por que nunca has querido hablarme? ¿Te caigo mal? —Le pregunto.
Noto como se sonroja y desvía la mirada hacia las olas del océano.
—No, es solo que tienes un carácter muy curioso —Sonríe, pero no me mira.
—¿Curioso como?.
—Nunca había conocido a una chica con un carácter tan fuerte y propio como el tuyo —Explica—. Dices lo que piensas, no te dejas de nadie, siempre pareces estar enojada y tienes respuestas para toda clase de conversación.
—¿Eso te intimida?.
—No, pero soy muy observador —Sonríe ladino y me mira—. Para tener diecisiete pareces tener tu carácter ya formado.
—No es la primera vez que me lo dicen —Le cuento—. Pero eso no implica que no podamos llevarnos bien —Se ríe—. No suele importarme llevarme bien o mal con las personas pero este equipo es importante para mi. Tú eres parte de él y siento que debo poner más empeño en conocerlos a todos.
—¿Que es lo que quieres saber de mi? ¿Mi color favorito? —Pregunta con una sonrisa divertida y asiento con un movimiento de cabeza—. El azul, ¿y el tuyo?.
—Rojo.
—¿Te gusta leer? —Asiento—, ¿cual es tu libro favorito?.
—It de Stephen King—Respondo.
—¿En serio? —Pregunta incrédulo.
—Me gusta el terror —Me encojo de hombros—, odio a los payasos.
—¿Y te gusta leer sobre las cosas que odias?
—Los odio porque dan miedo y a mi me gusta esa sensación.
—Estás loca —Afirma con una sonrisa.
—Me gusta disfrutar de las cosas pequeñas, el día que muera no voy a poder disfrutar más de ellas, así que me gusta valorar.
—Tienes diecisiete y ya estás pensando en la muerte.
—Bueno, eso déjalo para alguien normal. En mi mundo pueden matarte en cualquier momento.
Se me queda mirando, analizando lo que acabo de decir y justo cuando va a hablar, la voz de Nolan nos interrumpe.
—Aria, te traje un cóctel —Nos giramos hacia el—, y para el bebé un ponche.
Efraín niega con la cabeza y yo me echo a reír.
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Jamás había venido a Santorini. Es una isla muy bonita, no entiendo como nunca se me ocurrió venir aquí de vacaciones. La arena es tan suave, el mar es hermoso y me encanta ver a los peces pasar por los lados de mis pies. Ya es el segundo día que estamos aquí y sinceramente no me quiero ir, no quiero dejar mi papel de turista. Lo estoy disfrutando tanto que hoy por la mañana después de desayunar salí a comprar un recuerdo para mi y uno para mis hermanas. A ellas les hubiese encantado el lugar todavía más que a mi.
Estoy terminando de ponerme un vestido para bajar al bar con los chicos, todos hemos quedado en vernos ahí debido a que el objetivo estará presente. No nos ha costado nada de trabajo seguir las órdenes hasta ahora y ha decir verdad hemos disfrutado mucho la compañía que nos damos.
Salgo de mi habitación y camino hacia el elevador, bajo al piso indicado y camino hacia el bar. El lugar está casi infestado y la razón es por que hoy habrá un espectáculo en la pista de baile. Visualizo a Nolan y a Efraín sentados en una mesa junto a la pista, Aedion y Andrea están del otro lado, Raymond y Mak están a dos mesas de nosotros junto a un par de chicas que ligaron, y Maya y Stefan están al otro extremo.
—Hola —Saludo cuando llego a la mesa.
—Hola —Me saludan ambos.
—Pareces diosa griega —Dice Efraín.
Si, la verdad me esmere bastante en lo que iba a usar esta noche. Traigo puesto un vestido ajustado hasta la cintura y suelto hasta los pies, tiene aberturas en ambos lados de las piernas para poner caminar y enseñarlas. Todo el vestido es de tela blanca casi transparente y tiene diamantes incrustados por todos lados. Es un vestido demasiado hermoso y fue un regalo por parte de una de mis tías.
—Gracias —Le sonrío.
Tomo asiento y comienzo a observar el lugar disimuladamente hasta encontrar al objetivo. Vasilias está a un par de mesas de donde está Aedion; viste un traje azul juvenil y está rodeado de escoltas.
—¿Cómo se supone vamos a secuestrarlo si está rodeado de sus marionetas? —Pregunta Nolan, pensando lo mismo que yo.
—Tenemos que tener un plan de distracción, algo sigiloso que no se vea venir —Le digo.
—No soy bueno haciendo planes —Se queja y se pone de pie—. Voy por algo de tomar, ¿quieren algo?.
—Tequila —Respondo.
—Una coca-cola —Dice Efraín.
—No seas...—Nolan niega con la cabeza—, está bien, ahora regreso.
Sonrío divertida por la situación y me quedo mirando a Efraín unos segundos. Está comiendo cacahuates a cada segundo.
—¿Te gustaba fumar? ¿Eras adicto a algo? —Le pregunto y me mira.
—¿Por que lo dices? —Pregunta y medio sonríe.
—La manera en cómo comes —Le señalo—. Seguro sufres de ansiedad —Miro sus dedos y achino los ojos—, nunca te he visto fumar pero si lo hacías, tus dedos están amarillos.
—¿Todo eso lo descubriste mirándome?.
—Si.
—Comencé a fumar cuando iba en preparatoria pero comencé a hacerlo tanto que tuve problemas pulmonares y tuve que dejarlo —Explica—. Me gusta la marihuana, eso la fumo de vez en cuando y no parece hacerme daño.
—Yo nunca he probado drogas —Admito.
—¿Por que? a tu edad yo ya había probado de todo.
—No me llaman la atención —Admito y miento en cierta parte.
Hay otra razón que no la puedo contar a cualquiera. No es un tema delicado para mi pero me niego a que se haga un chisme.
—¿Ni un cigarrillo has probado?.
—Eso si, papá me dio a probar desde que tenía once años —Me mira extraño y me hace sonreír—. Mi papá y yo tenemos mucha confianza, y esa vez me dio a probar por que se enteró que mi mejor amiga había estado fumando a escondidas, y a mi padre no le gusta que le oculte nada, por eso siempre hablamos de esos temas y prefiere que si voy a probar algo sea alrededor de familia y no con amigos o que lo haga por presión social.
—Que lindo —Asiento.
Nolan llega con las bebidas y mi mirada se posa en Aedion con la rubia. «Están muy juntos» no me gusta, lo admito, me incomoda pensar que durmieron juntos. «Seguro no durmieron». Pongo los ojos en blanco al mismo tiempo que su mirada se encuentra con la mía y desvío mi atención a otro lado.
Siempre le tengo ganas, incluso cuando recién acabamos de follar. No se que me pasa pero es como si Aedion fuera un vicio que no me canso de saborear, un vicio único que me hace enojar cuando otra chica quiere probarlo.
Por las bocinas empieza a sonar una de mis canciones favoritas y me tomo de un trago el tequila que me trajo Nolan.
—¿Bailamos?.
Rápido volteo a mirar a Aedion, el cual está junto a mi con la mano estirada.
—¿Que haces? —susurro tratando de actuar normal.
—Solo es un baile.
Tomo su mano con una sonrisa fingida y caminamos a la pista a la vez que varias parejas hacen lo mismo.
—Espero sepas bailar —Me dice y posa su mano en mi cintura.
—Estas loco...—Murmuro.
—Una aventura es más divertida si huele a peligro —Cita la letra de la canción y pongo los ojos en blanco.
«Y si te invito una copa y me acerco a tu boca.
Si te robo un besito a ver ¿te enojas conmigo?.
¿Que dirías si esta noche te seduzco en mi coche? que se empañen los vidrios y la regla es que goces»
—¿Quien te enseñó a bailar? —Me pregunta y yo trato de no conectar mi mirada con la suya.
—Tome clases a los catorce.
Bailar es una de las cosas que más amo hacer. Se bailar merengue, salsa, tango, pero lo que más me gusta es la bachata. Tenía tanto que no bailaba esta danza que no puedo dejar de sonreír.
Mi cara está tan cerca con la de el que me pone de una manera que solo él sabe causar. Su perfume invade mi nariz y el cuerpo me tiembla. «Por Dios» el corazón me está latiendo como loco, en mi estómago danzan las mariposas y siento aquella necesidad de querer besarlo, abrazarlo y acariciarlo.
Me siento diferente estando con el. No se si sea su belleza, su aura o su carácter pero experimento tantos sentimientos y emociones que no se que hacer o sentir. Justo ahora es como si todo a nuestro alrededor hubiese desaparecido, como si no estuviéramos en una misión, como si no tuviera un novio esperándome en casa. Nada de eso me importa estando con el, ninguna situación parece ser coherente cuando estoy con él y es tan extraño y placentero que no quiero que deje de causar esto en mi.
La canción termina y quiero irme a mi asiento pero su mano me detiene. "El malo" de Aventura comienza a sonar y siento un cosquilleo en todo el cuerpo que me deja estática.
Vuelve a pegarme a su pecho y comienza a moverse junto a mi. Nuestros pasos son sincronizados y es que parece que estuviésemos conectados porque hemos encajado tan bien que nuestra forma de bailar coincide a la perfección.
—«Soy tu amor y tu dilema y al igual que en las novelas soy el malo con una virtud» —Me canta al oído y me hace estremecer.
«El no entiende el procedimiento cuando y cómo darte un beso. Yo en cambio encuentro el punto débil que te eleva hasta el exceso. Ni siquiera se imagina de ese pacto misterioso con tu alma y tu cerebro»
Se que me canta por André, y sé que también sabe que está canción describe lo que somos y lo que es el para mi. ¿Como una canción puede hacerme sentir tan conectada e identificada? .
—Mírame —Dice y niego—. ¡Mírame, Liebe! —Exclama y obedezco. Sus ojos conectan con los míos y me quedo anonada en su brillo—. Se lo que piensas, lo que sientes y lo que te encantaría hacer...y lo se por que yo quiero lo mismo —Mi corazón está como un loco—. La mirada es la única manera de tocar todo el cuerpo a la vez, ¿lo sientes?...yo lo supe desde el día que me miraste y la sentí en toda la piel.
Dicen que la mejor manera de liberarse de una tentación es caer en ella, pero empiezo a creer que esto ya no es solo eso. No se puede escapar o librarse de aquella persona que te acelera el corazón y te detiene el tiempo.
Aedion Lorcan ha puesto mi mundo patas arriba desde el día en el que decidió secuestrarme y no hay rencor de mi parte porque lo haya hecho.
—No se lo que somos pero hay que seguir siéndolo —Le digo.
Está mal y no hace falta volvérmelo a repetir. Me niego a creer que es amor lo que siento y no puedo echarle la culpa por desordenar mis emociones y sentimientos. ¿Cómo culpar al viento por el desorden que causó, si yo fui quien dejó la ventana abierta?
—No juegues con fuego porque te vas a quemar, Liebe.
—Quiero quemarme.
—No, no lo quieres.
—Tu me prometiste bajarme el cielo cuando yo lo quisiese, ¿recuerdas? —Me acerca más a su pecho y lo escuchó suspirar en mi oído—. Pero eso no lo quiero, Aedion.
—¿Entonces que quieres?.
—No voy a pretender ser un ángel en un infierno infestado de demonios —Digo—. Y en este infierno, mi infierno, no cualquier demonio entra. Se bien lo que merezco, conozco mi fuego, y no cualquier demonio por muy diablo que sea, merece arder y quemarse conmigo.
La canción termina y ambos nos alejamos. Le sonrío y me doy la media vuelta. Todo me está temblando, me siento fuera de lugar y quiero hacer tantas cosas que no sé ni por donde empezar.
꒷꒥꒷꒷꒥꒷꒷꒥꒷꒷꒥꒷꒷꒥꒷꒷꒥꒷꒷꒥꒷꒷꒥꒷꒷꒥꒷꒷꒥꒷꒷꒥꒷꒷
No tengo palabras para describir este capítulo.
Dios mío, es que no es por nada pero conforme iba leyendo y corrigiendo he sentido la tensión de estos dos y me he enamorado más.
Espero les haya gustado.
Quise que conocieran un poco más de Angeline sobre sus gustos y otro tipo de cosas. Es importante que aprendamos a conocer a los personajes y claro que quiero darles esa atención. :)
A mi me encantó el capítulo, no se ustedes pero hasta ahora es de mis capítulos favoritos.
No olviden votar, comentar y compartir si les gustó.
Besos xoxo.