Llevo unos días en casa de Tiara y Marcos. Ambos se han comportado muy bien conmigo, han sido muy pacientes y me han apoyado en todo.
Mis padres no se han comunicado conmigo, supe por Ivanna que mamá ya está bien. Ella me llama a escondidas de ellos, también me ha contado que Byron está muy triste y no deja de reclamarle a nuestros padres.
Yo también los extraño mucho.
De Charlie no sé nada, parece que se lo a tragado la tierra. O simplemente su manera de pasar de mi es mejor de lo que pensé.
Matthew me llama todos los días, para saber cómo siento. Ayer fuí con mi ginecóloga, para asegurarme que todo vaya bien. Mi bebé está creciendo bien, no hay ningún problema.
Con el dinero que tenía ahorrado compré algunas cosas que me hacían faltas, vitaminas y alimentos que la doctora me indicó. Matthew se enojó mucho porqué no le dije nada, pero luego entendió que no quería estar siempre llamándolo para lo que necesitara.
Él a cambiado, para bien. Aunque lo noto bastante triste todo el tiempo, no a querido decírmelo, pero se que la situación entre Cassandra y él no a mejorado.
Solo espero que ella algún día lo perdone.
•••••••••••••••••••• MATTHEW •••••••••••••••••
Miro la pila de papeles sobre mi escritorio, dejo salir un suspiro. Estoy tan estresado que se me hace difícil concentrarme en el trabajo. No dejo de pensar en ella, en ese bebé que viene en camino y en mi hija.
Anoche soñé que todo volvía a la normalidad, que Cassandra nos había perdonado y que ambas, ella y Jessica, se habían ido a vivir conmigo.
Cómo extraño las llamadas de mi pequeña.
He tratado de llamarla, de buscarla, pero solo me encuentro con su rechazo. También estoy enojado con ella por lo que le dijo a Jessica, me dolió que le deseara la muerte a su hermano o hermana.
Esa misma noche que se supo todo discutimos tan fuerte, por esas palabras que le dijo a Jessica.
Sin contar que todavía estoy reponiendome de los golpes que me dió Richard. No me defendí, ¿Para que hacerlo?, estaba en todo su derecho. Me metí con su joya más preciada, aunque ahora lo ponía en duda. Yo nunca podría hacerle eso a mí hija, eso que él le hizo a Jessica estuvo muy mal.
Literalmente la dejó en la calle, sin dinero o comida. Porque aunque sé que ella tiene dinero ahorrado, eso no le dará para mucho. Menos para darle a nuestro hijo lo que se merece.
Yo me ocuparé de no dejarla sola.
Las cosas en la empresa no están yendo bien. Me he enterado que Richard quiere romper nuestra asociación, no obstante, también se a encargado de meter más mierda. Ya mi reputación estaba jodida con todo el escándalo que hubo en casa, ahora el se dedica a hablar peor de mi.
Aflojo mi corbata, me pongo de pie para acercarme al minibar y servirme una copa. Es temprano, pero justo ahora lo necesito.
Justo cuando me estoy dando un trago, la puerta se abre. Sidney entra, creyéndose la reina del mundo. Detrás de ella viene mi secretaria, quién me mira disculpándose.
- Lo siento, señor. No me ha dejado ni siquiera anunciarla.
- Está bien, no te preocupes -ella asiente y sale de la oficina dejándome a solas con mi ex. La culpable de todos mis males ahora. Si ella no hubiera hecho aquel escándalo, tal vez las cosas fueran de otra manera- ¿Que haces aquí? -hablo cortante, yendo directo al asunto. Me siento nuevamente detrás del escritorio.
- Vine a entregarte esto -sacó el anillo de compromiso y lo dejó sobre el escritorio. Lo miro con desdén- Es tuyo. También vine...
- Estoy ocupado, así que si eso era todo. Ahí está la puerta y no vuelvas -señalo hacia la puerta.
- ¿Por qué me tratas así? -me mira dolida- ¿Es por la zorra esa? Porque déjame decirte que...
Me pongo de pie con tanta rabia, que la silla se va hacia atrás. Le pego al escritorio, provocando que ella se asuste, nunca me había comportado de manera agresiva con ella. Está tan sorprendida como yo, pero nunca la dejaría hablar mal de Jessica.
- ¡No vuelvas hablar de ella de esa manera! -la señalo- Es la madre de mi bebé y conociéndote ahora como lo hago, ella es mucha más mujer que tú.
La veo acercarse a mí con intenciones de abofetearme, pero tomo su mano antes de que lo haga.
- No te atrevas -murmuro, me mira con tanto odio que solo puedo reír que su cara.
- Eres un imbécil, no entiendo porque me tratas así, si tú tienes la culpa de todo lo que te está pasando -escupe con veneno- tu primer error fue meterte con una niña, porque es una niña delante de ti. No me puedo creer que hayas caído tan bajo, tú hija...
- ¡No menciones a mi hija! -le grito- justo ahora no sabes cómo me arrepiento de haberme fijado en ti. Tú eres la única causante de todos mis malditos problemas, no dejaste que nosotros nos explicaramos, te pusiste a gritar como una loca desquiciada. Arruinaste mi vida, la vida de mi hija y de la mujer que amo - luego de decir esto, siento como si me quitara un peso de los hombros. Lo había negado tanto, pero ahora, ya no más. Sidney abrió grande los ojos al escucharme y pude ver el dolor en ellos- Pero tú estupidez no me va a parar, para hacerla a ambas felices. Porque así sea una zorra como le dices, esa niña es mucho más mujer que tú -le repito. Sus ojos se llenan de lágrimas, pero no siento pena alguna por ella- ahora lárgate de una vez por toda de mi vida. Y si me entero de que haz visto o llamado a mi hija, me encargaré de hundirte y sabes que no prometo en vano.
La suelto, demostrandole cuanto me desagrada tan siquiera tenerla cerca. Tomo el anillo, toco dos botones del teléfono y hablo.
- Ven aquí.
Dicho esto, levanto el teléfono y vuelvo s ponerlo en su lugar cortando la llamada. Segundos después aparece mi secretaria, le acerco el anillo.
- Vendelo y mete todo el dinero a la cuenta de Jessica -le hago saber y sin mirar a Sidney quién aún no se va, sigo hablando- y saca a esta mujer de aquí. Tómale una foto y hazle saber a los de seguridad, que si vuelve acercarse a esta empresa, pueden llamar a la policía. Tiene prohibido entrar a esta empresa. Llama a Paul, envíale la foto y dile que esta mujer tiene terminantemente prohibido acercarse a mi hija o a Jessica.
Mi secretaria asiente y le hace una señal a Sidney para que salga. No me esfuerzo en mirarla, se que la herí en todos los sentidos, pero justo ahora, no iba a tener piedad con nadie. Ya comencé con Sidney, el segundo es Richard.
Había puesto a unos de mis hombres a vigilar a Jessica, no por hacerle daño, más bien para protegerla. Ahora estaba en el ojo del huracán, todos sabían de que en su vientre llevaba mi hijo. Y la gente por dinero, por ambición, puede hacer lo que sea. Tengo muchos enemigos, por causa de mi riqueza.
El dinero puede darte muchas cosas, empezando por enemigos.
Salgo antes de la hora, de la empresa, le pido a paul que me lleva a un bar. Al llegar, le pido que entre conmigo. Me acerco a la barra y pido una copa de whisky. Cómo siempre que llego a un lugar miro todo a mi alrededor.
Al hacerlo me encuentro con la mirada de quién menos pensé encontrarme. Nos desafiamos con la mirada, lo veo ponerse de pie. Un chico rubio que está con él trata e detenerlo, pero él aún así lo ignora y se acerca a mi.
- ¿Que mierda miras? -se detiene delante de mí.
- Bueno, creo que puedo mirar a dónde quiera y ha quién quiera ¿No? -me río, eso aparece enojarlo más- Mira niño, date media vuelta y déjame tranquilo.
- No creas que olvido todo lo que a pasado por tú culpa.
- Venga, Charlie. Vámonos -le dice su amigo.
- Quién se tiene que ir, es este hijo de puta -me señala.
- Me llama hijo de puta a mi, el que abandonó a la chica que debía proteger -me río nuevamente, niego con la cabeza.
Siento un puñetazo en mi mejilla, mantengo una expresión sería, aunque por dentro estoy ardiendo de rabia. Llevo una mano a mis labios. Que ahora por lo que veo en mi mano, están llenos de sangre.
Paul que estaba cerca, se acerca a nosotros. Desenfunda su arma y le apunta en la cabeza.
- ¡Cuidado con lo que haces! -le grita el amigo a Paul.
Justo ahora somos el show principal de todos en el bar.
- Un paso en falso y habrá un agujero entre tus ojos -saco un pañuelo de mi saco y me acerco al chico mientras limpio mis labios. Su pecho y subía con rapidez, estaba cegado por la rabia. Pero él no me conocía, soy peor que él cuando se trata de proteger a la persona que amo- Eres un cobarde de mierda. Vienes hacerte el machito conmigo, cuando aquella noche abandonaste a la chica que según tú quieres. La dejaste sola sin importarte su salud o la de ese bebé que lleva en su vientre. Que por cierto no tiene la culpa de nada. La dejaste hundirse en la miseria. Espero que sigas bien lejos de ella, no te la mereces. Es demasiado para ti.
Le hago una seña a Paul para que baje el arma, obedeciendo mis órdenes lo hace. Miro al Charlie una vez más y me dispongo a salir de aquel lugar.
Mi advertencia había sido dada, espero le haya quedado bastante claro.