capítulo veinte
la caza.
MARATÓN 1/11.
LOS VAMPIROS CULLEN BUSCABAN VÍAS PARA PRESERVAR LA VIDA DE LA CHICA, UNA VIDA INDEFENSA. Al principio puede que algunos su presencia no les gustase, pero era una vida inocente, su único pecado fue enamorarse de un vampiros. Seres mitológicos, y sobrenaturales, los sanguinarios seres de la noche, el único sitio que habitaban eran los cuentos de terror. Había una frase célebre "para el amor lo hay edades, tiempo, color, ni nada. Solo necesita nacer".
Y eso era lo que pasaba con el amor de Edward y Bella, un vampiro enamorado de una indefensa humana un seres que se alimenta de sangre sea humana o animal. Su amor era algo prohibido por las leyes vampirícas, esas tan anticuadas pero que preservaban sus vidas. O hechas para beneficio propio de los líderes.
Para Alyssa antes el amor era algo efímero, pasajero, todos esos amores que habían habitado su vida, al cabo del tiempo, tendían a irse de alguna manera u otra. Los únicos amores que siempre se mantuvieron firmes eran el de su familia, su adinerada y cálida familia. Algo raro en la época donde ella nació, época donde los padres eran igual de fríos que un glaciar, rígidos, personas que veían el demostrar el amor una forma de debilidad. Sus padres que habían crecido con esa doctrina, había decidido que sus futuros hijos no la vivirían. Ellos serían felices.
El amor llegó a su vida en forma de un hermoso hombre sureño, de cabellos rubio miel, con tantas cicatrices, como días en el calendario, tantos miedos e inseguridades, tanto daño físico y mentalmente, tantas mentiras que le habían enseñado, el sufrimiento que había vivido, por las ambiciónes de otros, el continuó tormento de las vidas arrebatadas. El continuó deseo de encontrar a alguien que lo amara, o más bien, que lo enseñará a amar. Sus días se aclararon, en el momento justo, cuando una exuberante pelinegra. Volvió a la que era su casa, por tantos años.
Ahí nació, hace ya más de cincuenta años, el amor más puro e inocente, un amor capaz de mover montañas, no era ese amor tóxico, en el cual básicamente más perdiendo día a día, partes de tu alma, de tu dignidad, donde existen los celos insanos, donde el respeto y la confianza dejaron de existir. Tampoco esa relación de dependencia o sumisión, cada cual tiene criterio propio, opinión propia, la cual hay que respetar, no esta bien dejar que otros tomen decisiones por ti o por lo que ellos crean "correcto", si quieres hacerte una perforación en algún sitio de tu cuerpo, es eso TU CUERPO nadie tiene derecho a elegir por ti, quieres una tatuajes, hacértelo solo se vive una vez. Siempre nos van a juzgar por cualquier cosa, ya sea la ropa, los zapatos o el pelo, haz que esa crítica tenga sentido, si quieren juzgar tus tatuajes o perforaciones, lucelas con orgullo, son pequeños detalles tuyos. Toda persona que te ama o amará tiene qur aceptarte con tus cualidades y defectos, con tus cientos de tatuajes o perforaciones. Con tu cabello rapado, o pintado de múltiples colores. Eres única(o) en ti, tu esencia nadie más la tiene, eres alguien especial. Mereces todo el amor del mundo, las opiniones de los demás son eso opiniones, que lo deben de importar, solo tu puedes decidir que te afecta o no, tu felicidad y paz mental. Sé feliz con tu ser, sé feliz en los pequeños momentos de la vida.
La felicidad no es eterna, la felicidad son pequeños momentos felices y llenos de risa, son recuerdos, días disfrutando de la compañía de personas que nos llenan de paz, con la que son ayudan a ser mejores cada día. La vida se vive solamente una vez nos merecemos disfrutar cada día como si fuera el último.
Por ello el amor de Edward y Bella, les desagradaba, esa relación de dependencia que tenía la humana asía su hermano, no era sana. Como si el fuera lo único bueno de su vida, donde quedaban sus padres, sus amigos, sus momentos felices. Era capaz de romper el corazón de Charlie con tal de irse junto a Edward y su familia. Su egoísmo las enfermaba, razón de peso para solo hablar lo necesario con ella.
El jeep que había salido disparado del campo, atravesaba el bosque, como el huracan más atronador, destrozado todo a su paso. Los demás vampiros corrieron hacia la casa, buscaban soluciones.
Mientras en la casa Swan se llevaba una discusión entre padre e hija, ese hombre que se mostraba duro e indiferente ante los demás, el cual en el fondo solo queria enamorarse y poder convivir con su única hija. Bella había sacado la personalidad reservada de su padre, puede que no fuera la mejor para dejar ver su emociónes pero quería a su padre. A pesar de todo su egoísmo, lo quería. A pesar de que dejaría todo atrás con tal de estar siempre junto a Edward, amaba a su reservado padre. Lo quería al igual que a Reneé, su atolondrada madre.
Por tal motivo prefería alejarse y mantenerlo a salvo, que quedarse y dañarlo. Ella podía ser patética pero el sentimiento de protección hacia sus seres queridos, era algo que en opinión de Alyssa, la hacía admirable, solo en esa cuestión por lo demás, le desagradaba.
Esa noche un corazón fue destrozado, la persona que lo hizo quizás tenía las mejores intenciones, pero la forma de hacerlo fue la peor. Ya ese corazón roto siempre estaría ahí. Sin importar las veces que se pida perdón, y lad otras que diga que todo está bien y que sano eso no era verdad. Las palabras eran eso palabras, las cuales el viento se lleva, las acciones eran las que prevalecían. Cada acción traía una reacción, cada una tenía una consecuencia buena o mala. Había que afrontar las duras consecuencias.
En un futuro-si la humana salía de esa-pediría perdón y su padre la perdonaría. Los padres hacían eso sin importar nuestras acciones, olvidaban nuestras malas decisiones, nos concedían su perdón para después mimarnos en su regazo. Solo deseaba que Charlie estuviera bien.
Por otro lado, en la casa Cullen todos estaban distribuidos, cada uno pensaba en algo, claro todo menos Rosalie. El timbre resonó por toda la casa, junto con el efluvio de un vampiros. Ese ya lo habían captado, era uno de los visitantes. Cada uno tuvo una reacción igual, era como hubiera sido ensayado miles de veces, como la perfecta sincronía de un profesional cuerpo de baile.
Los tensos músculos estaban en posición, si la situación lo requería. Carlisle como era el más sereno, aparte de ser el líder, abrió la puerta. Delante de ellos estaba Laurent su rostro era carente de emociónes.
-¿Laurent, que te trae por aquí?.-le preguntó el rubio mayor.
-¿Qué deseas, vampirito de cuarta?.-preguntó con burla Lyssa.
-Es muy deseo informarlos sobre James. Ya estoy cansado de sus juegos, me salgo de todo esto.-argumentó el moreno.-James es un rastreador sin igual, sus sentidos son sumamente agudos. El rastreo es su pasión, una vez entregado a la caza no hay quién lo detenga.-argumentó.-A menos que decidan matarlo, él esperará el momento preciso, ni antes ni después, algo más.-explicó.-La cacería comienza esta noche.-añadió.
Las palabras de Laurent dejaron a todos pensando, ese vampiro era peligroso y más si iba acompañado de la mujer pelirroja. Si se tenía que llevar a cabo una lucha, ellos los superaban en números, aún con todo el discurso de Laurent sabían que si lo ameritaba. Él entraría a ayudarlos, era su líder. Decidieron confiar en las palabras del líder de los nómadas, pero manteniendo la precaución, estaba claro que no confiaría al cien por cien en él.
Para Esme que era duro, si algo sucedía con ella volvería a ver a su hijo melancólico, sumido en la tristeza. Ya había tenido décadas así en la oscuridad, por una vez que encuentra el amor, a su compañera, la muerte quiere llevársela. Carlisle estaba igual ambos sentían adoración por Edward oficialmente era su "primer hijo adoptivo", el único que la felicidad todavía no había tocado su puerta y al momento donde esta llama a él, la vida vuelve a ser injusto como para tratar de llevársela. Nada de eso le gustaba, era una vida inocente la que se perdería, cada vida contaba. Y eso lo sabía como médico y "persona" que era, cada vida contaba, cada una era importante para alguien, cada una tenía un futuro por delante tal vez bueno tal vez malo pero lo tendría, cada vida perdida era significativo. Para los médicos perder una vida era algo que los afectaba, el saber que había tenido su vida en sus manos y que no pudo ayudar a mantenerlo en la tierra, que había contribuido al sufrimiento de una familia, que tal vez no había estudiado lo suficiente para ayudarlo, y miles de pensamientos como ese llenaban su cabeza. Nadie veía el lado oscuro de la medicina, ese lado donde todo el mundo decidía que era la culpa del médico que los atendió. Nadie se paraba a pensar que hizo todo lo que estaba en su mano, y hasta lo imposible por salvarlo, todos preferían colocarse una venda en los ojos y fingir. Si cada uno supiera el daño que hacen sus palabras menospreciando su trabajo, se medirían. Cuando un familiar sale bien de una operación nadie agradece al médico que estuvo a cargo, ni a sus compañeros de apoyo, no sólo piensan que Dios bajo e hizo la operación.
Despierten!! Si el médico no hiciera su trabajo, nadie sanaria, todos padeceriamos miles de problemas de salud. No solamente agradezcan a dios, agradezcan al cuerpo médico que ayudó, al que estuvo ahi prestando su ayuda. Porque nadie ve o mejor dicho nadie quiere ver, las ojeras pronunciadas de los médicos. Que son productos de esfuerzos y trabajo duro, de noches de desvelo para ayudar en un hospital. Fue su elección esa vida, la de lucha para salvar la de los demás. En tiempos difíciles es que toda vemos eso, como en 1918 con la pandemia de gripe española donde el personal médico fue el "héroe de guerra". Los médicos son los héroes de batas blancas.
Para Alice, su mejor amiga estaba en peligro de muerte, sin que ella supiera su mismo cazador, la perseguía. El no poder ver un futuro claro la atormentaba, Edward además de ser su hermano, era su mejor amigo. Ellos se entendían a la perfección, en los juegos comunes casi ninguno quería tenerlos por contrincantes al poder adivinar sus movimientos. Todos menos Lyssa ella con su escudo podía ser contrincantes de cualquier que sabía como jugar en su juego.
Los que posiblemente estában más afectados, aparte de Edward, eran Andrew y Jasper. No porque les preocupara la chica, sino por los recuerdos traídos, ambos compañeros de batallas recordaban los tiempos donde era como James. Donde la sangre los dominaba, sus instintos más primitivos salían a la luz. Jasper sabía sentido lad emoción que James emanaba, como al ver a Alice el sentimiento de enojo, frustración y nostalgia lo llenaban, sus emociones los habían dejado confundido, no entendía nada.
Tal vez la humana le resultará un grano en el culo, pero era una vida humana sus pensamientos estaban con los de Carlisle. Aunque no era la preocupación por su bienestar, sino la felicidad de su familia , la de su indeseable hermano. Los amaba a todos, claro excepto la odiosa humana. Así de bipolar era Rosalie Hale.
Alyssa compartía al completo los pensamientos de Esme y Carlisle, pero había algo que nadie pensaba. El dolor que le causaría a Charlie y Reneé. El duro sentimiento de pérdida la disponibilidad ante la muerte que Bella mostraba, la dejaban sin palabras. Un ser humano normal sentiría pavor al pensar en morir, ese miedo irracional por ello. Si para morir nacemos.
Laurent siguió hablando sobre las habilidades de James, según el ya había dicho todo. Caminaban a la salida, cuando el efluvio de Edward junto con el de Bella. La puerta se abrió de golpe, mostrando a un enojado Edward haciendo de barrera protectora de Bella.
-¿Qué hace el aquí?.-preguntó colérico.
-Edward sólo vio a advertirnos sobre James.-intervino Carlisle.
-Si está abandonando el barco cuando se está hundiendo.-se mofo Lyssa.-Muy valiente de su parte.
-Estoy harto de los juegos de James.-replicó ofendido Laurent.-Una cosa más, no lo subestimen.-y con eso, se giro para irse.
-Te busco cuando te crea.-volvió a hablar Alyssa.
Jasper que estaba a su lado tomó su cintura, para atraerla hacia él. La giro y beso sus labios. La chica como siempre le siguió el beso. Era despacio saboreaban los labios del otro, no tenían apuro. El mundo a su alrededor desapareció. Los demás dejaron de prestarle atención a los amantes, tan siquiera podían darles esa privacidad. Ellos como no necesitaban el aire, siguieron minutos y minutos. Jasper posó las manos en el trasero de Lyssa. Y como siempre Emmett tenía que interrumpir.
-Muy bien por tus ustedes, su espectáculo porno.-se burló.-Se dan cuenta que hay niños.-añadió el sonrojo que tenía Bella y la visible vergüenza de Edward.
-Yo no los obligue a mirar. Es su problema.-respondió sin vergüenza alguna.-Además así sirve que aprenden algo.
-¡Lyssa!.-la reprendió Esme.
-Pero es verdad, Esme.-replicó con fingida inocencia.-No es¿verdad, Jasper?.
-No niego nada.
-Ya dejen eso. Ahora ahí que centrarse en lo importante. James.-intervino Carlisle.
-Si, ese lunático.-respondió con aburrimiento Lyssa.-Sabes, Carlisle me he planteado la idea de que crees un psiquiátrico para vampiros.-añadió la vampiresa.-El primero en ingresar sería Edward, a él le haríamos descuento por ser familia pero que ni se crea que será siempre, a James le damos terapia con fuego. Y así, nos iría fenomenal, un éxito rotundo.-argumentó la chica distraída de verdad estaba imaginando todo.
Ella había dejado que Edward pudiera leer sus pensamientos, este que era imposible de ignorar. Se asusto al ver las locuras en su mente. Esta seguro que la primera en entrar sería ella.
-Lyssa de verdad, tu deberías ser la primera paciente de Carlisle.-se burló Emmett.
-Tú me harías compañía, serias mi compañero de piso. Sí te toca ahí Jasper seria mi compañero de habitación. ¿No es así ,Jazz?.-replicó con sarcasmo la cubana.
-Te seguiría hasta el final del mundo y aún así, iría contigo hasta el infierno la eternidad sin ti, es algo que no imagino y tampoco quiero, hacer.-le respondió el rubio miel.
Los ojos de Lyssa se llenaron de lágrimas que nunca podría salir, Jazz siempre había así de romántico. No importaba el momento o el lugar para él, Alyssa era su prioridad. Por encima de cualquiera.
-Hay mis niños.-habló Esme.-Pero ya, déjennos de esto lo importante ahora, es proteger a Bella.
-Si si si, lo que sea.
La familia descendió hasta el garaje de la mansión, la humana por un momento se había olvidado de todo con los comentarios de Alyssa y Emmett. La respuesta de Jasper rondaba su tormentosa cabeza. Le parecía hermoso como un chico frío y reservado, que mantenía su rostro carente de emoción. Lo se iluminaba al Alyssa entra en la habitación, él al percibir su efluvio corría en su dirección.
Los integrantes de la clan Cullen discutían sobre cómo le darían caza a James, las cartas estaban sobre la mesa solo quedaba ejecutar cada cosa.
Edward se giro a donde estaban Rosalie y Alyssa.
-Suban a arriba e intercambien ropa.-ordenó a la rubia.
-¿Por qué debo hacerlo?.-refutó con asco.-¿Qué es ella para mí? Nada solo es una amenaza, un peligro que tu buscastes y que tenemos que sufrir todos.-añadió mirando con asco a Bella.
-¿Alyssa?.
Alyssa conocía el carácter de Edward más no le importaba su reacción, era su decisión. La humana como bien dijo Rosalie era un peligro para todos, era desgraciadamente era familia.
-No. No me importa tu reacción, ella no es nada para mí. Me importa tú felicidad, más es un peligro para Jasper y la familia.-respondió con dureza.-Te ayudaré no porque ella me importe, sino que es una vida inocente. No me agrada, hace sentir mal a Jasper y Andrew y eso no se toca.-argumentó la cubana.-No se Alice, pero ellos son importantes para mí y ella solo les causa inconvenientes además, me da asco su personalidad.-terminó con una mueca de repulsión, junto con su tono y mirada de asco.
Sus palabras hicieron hervir la sangre a Edward, Bella como era de esperar sólo bajo la cabeza amedrentada. Era tan patética. Edward intentó avanzar hacia Alyssa, a su vez Jasper y Andrew también avanzaron. Ella usando su escudo, lo encerró en una esfera. Nadie excepto ella podía entrar o salír.
-Tengo más siglos que tú, y más experiencia. Eres un niño. Primero madura y después ven a mi.-habló con severidad y dureza.
-Alyssa...
-No, Carlisle. El tiene que aprender, su felicidad y bienestar me importa como miembro de esta familia. Pero la felicidad y protección de Jasper me importan muchísimo más.-la cubana lo interrumpió.-Una simple humana no pondrá en peligro a Jasper, antes ella dejará de existir.
-No te abreverias..
-No me pruebes.
-Issa, ven.-se acercó Jasper.
-Jasper controla a tu compañera.-volvió a hablar el cobrizo.
Su comentario ofendió gravemente a las vampiresas presentes, no podían creer la actitud de Edward.
-Edward, Issa es libre de hacer lo que quiera. Yo no soy su padre, soy su compañero de vida. No te confundas.-habló con una inmensa frialdad.
-Escuchame bien, niñito. No te confundas no soy como tu perro faldero, no soy como esa humana que tiene. Yo no le tengo que pedir permiso ni a Jasper, ni a nadie. El es mi compañero, no mi padre.-reprendió la cubana.-Que a tu lado tengas un perro, no significa que Jasper me tenga que controlar. No me confundas con tú sirvienta. Mejor ponle una correa.-terminó con una sonrisa de triunfo.
-Edward me has decepcionado por completo.-Esme le dirigió una mirada llena de decepción.
[...]
La estrategia para despistar al rastreador estába lista. Después de todo esa chica además de ser un problema, era algo inteligente. Las disculpas de Edward le eran indiferente. Rosalie no habia dejado pasar la oportunidad de soltar uno de sus comentarios llenos de veneno.
La chica seria llevaba a Phoenix, era de suma importancia alejar a James de ahí. La vida no solo de la chica-perro corría peligro, sino que cada persona que la conociera. Sufriría a mano de James con tal de obtener información de la pálida.
Alyssa junto a Jasper, darían caza al rastreador. Las habilidades que ambos poseían, uno por pertenecer al ejército de humano y después en su vida vampiríca ; la chica había pertenecido a la realeza vampiríca, no sólo impartían "justicia" por el mundo sino, que entrenaban en los combates cuerpo a cuerpo. No todos tenían estas prácticas, algunos tenían el ego tan alto que no creían en esto, Issa deseaba que le enseñarán una lección.
Los demás también, sólo Alice y Andrew estaban con la chica, su misión era la protección de la pálida. Sabía el debate interno que había desatado dentro de Alice, pero alguien tenía que decírselo. Descuidada a su pareja, por una chica que posiblemente los haría perder la cabeza. Alyssa tenía claro que la protección de su familia y Jasper eran lo primordial.
En ese momento, corrían siendo perseguidos por James las ropas de la chica, Esme las traía puesta las demás miembros presentes antes morirían antes que ponerse algo de Bella. No les gustaba la idea de ponerse la ropa de alguien con tan poca personalidad y con tan poca amor por si misma. Las mujeres son fuertes y fundamentales en la vida de todos. Tenemos que amarnos por cómo somos, los defectos no importan, el amor propio tiene que ir primero, es el típico chicle "si no tiene amor propio no puedes amar" eso es erróneo.
El amor propio existe para no dejarnos pisotear ni humillar por nadie, nadie merece la humillación. Es algo tan popular en la sociedad actual, ser déspota y egoísta, avaricioso y codicioso. No todo es para uno, el un gesto sumamente humano ayudar al prójimo. Hacer actos así, bondadosos y caritativos, no por el que dirán o por beneficio. Las cosas son mejores cuando son de corazón. El de arriba todo lo ve. Hay que dar, sin esperar nada a cambio. Lo que no nace no crece.
[...]
Lo que tanto habían temido, la chica se entregó en bandeja de plata a James. Le habían tendido una treta, supuestamente tenía a su mamá para resultar en nada. Sólo quería atraparla. El deseo de golpear a la chica era inmenso.
Los Cullen estaban de camino cuando Alice llamó para dar la información. El idiota de Edward se desesperó por tal noticia su compañera estaba en peligro. Tardaron unos minutos en llegar habían corrido varios estados persiguiendo a James, este los había acercado a Arizona más específico Phoenix. De donde era originaria Bella su hogar desde la infancia.
El momento que tanto habían esperado, el edificio estaba enfrente. Desde donde estaban percibían los sonidos de adentro, cosas rompiéndose. Seguramente era Edward y James, que se había adelantado al ser más rápido y ser su compañero. Entraron para encontrar a Edward luchando cuerpo a cuerpo con James, la humana están convulsionado del dolor.
La habían mordido.
Entraron de inmediato Emmett y Jasper, hicieron de suplentes. Lo tenían sujeto con muchísima fuerza, Alyssa tenía ganas de atizarle una buen golpe.
-Por favor pueden sujetarlo con más fuerza, necesito darle una regalo.-preguntó con fingida inocencia.
-Hecho.
Dio una patada circular, golpeando su pecho y rostro, una grietas aparecieron en los lugares del golpe. Carlisle curaba a Bella, Alice asía de asistencia más no pudo resistir más tiempo el olor de la sangre. Acercó los dedos llenos de sangre a su nariz, deleitándose con el dulce aroma.
-Lyssa cambia con Alice. Te necesito aquí.-ordenó manteniendo la serenidad.-Al igual que yo, eres médico. Tienes más experiencia que yo.
Alyssa se acerco para prestar su ayuda, después de todo era médico. Salvar vidas era su vocación. Ayudó en todo a Carlisle. Pero un momento decisivo llegó. El veneno necesitan ser sacado de su sistema o tendrían un vampiro neonato.
-Edward la decisión es tuya.
[...]
En esos momentos cada miembro de la familia Cullen, se preparaban para el baile de fin de curso. Todo había salido bien, cada excusa la creían. Eran actores de primera. El padre de Bella la había perdonado después de todo. Ella se recuperaba de sus heridas, aunque no la toleraba sentía un poco de admiración por su acción.
El vestido de Issa era de color azul rey, se ajustaba en la parte superior para después caer en una suave falda, la misma tenía una abertura en la pierna izquierda, dejando ver su pálida pierna. Dejándo a la vista sus tacones nude. Su cabello caía en bucles en su espalda, de maquillaje sencillo. Sus manos estaban anilladas al completo, un bonito brazalete en su muñeca junto con los pendientes y el fino colgante. En pocas palabras estába radiante.
Jasper iba enfundado en una traje negro, remarcando su figura y palidez sus cabellos miel los llevaba alborotados, dándole una aire rebelde todo de él enamoraba a Issa.
-Está demasiado guapo esta noche, mi valiente soldado.-alago al rubio Hale.
-Tú también, mi bella esposa.
La hermosa velada transcurrió con una extraña tranquilidad, esa que venía después de la tormenta. Su vida ahora ligada a una humana, con complejo de imán. Ya nada era tranquilo.
Estaban tan distraídos que no notaron la figura que los veía desde las sombras, esperando el momento justo para atacar.
Como un cazador a su presa.
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Hasta aquí el capítulo de hoy. Son ya 4000 palabras.
Y sí pronto hay maratón. Ya empezamos.
Os quiero mucho
MAI .