Capítulo 21:
Aly.
Me sentía rota.
Me sentía utilizada.
Me sentía humillada.
No podía controlar las lágrimas que caían por mis mejillas.
Me dolía mirarlo a los ojos, pero necesitaba mirarlo.
Había estado mintiéndome desde el primer día y yo como una tonta me creí todo.
-Tienes que creerme- decía mientras me acunaba el rostro entre sus manos.
No le contesté, simplemente negué con la cabeza.
Quería creerle, de verdad que si.
-Dime algo... ¿Amber? ¿Sebastian?¿Lo sabían...?-pregunté.
El se quedó callado.
-Contesta- dije.
-Si... lo saben...
¿Me habían estado mintiendo todo este tiempo? No puedo creérmelo.
Me quede callada sin saber que decir y el igual hasta que decidió volver a hablar.
-Ojitos, por favor. No puedo perderte, no lo soportaría, puede que haya mentido, si, pero tienes que creerme cuando digo que te quiero. Quédate conmigo, por favor. No me dejes.
-No, Aiden. Eso no es amor, tú no sabes querer.
-Pues enséñame- dijo juntando su frente con la mía.
-¿Que te enseñe? ¿A que?- susurré.
-A querer, enséñame a querer.
-Yo no puedo enseñarte- dije separándome.
-Si, si puedes. Sabes que si.
Lo noté tan destrozado como yo.
Quería quedarme, quería seguir con el, quería quedarme a su lado y hacer como si nada hubiese pasado.
-Enséñame a quererte como te mereces- dijo dando un paso hacia mi -dame otra oportunidad y te juro que te bajo la luna si quieres, pero quédate conmigo.
¿Podía hacerlo? ¿Podía darle otra oportunidad?
Las segundas partes suelen salir mal, pero a lo mejor nosotros éramos la excepción.
-¿Y que pretendes? ¿Que haga como si nada hubiese pasado?- pregunté.
-No, simplemente quédate conmigo y prometo recompensarte.
-Aiden, tus padres quieren que estés con ella.
-Pero yo no.
-Pero eso no importa, ¿que quieres que esté siempre a la sombra? Lo siento, pero no.
-No, por supuesto que no. No permitiría que estuvieras en la sombra. Déjame arreglarlo, por favor.
Su súplica me estaba matando y cuando volví a mirarle vi que sus ojos estaban húmedos.
¿Estaba apunto de llorar?
A lo mejor podía intentarlo...
-Por favor...-volvió a decir.
No sabía que hacer, estaba confusa, me dolía verlo a si, pero aún más me dolía pensar que todo había sido una mentira.
Todo no.
-Esta bien...- me escuche decir.
El no podía perderme ami, y yo no podía perderlo a él.
Hice de tripas corazón y sonreí.
-Lo entiendo, no sabias como decírmelo y decidiste mentirme para no hacerme daño, pero te equivocaste, todos cometemos errores y yo te perdono.
El parecía no creérselo, me miró sorprendido y me abrazó.
-No sabes cuanto lo siento- dijo susurrando en mi cuello.
Podía hacerlo, podia intentar olvidarme de que me hubiese mentido pero, ¿Podría volver a confiar en el?
Eso, probablemente me costaría más, pero estaba dispuesta a intentarlo.
Nadie dijo que fuese fácil.
Pero tampoco imposible.
-Tengo que hablar con Amber y Sebastian- dije separándome de el.
-Claro, ¿Quieres que te acompañe?
Asentí con la cabeza.
Bajamos al piso de Sebastian y fui yo la que pegue a la puerta.
No sabía que iba a decir y tampoco que iban a decirme, pero necesitaba aclararlo todo para seguir adelante.
Necesitaba pasar pagina.
Cuando Sebastian abrió la puerta me miró ami, luego a Aiden y luego otra vez a mi y creo que notó que algo no iba bien.
-Creo que tenemos que hablar- dije.
Se echó a un lado para dejarnos pasar y me quede en mitad del salón.
-Lo se todo- dije mirando a Amber y después a Sebastian.
-¿Todo? ¿Sobre que?- preguntó Amber.
-Sobre Alexa- le contestó Aiden -lo sabe por que se ha presentado aquí queriendo hablar conmigo y ella pues...
-Los he pillado hablando- le corte.
Todos se quedaron en silencio mirándose unos a otros.
-Aly yo...quería contártelo, de verdad que si.
Pero no lo hiciste.
-¿Por eso estuviste distante estas semanas?-le pregunté.
Ella asintió con la cabeza y yo me mordí el labio intentando no llorar.
-Yo le dije que no te contara nada por que era cosa de Aiden- dijo Sebastian.
Aunque hubiese querido, no podría enfadarme con ellos por el simple motivo de que estaban cubriendo a su amigo.
¿Estaba dolida? Si y mucho, pero eso no quita que sean bueno amigos y que simplemente no quisieron meterse.
-Amber quería contártelo, pero le insistí para que se callase-volvió a decir Sebastian.
-No necesito más explicaciones, lo entiendo. Entiendo que quisierais manteneros al margen pero eso no quita que no me haya dolido- suspiré- como ya le he dicho a Aiden, voy a intentar hacer como si no hubiese pasado nada, por que le quiero y por que os quiero a vosotros y se que no podría vivir sin ninguno de vosotros tres.
Amber fue la primera en levantarse y venir a abrazarme, luego le siguió Sebastian y finalmente Aiden me dio un beso corto en los labios.
Me sentía rara, por una parte quería llorar y gritar, pero por otra parte estaba tranquila.
Estaba confusa.
No sabía si realmente había hecho bien en perdonar a Aiden, aún que no me arrepentía, pero eso no significa que no me duela.
Me dolía y mucho, pero como ya he dicho; no podría vivir sin mis dos mejores amigos y sin Aiden.
**
Aiden.
No podía creer que me hubiese perdonado tan rápido.
Sabia que estaba dolida y también sabía que la había cagado de una manera descomunal.
Iba a arreglar lo de Alexa e iba a hablar con mis padres y dejarles claro que no iba a tener nada con Alexa.
No estaba dispuesto a perder a Aly, simplemente no podía perderla y no lo haría.
Más te vale maquina.
Esa noche se quedó conmigo como cada fin de semana, pero estaba distante y podía entenderlo. Necesitaba su espacio y estaba dispuesto a dárselo.
No se acercó a mi durante la cena, ni tampoco cuando nos pusimos a ver una película en el sofá.
Apenas hablaba y yo no sabía como sacarle tema.
Me dolía verla así y más aún sabiendo que yo era el causante de su dolor.
Sabia que me iba a tener que volver a ganar su confianza, pero no me importaba. Ella se había quedado conmigo y lo menos que podía hacer era dejarle todo el tiempo que necesitara hasta que volviera a confiar en mi.
Cuando nos fuimos a dormir se acostó a mi lado, pero la sentí a kilómetros de distancia.
No se acurrucó conmigo, ni tampoco se puso ninguna de mis camisetas, esta vez llevaba su pijama y eso me dolió.
Me dio la espalda al acostarse y se quedó así durante toda la noche, o por lo menos hasta que pude coger el sueño.