Capítulo 20:
Aiden.
Cuando la vi entrar por la puerta llena de bolsas, mis ojos se fueron para la bolsa negra con estampado rojo "SexShop"
La miré con una sonrisa traviesa.
-¿Estas intentando decirme algo, ojitos?- le dije cuando soltaba las bolsas en el sofá.
Vi que sacaba un antifaz de cuero, unas bolas chinas y un gel.
Pero había algo en la bolsa que no sacó.
-¿Te gusta?- dijo enseñándome las cosas.
¿Que habría en la bolsa que no quería enseñarme?
-¿Qué hay en la bolsa?- pregunté.
-No hay nada más, es todo lo que he comprado.
Mentirosa.
Le quité la bolsa de las manos y me encontré con un vibrador rosa.
-¿Qué es esto?
-¿No lo ves?
Estaba confuso, ¿no era suficiente para ella?
-¿Te aburres conmigo en la cama?- pregunté.
-¿QUÉ? Noo, estás tonto.
-Entonces, ¿Por qué compras esto?
-Pues no se, quiero probar cosas nuevas.
-Reemplazándome?
-No voy a reemplazarte, dramático.
-Pues entonces prueba cosas nuevas conmigo, no con un trozo de plástico.
Suspiró.
-¿Para qué te crees que he comprado todo lo demás?
-Ya, pero igualmente has comprado un vibrador.
-Eres un dramático- dijo levantándose del sofá.
-¿A donde vas? Estamos hablando- dije mirándola.
-No, ya no. Voy a guardar las cosas.
¿Está de coña no?
-No voy a follarte mientras tengas eso en la casa- sentencié.
Lo decía enserio, no iba a follar con ella sabiendo que podía darse placer ella sola.
-Bien, pues entonces me lo llevaré a la residencia.
-De aquí no sales.
-¿Vas a secuestrarme?
Me encogí de hombros.
Cuando guardo todo se sentó conmigo en el sofá.
Me había molestado que comprase eso.
Se volvió a levantar y cogió una de mis camisetas y unas bragas para ir a la ducha.
Cuando lo preparo todo se quedó en la puerta del baño mirándome.
-¿Vienes?- preguntó.
-No- dije sin mirarla.
-Tu te lo pierdes.
Cerró la puerta del baño y miré la puerta.
¿Por qué le he dicho que no si estaba loco por ir con ella a la ducha?
Tu querido orgullo da asco.
No era orgullo, simplemente me jodía.
Cuando salió del baño intenté no mirarla pero mis ojos me traicionaron y la miré de reojo.
¿Iba desnuda?
Madre mía.
Tierra trágame.
Mi entrepierna se puso dura al instante y tuve que respirar varias veces.
Entró al cuarto y se puso la camiseta allí.
Pero no se puso bragas, solo una de mis camisetas.
Se sentó a mi lado y se puso con el móvil.
¿A ver quien puede más, ojitos? Como quieras.
Me quité la camiseta y la tiré a su lado del sofá.
-Que calor- dije mirándola.
Ella me ignoró pero pude notar como me miraba de reojo.
Solo de pensar que no llevaba nada bajo mi camiseta, me dolía la entrepierna.
Quería follarla, en todas las posturas posibles, en mi cama, en el baño, en la cocina, donde fuese, pero quería estar dentro de ella.
Iba a explotar y ella parecía estar igual que yo por como se comía las uñas nerviosa.
Se acercó a mi para coger el mando y olí sus pelos húmedos.
Cambió de canal mientras yo la miraba.
-Tengo hambre- dijo levantándose.
Madre mía.
-¿Quieres algo?- preguntó.
Si, a ti.
-Trae lo que quieras- me limite a decir.
Trajo unas patatas y las puso en medio de los dos, como barrera. Como si eso fuese a impedir que la folle cuando me de la gana.
**
Seguíamos en el mismo plan, a ver quien caía primero.
Yo estaba perdiendo la paciencia y ella parecía más tranquila- cosa que me jodia muchísimo-.
-¿Sabes que Amber se ha comprado un vestido precioso?-pregunto.
-Bien por ella.
-Eres idiota, estás montando un drama por una tontería.
Tontería.
Si, tontería.
No es una tontería.
-Esta bien, lo devolveré si así estás más tranquilo.
Sonreí.
-¿No era tan difícil verdad?
-Eres un idiota.
-Solo yo puedo darte placer, a ver si te entra ya en la cabeza.
Ella me miró y me guiñó un ojo.
Iba a contestarle pero mi móvil empezó a sonar; Alexa.
Que tía más pesa.
No se lo cogí, pero entonces me empezó a bombardear a mensajes.
*Alexa: mi vestido es rosa, te lo digo para que te compres una corbata a juego*
*Alexa: cógeme el móvil*
*Alexa: tu padre me ha dicho que vas a llevar a otra a la fiesta*
*Alexa: ¿Se lo has dicho ya? Si quieres puedo decírselo yo*
*Alexa: Baja, estoy en tu portal*
¿QUÉEEE?
*Alexa: o bajas o subo, como quieras*
Joder.
Me levanté del sofá y me puse la camiseta que me quité hace un rato.
-Ahora vengo- dije saliendo por la puerta.
Esta tía esta loca.
Baje las escaleras de dos en dos y cuando llegue a la puerta del portal, estaba apoyada en su coche.
Alexa era pelirroja con ojos claros, no estaba mal, pero no me gustaba nada, ni nunca me gustará.
-¿Que haces aquí?- pregunté cabreado.
-Venir a ver a mi pareja.
-No somos pareja, nunca lo hemos sido y nunca lo seremos.
-Si, lo somos o eso me dijiste mientras follabamos ¿no te acuerdas?
Pero ¿Que dice esta loca? Si nunca me he acercado a ella.
Pero lo entendí cuando desvió su mirada detrás de mi espalda y solo podía rezar antes de darme la vuelta, pero entonces; la vi.
-Aly...-es lo único que pude decir al verla parada en la puerta del portal.
Di un paso hacia ella y ella retrocedió.
-¿Has tenido pareja todo este tiempo?- preguntó en un susurro.
-Si querida, la ha tenido- le contestó Alexa.
-¡Callate!- le grité a Alexa.
-Eres un...un...-se quedó callada y vi que dos lagrimas le caían por las mejillas.
-Puedo explicártelo- dije acercándome más a ella.
-¿Que vas a explicarme? ¿QUE TODO HA SIDO MENTIRA? ¿QUE ME HAS MENTIDO DESDE EL PRIMER DÍA?- gritó quitándose las lágrimas de la cara.
No sabia que hacer, bueno si.
Quería matar a Alexa.
Aly no me dejaba acercarme y yo no soportaba estar a tanta distancia.
-Ojitos, por favor, déjame que te explique.
-¡QUE NO TE ACERQUES A MI, JODER!- gritó aún más.
-Amiga, solamente te ha usado mientras se aburría y ahora que tiene que cumplir con sus obligaciones, te da la patada. Acéptalo.
Pero entonces todo pasó muy rápido; Aly se abalanzó sobre Alexa y la cogió de los pelos lanzándola al suelo.
La cogí por atrás evitando de que le volviera a pegar, no por Alexa, si no por Aly.
-¡SUÉLTAME MALDITO CABRÓN!- gritó pataleando encima mía.
-Relájate y deja que te lo explique.
Deje a Alexa al lado de su coche y subí con Aly a la casa.
Cuando la solté en el suelo me miró cabreada pero con los ojos húmedos.
-No tengo nada con ella- dije tranquilo.
-¿A no? Pues ella decía lo contrario.
-Mi padre y el de ella son socios y amigos desde pequeños, así que, nos emparejaron para la publicidad de la empresa, pero yo me negué. Llevo semanas intentando decírtelo, pero no sabía como, no quería perderte y tampoco hacerte daño. Necesito que lo entiendas, no tengo nada con ella ojitos, tienes que creerme. Yo te quiero a ti, a ti.
Ella suspiró y abrió la boca para decir algo;
-No te creo...- dijo en un susurro.
En ese momento se me cayó en mundo a los pies.
-Tienes que creerme- repetí cogiéndola de las manos- por favor... lo siento mucho, debí contártelo antes, lo sé, pero no sabía como.
-Quiero... quiero que te alejes de mi...- dijo soltándose de mis manos.
-No puedes pedirme eso.
-No estas en condiciones de exigir.
-Ojitos, por favor...
Negó con la cabeza.
-Deja de llamarme así.
Me dolía verla así, nunca la había visto llorar, y me estaba matando verla así, por mi culpa.
-Eres un mentiroso- dijo mirándome a los ojos.
-Si, tal vez si, pero no mentía cuando te dije que te quería.
-¿Y pretendes que me lo crea?
-Tienes que creerme, me enamore de ti justo en el instante en el que te vi en aquel bar con Amber.
No podía perderla.
Y tampoco pensaba perderla.
-Ojitos... por favor, tienes que creerme. No puedo perderte.
-Debiste pensar eso antes de mentirme.
-Necesito... tengo que...- estaba nerviosa y las lágrimas no paraban de salir de sus ojos.
Me estaba matando verla así.
-Hablemos las cosas.
-Creo que está todo más que dicho, Aiden.