2. Hentai Girl || Kei Tsukish...

By Tapikora

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HENTAI GIRL
Acto 1 โžข Hentai girl
PROLOGO
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 12
ACTO 2 โžข Tormented Girl

CAPITULO 11

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By Tapikora

CAPÍTULO 11

la fiesta
parte 1

Teinta minutos. Eso era lo que Kuroo llevaba esperando por fuera de la casa de Anna hasta que ella estuviera preparada para ir a la fiesta que se celebraría en casa de uno de los estudiantes de primero del Karasuno. Si bien era cierto que en un principio la idea era que únicamente asistieran los estudiantes de dicho curso de esa misma preparatoria, la voz se había corrido y todo el mundo había invitado a algunos amigos.

Después de mandar el que sería cerca del decimo mensaje a la chica para que saliera, Kuroo escucho una voz que reconoció casi al instante.

— Siento la espera, gatito.

Frente a él se encontraba Ikaguya, arropada con un vestido gris que le quedaba dos palmos por encima de las rodillas que marcaba a la perfección todas y cada una de las curvas de la muchacha. Su rostro se veía maquillado, aunque no en exceso, dandole un aire más maduro.'

La risita de la peliblanca lo sacó de su trance.

— Cuidado, vas a resbalarte con tus babas.

— Callate, enana. — ordenó el mayor, apartando la mirada de ella. — Bueno, ¿vas a contarme de una vez que es exactamente lo que pretendes hacer hoy?

Anna frunció el ceño y lo miró como diversión. — Solo quiero molestar a Tsukishima un poco.

La mirada del moreno se volvió seria por unas facciones de Segundo, aunque no fue el suficiente tiempo para que Ana se diera cuenta de ello.

— ¿Por qué motivo quieres hacerlo y que tengo que ver yo en eso? — preguntó intrigado.

— Me dijo algo que me molestó, — explico ella, entrelazando sus dedos en la espalda. Miró a Kuro con la cabeza ladeada y sonrió — y tú vas a ayudarme con ello.

— En resumen, quieres ponerlo celoso, y yo soy el único que se te ocurrió que podría aceptar eso ¿me equivoco? — concluyó Tetsuro, encarando una ceja.

— Efectivamente.

Después de unos minutos más charlando, llegaron a la casa de uno de los compañeros de curso de Anna, el lugar donde se haría la fiesta. Desde el exterior de la construcción ya se escuchaba la música bastante alta, y algunas personas se encontraban en el jardín charlando con unos vasos de plástico en las manos. Tirando del brazo de Kuroo, la peliblanca entró al lugar.

Había bastante ambiente y bastantes personas, ya que la casa esta muy amplia. A lo lejos Ikaguya pudo diferenciar a Mina, acompañada de Nishinoya y Hinata, quien parecía verse bastante incomodo por la situación. La albina soltó una leve risita y se acercó hasta ellos junto con el moreno.

— ¡Hola chicos! — exclamó ella, en forma de saludo.

— Hola Anna, Kuro. — saludó de vuelta Mina.

— ¡Anna-chan, que bueno que viniste al fin! — dijo el menor del Karasuno con cara de alivio. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de la chica susurró. — Esos dos no dejan de comerse con la mirada, ya no sabía donde meterme.

— Es bueno verte, Chibi-chan. — intervino Kuroo, saludando a Hinata.

— ¡K-kuroo-kun! No sabía que, bueno, tú y Anna-chan... — comenzó a decir algo nervioso.

— Tranquilo, Hinata. — pronunció la chica, con una mirada divertida. — Tan solo es mi amigo.

El azabache pronunció un por ahora, recibiendo un codazo en la costillas por parte de su acompañante. No era a Hinata al que quería molestar, y ya se sentía lo suficientemente incómodo con Mina y Nishinoya como para que también fuera así con ellos.

— ¡Anna-Chan, ten, prueba esto! — le ofreció el libero del Karasuno, ofreciéndole una vaso de plástico rojo, con un color oscuro.

La albina lo tomó casi sin pensarlo y le dio un sorbo, sintiendo casi al instante el fuerte sabor del alcohol entrar en su organismo. Tosió ligeramente y sonrió.

— Es fuerte, pero bueno, ¿qué es?

— Whiskey cherry pie. — respondió, ofreciéndole otro vaso a Kuroo, quien después de pronunciar un Gracias, tomó la bebida de un solo sorbo. — Veo que teníais ganas de fiesta.

— En Nekoma no solemos hacerlas, así que no veo por qué no aprovecharlo. — aseguró con diversión el bloqueador central. — Iré a por otro, ¿me acompañas, pequeña?

— Claro, vayamos. — la chica posó una mano sobre el hombro de Hinata. — ¿Vienes con nosotros?

— ¡Por favor, si!

Después de despedirnos de Noya y Mina, el trío se dirigió a una de las mesas de la cocina para comenzar a preparar la segunda bebida de Kuroo y otra para el de cabellos naranjas.

— Por cierto, Hinata, ¿sabes algo de mi primo? — interrogó con curiosidad la ojiazul.

— Dijo que no vendría, que debía estudiar para los exámenes.

Una carcajada se escapó de la garganta de la chica, a sabiendas que aquello era una gran mentira. Kageyama odiaba estudiar, y no dejaría de ir a una fiesta por hacerlo. Sin embargo, no pudo evitar preguntarse cuál era el motivo de su ausencia.

Las personas caminaba de un lado a otro, aunque era difícil diferenciar bien los rostros de la gente ya que las únicas luces encendida proporcionaban una iluminación que sin duda buscaba dar privacidad a los invitados.

El tiempo pasó, y los vasos de alcohol se fueron vaciando y rellenando constantemente mientras el trío de amigos se la pasaba bailando en el salón de la casa, junto con otras muchas personas. El olor a sudor y alcohol se apoderaba de las fosas nasales de Anna, y por algún motivo no le molestaba en absoluto.

— ¡Anna-Chan! — la llamo una voz que conocía bastante bien.

La aludida se giró sobre sus talones, sintiendo su vista algo borrosa, pero lo suficientemente firme como para encontrarse con aquella pecas que tan bien conocía. No lo pensó mucho y rodeó el cuerpo de Yamaguchi en un abrazo, provocando un ligero sonrojo en el chico.

— ¡Yama-Kun, que bien que viniste!

— S-si, Kei y yo llegamos hace un rato, pero estuvimos buscándote porque no respondías a los mensajes. — se rascó la nuca algo nervioso, mientras señalaba con el pulgar a alguna parte detrás de él.

Los ojos zafiro de la chica, siguieron la señal y se encontraron con cierto rubio de gafas, el cual sostenía un vaso de plástico. Lo siguiente que vio, caliento la sangre de Anna. Una chica de cabellos pelirrojos estaba enganchada al brazo de Kei con una sonrisa pícara en sus labios y parecía estar diciéndole algo.

No supo por qué, pero aquella situación le molestaba mucho más que cualquier palabra que el rubio pudiera haberle dicho. Apretó los puños a sus costados y sin pensarlo se acabó de un trago el vaso casi lleno que llevaba en su mano derecha, ganándose una mirada de confusión y preocupación por parte de Yamaguchi, quien parecía no haberse dado cuenta de nada.

— Anna-Chan, no deberías beber de esa forma, podría sentarte mal y...

— Yama-kun, no tienes que preocuparte. — lo tranquilizó, sintiendo una ola de calores en su cuerpo, mientras le dedicaba una ligera sonrisa a su amigo. — Soportó bastante bien el alcohol. Discúlpame un momento.

Y sin dejarle decir nada más, caminó hasta Kuroo, tirando con suavidad de la manga de la camisa de botones que este vestía, tratando de llamar su atención. Hinata había desaparecido de su lado por alguna razón, pero tampoco le dio demasiada importancia a aquello. El azabache en seguida supo que algo le pasaba a su amiga, y no le hizo falta nada más que alzar la vista para saber que ocurría.

— ¿Quieres bailar, gatito? — le preguntó esta, ladeando ligeramente la cabeza con una sonrisa.

Tetsuro asintió imitando su acción, y realmente no pudieron escoger mejor momento para hacerlo, pues cuando se alejaron un poco del mogollón para tener algo más de movilidad, la canción Dangerous Woman de Ariana Grande comenzó a sonar. Ikaguya sonrió a Kuroo con complicidad, sabiendo ambos lo que iba a pasar a continuación.

El bloqueador tomó con algo de fuerza las caderas de la chica y la giró, dejándola de espaldas a él. Como si aquello hubiera sido algún tipo de orden para Anna, esta comenzó a mover sus caderas al ritmo de la música, sintiendo el musculoso cuerpo de su amigo contra su espalda.

Sin embargo, aquello no era lo único que sentía.

La cantidad de bailes que había realizado delante de aquella cámara de video la habían vuelo casi una experta en ello, sabiendo a la perfección lo que podía llegar a provocar. Sus movimientos eran firmes y sensuales, sorprendiendo bastante a su pareja de baile, quien tuvo que tragar duro en aquel instante ante la presión del cuerpo de la albina contra él.

La mirada de Anna recorrió su alrededor, pero se detuvo al cruzarse con la de cierta persona. La dura y seria mirada de Kei estaba plantada sobre ella, sin ningún tipo de discreción, observando con notable molestia el baile de la chica.

Aquella pelirroja aun seguía junto a él, y esta no tardó en darse cuenta de lo que estaba pasando, puesto que le lanzó una mirada desafiante a la albina, mientras tiraba de Kei hacia la pista de baile. El rubio, al contrario de lo que se hubiera esperado de él, no la rechazo, sino que hizo todo lo contrario. La acompañante del rubio, la cual estaba embutida en un ajustado vestido rojo, comenzó a mover su cuerpo de forma provocativa.

Las manos de Tsukishima rodearon la cintura de aquella mujer, provocando que la sangre de Anna ardiera aún más. Ambos bailaban con sus respectivas parejas, pero la tensión entre las miradas del rubio y la albina se podía cortar con un cuchillo.

Lo que pasó después, dejó a Anna sin aire en los pulmones. La mujer con la que Kei estaba bailando se giró, quedando de frente a él, lo miró por unos segundos, para después susurrar algo en su oído y acto seguido besarlo.

— No los mires a ellos. — susurró la voz de Kuroo en su oído, provocando que la piel de la chica se erizase.

Tetsuro la giró con algo más delicadeza que antes, quedando frente a frente. Si bien era cierto que la razón principal por la que había girado a Anna era porque no quería que siguiera viendo aquella escena, también lo había hecho por culpa de un pensamiento que había cruzado su mente.

— Anna, ¿confías en mi? — le preguntó el de cabellos negros, con la mirada clavada en algún punto detrás de Anna.

— Si que lo hago. — respondió ella, decidida, aunque con un ligero tono de molestia en su voz por lo que había acabado de ver hacía unos instantes.

— Bien, — murmuró él, subiendo una de sus manos desde la cadera al rostro de la chica. — no me golpees luego por esto.

Su mirada de confusión fue sustituida por una de total sorpresa y estupefacción cuando sintió los suaves y cálidos labios de Kuroo sobre los suyos. La estaba besando. Kuroo la estaba besando.

No supo muy bien por que lo hizo, pero tampoco le importaba demasiando en aquel momento, y tal vez fuera el alcohol la razón por la que no se negó a recibirlo. La albina entreabrió ligeramente los labios, dándole permiso al bloqueador para introducir su lengua. Sus labios se movían de forma sincronizada, y un pequeño suspiro se escapó de los labios de Anna cuando Kuroo mordió con suavidad su labio inferior.

El muchacho tomó su nuca buscando profundizar el beso, el cual no duró mucho más. Pero la cosa no acabó ahí, pues el azabache solo había cortado el beso para dejar un rastro de cortos y húmedos roces sobre el cuello de la chica.

Después de unos segundos, se detuvo, separándola de él para poder recuperar un poco de aire. En su rostro de veía una sonrisa victoriosa.

— Ya me agradecerás por esto después, pequeña.

Ikaguya quedo totalmente descolocada por las palabras de su amigo, pero no tuvo tiempo suficiente de procesar aquello, pues alguien la tomó por la cintura y la elevó en el aire, cargándola sobre su hombro y alejándola del lugar. No pudo evitar soltar un chillido por la sorpresa, pero no le hizo falta ver más que su espalda para saber de quien se trataba.

La persona que la cargaba caminaba hacia algún rumbo desconocido para la chica, pero claramente se estaba alejando del montón de personas. Después de escuchar el sonido de una puerta abrirse, Anna tocó al fin el suelo.

Tras cruzarse los brazos con una expresión molesta, Ikaguya habló.

— ¿Qué mierda haces, Tsukishima?

Pero él no respondió, se limitó a cerrar la puerta de la habitación en la que se encontraban. Anna ni siquiera se molestó en preguntarse como sabía que aquello era una habitación antes de entrar, estaba demasiado molesta con el como para hacerlo.

— ¿Piensas responderme de una maldita vez? — interrogó, harta de la situació.

— Cállate de una jodida vez, eres tan molesta.

Ella trató de reprocharle, pero todo el aire se fue de sus pulmones cuando el rubio  la tomó con firmeza por la cintura y la acorraló contra la puerta de la habitación. Los ojos de Kei irradiaban una oscuridad que nunca había visto, obligándola a tragar saliva.

Aquello era malo, muy malo.

Hola a tod@s querid@s lector@s!

Aquí os traigo de nuevo otro capítulo junto con una noticia bastante importante.

Primero que nada advertiros que el siguiente capítulo será el último de este acto, por lo que la historia pasará a borrados unas cuantas semanas de la publicación de dicho capítulo para editar y cambiar algunas cosas.

También deciros que el próximo capítulo contendrá lemon, por lo que aquellas personas sensibles a este tipo de contenido puedan no sentirse cómodas con ello (*TT*)

Y bueno, creo que esto es todo, realmente espero de corazón que estéis disfrutando esta historia, y también quería disculparme si veis que la personalidad de Tsukishima con concuerda al 100% con la del anime.

Bueno, por ahora me despido, cuidaos mucho y bebed mucha awita.

Os quiere,

Tapikora.

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