Capítulo 16:
Aly.
El sonido del móvil de Aiden me despierta.
Me froto los ojos para ver mejor e intento levantarme, pero el brazo y las piernas de Aiden me lo impiden.
Como puedo acabo levantándome sin despertarlo y me acerco a su móvil.
Tenía tres llamadas perdidas y dos mensajes del mismo nombre; Alexa.
¿Alexa? ¿Quien es esa?
En ese momento llegó otro mensaje y pude leer los tres;
*Alexa: tenemos que hablar*
*Alexa: llámame*
*Alexa: deja de ignórame, tenemos cosas que hacer y mucho de que hablar*
¿Mucho de que hablar?
-¿Mirándome el móvil como una tóxica, ojitos?- escuche decir a Aiden desde la cama.
Cuando me giré para mirarlo estaba sonriendo.
Mierda.
-No, es que no paraba de sonar- dije acercándome con su móvil- toma.
Cuando lo cogió y leyó los mensajes se puso serio.
-No es importante- dijo tirando de mi brazo para que me metiera en la cama con el- puede esperar.
Empezó a besarme y poco a poco acabé encima de él a horcajadas.
Me quitó la camiseta del pijama y la tiró al suelo dejándome los pechos al aire.
Cuando metió la mano en mis pantalones para bajármelos, su móvil comenzó a sonar de nuevo.
Vi como le daba a rechazar la llamada pero me dio tiempo de ver el nombre; Alexa.
Que pesada, todavía no la conozco y ya me cae mal.
Y ami.
-¿Por donde íbamos?- Dijo besándome de nuevo.
Sonreí dejando que me quitase los pantalones.
-Deberíamos hablar de los métodos anticonceptivos, teniendo en cuenta que no usamos condón...-volvió a decir separándose de mi para mirarme.
-Pensaba que lo sabrías- dije mirándole -tomo la píldora.
No necesitó que dijera nada más- aunque no me gustaba que pensara que solía hacerlo con cualquiera sin condón, de hecho, era la primera vez que no usaba condón con alguien y estaba tranquila-, volvió a besarme mientras me quitaba las bragas.
Le metí la mano en los calzoncillos, pero mi móvil sonó; la alarma.
Hora de ir a clase.
Lo miré.
El cogió mi móvil y apago la alarma.
-No vayas, quédate conmigo- me miro con una sonrisa traviesa.
O mejor dicho; hora de follar.
Eso me gusta más.
Lo bese en señal de afirmación y el sonrió en mitad del beso.
Le quité los calzoncillos y le acaricié.
Estaba duro, parecía que estaba a punto de estallar, así que no espere mucho más.
Me levanté lo justo y con una mano lo guié a mi entrada.
Comencé a bajar mientras el iba introduciéndose en mi interior y yo iba soltando pequeños suspiros de placer.
-Me gusta como te ves ahí arriba- dijo poniendo sus manos en mi cadera.
Una vez dentro por completo, el empezó a mover mis caderas.
Era la primera vez que me ponía encima y me gustaba sentir que tenía el control.
El se inclinó hacia delante y nuestros torsos se juntaron.
Aumente el ritmo pegando saltitos encima de el haciéndolo suspirar.
-Susúrrame- dijo agarrando mi pelo.
Me encantaba que me pidiera que dijera su nombre mientras lo hacíamos.
-Susúrrame ojitos- volvió a pedir.
-Aiden...
Sonrió y juntó nuestros labios.
Con la mano que tenía en mi cadera me indicó que acelerará y lo hice.
-Dios...joder...- dije echando la cabeza hacía tras.
-Quiero que me mires al correrte.
Volví a mirarlo, y supe que nos faltaba poco.
-Correte- pronunció las palabras mágicas.
**
-¿Enserio?- dije riéndome -No me jodas Aiden.
No podía parar de reírme.
El muy cabrón no para de hacerme cosquillas.
-Para, enserio. Me duele la barriga de reírme- dije intentando cogerle las manos.
Estaba en cima mía haciéndome cosquillas, su supuesta venganza por no querer ducharme con el.
Pero es que aparte de que estábamos en la residencia, siempre que acabamos duchándonos juntos, nunca me duchaba.
-Pide perdón- dijo.
-Per...perdón- dije entre risas.
-No, no. Un perdón en condiciones. Repite conmigo; lo siento cariño, no volveré a negarme a una ducha contigo.
¿Enserio?
-Dilo ojitos, por que me puedo tirar así todo el día.
-Lo...siento, no vol...veré a... negarme a una...ducha contigo...
-¡ERROR!- aumentó las cosquillas -se te olvida algo.
Joder.
-Lo siento cariño... no volveré... a... negarme a... una ducha contigo...
-Eso está mejor- dijo soltándome y sentándose a mi lado.
-Joder- suspiré -me duele la barriga de reírme.
-Ha sido tu culpa.
Ya era media mañana, habíamos estado haciendo el vago toda la mañana en la cama, hasta que dije de ir a ducharme.
El vago dice...
En realidad no me había dejado salir de la cama hasta hace media hora y que conste que no me quejo.
No, encima quéjate.
Había faltado a las clases de hoy por estar con el, aunque supongo que por un día no pasa nada.
Era viernes, pero todavía no me había dicho que íbamos a hacer este fin de semana y yo tampoco me atrevía a preguntarle.
Estábamos bien, pero no quería agobiarle.
Pero agradecí que el tomara la iniciativa y hablara.
-¿Te vienes al piso este finde?
-¿Quieres que vaya?
-¿Cuándo he querido que te fueras?
Sonreí.
-Venga, prepara las cosas- dijo levantándose de la cama.
Cogí una pequeña maleta y metí lo básico; ropa interior y tres mudas- cepillo de dientes ya tenía en su casa desde la primera noche que me quede-.
Al salir de la habitación, todas lo miraban, y ami me encantaba que el no mirase a ninguna y me cogiera de la mano andando.
Nos montamos en el coche y no pude evitar posar mi mano en su muslo mientras conducía.
-¿Pasamos por el McAuto antes de ir a casa?- preguntó.
Asentí.
-No se ni para que pregunto- dijo riéndose.
Una vez con la comida, nos llevó a su piso.
Mi barriga rugía con el olor a McDonald's, tenía hambre.
Colocamos un mantel en la mesa del salón y saqué las cosas de las bolsas dándole a el las suyas.
Intenté robarle una patata delux pero se dio cuenta y me pego un manotazo en la mano apartando las patatas de mi.
Puse un puchero.
-Abre- dijo cogiendo una patata.
Me la metió en la boca y yo aproveché para morderle el dedo.
-¡Ah! Bruta.
Me reí.
-Lo siento, es que tengo mucha hambre.
-¿Quieres comerte otra cosa?- preguntó señalando su entrepierna.
Puse cara de asco.
-No, gracias. Estoy bien servida- dije señalando mi hamburguesa.
-Tu te lo pierdes.
Era un cerdo, pero me encantaba que lo fuese.
A todas nos encanta amiga.
Lo sé, pero es mío.
Sonreí.
Es mío.
-Tengo que decirte algo- dijo soltando la hamburguesa.
Uish, suena a algo serio.
-Dime.
-Mis padres organizan una fiesta todos los años a primero de noviembre, por el aniversario de la empresa y bueno... me gustaría que vinieses conmigo.
A era eso joder, que susto.
Sonreí.
¿Me quería presentar a sus padres?
Eso parece.
-Me encantaría acompañarte- dije sonriendo.
-Genial- dijo antes de volver a su hamburguesa.
Que emoción, me iba a presentar a sus padres.
¿Que me iba a poner? Tenía que ir pensando en algo ya, noviembre estaba a la vuelta de la esquina y no podía ir con cualquier vestido, tenía que ir de compras y obviamente tenía que llamar a mis dos acompañantes perfectos para ello: Amber y Tyler.
Espero que Amber quiera venir, necesito su opinión.
-Deja de pensar en que te vas a poner.
¿Como coño sabia que estaba pensando en qué me pondría?
-¿Que como lo sé? Tus ojos me lo dicen todo, ojitos.
Creo que empiezo a comprender un poco mejor eso de que me llame "ojitos".