Maratón: 3/3
Nota: Este es el capítulo más subido de tono que he escrito en mi vida. Disculpen los errores jeje. Sin más que decir... que lo disfruten.
Olivia
Entré a la habitación en silencio. Noah estaba recostado sobre la cama y tenía los ojos cerrados. Temí que se hubiera quedado dormido.
Cuando me escuchó abrió los ojos, se quedó contemplándome por algunos segundos. Lo que dijo a continuación me dejó descolocada.
-¿Qué te pusiste?- dijo entre risas.
-¿Q-que?- pregunté avanzando hacia él- ¿N-no te gusta?
-¿Qué si me gusta?- preguntó riéndose a carcajadas.
Me quedé quieta en mi lugar, no pensé que se burlaría de mi.
-Me encanta- dijo levantándose de la cama- Pero te ves...
-¿Ridícula?- pregunté tristemente. Lo que menos quería era verme ridícula.
-¿Qué? No, claro que no. Iba a decir... distinta- Noah llegó frente a mi, ya no se reía- Nunca llevas el pelo suelto y... nunca te había visto con algo tan corto.
Le dio una buena repasada a mi cuerpo y sentí un escalofrío. Nunca me había sentido tan observada.
-¿Entonces... me veo mal?- pregunté.
-¿Mal?- preguntó él con una carcajada seca, pero no parecía divertido- Te ves... preciosa.
Noah me tomó de la cintura y me levantó con facilidad, como cada vez que bailábamos, enrollé las piernas alrededor de su cintura y lo abracé con fuerza.
-Te ves preciosa con tu pijama de ositos, con tu ropa interior de corazones, con ropa o sin ella- mee susurró Noah al oído.
Algo dentro de mi se encendió, toda la pena y la vergüenza se desvanecieron. Esta vez fui yo la que choque mis labios con los suyos. Parecía que la emoción del momento no se había desvanecido porque Noah me agarró con fuerza y me colocó sobre la pequeña cómoda que había en mi habitación. Parecía como si la llegada de Lauren nunca hubiera existido. Nos besamos por unos minutos en esa posición, pero yo quería intentar otra cosa.
Salté de la cómoda y aterricé con gracia sobre el suelo. Como él ya iba sin camiseta fue fácil para mi deshacerme de sus pantalones. Metí las manos en su pantalón y él hizo una mueca de sorpresa, deslicé mis manos por su trasero para bajarle los pantalones, lo conseguí con facilidad. Tragué con fuerza al ver lo emocionado que él estaba, se veía algo muy... grande en sus boxers negros.
Terminé arrodillada frente a él, cuando estaba por bajar sus boxers él me agarró de la barbilla y me hizo poner de pie.
-Mejor vayamos... despacio- dijo él jadeante.
Comenzó a deslizar sus dedos por mi rostro en una tierna caricia, cuando llegó a mis hombros se llevó a los tirantes de mi camisón consigo. Cuando terminó de bajar el camisón y me vio, sus pupilas estaban dilatadas y una sonrisa bailaba en su rostro.
Siempre creí que mi primera vez sería diferente, no me imaginaba a un chico como Noah y no en esta situación. Siempre creí que habría velas y rosas regadas por la habitación. No había nada más alejado de la realidad. Y era mejor así, así todo era... perfecto, a su manera, a nuestra manera.
-Como dije- empezó él- así te pusieras una bolsa de basura te verías preciosa.
No tuve que esforzarme en no sonrojarme, ya estaba ardiendo.
-Compré esto para ti- señalé.
-¿Quieres que me lo ponga o como?- preguntó él mientras jugueteaba con el tirante del sostén de encaje.
-Ya sabes a lo que me refiero- dije pegándome a él de nuevo. Ahora los dos estábamos en ropa interior, habían pocas cosas que nos separaban.
-Lo entiendo perfectamente...
Noah me levantó de nuevo. Pero ahora fuimos directos a la cama, Noah se sentó en ella conmigo encima. Un roce hizo que ambos nos estremeciéramos.
-Déjame decirte que esto esta muy lindo- dijo Noah- Y me encanta que lo hayas comprado para esta ocasión.
-Ajá...
Noah comenzó a deslizar los dedos por los bordes del sostén. Yo solo quería que me lo arrancara de una vez.
-Pero preferiría que se quedara lejos de tu cuerpo- él comenzó a deslizar los tirantes por mis hombros- ¿Tú que opinas?- dijo con los labios pegados en mi pecho. Estaba por quitármelo del todo y yo no podía dejar de pensar en otra cosa que sus dedos recorriéndome a espalda y las costillas.
Suspiré en respuesta. Noah desabrochó el sostén con facilidad y los deslizó lentamente.
Creía que iba a sentir vergüenza, pero para nada. Me sentí sexy ante su mirada.
-Lo sabía- masculló contra uno de mis pechos- te ves aún mejor sin nada.
Quise reírme, de verdad que si, pero no pude, estaba demasiado distraída sintiendo como mordía, lamía y pellizcaba. Casi por impulso comencé a mover las caderas sobre él. Noah gruñó en respuesta.
-Si haces eso no... no creo que pueda...- Noah no pudo seguir hablando porque comencé a hacerlo con mayor velocidad.
Noah se calló de repente y me pasó una mano por la espalda. No se como pero terminé con la espalda sobre el colchón, con Noah encima de mi. Entrelacé las piernas tras su espalda pegándolo más a mi.
-Ahí donde te ven... no eres una santa.
-Nadie dijo que lo fuera- dije antes de chocar sus labios contra los míos.
Noah comenzó a chocar sus caderas contra las de ella con insistencia, era un roce exquisito. Yo quería más y sentía que él también. Noah metió una mano entre nosotros alcanzando mi ropa interior, se coló dentro y como un experto, tocó el punto exacto para hacerme sentir magia. Solo él hacía que sintiera magia, solo él me hacia creer en la magia.
-Noah- jadee ante su roce de dedos. Tuve que echar la cabeza para atrás y cerrar los ojos, no pude mantenerlos abiertos por mucho más tiempo. Al sentir que estaba al borde de mis emociones tuve que bajar las manos para encontrar su ropa interior. Quería que él me hiciera ver las estrellas, no sus dedos.
Comencé a deslizarla por sus piernas y él se apartó un poco para hacer el proceso más fácil. Cuando Noah no tuvo ni una capa de ropa encima lo contemplé con la mirada. Su sonrisa sarcástica seguía en sus labios. Era hermoso, no solo por lo físico.
-Ahora vas tú, burbujita- dijo jalando mis bragas hacia abajo. Una vez las deslizó por mis tobillos y quedé desnuda antes él, no vimos por primera vez. Así, frente a mi, no solo estaba desnudo físicamente, sino también su alma. Y yo también frente a él. Nos contemplábamos con emoción y entusiasmo.
No hay nada más lindo que compartir experiencias con alguien que quieres. Sea la numero 10.000 o la primera. Compartir sentimientos y sensaciones siempre era especial.
Estaba desnuda frente a él y no sentí pudor alguno.
-¿Lista para la mejor experiencia de tu vida?- me preguntó contemplándome arrodillado frente a mi. Yo estaba acostada sobre la cama abierta a él, literalmente.
Aunque no me lo preguntara directamente lo que quería decir es ¿Estás segura? Pero estaba más que lista y segura. Ya hazlo de una vez, Batman.
-Si- dije alargando la mano a la mesita de noche. Rebusqué en el cajón el cuadradito plateado que Colette me había comprado- ¿Y tú?
-No estoy seguro...
Le pegué un golpe en el abdomen.
-Ya hagámoslo- me dijo quitándome el condón y abriendo el empaque.
Ayudé a ponérselo aunque no supiera muy bien como. Suspiró con pesadez cuando deslicé la mano desenrollándolo.
Noah me jaló de los tobillos posicionándome frente a él, con una mano me acarició de nuevo. Mis piernas ya temblaban ante su tacto.
Cuando se puso sobre mi no sentí miedo ni arrepentimiento, estaba disfrutando del momento. Estaba feliz... muy feliz y emocionada. Cuando me besó sentí como nuestros cuerpo se unían por fin, pensé que sería doloroso o aterrorizante, pero fue todo lo contrario. Fue tan... espontaneo y mágico.
A pesar de que sabía que él no era virgen supe que me estaba entregando algo, algo importante para él. Era Noah, el verdadero Noah. Me estaba entregando su verdadero ser. Desde ese momento ya no tuve duda alguna de él. Esa noche nos entregamos mucho más que solo nuestros cuerpos. Nos dimos confianza y amor.
-Olivia- gimió contra mis labios cuando ambos estábamos acostumbrándonos a esta nueva experiencia.
Yo lo atraía más con las piernas y él no se quedaba atrás apoyado sobre mi. Estábamos bailando, bailando juntos una melodía que solo nosotros éramos capaces de escuchar, una melodía que salía de nuestros cuerpos. Este era nuestro mejor baile, nuestro baile más sincero y pasional. El mejor baile de mi vida.
Aunque nunca creí en eso de que con el sexo se unen las almas, con nosotros... si se unió algo, se unió ese sentimiento, ese... amor. Había cosas que no podían ocultarse y eso que sentíamos el uno por el otro era una de ellas.
Y bailamos, bailamos mucho esa noche. Bailamos al compás de nuestras respiraciones agitadas y nuestras boca unidas.
Ahora si me hizo ver la galaxia entera. Si quieres que te diga como fue solo te diré una palabra:
Magia.
Y te aseguro que él también sintió magia, su expresión me lo demostró al terminar de bailar.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Hola, hola.
Muchas gracias por llegar hasta aquí en esta mini maratón ❤️
Espero que este capítulo te haya gustado.
¿Qué tal la inocente Liv, que ya no es tan inocente? 🌚
¿Quién más adora a Noah con todo su corazón? 🙋🏻
Sé que no doy muchos detalles pero espero que este capítulo les haya demostrado lo mucho que se quieren Noah y Olivia *tose incómodamente* Ademas siento que muchos detalles no caben en esta historia.
Les quiero agradecer por todo el amor que le dan a Té para tres, sin ustedes esta historia no sería lo que es hoy en día. ¡Acabamos de llegar a las 60k lecturas y los 7k votos! Muchas gracias.
No olviden seguirme en mi Instagram @manuthecrazyreader ya que acabamos de sacar un filtro de té para tres con mi amiga Mar (gracias Mar, te amamos). Además de unos fondos de pantalla preciosos de las tres protagonistas. Y contenido extra de Té para tres.
Muchas gracias por leer mi historia.
Con amor.
-Manu <3