Dije que iba escribir el capítulo hoy y lo escribí aunque me costará horas de sueño T^T pero bueh... Dormir es para mortales(?) :'D
Tened en cuenta que es mi primera vez creando una historia sobrenatural-fantástica, por lo que sí el capítulo quedó rarillo o líoso... que es por eso(?) xD
No hay mucho más que decir, así que lean la nota final :D
Espero que os guste (?) :c
La foto del capítulo es de Gerard, el rubio del grupo/secta (?) Bien ukeable está 7u7
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Sí ya de por sí era un laberinto, la maldita niebla que lo rodeaba no ayudaba mucho.
Había perdido incluso la cuenta de por cuánto tiempo habíamos estado caminando alrededor de el.
No sé si fue un momento de despiste o porqué había estado tan metido en mis pensamientos, pero al alzar nuevamente mi vista a las figuras de Raine y Kriss, pude ver que estas ya no se encontraban en frente mía como lo estaban antes. También cabía decir que la neblina había aumentado de pronto, dejándome aún más difícil la tarea de localizarlos.
Empecé a llamar desesperado y a gritos a Raine y seguidamente a Kriss, sin embargo, no hubo respuesta alguna. De ninguno de los dos.
Era como si se hubiesen esfumado.
¿Qué coño iba a hacer ahora?
No… lo qué tenía que hacer ahora antes que nada era conservar la calma. Esto era un sueño después de todo, ¿no?
Respiré hondo y me obligué a seguir caminando a través de la niebla. Seguí caminando durante unos minutos más hasta detenerme al ver que había una figura femenina delante de mí. Parecía ser una humana.
Suspiré aliviado al confirmar que no era un Custo. Pero sí que era extraño… ¿Qué hacía ella aquí entonces? Algo no cuadraba…
—¿Por si acaso no habrás visto a un chico pelirrojo y otro castaño muy alto pasar por aquí? —le pregunté con las esperanzas de que dijera que sí —. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? ¿Estás sola?
Le seguí preguntando, pero la chica o mejor dicho mujer ni se inmutaba. Ni negó ni asintió en ningún momento, hizo todo lo contrario...
Inmediatamente, su rostro una vez humano, se distorsionó completamente adoptando uno más bien demoníaco. Horrorizado di varios pasos hacia atrás, en vano, ya que acabé cayendo al suelo desaprovechando la única oportunidad que tenía para huir.
El demonio lanzó un alarido parecido al de una bestia y se abalanzó con una fuerza y velocidad sobrenatural a mí.
Y a la misma velocidad Raine y Kriss llegaron a salvarme.
Justo a tiempo.
¿¡Cómo es que precisamente ahora venían?!
Blandieron una pequeña espada grisácea que comenzaba en una cruz y asesinaron a la criatura en cuestión de segundos. La criatura había desaparecido. Cómo si nunca hubiese existido.
Raine en seguida, corrió a ponerse de cuclillas y me tomó de los hombros.
—¿Estás bien? —preguntó preocupado y con la respiración entrecortada de haber corrido tanto.
—S-Sí —asentí con la cabeza algo sorprendido.
Su preocupación por mí me había tomado desprevenido…
—Te dije que no te separarás de nosotros —me recriminó cruzado de brazos y mirándome mal Kriss.
¿Pero qué se creía ese maldito…? ¡Me había perdido y casi había muerto por negligencia suya y encima me echaba a mí la puta culpa!
No. No valía la pena enfadarme con ese imbécil. Menos aún en este momento.
Decidí ignorar su comentario y más bien centrarme en lo que realmente era importante.
¿Qué fue eso que me atacó? ¿No era un humano, cierto?
Diablos… aún podía sentir como mi corazón iba a salirse de su sitio del susto que me había llevado.
—Lo que te atacó fue un demonio —respondió al instante Raine —. No sólo los Custos son nuestros enemigos, están también los demonios y otro tipo de criaturas.Todo lo que te puedes imaginar está en este laberinto sin fin.
Nuevamente me había leído la mente.
En la situación en la que me encontraba ya ni me extrañaría si realmente puediese leer mentes.
Aun así...menuda invasión de privacidad, joder.
Y por otro lado… ¿Demonios? ¿Esto iba en serio? Pero… ¿Qué más podía ser? Estaba claro que lo que me atacó no era un humano y tampoco un Custo.
—Si eso era un demonio… ¿Qué diablos sois vosotros? —me atreví a preguntar.
Ambos se tomaron más tiempo de lo que esperé para responderme.
—Sí, Jet. Puedo leer tu mente. En cuánto a lo que somos...se podría decir que somos cazadores —empezó Raine —. Cazadores de sueños o algo parecido —se rascó la nuca despreocupadamente.
—Somos Cazadores de Sueños. Nos encargamos de los sueños que terminan volviéndose en una horrible pesadilla —reafirmó Kriss —. Concretamente unos vēnātum, pero Cazadores de Sueños es cómo nos hacemos llamar. Al menos eso es lo que decidió mi familia desde hace mucho tiempo.
Mi mente iba a explotar de la cantidad de información que tenía que procesar.
¿Raine podía leer mi mente? ¿Cazadores de Sueños? ¿Venatu-que? ¿Y qué tenía que ver la familia de Kriss en todo esto?
—¡No me digas que tú también eres un bicho raro! —señalé acusadoramente a Kriss a lo que él me fulminó con la mirada —. ¿T-Tu también lees mentes?
—No. Yo tengo la habilidad de manipular la mente de cualquier persona a mi antojo para que haga lo que le pida —sonrió cínicamente con los ojos entrecerrados y se empezó a acercar a mí—. Cada uno de nosotros tiene una habilidad diferente. Gerard por ejemplo tiene la habilidad de teletransportarse en cualquier parte que el desee y Lisbeth puede mirar el futuro, pero solo unos 5 segundos de el.
No. Esto no podía ser posible. ¡Todo esto tenía que ser un sueño! Un sueño raro de cojones, pero al fin y al cabo un sueño.
—Veo que no me crees —observó divertido Kriss —. Te demostraré que te digo la verdad —se acercó a mí, quedándonos los dos casi apretujados, y me tomó del mentón.
Miré por el rabillo del ojo a Raine, y pude ver que este se había puesto tenso. Fruncí el ceño extrañado ante eso y volví a clavar mi mirada en Kriss. Sus fríos ojos se clavaron como dagas en los míos.
Kriss se quedó mirándome fijamente durante unos segundos, haciéndome sentir que me perdía en sus ojos azules, y tras experimentar cierto mareo finalmente me soltó.
No tenía consciencia propia, tan solo tenía en mente cumplir con lo que me había ordenado él.
De un momento para otro comencé a quitarme prenda tras prenda hasta quedarme en calzoncillos.
No fue hasta más tarde y sólo cuando Kriss lo decidió así, que recuperé mi consciencia y por fin reaccioné. No pude evitar exclamar y ruborizarme levemente al verme casi en cueros.
¿¡Pero qué coño?!
—¿Ahora me crees? —contuvieron él y Raine una risa —. Más te vale no meterte conmigo, Jet. Porque puedo hacer contigo lo que se me venga en gana —amenazó adoptando una expresión que desprendía peligro —. Por cierto… los strip-tease se te dan pésimos.
—Bonitos calzoncillos, Jet —sonrió burlón Raine.
—Cállate zanahoria —le espeté rojo de la rabia.
Fue esta vez Raine el que me asesinó con la mirada.
Sí, lo sé. Se me daba de fábula hacer nuevas amistades.
Me apresuré a vestirme y enseguida volví a hablar.
—¿Me podéis explicar todo este rollo de los sueños, demonios y Custos? Por favor —pedí en un tono exigente —. Y desde el principio.
—No hay tiempo que perder así que te lo contaremos a medida que avancemos por el laberinto —alzó su mano Raine —. Se supone que tienes que tomarme de la mano —indicó y suspiró segundos después al ver que me había quedado sin hacer nada.
Miré con mueca de disgusto su mano.
—¿Porqué ahora tenemos que ir de manitas? —pregunté exasperado tomándosela.
—Porque cierta persona se perdió hace rato —lanzó una indirecta muy directa Kriss.
Bufé y esperé a que me lo explicaran todo de un momento a otro.
—No se sabe cómo ni porqué, pero desde hace años, mejor dicho siglos, ha habido otros como nosotros. El primer miembro de mi familia fue el primero de ellos, un vēnātum —explicó Kriss —. Somos una raza superior a los humanos que cuenta con habilidades especiales y la capacidad de entrar en la mente de cualquier persona. Ya sea para atormentarla, influenciarla, salvarla o hasta destruirla. Hay pocos pero ha habido casos de esto último.
¿Destruir la mente…? ¿Acaso era eso posible?
—Nos encargamos de acabar con las criaturas que intentan perturbar el sueño de las personas —terminó de explicar Raine --. Criaturas que quieren que tu sueño se vuelva en una horrible pesadilla.
—Pero… eso no tiene sentido... —fruncí el ceño —. Entonces si esa es vuestra misión, ¿Cómo es que estáis en un pueblucho como este y no en otros lugares más importantes?
—Porqué tal y cómo te dije, hay más cazadores de sueños —repitió Kriss —. No solo somos nosotros los únicos. Además que sí estamos aquí en primer lugar es debido a la anomalía que se concentra en Heaven’s. La gente sufre de pesadillas más de lo normal y hay aún más criaturas cómo la que viste antes. Digo… no creo que seas tan idiota… ¿Te habrás dado cuenta que lo de las muertes en tu pueblo no es muy normal, no?
No era normal… ¡Pero tampoco pensaba que tenía que ver con algo sobrenatural!
Y pensar, que tan sólo hace unos días estaba hablando del tema con Klaus y Clyde…
‘Klaus, en este pueblo no hay ni criaturas sobrenaturales ni aliens y mucho menos ‘’bestias’’.
Qué tan equivocado estaba…
Irónicamente, pensar que algo sobrenatural tenía que ver en todo esto, hacía encajar las piezas del rompecabezas a la perfección.
Las muertes inexplicables por fin tenían una posible explicación.
Las víctimas… morían asesinadas mientras dormían y sufrían de aquella pesadilla. La misma pesadilla de la que yo sufría constantemente cada día.
Exacto —se limitó a contestar Raine —. Y no te asustes, pero… sospechamos que tú tienes algo que ver con la anomalía en Heaven's.
Ahora, en definitiva, sí que me había quedado boquiabierto y sin habla.
¿¡Pero qué?! ¿¡Cómo que yo tenía que ver en todo esto?
—¿Qué? ¿Cómo? ¿¡Porqué? ¡No me irás a decir que ahora soy un jodido Caza Pesadillas o lo que sea yo también!
—Cazador de Sueños —corrigió por tercera vez irritandóse Kriss —. Y mantén la calma. Nadie ha dicho que seas nada. Que tengas algo que ver no necesariamente quiere decir que no seas humano.
Suspiré aliviado.
Bueno… esa por lo menos era la única buena noticia que había recibido hasta ahora.
—Y si decimos que tú tienes algo que ver, es porque... ¿Te mudaste hace como unos meses a Heaven’s, cierto? —quiso confirmar Raine.
—¿Eh? —me giré a verlo sorprendido —. ¿Cómo sabes tú eso?
—Eso no importa —evadió la pregunta —. Lo que queremos decir con eso, es que desde que tu padre y tú os mudasteis aquí comenzaron a ocurrir los asesinatos.
Hice memoria y me di cuenta que tenía razón.
Pero… ¿Porqué?
—B-Bueno no es la primera vez que estuve en Heaven’s… es más yo nací aquí. Sólo que tuvimos que mudarnos a una ciudad que quedaba cerca por el trabajo de mi padre. Aunque tras la muerte de mi madre, mi padre y yo volvimos a nuestro pueblo natal —les informé.
—Más razones para sospechar de que tienes algo que ver. Naciste en Heaven’s, eso lo confirma todo —sentenció Kriss.
¿Pero qué era lo que confirmaba?¿Que tenía que ver el lugar de mi nacimiento? ¡No entendía nada!
Justo cuando iba a volver a abrir la boca para añadir algo más, el lugar comenzó a distorsionarse poco a poco. Al igual que el rostro de ese demonio de antes.
—¿Qué está ocurriendo ahora? —pregunté alarmado.
—Tranquilo —me apretó con fuerza la mano Raine —. Gerard, Lis, Kellan y Sid han acabado con los Custos. Eso quiere decir que estamos volviendo de vuelta a la realidad.
A la vez que tenía un gran número de dudas pendientes por formular, también estaba el gran alivio de por fin regresar.
No sé que habría hecho si realmente nos hubiésemos quedado atrapados todos en aquella pesadilla que ni siquiera era producto de mi propia imaginación.
O quién sabe, quizá tuviese mucho que ver con mi imaginación. Al menos eso es lo que querían darme a entender Raine y Kriss.
* * *
Al haber regresado de vuelta a la discoteca de Slow Death, pude darme cuenta de algo. El tiempo no había transcurrido para nada en la vida real.
Los cazadores de sueños se marcharon discretamente del sitio y yo me volví a reunir con Clyde y Klaus solo para pedirles que nos fuéramos porque me estaba sintiendo mal.
Y con lo que había pasado hoy, creo que era absolutamente normal. Más que sentirme mal, me dolía la cabeza.
Me preguntaba… ¿Iba a tener de nuevo esa pesadilla? Doble pesadilla en un mismo día…. Genial.
* * *
Hoy por la mañana, nuevamente había despertado jadeante y cubierto en sudor frío. Había vuelto a tener la misma y maldita pesadilla otra vez. Nada había cambiado.
Pero… había algo que no terminaba de entender.
¿Porqué yo era él único que no moría? Mucho antes incluso de conocer a Raine o de que los Cazadores de sueños hubiesen llegado a Heaven’s, una potente y deslumbrante luz blanca lograba salvarme justo a tiempo. Sin falta. Siempre.
¿Realmente tenía que ver yo en todo esto?
Me obligué a dejar de pensar en ello y terminé de comer mi tostada. Me despedí de mi padre y fui corriendo a clases, las cuales ya habían empezado desde hace unos minutos.
Por suerte, el conserje me perdonó la vida y permitió que entrara.
Mientras deambulaba por los vacíos pasillos para ir a mi primera clase, me pareció reconocer al chico que iba delante mía.
Cabellera rubia… esa forma de vestir tan ‘hipster’… No cabía duda. Era el chico rubio que estaba con nosotros ayer y el del grupo liderado por el imbécil de Kriss.
¿Él también? ¿Eso quería decir que los otros también iban a estudiar aquí? ¿Iba a estar Kriss también?
Ojalá y no. No creo que pudiese aguantar ver su cara durante tanto tiempo y cada día. Agh. Antes me dejo matar en mi propia pesadilla.
Sí. Solían decirme que era una persona muy extremista.
Coloqué mi mano sobre su hombro lo que hizo que se girara a verme.
—¿Jet? ¿Qué ocurre?
—Eso debería preguntar yo… —murmuré mirándolo con el semblante serio —. ¿Están tus otros amiguitos aquí?
—No, solo yo. Kriss es el mayor de todos nosotros y hoy es su primer día en la universidad de tu pueblo, al igual que Sid, Lis y Kellan —aclaró.
—Ya veo —mascullé aliviado.
Aunque... ¿Por cuánto tiempo se iban a quedar aquí?
—Puedo ver que Kriss no te cae nada bien —puntualizó divertido.
—¿Acaso puedes culparme? —le miré incrédulo.
—Es cierto que es algo arrogante… quizá un poco prepotente…pero… mierda... en realidad no estoy diciendo nada bueno de él, ¿no? —se rió nervioso.
—Porqué no hay nada bueno en él —dije como si fuese obvio.
—No es su culpa —intentó ponerse en su lugar —. Kriss no lo ha tenido muy fácil… Si lo llegas a conocer más, te darás cuenta de lo tan solitario y no tan lleno de confianza que es en verdad.
¿Llegar a conocerlo? No gracias.
Es más, deseaba que nuestro encuentro ayer hubiese sido el único y el último.
Y así debía de ser. Cualquier duda que aún tuviese podría preguntársela a Gerard o a Raine.
Entré a clase junto con Gerard y me senté al lado de Klaus y Clyde como siempre y entonces tan sólo dejé que las horas pasaran.
—¡Hola! Yo soy Gerard Rives —saludó alegremente y con una sonrisa a Klaus y a Clyde.
Mientras que Clyde lo miraba de arriba a abajo con recelo, Klaus optó por estrechar su mano.
—Yo soy Nicholas, aunque aquí todos me llaman Klaus —le saludó de vuelta con una media sonrisa.
—Encantado, Klaus —amplió su sonrisa Gerard.
—Lo mismo digo.
Giré mi mirada a Clyde y pude ver que estaba por morderse las uñas de la ansiedad.
¿Y a este que le pasaba ahora?
—Tío... ¿Te encuentras bien? —le susurré.
—¡No, no estoy bien! —susurró dramáticamente —. ¡Jeeeet! ¡Me han quitado a mi Klaus! —me miró con cara de un niño pequeño que se acababa de caer y se había golpeado la cara contra el suelo.
Joder, que solo le faltaban los mocos.
—Qué exagerado eres —rodé los ojos —. Nadie te ha quitado ni te va a quitar a Klaus. Tú y yo somos sus únicos mejores amigos y eso no cambiará nunca.
—Más le vale a ese tal Gerard —murmuró chasqueando los dientes de rabia.
Por otra parte... la sensación de los ojos plateados de Raine clavados en mí, no desaparecían. Su mirada me intimidaba y ni siquiera sabía si esa era precisamente su intención.
Raine no parecía odiarme… ¿Entonces cual era su problema?
Ah… cuánto quisiera tener en estos momentos su habilidad para leer mentes.
* * *
Me despedí de Klaus y Clyde, los cuales siempre regresaban a casa juntos y busqué por mi cuenta a Raine por el pasillo
—Hey, Raine —lo llamé por su nombre al encontrarlo cerca de las taquillas —. ¿Tienes un minuto?
—¿Qué quieres, Jet? —cuestionó secamente.
Joder.
Insisto…. De verdad que no entendía a este tío.
¿Por qué ayer se preocupaba tanto por mí y ahora me trataba tan cortante?
—Quería… eh… —me empecé a poner nervioso.
—No tengo mucho tiempo que perder, así que si quieres decirme algo que sea rápido —gruñó sin ni siquiera dirigirme la mirada.
¡Joder! ¿Es que todos los vēnātum eran unos putos ariscos de mierda o qué?
Bueno, Gerard al menos no parecía serlo. Hasta le había caído bien a Klaus. Clyde, cómo con todos los que solían hablar con Klaus, mantenía su distancia.
Esta vez fui yo quién lanzó un bufido.
—Era para invitarte a salir.
—¿Me estás pidiendo una cita? —dijo en un tono burlón y con una sonrisa del mismo tipo.
—¡Joder! ¡Una cita, no! Una salida cualquiera —aclaré riéndome nervioso—. Cómo eres nuevo en el pueblo y eso… no te vendría mal hacer una que otra amistad y conocer los lugares a los que ir.
Ese fue el momento en el que la sonrisa burlona de Raine se esfumó de su rostro.
—¿Seguro que es sólo eso? —me miró serio. Demasiado serio y con desconfianza —. Admite más bien que es para sonsacarme información.
Allí me había pillado.
—Es cierto que tenía pensado también sonsacarte información, pero de verdad que quería invitarte por cortesía… y es que también estoy en todo mi derecho… ¿no crees?—bajé la mirada y apreté los puños—. Unos tíos que no son humanos con las pintas más sospechosas del mundo salidos de la nada te arrastran al escenario de tus jodidas pesadillas y te dicen que tú tienes que ver con las muertes de estas mismas, ¿esperas realmente que me quede de brazos cruzados sin hacer nada tras haber escuchado todo eso?
—Suficiente —me interrumpió —. Te creo… acepto tu invitación. Aunque el que terminará de explicarte y aclararte todo será Kriss. Después de todo el es el que sabe más que todos.
Agh. ¿Iba en serio?
Bueno, supongo que iba a tener que encontrarme de nuevo con ese gilipollas y líder arrogante.
Esta vez sí que esperaba que fuese la última…
—Por cierto… no he tenido la oportunidad de decírtelo antes, pero gracias.
—¿Gracias? ¿Porqué?
—Por... ya sabes… por haberme protegido ayer —me llevé una mano a la nuca.
—Oh eso —cayó en la cuenta —. No fue nada —le restó importancia algo avergonzado —. Además no sólo fui yo, Kriss también ayudó.
—Aún así —sonreí —. Gracias.
—Sí, cómo sea —comenzó a adelantarse.
Antes de que se diese la vuelta pude ver que se había ruborizado levemente solo por una mejilla.
No era nada del otro mundo, pero esto confirmaba que no era tan frío como pensaba....
Rodé los ojos y reí levemente ante su comentario y seguidamente aceleré mi paso para caminar a su lado.
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¿Qué creeís que tenga que ver Jet con todo esto? .__.
¿Habéis pensado en algo o os he líado mucho? Jajaja xD
Clyde y Klaus tienen tema pero qué vamos ( ͡° ͜ʖ ͡°) allí hay tensión(?) Superarán su amor-odio juntos o llegará el uke de Gerard y lo estropeará todo(?) Quién sabe, quién sabe ~
Por otra parte... ayuda ._. no me decido .__. me gusta Jet con Raine y Kriss DDD: esto nunca me había pasado(?) -se tira de un puente-