(Narrador Omnisciente)
Cara a cara se encontraban aquellos dos Alfas que deseaban lo mismo en ese momento.
Venganza y ganar.
Tanto Yoongi como Heechul, solo querían la victoria para cada uno. Sin embargo, ambos tenían razones diferentes, que diferenciaba de una venganza justa a una venganza sin justificación alguna.
Heechul solamente quería vengarse de algo que jamás tuvo ni cabeza ni cola, solamente quería vengar el hecho que el antiguo rey haya arrebatado al amor de su vida, aún si jamás la tuvo para él, aún si jamás lucho por ella como debió haberlo hecho. Tomo las estúpidas reglas impuestas por el rey Min Doehyn, como excusa y se aprovechó de muchos rebeldes, aunque los rebeldes ya tenían siglos existiendo, estos jamás se habían proclamado tanto como lo ha hecho desde que Kim Heechul está al mando. El Alfa no tenía una razón justificable para tal acto, estaba armando una guerra que jamás debió existir.
Mientras tanto, Min Yoongi, tenía sus verdaderas razones. Tanto los rebeldes como Heechul, habían osado a causar inumerables problemas y daños al pueblo entero. Un Alfa retó a Yoongi y casi lo mata, se atrevieron a usurpar el palacio y lo que más mantenía en rabia a Yoongi es que se habían atrevido a tocar más de una vez a su Omega, lo habían lastimado, tanto física como emocionalmente, robando la felicidad y la hermosa sonrisa de su rostro, arrebatándole de sus brazos a su pequeño cachorro, algo que Yoongi no tomaría con ninguna tranquilidad. El Alfa si tenía razones muy válidas para atacar a los rebeldes sin importar la fuerza bruta que usen, pero sea como sea, el Alfa estaba dispuesto a sacar a su Omega de aquel horrible lugar esa misma noche.
- ¿De verdad crees que ganarás está absurda guerra Min? - La pregunta de Heechul para Yoongi fue más que estúpida.
- ¿Absurda?, Tú fuiste quién la creo Heechul, por tu avaricia, sed de poder y venganza, acabarás muerto está misma noche, por meterte con quién no debías y tocar a mi Omega y cachorro, terminarás como siempre debiste estar. Muerto.
El Alfa sintió su rostro arder de furia al escuchar la seguridad con la que Yoongi hablaba y claro que no se quedaría callado ni quieto, Heechul quería pelear, pero no sabía que todo su plan armado, está vez no daría resultado.
Yoongi empezaba a sentir satisfacción al ver la ira recorrer cada centímetro del cuerpo de Heechul. Sonrió ladino y no ocultó las enormes ganas que tenía de acabar con aquel maldito Alfa de una vez por todas.
- Das lastima Heechul, asco y lástima - Dijo con verdadero despreció en su voz el peli negro.
- Cállate - Trato de usar su voz de mando sobre Yoongi. Este solo río divertido y siguió provocando a la fiera, justo como quería.
- Dime Heechul, ¿Hubieras querido que Hoseok y yo fuéramos tus hijos Alfas?, Porque tuviste únicamente Omegas y unas que la verdad tienen más agallas que tú - Ese fue un golpe bajo para el Alfa, pues aunque él lo quisiera negar, la realidad es que tenía razón.
Tanto Heize como Suran siempre mostraron un carácter fuerte a pesar de su casta. Aunque él siempre quiso creer que Suran era débil, lo cierto era que la Omega menor tenía mucho más carácter que Heize, y bueno, a Nari no la conocía, pero por lo que sabía, ella sería una Omega muy valiente ante la vida.
Aquellos pensamientos de Heechul lo hicieron enfurecer más, pues él era un Alfa tan machista, misojeno, con poco sentido común y con una mente tan retrógrada y cerebro de maní, que creía que las Omegas debían comportarse como tal y jamás liderar, por eso siempre odio la idea de Jin al frente de Busan.
Claro que aquella capa que dictaba que los consejeros aceptaban y respetaban a los Omegas era eso simplemente. Una capa que oculto siempre la realidad detrás de las verdaderas intenciones de los consejeros de los cuales Heechul era líder.
Heechul estaba a nada de atacar y querer matar a Yoongi con sus propias manos, pero ahora solo sentía impotencia.
La bruja le había dicho justo hacía unos 15 minutos que si llegaba a matar al Alfa líder de Daegu, Jimin moriría inmediatamente y eso ocasionaría la inminente muerte del pequeño Sunoo, pues ya no tendría la conexión de sus padres quien son los que lo mantienen con vida ya que posee la marca de ambos.
Aunque Min Sunoo tenga posibilidad de sobrevivir, eso era algo que la bruja no le dijo al líder de los rebeldes, solamente lo necesario para que acabará con todo o simplemente darse por vencido pero la última no era una opción.
- ¿No que venías a buscar a tu familia? - Preguntó Heechul con tono de burla en su voz.
Yoongi apretó sus puños y trato de controlar sus impulsos también. Él sabía perfectamente que sus dos amores estaban más adentro en ese lugar horrible que por más que buscase encontrar un punto agradable o con luz, era realmente imposible.
- Me llevaré a mi familia y de paso acabaré contigo Heechul. Date por vencido, un simple Alfa impotente como tú jamás logrará liderar todos los reinos, solo mirate, ya eres un vegete que ni siquiera puede controlar a sus propias hijas, ¿Así piensas liderar los tres reinos?
Kim Heechul se dio cuenta que la paciencia no era lo suyo y mucho menos resistir la ira que corría por cada centímetro de su cuerpo. Miro con toda la furia que cargaba a Min. No espero para dar órdenes de atacar y lanzarse al Alfa frente a él que estaba esperando ese momento.
Yoongi solamente sonrió y con ello la guerra entre reinos y rebeldes inicio. Una guerra que bien podía acabar con la victoria o la derrota para Min.
Heechul se transformó rápidamente a su lobo y se lanzó hacia Yoongi, quien logró esquivar al enorme lobo café gracias a sus reflejos. Min no perdió el tiempo y se transformó en un lobo mucho más grande que Heechul, un enorme lobo platinado, con ojos inyectados en furia, está vez era el lobo de Yoongi el que controlaba todo, un lobo que sabía lo que era perder el control de si mismo, pero también de controlarse. Sin embargo, está vez aquel enorme lobo no tenía ninguna intención de controlarse para acabar de una vez por todas con aquel Alfa que había arrebatado a su familia de su lado.
El lobo platinado soltó un rugido tan fuerte que se escuchó hasta la esquina más recóndita de todo aquel bosque. Alertando a un Omega rubio y un pequeño cachorrito que su protector estaba ahí, por ellos y que no los dejaría solos.
El lobo de Heechul aún en contra de su voluntar y luchando por no hacerlo, bajo la mirada, pues un Alfa con sangre azul, un Alfa nacido para liderar y un Alfa con una de las marcas más firmes de todas, lo estaba doblegando y exigiendo que se sometiera a su orden, que se inclinará ante su único rey.
Yoongi en sus adentros río, pues Heechul siempre se creyó un Alfa potente que podía contra todos. Pero jamás fue consciente del poder que poseía como rey. Pero así mismo Yoongi sabía que toda esa valentía no la poseía solo por él mismo, sabía que desde que Sunoo nació, sintió pequeños cambios en su intentior, cambiado que lo hicieron más fuerte, más firme ante todos.
En Min Yoongi había aumentado el poder, la fuerza, el liderazgo y la valentía que necesitaba para acabar con todo aquel problema llamado rebeldes ahora nadie le impediría salvar a su familia.
Kim Heechul empezó a temer cuando notó la cantidad de guardias que entraban por diferentes puntos para acabar con todos los rebeldes, de lugares estratégicos que él suponía nadie conocía más que él mismo y... Kim Suran.
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Un fuerte aullido logró acelerar el corazón de Jimin, quien estaba tomando entre sus brazos a su cachorro nuevamente después de haberse puesto de pie y poder prepararse para salir de ahí.
Jimin elevó la vista rápidamente y sonrió instintivamente, el cachorrito soltó un jadeo suave, indicando que aquel aullido también había penetrado en él de forma positiva.
- Papi Gi, viene por nosotros mi pequeño - Susurró el Omega.
- Vamos Jimin, te están esperando por aquí - Dijo Suran, mientras colocaba una capa de tela sobre el Omega y cubría lo necesario al cachorro en brazos de este mismo.
El Omega observó a Suran hacer lo mismo. Una vez ambos estuvieron fuera de aquella habitación, Jimin pudo observar lo pequeña que era y sobre todo las escasas pertenecías que habían en aquel diminuto lugar. Ignoró el hecho y camino detrás de Suran, quien trataba de no bajar la guardia por ninguna circunstancia.
La Omega abrió la puerta de entrada con sigilo, asomó la cabeza y a los pocos metros pudo observar a un rebelde pelear a muerte con un guardia real. No hizo más que ocultarse y esperar a que aquellos dos desaparecieran.
Una vez el guardia venció al rebelde, está suspiró un poco más tranquila y salió junto a Jimin. El Omega sintió el horrible escalofrío recorrer cada poro de su cuerpo cuando vio y sintió lo desolado y tenebroso de aquel bosque, sin vida, sin aire, sin luz, sin nada.
- E-sto...
- Es horrible Jimin. Aún teniendo 20 años de estar aquí, no me acostumbro - Susurró la Omega.
Suran observaba con detenimiento cada espacio, deseando que ningún rebelde se aparezca frente a ella. Se había logrado deshacer de los que cuidaban la cabaña, pero sabía que no tardarían en regresar más. Y claro que no se equivocó, la chica sintió su sangre congelarse al ver a un grupo de al menos 7 rebeldes con Heize al mando de ellos.
Suran se colocó frente a Jimin, tratando de protegerlo sin importar que. Ella sabía que no podría contra su hermana y aquellos rebeldes, que necesitaba un milagro en ese momento, uno que parecía no querer aparecer por ningún lado.
- ¿A dónde crees que llevas a este hermanita? - Dijo Heize, con evidente burla, pero furia también.
- Quítate Heize, déjalo ir. A ti no te conviene que Jimin este aquí, nuestro padre solo quiere a Sunoo y una vez lo tenga, se deshará de ti y de mi sin dudarlo - Suran no sabía que decía, pero su mente la hacía reaccionar y sus palabras se deslizaban de sus labios son miedo alguno.
Heize apretó fuertemente su mandíbula. Ella sabía que lo que decía Suran era verdad, su padre solamente quería a Sunoo para su tonto y desquiciada venganza y una vez el niño creciera, ellas quedarían de lado. Algo que molesto aún más a Heize y en vez de hacerla entrar en razón, sus pensamientos y deseos fueron otros.
- Entonces no me costará nada deshacerme de ese maldito mocoso, ¿Verdad?
La sangre de Jimin hirvió el colera y aunque llegó a sentir temor. Su lobo reaccionó y empezó a proteger más a su pequeño cachorrito. Su lado protector se hizo presente y gruñó al grupo de idiotas que intentaban hacerle daño, Jimin parecía una pequeña fiera, listo para atacar con uñas y dientes de ser necesario.
- ¿Sacando garras maldito huérfano? - Esa fue la gota que derramó el vaso para Jimin.
El Omega deseo más que nadie lanzarse contra aquella maldita loca que odiaba y lo hubiera hecho, si no estuviera cargando a su cachorro.
- ¿Tanto odio me tienes Heize? - Preguntó Jimin, tratando de alargar el momento para que alguien los salve de lo que llegue a suceder.
- Como no tienes idea maldito estúpido. Te metiste en la vida de Yoongi cuando pude ser su esposa, yo únicamente yo. Ese Alfa es mío, pero tú decidiste aparecer y arruinar todos mis planes y los de mi padre, no sabes cuánto te odio y no me importan los consecuencias, solo quiero acabar contigo de una buena vez.
La rabia, despreció y odio se notaban en la voz de Heize desde que empezó hablar. La Omega tenía enormes deseos de matar a Jimin y al cachorro y no le importaba recibir el odio de su padre después, pero ella estaba dispuesta a deshacerse de Jimin a como diera lugar.
- No es tuyo Heize, ese Alfa no te pertenece y aunque yo no hubiera aparecido, él jamás se hubiera fijado en ti y mucho menos se hubiera enamorado de una arrastrada poca cosa como tú. Una maldita y estúpida niña consentida y odiosa.
Heize no resistió la ira que se estaba apoderando de ella. En cualquier segundo se lanzaría al Omega sin importarle nada y claro que ese era su objetivo, no le importaba llevarse a su propia hermana en el camino, ella solo quería acabar con el que según ella, siempre fue el problema de sus planes.
- Mide tus palabras Jimin, porque esto podría acabar mal y el más perjudicado de todos será ese maldito bastardo que cargas. No dudaría que ese mocoso no es de mi Yoonnie y es del estúpido de su hermano menor.
Jimin en ese momento quiso matar a la Omega por semejante disparate que estaba diciendo. ¿Cómo si quiera se le podía cruzar por la mente una estupidez como aquella?, ¿Es que Heize no sabía lo que era humillarse a sí misma y además escucharse a la hora de decir una sarta de idioteces?
- ¿Te estás escuchando estúpida?, ¿Es que tienes mierda en la cabeza Heize? - Preguntó un incrédulo Jimin - Además, mi cachorro no es ningún bastardo, que tú lo seas no es mi problema.
- ¡Yo no soy ninguna bastarda!
- Mi padre me quiere más a mi que ti Heize, ¿Qué te hace creer que la bastarda no eres tú?, Si jamás conociste a tu madre.
Entonces Heize no resistió más y se lanzó sobre su hermana. Los rebeldes que estaban tras ella estuvieron a punto de acercarse a Jimin y llevarlo con ellos. Sin embargo varios guardias del reino aparecieron en ese momento y lo protegieron, matando a todo aquel rebelde cerca de su rey. Jimin suspiró aliviado al ver que no tenía amenaza cerca.
Mientras Suran al ver a la cantidad de guardias reales, optó por salir corriendo de ahí. Suran no logro alcanzarla y no es que quiera dejarla escapar, pero su prioridad era mantener con vida a Jimin y sacarlo de ahí.
- Vamos Jimin, no tenemos tiempo que perder - La Omega se puso detrás de Jimin.
Mientras los guardias seguían luchando con los rebeldes que se acercaban, impidiendo que se acercarán a su rey. Suran caminaba rápido, detrás de un Jimin que no pensaba parar, él era guiado por la Omega para salir de ahí.
- Falta poco - Anunció Suran.
Jimin no sabía que tan poco podía ser. De pronto su pecho dolió, sintió una horrible corazonada, algo no estaba bien, algo no saldría bien y su lobo e instintos le estaban anunciando sobre ello, aún así Jimin trato de confiar en que su Alfa estaría bien y que debía poner a salvo a su cahorro.
El Omega vió el camino cada vez más claro, uno en el cual se empezaba a ver el claro azul del cielo, que anunciaba una pronta mañana más asomar. Jimin sonrió y siguió caminando, sintiendo a Suran cerca de él, estaría bien, ese era el pensamiento de Jimin, que su pequeña familia estarían bien y que todo aquello estaba por terminar.
Entonces fue cuando lograron salir. Ambos Omegas soltaron un suspiró de alivio, libertad, un suspiro que los hizo sentir bien. Estaban casi sobre una colina, se podía ver las montanas, árboles muy pequeños desde la altura en que se encontraban, la neblina haciéndose a un lado, para dar paso a una hermosa mañana, el sol despertando y dando brillo con sus rayos a todo el pueblo de Daegu.
Suran sonrió.
Una sonrisa de emoción, felicidad, libertad y una que había ansiado sentir sinceramente hacía años, quizá toda su vida. La Omega por fin estaba presenciando la luz del sol, una mañana clara y hermosa, dejando a un lado toda neblina, oscuridad y soledad.
- Es... Hermoso - Susurró la Omega.
Jimin la volteó a ver y asintió muy sonriente a la Omega que tanto le había ayudado en todo momento. Sin embargo esa sonrisa desapareció cuando Heize apareció detrás de ellos, apuntando directo con un arma de los guardias quizá, directo hasta Jimin.
Suran presenció como la sonrisa de Jimin iba desapareciendo y como el aroma de su hermana se hacia presente. La Omega dio media vuelta y con terror vio a su hermana, no dudó en ponerse frente a Jimin y cubrirlo con su cuerpo.
- Heize... No vayas a cometer una idiotez, ¿Quieres?
- ¿Idiotez?, ¿Yo?, Pero hermanita, yo todo lo hago bien, ¿Sabes?, Soy perfecta, nada puede salir mal. Solo lo mato y consuelo a mi Alfa, él se quedará conmigo, seremos felices y tendremos muchos cachorritos que si serán legítimos y los únicos herederos del reino.
- Estás loca - Dijo Jimin. Viendo con asco y odio a la Omega que decía una cantidad de idioteces, peores que ella misma.
- ¡Cállate! - Grito con furia en sus ojos la Omega - Tú sigues vivo y para lograr mi plan debes morir - Sonrió con malicia la mayor.
- Heize, baja eso por favor, podemos hablar tranquilas, como hermanas, pero no cometas un error...
- Error fuiste tú y si no te quitas no me importará matarte en este momento - Suran fue consciente que su hermana no entraría en razón y por ello no le importaba arriesgar su propia vida con tal de proteger la de Jimin.
Así que tomo una decisión que podría ser la mejor o bien... La peor decisión de todas.
No dudó el tirarse hasta donde estaba su hermana y tomar la mano donde sostenía el arma y elevarla, a modo que no apuntará hacía Jimin. Sin embargo, Heize no dudó en reaccionar y defenderse también. Ambas forcejeaban una con la otra, queriendo tomar aquella arma, con intenciones difentes, una de matar y la otra de defender.
Entonces un ensordecedor disparo se escuchó en aquella zona un poco desolada, un fuerte ruido que espanto hasta el último pájaro en sus nidos. Un solo disparo que empezaría a causar la lenta muerte de uno de los presentes.
Un grito aterrador, un cuerpo cayendo y el otro en shock. Aquella hermosa y brillante mañana, empezaba a oscurecer y un manto de lluvia hacía sobre aquellos que presenciaron el fatídico momento, mientras una persona trataba de hacer reaccionar a la otra.
¿Qué más podía suceder en aquellos que solo querían ser felices?
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
En verdad esperó que haya sido de su agrado. Lamento los errores ortográficos, si algo no tiene sentido o algún otro detalle.
¿A quien creen que haya alcanzado esa bala?👀
Quiero aclarar mis chiquillos que si existen las pistolas en esa época xd es porque quise jaja okno, bueno, la dirá surgió de la nada, quise añadirlo sin importar la época, así que imagínenselo cómo ustedes gusten.
Para los que leen "Una rosa dentro de un cristal"🌹 lamento la inactividad, prometo regresar pronto con buenos capítulos.
Me he concentrado mucho en El Omega de la mafia que ya casi llegamos a los 108 y en esta historia, que estoy a cinco capítulos por escribir y acabarla 🥺
Espero como siempre de su comprensión mis chiquillos bellos.
¡Nos leemos pronto!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gusto el capítulo ⭐