—¿Me vas a decir qué pasó en el Ikarus?
—Uy el weón porfiao', N A D A.
Jin llevaba interrogándome toda la semana respecto a porqué la actitud de Jungkook y mía al bajar del juego el sábado, pero por más que le repitiera que no había pasado nada, no me quería creer.
—De hecho, ni siquiera pesqué a tu hermano cuando me quiso hablar —Agregué.
Y en realidad lo que le estaba diciendo no era del todo mentira.
Después de que pasara el cabro asegurando las puertas del juego y este empezó a subir, Jungkook me trató de sacar conversa con algo de lo que ya ni me acuerdo porque realmente no lo pesqué, estaba más ocupado concentrándome en no recordar "ese" momento pero, aunque lo intenté, no lo pude evitar.
—♡—
—Jimin y Jungkook juntos —Nos empujó Jin cuando ya nos tocaba subir al Ikarus.
—Pero, oye- —El weón se había dado cuenta hace rato de que me gustaba su hermano, por lo que cuando se lo confesé hace unos meses, muerto de vergüenza, sólo se puso a gritar que tenía razón y a decir que sería nuestro Cupido, y hasta ahora lo estaba cumpliendo de forma demasiado evidente, pero no me quejaba si eso me asegura más tiempo junto a Jungkook.
—Vamos, Mimi, ¿o te da miedo quedarte sólo conmigo? —Me hizo 1313 a modo de webeo.
Ahí estaba de nuevo, su sonrisa coqueta y ese apodo que sólo él me tenía porque "quería decirme de una forma especial, que nadie le copiara", haciendo que el zoológico en mi guata se fuera a la chucha, más aún si me agarraba de la manito, como ahora estaba haciendo para guiarme al juego mientras yo seguía en modo convulsión interna.
Me subí delante de él, entre sus piernas, mirando fijamente al frente porque mientras mi esófago jugaba a la pinta con mi vejiga, yo me ponía cada vez más rojo pichula de perro.
—Mantengan las extremidades al interior de la cabina, por favor —Pidió el niño de Fantasilandia asegurando la puerta, antes de que el juego empezara a subir.
Tenía esta sensación en el pecho de que era el momento de confesarme. Sí jungkook era el padre, que me hiciera la cruz en la frente con el pi-
Noo, ¿quién dijo eso?
Fuera pensamientos de pánico.
Respiré profundo. Jungkook hablaba y hablaba de lo bacán que se veían las luces de los juegos desde aquí arriba, y yo sólo asentía y soltaba monosílabos de vez en cuando para que no se diera cuenta de que en mi cabeza estaba casi haciendo una lista de los pros y contras que había si le decía mis sentimientos.
¿Y si no siente lo mismo y cago la amistad? ya pero, tampoco puedo guardármelo por siempre, ¿o sí?, no tienen pinta de querer desaparecer en harto tiempo.
—Mimi, ¿pasa algo? —Jungkook se apegó a mi para que lo pescara.
—¿Ah? —No alcancé a pensar en una respuesta que me dejara menos como weón.
—Estái como ido —Se río, alborotándome el zoológico otra vez— ¿En que pensai?
—Ehh... —Ya conchetumare, es ahora o nunca, si no se lo digo, en algún momento se me va a salir igual— Es que... tengo que decirte algo.
Dejó de reírse para mirarme preocupado, trató de acomodarse para verme a la cara, pero yo seguía con el cuerpo fijo hacia el frente, mirándolo de reojo para apreciar sus expresiones.
—¿Todo bien?, ¿pasó algo? —Se acercó un poco más, si es que era posible, porque tenía su pecho pegado a mi espalda.
¿Me haríai el favor de dejar de ser tan lindo? conchetumare.
—Nono, tranquilo —Me reí nervioso— Sólo que... agh —Tomé aire disimuladamente— No quiero que esto arruine nuestra amistad, ¿bueno?, y tampoco quiero que se vuelva algo incómodo con los cabros...
—¿Mimi? —Me interrumpió.
—Déjame terminar po —Lo reté, con el corazón en la mano. Él sólo se rió casi tan nervioso como yo, y asintió— Pasa que me di cuenta hace un poco de tiempo, no tan poco, que me gustai... o sea, agh, sí, me gustas, y entiendo que no sintai lo mismo, de verdad, pero yo sentía que si no te lo decía iba a explotar, entonces sólo no me empecí a tratar de forma distinta por-
—Oye, oye —Volvió a interrumpirme, riéndose suavecito.
¿Te estai riendo de mí, culiao? ah, se re alteraba jaja, quiero llorar.
—¿Mhm?
—Mírame —Pidió, pero yo negué con la cabeza— Mimi, mírame —Me tomó del mentón, casi como una invitación.
Levanté la cabeza lento, haciendo lo que me había pedido.
Tenía una expresión que no podía descifrar, pero estaba sonriendo, y riéndose bajo.
No me decía nada, y yo tampoco podía hablar.
Supongo que aquí, a muchos metros de altura y donde nadie podía vernos me sentí seguro para decirle, pero ahora me arrepiento de haber elegido un lugar en el cual no podía salir corriendo a ningún lado para esconderme.
—¿Cuándo dije yo que no sentía lo mismo? —Rompió el silencio, sacándome de mis pensamientos.
—¿Cómo? —¿Qué?, si antes ya estaba rojo, ahora tranquilamente podía pasar por la bandera comunista.
—Que también me gustai Mimi, hace mucho —Levanté la cabeza para verlo mejor, y asegurarme de que no me estuviera webeando. Pero no, estaba sonriendo tanto que sus ojos parecían medialunas, y aún así se notaba que lo decía en serio.
—Ah —Fue lo único que le pude decir.
Espérame un poquito, estoy entrando en pánico.
Se empezó a reír más fuerte, sin dejar de mirarme.
—Estai rojito —Se siguió riendo, mientras negaba con la cabeza.
—Cáallate —Le reclamé, pero ya no estaba nervioso, ahora me reía porque sentía el pecho calentito.
Me quedó mirando un rato más en silencio, y cuando al fin pude dejar de reír, hice lo mismo.
Le brillaban los ojos, estaba seguro de que a mi igual.
No sé cuánto tiempo estuvimos sin decir nada. Sólo sé que cuando el juego llegó a lo más alto, Jungkook se había acercado lo suficientemente a mi como para que nuestras respiraciones se mezclaran, y antes de que pudiera decir algo que cagara el momento, terminó con la distancia juntando nuestros labios.
Al principio fue solo un piquito, largo, y cuando pude acostumbrarme a todo lo que estaba pasando en mi guata me alejé un poco, menos de un segundo, para después acercarme otra vez, ahora a darle un beso de verdad.
Esa noche me subí al juego cagao de miedo, y salí sintiéndome la persona más valiente del mundo.
—♡—
Me toqué la cara, la tenía caliente y probablemente roja, tal como el sábado debido al mismo recuerdo.
Miré a Jin de reojo rogando que no se hubiera dado cuenta, pero él, que se había quedado un par de metros atrás, estaba pegado sapeando algo por la puerta entreabierta del gimnasio.
—¿Qué weá estai haciendo? —Me acerqué para poder ver también, porque si hay algo que tenemos en común, es el alma de vieja copuchenta.
—Shh —Me siseó, sin alejar la mirada ni por un segundo de ese punto fijo.
Cuando me acomode para cachar que pasaba entendí porqué tanto interés y sorpresa por parte del presi.
—Conchetumare —Murmuré aguantándome la risa por la confusión.
—Nunca más vamos a Fantasilandia —Sentenció.
Yoongi;
—No pero- mira... —Saqué mis manos de la
cintura de Taehyung para pedirle el balón. Él me lo entregó rápido, como si le estuviera haciendo un favor al quitárselo.
Hasta el momento había entendido todo bien, pero no había forma de que encestara, porque empujaba el balón envés de lanzarlo.
Me acomodé en el lugar donde él estaba, el cual había marcado con una X de scotch que había tenido que ir a conseguirme con las tías de kínder, y puse los brazos como él debería hacerlo para que viera.
Asintió como si ya hubiese entendido, pero cuando tuvo que lanzar otra vez, volvió a caer afuera.
—Estoy seguro de que estái pensando hasta en la fuerza con la que tení que mover los brazos para que el balón caiga en la canasta —Lo reté, aguantándome la risa.
Si algo había aprendido en este par de horas, era que Taehyung es aún más cuadrado de lo que pensaba, en el sentido de técnico y mateo.
—Un poco sí —Admitió resignado, acomodándose otra vez para volver a intentarlo.
—Espera —Me acerqué para tomarlo por la cintura otra vez y así corregir la dirección de su cuerpo y ponerle los brazos como deberían ir— Mira la canasta y pon el balón en posición —Le ordené— Ahora, cierra los ojos y respira profundo, no pienses tanto, solo quédate con la imagen de la canasta que tenías —Di unos pasos hacia atrás para que no fuera a darme un cornete cuando tratara de lanzar— Lanza.
Cayó adentro.
Tae abrió los ojos para comprobar, y cuando vió donde estaba el balón me sonrió sorprendido, como si no creyera que eso lo hubiese hecho él.
—Fui yo —Aseguró, sin dejar de sonreír.
—BIEN CONCHETUMARE —Me tiré arriba suyo sin pensarlo, aún sin saber si quería abrazarlo o tirarlo al suelo por la cantidad de veces que lo había intentado sin éxito. Estaba a nada de patearle las canillas.
Mi peso hizo que se desestabilizara un poco, pero es mucho más alto que yo, así que estamos bien.
Su mirada viajaba entre mi y el balón, mientras yo lo apretaba cada vez más fuerte del puro orgullo.
—Ni Troy me hubiese enseñado tan bien —Se empezó a reír.
—¿Y ese quién es? —Me alejé de él cuando tuve noción de que estábamos demasiado cerca. Wácala.
—¿Cómo que quién? —Abrió los ojos, dejando de reír en seco. Me encogí de hombros para que viera que no lo estaba webeando— ¿El de High School Musical?, ¿T de Troy? —Volvió a preguntar, incrédulo. Negué con la cabeza, ni la más cochina idea de quién era— Corre las clases de fotografía, la cultura va primero, vamos a ver la trilogía mañana en mi casa, y no acepto un "no" por respuesta —Sentenció indignado.
—¿Acepto? —Respondí confundido, ¿tenía otra opción?.
—Si agarramos vuelo en una de esas terminamos viendo Camp Rock, e incluso Descendientes.
—No sé de qué chucha me estái hablando —Me quejé, cagao de la risa.
—¡Es que no podí no cachar!, ¡tratan sobre basket! —Captó mi atención— ... y teatro, y es un musical —La perdió. Parece que cachó mi cara de desagrado porque negó rápido con la cabeza— Ya dije que no aceptaba un no.
—¿De verdad las querí ver conmigo? —Cuestioné a punto de ponerme a hacer maña como cabro chico.
—Sí, pero mañana; ahora quiero ir al Sushi Kolor —Tomó su mochila del suelo y se la colgó en ambos hombros— ¿Vamos?
—DALE —A mi me dicen comida y voy de hocico.
Tomé mi mochila y corrí a buscar el balón.
Igual se pasó bien, si el cabro no es tan desagradable.
Jimin;
Después de un rato sapeando a Yoongi y Taehyung, a Jin le llegó un mensaje del grupo del consejo recordándole que debía quedarse a ver unas cosas, así que más enojao que la chucha porque se iba a quedar a medio cahuin, se despidió de mi con un beso en la frente y partió a cumplir sus responsabilidades como presi de curso.
Hoseok se había ido rápido a ayudar a sus profes de la academia con unas clases, y ya que el Capi probablemente siguiera con Tae, me iba a tener que ir a tomar la micro solo, solín, solito.
Tampoco me quejaba, si salía por la parte de atrás el paradero estaba a un par de metros no más, pero me dio hambre, así que decidí mejor irme a la Inter y comprarme un completo o alguna weá en el Doggis.
Me debatí mentalmente un rato entre sí irme por Gran Avenida o por Los Morros, de todas formas iba a llegar igual a mi destino, y el gimnasio estaba a la misma distancia de ambas salidas. Terminé decidiéndome por la segunda opción, así podía irme tranquilo pisando hojitas secas sin que nadie me mirara raro, porque casi nunca hay gente.
Atravesé el portón verde y saboreé mi ansiada libertad... de tres días.
La época de pruebas finales en el colegio era la peor weá que podría haberme pasado. Una prueba de como mil preguntas en cada una de las materias, que equivale al 30% del promedio final.
Aquí hay dos opciones: o te rascai las weas todo el año y pasai de pura cuea estudiando para tener un azul en esas pruebas, o te esforzai todo el año y las pruebas te bajan todo el promedio, porque jamás se ha visto en la historia de este colegio culiao una persona a quien las EDAs le suban las notas. De puro pensar en que empiezan en una semana me estreso.
Mmm, se me antoja un tiro en la frente.
—Oye, Jimin —Jungkook apareció de quien sabe dónde, saludándome con la respiración agitada y su sonrisa habitual— Te vi desde el líder, ¿vai a la inter? —Preguntó acomodándose la mochila.
—Sí —Respondí pesao, empezando a caminar otra vez.
—¿Te molesta si me voy contigo? —Volvió a preguntar, caminando a mi lado aunque no hubiese respondido.
—Sí, me molesta —Lo miré de reojo, se quería reír.
—Tan sincero como siempre —Pasó uno de sus brazos por mis hombros.
—Uno de los dos tiene que serlo, ¿o no? —Me desquité, moviéndome bruscamente para que no me tocara.
Pude notar como su cuerpo se tensó, por lo que dejó de caminar.
Si la cago me avisan jaja.
No, que me voy a andar preocupando por weones yo, si es la verdad, nadie lo mandó a decirme que le gustaba cuando no era verdad.
Igual ya lo superé.
Pensé que iba a dejarme solo para poder seguir tranquilo, pero no fue así. Me tomó de la mano y me tiró hacia él. Alcancé a parar antes de chocar contra su pecho, así que subí la cabeza para mirarlo, enojado.
—¿Por qué me ignorai? —Me sonrió, como si le divirtiera la situación.
Siempre supo leerme muy bien; tenía claro que ahora estaba nervioso, gil conchetumare.
—¿Te parece poco la forma en que terminaste conmigo? —Le recordé, levantando las cejas. No me iba a dejar intimidar por su cercanía, aunque estuviera al borde de una taquicardia.
—¿Seguro que es eso? —Se acercó un poco más. SALE, FÚCHILA— ¿O es por lo qué pasó el sábado? —Pasó su pulgar por mi labio inferior, sin cortar el contacto visual.
Estábamos en una guerra fría por ver quién era el primero en alejarse, y definitivamente no iba a ser yo.
—No tiene nada que ver, eso no fue nada —Chasqueé la lengua, restándole importancia.
—¿En serio? —Hizo un puchero— Entonces repitámoslo —Cambió su expresión por una sonrisa inocente, y lo que más me enojaba es que se nota que es sincera.
Acercó su cara un poco más a la mía, casi como tanteando terreno.
Bueno, quizá sí le mentí a Jin, pero fue una mentira chiquitita, mínima, minúscula.
Estaba cerrando los ojos cuando caí en cuenta de lo que estaba a punto de pasar.
—Nada pasó ese día, y nada va a pasar ahora —Reaccioné, y me di la vuelta para seguir caminando.
Escuché como se reía con ternura. Desesperante culiao, me caís mal.
Giré la cabeza por sobre mi hombro, sólo para comprobar que se había quedado en el mismo lugar donde lo dejé.
Ya, si igual me da pena.
Le hice una mueca, como diciéndole que se apurara. Me sonrió dejando a la vista sus paletas de conejo, y corrió hacia mi.
Esa dualidad de mierda que tiene, de pasar de un coqueto culiao a un cabro chico, es tan atrayente que me desespera. Todo en él me desespera.
—¿Te acordai la primera vez que vinimos al mall chino sin los cabros? —Miró el edifico con nostalgia.
"Sí, esa vez te retaron por haberte puesto a tocar "la cucaracha" en un xilófono."
—No.
—Ah —Su labio inferior se transformó en un puchero.
Supongo que entendió que no quería hablar, porque no dijo nada más. Sólo caminó a mi lado en silencio, mirándome de reojo de vez en cuando; lo mismo que yo hacía con él.
Quizá si no hubiera reaccionado hace un rato ahora estaría arrepintiéndome. Y quizá, si el cabro de Fantasilandia no hubiese abierto la puerta del juego el sábado, interrumpiendo en el momento justo, ahora también me estaría arrepintiendo, porque hubiese besado a Jungkook sólo por el impulso y el recuerdo.
—╰(*' ︶ '*)╯—
Hola hola hola, ¿qué Talca?, ¿cómo les baila? ah ksksksk.
¿Me extrañaron?, ¿les gustó el capítulo?, ¿qué creen que va a pasar de ahora en adelante?, ¿alguna teoría?.
Según yo, había actualizado hace como dos semanas, y estaba joya, hasta que alguien me dijo: "ya va más de un mes" y quedé- así que aquí estoy ksksksks.
Pido perdón por la demora, quiérame así.
Eso es todo bbs, sí les gustó por favor voten y comenten, que me hace muy feliz, y al ven algún error, avísenme, porque no sé si lo revisé tan bien ksksks 😭.
Les amo, besitos, muak 💖.