Inked Knockout

By SandyDayDreamer

175K 14.6K 19.5K

Una noche con amigas, un desvío, un callejón solitario. Un plan genial, ¿no? Por si fuera poco con la desastr... More

2.- Reina de corazones
3.- Adivinanzas
4.- Un pasito atrás
5.- X
6.- Abierto hasta... ¿el amanecer?
7.- Switch Stance
8.- Tíos malos; encuentros peores
9.- De boca en boca y tiro porque me toca
10.- Proposiciones (in)decentes.
11.- Sparring
12.- Juicio y Sentencia
13.- El poder de Rosita
14.- Promesas de tinta roja.
15.- Side Control.
16.- Ley de Gravitación Universal.
17.- Creciente menguante.
18.- Ensoñaciones.
19.- Jab
20.- Encuentros en la tercera clase.
21.- De treinta a cuatro mil ochenta.
22.- Rendición.
23.- Takedown.
24.- Dos a dos.
25.- Muros, paredes y grietas.
26.- Déjame entrar.
27.- Half guard.
28.- ¿Pasado o presente?

1.- Cavernícolas y Soju.

17.6K 764 810
By SandyDayDreamer

El teléfono suena otra vez, parece como si no se fuera a cansar nunca de intentar dar conmigo; creía que había dejado las cosas claras y el tema cerrado, pero a lo mejor estaba pecando de optimista. Con este chico las cosas nunca fueron fáciles, ¿por qué iba a esperar que la ruptura lo sea?

Su tenacidad me gustaba, pero ahora me resulta más bien agobiante... De todas formas, esta no es noche para pensar en él, en nuestra separación o en nada deprimente en general; hoy es noche de chicas.

—¡No, no, no! —escucho quejarse a Hye—. Es que si las opciones son ir a comer al sitio de barbacoa o al restaurante de la puñalada en el riñón, elijo la barbacoa; ¡que todas no estamos igual de forradas que tú, Misu! Sonje, apóyame.

—Estoy completamente de acuerdo. —La verdad: no sé si lo estoy porque me da igual donde sea con tal de hincharme a comer... y a soju; a esto último sobre todo.

—Lo que queráis, entonces, me da igual... solo quiero comeeeer —acaba cediendo Misu; si es que es una blanda.

El ambiente está cargadito aquí en Itaewon a estas horas. Por culpa mía (que he salido a las tantas del curro), se nos ha hecho tarde, y parece que todo Seúl está abarrotando la misma calle por la que pasamos. Yo me agarro a la chaqueta de Misu, porque si no acabaré perdida como siempre; se me hace insoportable tener a tanta gente alrededor.

—¡Izquierda, izquierda, que está todo petado! —grita Hye, encabezando la marcha.

Mientras los cuerpos de los extraños se me pegan por todas partes, empiezo a ver algo de luz al final del túnel cuando nos colamos por un callejón de esos llenos de cables, oscuros y tétricos de narices.

—Este sitio me da mal rollo —murmuro, todavía agarrada a Misu aunque no haga falta realmente. Supongo que es el cague, que me hace agarrar a mi amiga más pequeñita y adorable para hacerme sentir segura.

—Pero si este es tu estilo completamente, Sonie —me pincha Hye con malicia, mirándome por encima del hombro mientras continúa cruzando por estos callejones clónicos—. Todo está oscuro, no hay ni un alma... con suerte nos cruzamos con algún vampiro y todo.

—Qué graciosa —masco encogida.

Qué sí, que mis pintas pueden decir que soy una tía de lo más chunga, pero la realidad es que, por mucho que aparente, soy una cagada con nada mínimamente siniestro. Y estos callejones vacíos en los que tenemos que pasar en fila india, en completo silencio, me dan escalofríos. Parece irreal que un sitio tan aislado y solitario esté en medio de uno de los barrios con más movimiento de la capital.

—Venga, vamos a salir ya a una calle principal —apremio a Hye, que sigue su marcha volviendo a torcer a la izquierda.

—Si supiera cómo salir de aquí, pues todavía... ¿Cuántas veces hemos girado?

—A mí no me mires, yo te iba siguiendo —exhala Misu.

—A ti mejor ni te pregunto, ¿no? —cuestiona mi amiga, mirándome de soslayo en su marcha.

—¿No sabes cómo volver? —Hye niega con la cabeza, y juro que estoy a puntito de tirarle una lata de refresco vacía de las que abarrotan el suelo directamente a la cabeza—. Poned el gps, por favor, que no quiero seguir dando vueltas.

Hye para por fin de andar, dando un suspiro de pura exhasperación, y saca su móvil para hacerme caso y sacarnos de este puto sitio. Y mientras lo mira, el mío vuelve a sonar. Por la mirada que Misu me echa, sé que sabe quién me llama, y también me hace saber que está completamente de acuerdo con que no conteste.

Mi "novio"... Bueno, ahora mi "ex", es de esa clase de tíos de los que conviene mantenerse bieeeen lejos si no quieres volver a caer en sus garras. No es que me arrepienta de haber estado con él; este año que hemos sido "pareja" ha sido increíble... Los besos, las caricias, las escapadas, las peleas, las noches interminables de sexo... Joder, el sexo, sí... ya no voy a poder volver a hacerlo con él, qué desgracia.

A lo mejor no es una buena idea eso de "separarnos".

Si cuando te refieres a una relación, a una separación y a considerar a un chico como tu novio, tienes que poner comillas todo el rato en tu mente, mala cosa. Y lo digo porque en realidad nunca hemos hablado de que fueramos pareja en el sentido estricto de la palabra; él es así: nada de ataduras, nada de compromisos, nada de asegurarme fidelidad ni esa clase de rollos. Le conocí siendo así, y tampoco pensaba que pudiera cambiarle, el problema es que mis sentimientos sí que cambiaron de la noche a la mañana, y cuando le dije el primer te quiero sin contestación... supe que la cosa no iba a mejorar.

Muchos te quiero genuinos salieron de mis labios después de eso, pero nunca recibí nada. En ese entonces me eché mucha mierda a los hombros, reprochándome cosas como que él no tenía por qué contestarlos, que a él no le gustaban esas pasteladas y yo le estaba obligando indirectamente a decir algo que no quería decir, o que, sencillamente, no sentía. Ni siquiera le conté esto a mis amigas, porque sabía lo que me iban a decir: "déjale", "no quedes más con él", "no te lo tires más...", entre otras.

Pero el mazazo definitivo no llegó por un te quiero no correspondido, por una llamada sin contestación, o por una de esas numerosas veces en las que desaparecía sin dar señales de vida durante semanas, llegó una noche cualquiera, una como esta misma; una en la que salí a con mis compañeros de trabajo y le vi comiéndole la oreja a otra tía que se sentaba en sus piernas y que le sobaba el paquete como si tuviera oro ahí escondido.

Supongo que en ese momento entendí (de la peor manera posible) por qué Yoongi nunca me dijo que me quería.

—Estamos cerca de la calle principal, ansias, que eres una ansias —masculla Hye, clavando sus afilados ojos de gata directamente en los míos.

—Pues sácanos de aquí, capulla, ¿a qué esperas? —masco, agarrándome a Misu con más fuerza.

—Espero a que el gps se aclare y me enseñe la flechita —mientras habla, mueve su teléfono en todas direcciones, supongo que intentando encontrar hacia dónde está la calle principal.

Si por lo menos hubiera un par de callejones delante, podríamos jugárnosla mientras el gps se decide y tirar a la izquierda o a la derecha sin más, pero es que el camino se ramifica en cuatro callejones, más desde el que venimos, lo que nos deja con cinco calles exactamente iguales y con la peor pinta del mundo.

Hay muchísimas puertas, y el aire está enrarecido aquí; la razón es que los conductos de ventilación y los aparatos de aire acondicionado tamaño industrial están todos pegados a los muros de los callejones. Seguro que están en esta parte para no joder la estética de las calles principales, pero esta "cara b" de Itaewon es feísima y sucia.

Las puertas están viejas y desconchadas, y algunas están incluso sujetas simplemente por cadenas, ni siquiera hay cerrojos en los ojales dónde deberían estar los pomos. Sería bastante fácil entrar a robar en alguna... Cosa que por supuesto no pienso hacer, era solo un apunte.

—¿Qué está pasando ahí? —murmura Misu, que lleva callada todo este rato mirando a la nada. Aunque me doy cuenta de que no era la nada lo que miraba cuando, de una puerta situada en el segundo callejón por la izquierda, veo a dos tíos uno al lado del otro, hablando con un gigantesco portero que se cruza de brazos.

Parece un guarda de seguridad, pero eso no tiene pinta de ser una discoteca. O puede que sí, no sé... Es solo que no me parece la mejor estrategia comercial del mundo tener una discoteca en un callejón apestoso y alejado, pero ¿quién soy yo para juzgar su modelo de negocio?

—No sé, a lo mejor están comprando droga, ¿les preguntamos? —bromea Hye, visualizando la escena.

—El gps, céntrate —masco, dándole un manotazo en el hombro para que nos diga cómo salir.

Mi amiga vuelve a bajar la cabeza y sigue moviendo el brazo, alzándolo y todo para coger señal... y mientras lo hace, Misu y yo miramos disimuladamente al grupito que charla en la distancia. La verdad es que espero que, de aquí a nada, alguna bolsita transparente aparezca del bolsillo del tío grande que custodia la puerta, pero solo siguen charlando... ¿o negociando?

Uno de los que está frente a la puerta gesticula mucho, pero el tío grande solo niega una y otra vez con la cabeza. Así se llevan un buen rato, hasta que Hye nos dice que tenemos que seguir justamente por el callejón donde están esos extraños. Si tengo que ser completamente honesta, creo que lo hace solo para cotillear; pero no voy a ser yo la que se lo reproche, porque solo quiero salir de aquí, sea pasando por ese callejón o en globo aerostático, así que sigo el caminar de mis amigas sin soltar una sola queja de las que se me pasan por la cabeza.

Todas nos mantenemos calladas, y la conversación que antes estaba demasiado lejos como para poder oír, empieza a ser perfectamente entendible.

—Solo faltan diez mil wons... ¿Hemos venido hasta aquí y no nos vas a dejar pasar por diez mil míseros wons?

—Es lo que hay, chico, no te pongas más pesado —responde el de la puerta.

—Venga, tío, ya le has oído: no nos va a dejar pasar. Vámonos de una vez —le ruega el otro a su amigo, que no se mueve un palmo de su posición.

Este callejón es ligeramente más ancho, lo que nos permite pasar por detrás de los chicos sin tener que estorbarles, y podríamos haber dejado esta escena atrás hace unos segundos de no ser porque la cabrona de Hye parece haber disminuido su paso hasta el nivel de un caracol senil. Misu no se queja, claro, porque también está pegando la oreja. Pero yo, que estoy la última, empiezo a impacientarme por lo insanamente cotillas que son mis amigas. ¿Qué más les dará lo que esté pasando ahí? ¡Lo importante es la cena! A este paso nos veo comiendo ramen en un seven eleven...

Un estruendo horrible capta mi atención un poco después de chocarme contra la espalda de Misu, que se ha parado en seco. Pillo al momento que Hye también ha parado de caminar, y ambas abren la boca con horror en dirección a la puerta. Me veo obligada a mirar qué coño ha pasado, y me encuentro con que un par de tíos tiran a otro fuera de ese local.

Lo típico de una noche de borrachera, ¿no? Alguien se pasa más de la cuenta bebiendo y lo tienen que echar a patadas; vaya, el pan nuestro de cada fin de semana en Itaewon. Pues no. Al menos, lo que no es normal ni corriente es que el tío que echan en este momento tiene la ropa rota y sangre hasta en las cejas.

Cuando le miro se me copia la expresión de horror de mis amigas, o lo hace hasta que todos los allí reunidos nos observan a la vez. Coño... estamos muertas. Si es que sabía que estos callejones no tienen nada de bueno, joder, si es que lo he dicho, si es que después me llaman exagerada...

Para añadirle un tinte todavía más siniestro a todo esto (cosa que no hacía falta; bastante acojonada estoy ya), se escucha una canción electrónica —de la típica que ponen en los locales ilegales donde la gente va a drogarse y a hacer orgías o qué sé yo—, viniendo desde dentro a todo volumen. Hace unos segundos no se escuchaba, lo que me da a entender que deben haber abierto alguna puerta dentro que no podíamos ver... y también que ese local debe estar insonorizado de puta madre.

—¿Queréis entrar, preciosas? A vosotras os dejamos pasar gratis... —masca uno de los que han sacado al tío reventado a rastras.

Pego un respingo de puro susto (muy parecido al que dan los gatos cuando les entra uno de sus ataques psicóticos) y empujo la espalda de Misu como si quisiera darle cuerda, lo que hace que ella empuje la de Hye y que, en cuestión de segundos, empecemos a movernos otra vez.

—¡Lo digo en serio, chicas: no os vamos a cobrar! —grita el mismo tío de antes, con evidente diversión en su tono.

—¿Qué coño le pasa a ese tío? —cuestiona Hye con mala leche, girando la cabeza para mirarle—. ¿Se cree que nos va a acojonar hablándonos así?

—Pues conmigo funciona, así que tira y no mires atrás —mascullo a toda prisa.

—Deberíamos llamar a la policía... Ese chico que han sacado tenía muy mala pinta, le habéis visto, ¿no?

—Vale, sí, sí: llamamos a la policía, pero cuando salgamos de aquí; ahora vamos a intentar volver a la civilización de una pieza, por favor —les pido suplicante.

—¿Y qué les decimos? —pregunta Hye, todavía desafiando con la mirada al tío que nos ha gritado.

—¿Que han sacado a un chico moribundo a un callejón? Es lo que ha pasado, ¿no? —argumenta Misu, parece que el miedo le ha venido de golpe por lo que acabamos de ver, porque lo dice muy bajo y muy asustada.

—Si llamamos y decimos eso nos van a hacer venir para indicarles dónde ha sido... No nos van a dejar darles la dirección y ya; además que no tengo ni idea de dónde estamos, el gps sigue sin funcionar bien...

—¡Si es que lo sabía! —exclamo cabreada—. ¡Has tirado por esa calle porque querías cotillear!

—¡¿Cómo quieres que sepa que nos íbamos a encontrar con un crimen por la cara?!

—¿Creéis que estaba muerto o algo? —inquiere Misu con la cara desencajada.

—¡Qué coño va a estar muerto! —niego despreocupada—. Se estaba moviendo, ¿no? Pues ale, vivito y coleando.

—Tenía muy mala pinta... —murmura Hye; ahora le da por preocuparse cuando todo ha sido culpa suya; estupendo, fantástico.

—¿Llamamos ya?

—Deberíamos...

—¡Joder! —exclamo exasperada, llevándome las manos a la cara—. Hacedme caso: no es buena idea. Deberíamos irnos primero y llamar después, estamos en medio de la nada... y si a esos tíos les da por...

—Eh, preciosas... —Lo que yo decía—. ¿Vais a alguna parte?

El chaval de la puerta de antes ha aparecido delante nuestra; ¿cómo lo ha hecho? Tendría más tiempo para preguntarme mierda si no sintiera un peligro tan real recorriendo cada nervio de mi espalda. Porque el chaval rubio que está delante no está solo... otro se nos acerca por detrás...

—No te importa dónde vayamos, ¿qué te crees? ¿Vas de macho alfa por la vida? —escupe Hye; aunque parezca cabreada, estoy segura de que está cagada de miedo, más o menos como estoy yo.

El rubio se ríe... y se acerca. Como soy la última, el que más me preocupa es el tío que tengo a la espalda, por lo que le miro exclusivamente a él. Da todavía más miedo que el otro, porque no puedo ni verle la cara —en parte por la oscuridad, en parte por la capucha de la sudadera que lleva puesta—.

Le pego tirones en bucle a la chaqueta de Misu para que se dé cuenta de que hay otro tío detrás nuestra, pero, cuando lo hago y la miro fugazmente, me doy cuenta de que mi amiga tiene algo escondido en la mano: su móvil, y en la pantalla azulada, veo que está llamando a la policía.

Esto va a acabar mal. Mal de desastroso, horrible del estilo acabar como el tío ensangrentado... ¿Qué puedo hacer?

—No seáis así... solo os estamos invitando a venir a nuestro garito, seguro que os gusta —explica con una sonrisa el chaval rubio, que se sigue acercando más y más a Hye.

—Pues si eres el relaciones públicas de ese sitio, deberías replantearte un poquito tu estrategia para captar clientes si tiras a tíos medio muertos a la calle.

Y tuvo que decirlo. ¿Por qué, Hye, bonita? ¿Por qué no piensas un poco antes de hablar?

—Uffff, justo esa es la razón por la que deberíais venir con nosotros: tenemos que explicaros ese pequeño malentendido para que no haya problemas... —El tío nos habla con una voz tan melosa que me dan ganas de mirarlo y todo para ver de dónde saca ese tono tan relajado. Pero mi mayor preocupación es el coloso sin cara, que está a un par de pasitos como mucho de mi espalda.

—¿Q-qué problema va a haber? —tartamudea Hye.

—Muchos. A nosotros no nos gustan los problemas, ni las preguntas, ni los fisgones, ni la policía...

—Si es eso lo que os preocupa... no vamos a llamarlos —asegura mi amiga.

—Tú, quieto ya, no te me acerques más —me veo obligada a decir al coloso sin cara, que, sorprendentemente, me hace caso y se para de inmediato.

A ver si va a ser un robot; qué miedo. Ahora estoy todavía más cagada.

Hye sigue "negociando" con el otro, Misu no sé qué hace, medio escondida entre mi espalda y la de Hye, y yo... pues sigo de pie y respirando, que ya es buena señal.

Me da la sensación de que si dejo de mirar al tío que tengo enfrente, para cuando vuelva a mirarle le tendré respirando en la nuca, y como aprecio mi nuca, mi pulso y mi vida en general, ni parpadeo.

—¿Eh? —suelta de repente el sin cara—. ¿Qué estás haciendo?

Su pregunta no va dirigida a mí, que estoy tiesa y sin hacer más que respirar, va para Misu, que, por mucho que se encoja, no se vuelve invisible por arte y gracia del destino. Mi amiga hace un movimiento de lo más rápido con el brazo, que pone tras su espalda y cabecea muy nerviosa al tiempo que suelta un "nada" tembloroso.

—Hacías algo con la mano, te he visto —declara el chico, volviendo a acercarse a mí—. Hyung... estas hacían algo raro...

—¿El qué? —pregunta su amigo rubio desde el otro lado del callejón.

—Creo que... ¿qué tienes en la espalda? —le pregunta a Misu, que palidece de un segundo a otro.

La. Hemos. Cagado.

—N-no tengo nada —niega mi amiga, muy nerviosa.

—Dejadnos ya en paz, no os hemos hecho nada, no vamos a hacer nada; como si no os hubiéramos visto y en paz —espeta Hye, en un desesperado intento porque esos tíos no nos acorralen más aún.

Pero no va a servir de nada, porque el coloso se me pega, se me pega mucho... Ay, Dios, lo tengo encima...

—¡Jimin, están llamando a la policía! —grita el sin cara cuando, en un movimiento rapidísimo y fluido, engancha el brazo que escondía Misu a su espalda. Ni le he visto venir.

—¡No digas mi nombre!

El coloso parece tan sorprendido por su pequeña metedura de pata que, sin entender de dónde viene esta corriente, cómo coño se me ha ocurrido algo así, o por qué mi cuerpo reacciona por instinto, levanto la rodilla muy rápido, muy fuerte, y acaba impactando directamente contra la entrepierna del chaval.

Ahora, el coloso no pasa del metro de altura, encogido como está, agarrándose los huevos como si acabasen de partírsele por la mitad. Por un segundo (uno que me parece que va a cámara lenta), le miro, porque su capucha ha caído hacia atrás cuando le he dado en las joyas de la corona, y sus ojos me acojonan todavía más de lo que hacía su presencia en sí.

Las cejas contraídas y la expresión de pura furia que llena su mirada me pone los vellos de punta, pero solo dura eso: un segundo, porque al siguiente grito desde lo más hondo de mi garganta.

—¡CORRED!

Y eso hacemos. Además a toda hostia.

Hye ha sido la que ha recibido mi grito como un escopetazo de salida que ha activado sus piernas de inmediato, pero a Misu le ha costado un poco más, por eso me he quedado rezagada con respecto a nuestra amiga: para tirar de su chaqueta y hacerla correr a mi paso.

Antes me preocupaban los callejones, pero ahora me preocupa mucho más que de entre ellos salga el puto rubio de voz melosa, aunque no tengo tiempo para pensar, solo para correr. Mis piernas arden porque creo que nunca las he forzado tanto como ahora; no soy mucho de correr por mi vida...

Ni me pregunto cuál será la salida o si estaré dando vueltas en círculo, solo fuerzo las piernas y tiro de la chaqueta de Misu, llevándola a rastras para que no se quede atrás. En un momento dado incluso sobrepaso a Hye, y seguimos callejeando entre jadeos en los que se escapa tooooda la estamina que tenemos disponible en el cuerpo.

Me ha parecido como si llevásemos tres meses de maratón, pero no han podido pasar más de diez minutos hasta que, por fin, vemos gente, vemos luces, vemos movimiento y vemos, en definitiva, la salida de este puto infierno en la tierra.

—¡Jooooooder! —exclama Hye, corriendo a dejarse caer en el bordillo de la acera, respirando pesadamente.

—N-nunca más... os lo juro, n-nunca más iré por los callejones de ninguna calle, de ninguna ciu-ciudad, de ninguna parte del mundo —exhala Misu, agitada y nerviosa.

Yo no dejo de mirar a nuestra espalda, al callejón que hemos dejado atrás, mientras me dan pinchazos en los pulmones a cada respiración que intento hacer.

—Tía, le has metido un rodillazo en todo el centro de gravedad —carcajea Hye, más recuperada de la aventura—. Vaya huevos le has echado al asunto, ¿eh? Tiene cojones la cosa.

Mi amiga se ríe, y a mí me sale una sonrisa que no puedo evitar esbozar, pero mentiría si dijese que no estoy ni un poquito preocupada por lo que ha pasado. Sobre todo por lo que deberíamos hacer ahora.

—¿Has conseguido hablar con la policía, Misu? —pregunto, sentándome también en el bordillo de la acera. Mi amiga niega con la cabeza, apretando los labios.

—Cuando estaba intentando ponerme el móvil a la oreja, ese tío me ha visto...

—¿Y qué hacemos? —cuestiona Hye, todavía riendo un poco por su chistecito de antes.

—Tenemos que decirlo, ¿no? Más ahora: que han venido a amenazarnos y todo.

—Vaya lío en el que nos has metido, Sonje; con la tontería de que no te gustan las multitudes hemos acabado en la boca del lobo...

—¡Serás cabrona! ¡Si ha sido por tu culpa, que has tenido que pasar por ahí para enterarte! —repongo ofendida.

—Eso da igual... el caso es que hay que llamar a la policía y decir todo lo que hemos visto. —Misu es la encargada de poner paz, y menos mal, porque si no me tiraba al cuello de Hye ahora mismo.

Hye y yo bufamos al mismo tiempo. Esta noche va a ser larguísima, me lo veo venir; solo quería salir con mis amigas después de una semana horrible de curro y llamadas de mi ex, que... cada vez me cuesta más no contestar. Ahora mismo hablaría con él de buena gana; por muy capullo que sea Yoongi para algunas cosas, se le da bien escuchar.

—Pues decidido entonces, ¿no? Llamamos a la policía —pongo a votación; mis amigas asienten a la vez, así que ya está decidido—. Bueno, pues mientras les llamamos y esperamos... ¿quién se apunta a un par de botellitas de soju?

—Aquí tienes a una —declara Hye, y se levanta al momento que yo lo hago.

—Y aquí a otra —murmura Misu, que nunca bebe, pero este inicio de noche... desde luego que se merece un buen lingotazo.

En el peor de los casos, la policía nos hará llevarles al sitio. Pero acompañados de gente armada, supongo que no dará tanto miedo buscar esa puerta.

Ese será el final de la aventura, y menos mal, porque no tengo ganas de emociones fuertes ahora mismo. Todavía trato de superar un noviazgo fallido... y no tengo ánimo de marcha, no de ese tipo por lo menos.

—¿Vamos al sitio ese nuevo? —pregunta Hye, encabezando la marcha—. Antes de que lo digas, no pienso ir a uno de esos bares con música satánica y tíos con tatuajes, Sonje, sorry.

—¿Qué tienen de malo los tíos con tatuajes? —pregunta Misu confusa.

—Y no es música satánica, imbécil —mascullo ofendida.

Seguimos discutiendo un buen rato, como si nuestra mayor preocupación ahora fuera ir a un sitio o a otro cuando tenemos asuntos turbios que tratar con la justicia... En fin, espero que esto se haya quedado en un susto. Espero que la policía no nos haga ir al callejón otra vez, y espero, por encima de todo, convencer a mis amigas de que la música "satánica" y los tíos con tatuajes son la mejor manera de pasar la noche.



---

Well, well, well... Here I am once more.

Siempre que empiezo una historia dudo mucho acerca de qué poner aquí, y esta vez no va a ser la excepción, claro está, así que, como bien dijo Jack el destripador: vamos por partes.

Antes que nada me veo en la NECESIDAD de agradecer a mi grandísima amiga (aka: mi media alcachofa) o @DearWeirdMaria como vosotros la conocéis, por el trabajazo que se ha pegado en hacerme el edit para la portaduki, que no os imagináis el dramita que he pasado con eso. ¿Es la más mejor? Creo que es bastante obvio que sí. Ily, alcachofis.

Por otro lado, como habéis visto, el capítulo de presentación es bastante conciso y un poco caótico. No sé ni siquiera por dónde empezar a preguntar, así que vuestras opiniones (TEORÍAS, DADME TEORÍAS) son bien recibidas sean cuales sean <3

Para finalizar, me gustaría también deciros que actualizaré esta historia cada dos semanitas hasta que acabe Erase Me. Y, por supuesto (aún a riesgo de repetirme como un disco rayado), que espero que os guste mucho muchísimo!!!

Py, mis amores!!

---

 

Continue Reading

You'll Also Like

64.2K 3.8K 23
𝘋𝘪𝘤𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘪𝘮𝘱𝘳𝘦𝘴𝘪ó𝘯 𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘮á𝘴 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦, 𝘗𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘦 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰...
62.8K 3.4K 40
Violeta Hódar 23 años (Granada, Motril), es una estudiante en último curso de periodismo en Barcelona. Esta se ve envuelta en una encrucijada cuando...
847K 45.6K 147
One shots de famosas Pueden pedir la famosa y la trama que quieran! ♡ Aquí hacemos realidad tus más oscuras fantasías ☻️
194K 21.9K 37
En donde Emma Larusso y Robby Keene sufren por lo mismo, la ausencia de una verdadera figura paterna.