Miré a Connie, ella estaba a mi lado, también despierta. Ambos estábamos en mi cama, mi sábana cubría nuestros cuerpos desnudos. Ella sintió mi mirada y giró su cabeza para verme. Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios cuando nuestros ojos se topan.
—No quiero que se acabe esta noche —admitió.
—No tendría por qué terminarse.
Me acerqué más a ella para besarle. La sábana había descubierto mi cuerpo, ahora estaba encima de ella. Mientras probaba sus labios, aparté la fina tela de su cuerpo para hacerla mía una vez más. Ella suspiró en mis labios, y yo me aparté para dejar besos húmedos en su cuello que olía al perfume que tanto me gustaba de ella. Apartó un poco su cabello para que yo tuviese mejor acceso, por lo que sonreí y comencé a bajar con mis labios hasta su pecho.
—Voy a hacerte el amor de nuevo—susurré en su piel, sintiendo el calor envolvernos— Tan lento, tan placentero, me sentirás completo...—toqué su espalda con mis manos, ella se arqueó por mí— Mierda, nada más seremos tú y yo —besé su mejilla, hasta sentir su humedad cuando mis dedos bajaron— ¿Estás mojada por mí? —hice círculos sobre su clítoris, ella jadeó. Sabía que seguía sensible por la ronda anterior— Dime, amor. ¿Lo estás solo para mí?
—S-sí, solo tú me haces sentir así —abrió sus ojos.
Mi corazón latía muy rápido cuando la tenía conmigo. Había extrañado tenerla de esta forma también, pues solo con ella me sentía amado. Sin embargo, también buscaba hacerla sentir de esa manera.
Busqué otro preservativo, pues volvería a hacerle el amor una vez más esta noche. Ella dejó salir un suave gemido cuando me sintió. Yo traté de no cerrar mis ojos, puesto a que quería verla conmigo dentro de ella. Y al parecer, ella también hacía un esfuerzo para no cerrarlos. Mientras me movía, tomé con mis manos sus caderas para formar un ritmo lento y placentero. Santo cielo, estaba demasiado duro y solo bastó con unos húmedos besos para que me pusiera así. Connie puso sus brazos alrededor de mi cuello, como yo ya estaba inclinado hacia su cuerpo, aproveché para besarla. Nuestros jadeos quedaban sellados en nuestras bocas que estaban unidas.
—Te adoro Connie, mucho más de lo que creí —murmuré para luego soltar un jadeo.
—Harry —gimoteó en un suspiro.
—Te siento tan cálida a mi alrededor...—comencé a ir más rápido, moviendo mis caderas— Maldición, te amo demasiado —no me importó recordárselo, así me sentía siempre a su lado.
Mis manos recorrieron su cintura, para luego subir y acariciar su pecho. Cerré mis ojos cuando la sentí tambalearse debajo de mi cuerpo. Busco de nuevo sus labios, sintiendo en mi cuerpo miles de sensaciones increíbles.
—Me voy a correr, Harry. Lo siento venir, estoy cerca...—mordió su labio.
—También me voy a venir —me incliné a sus labios— Venga, amor —tomé su mano, para así darle un apretón— Me voy a venir demasiado fuerte en tu interior... lo estoy sintiendo cerca.
Me aferro a su cuerpo al sentirlo, siento sus caderas y su cuerpo entero sacudirse debajo del mío. Ambos soltamos un jadeo al unísono, y con cuidado, me recuesto sobre ella aún sin salir de su interior. Dejé mis labios presionados en su frente, cerrando mis ojos al escucharla suspirar bajo mi cuerpo.
Para eso de las 11:43 de la noche, Connie estaba en mi baño cambiándose. Yo igual me había vuelto a poner mi ropa, así que entré al baño, pues la puerta estaba abierta, y la vi peinándose su larga cabellera con sus dedos. Ella me miró por el espejo y me sonrió un poco.
—¿Por qué no te quedas conmigo? —murmuré, algo temeroso por su respuesta.
Iba a responderme cuando alguien toca la puerta de entrada de una forma no muy discreta. Algo confundido, fui hacia allá para ver de quién se trataba. Connie fue detrás de mí, igual lucía extrañada por ese acto. Al abrirla, nuestros ojos se abren.
—Courtney, vámonos ya —entró sin permiso.
Era su hermana, parecía molesta por esto.
—¿Sabes? No tenías qué hacer este circo —exclamó Connie, enojada con ella.
—No me interesa, ya no deberías estar haciendo esto, entiende de una vez —masculló y luego me miró a mí— Y tú, deberías olvidarte de ella. Está comprometida, ¿Qué no lo entiendes?
—Pero Connie no quiere casarse, no lo ama, ella debería tomar sus propias decisiones como todo adulto —dije serio y la chica se burló de mí.
—Por favor, ya nadie se casa por amor. Del amor no se vive ni se come, ¿de acuerdo? —se cruzó de brazos.
—Fanny, basta —advirtió Connie, su ceño estaba fruncido.
—¿Y ustedes viven en el siglo pasado? Por favor, las bodas arregladas ya quedaron en la historia —continué, esa chica llamada Fanny me miró con seriedad.
—Tienes suerte de que te haya dejado al principio continuar con él, Connie. Solo por lastima lo hice —la miró solo a ella— Y aún más suerte tuviste que no le haya dicho a nuestro padre o estarías en el exilio y enviada a Francia desde el primer momento. No puedes dejar a nuestra familia en la quiebra, dependemos de ti.
—No, no dependen de mí ni de ti. Yo no pienso mantener a nadie, si tú dejaste a Greta por casarte con el primo de Jacques solo para salvar a los idiotas de nuestros padres...
—Pero no me falta nada, vivo excelente en Francia, con comodidades —la interrumpió.
—Infeliz y encerrada, siendo la sombra de Antoine —terminó por decir Connie.
—Te espero afuera —dijo con el semblante serio y después salió al decir eso.
—Lo lamento, Harry. Nunca quise meterte en estos líos —suspiró cansada—, te amo pero por eso necesito que encuentres paz con alguien más —besó mi mejilla, y salió de mi hogar con tristeza en sus ojos.
Los días siguientes pasaron, el Miércoles llegó, y Connie ya no estaba en recepción, lo que significaba que había renunciado. Suspiré agotado y triste por eso. El Viernes se lanzaba oficialmente mi libro, pero no estaba con mis mejores ánimos. Me reuní con Niall y Louis, y le expliqué a ese último mi realidad. No quería decirles nada, en especial el asunto de Connie. De verdad traté de ocultarlo por ella, pero ellos me notaban mal. Realmente necesitaba consejos, y ellos me dijeron que lo mejor que podía hacer es dejarla ir y es como si estuviesen de acuerdo con mi hermana.
El Jueves tuve una entrevista, donde platiqué un poco sobre mi libro. Por las calles de Londres, vi alguna que otra publicidad. Y cuando Viernes llegó, la editorial me organizó una firma de libros en la librería más grande y famosa de Londres; Daunt Books. Hoy era el estreno de mi libro, y estaba nervioso al ver tanta gente haciendo fila para que le firmara su copia.
—¡Gracias! ¡Sé que lo amaré! —sonrió contenta una chica como de 18 años.
Le sonreí de vuelta y continué firmando, dejando una que otra dedicatoria. Pronto me sentí feliz, pues todo este apoyo no me lo esperaba.
—Gracias Harry —me agradeció una señora cuando le di el libro.
—A usted, espero lo disfrute —le sonreí con amabilidad.
—¡Oh lo haré! ¡Gracias! —salió de la fila.
Y me sorprendo cuando la siguiente es Connie. Tenía mi libro en sus manos, pero no lucía muy feliz. Tartamudeo un poco y me levanto de la silla para verla mejor. No parece contenta.
—¿Por qué Harry? —es lo primero que dice.
—Yo...
—¿En serio? ¿La protagonista que dejas con muy mala reputación se llama Bonnie? —alzó una ceja, lucía incrédula conmigo.
—Lo escribí antes de saberlo todo, Connie...—fue lo único que expliqué.
Carajo, olvidé comentarle sobre eso. Sé que no tengo excusas ahora para que me perdone, no va a oírme. Lo he arruinado todo, debido a mi maldito dolor, yo me dejé llevar por el coraje que sentía en lo más profundo de mi ser y lo plasmé en este libro.
—Pensé que no ibas a usar un nombre parecido al mío, pensé que solo querías inspiración, o eso es lo que acordamos al principio —bajó el tono de su voz para que nadie nos escuchara pero creo que fue claro— No puedo creerlo —negó y se fue. Algunas personas se le quedaron viendo.
—¿Quién es ella? —comentó uno del público.
—¿Le dijo Connie? ¿O Bonnie? —siguió otra.
—¿Tiene novia? ¿Ella es su novia?
—¿Ella es Bonnie?
—¿Es la del libro? No creo... ¿o sí?
Yo traté de continuar con las firmas ya que la gente me esperaba pero mi mente solo estaba enfocada en lo que acababa de pasar. Debí decirle, demonios, pero muchas cosas pasaron. Ponerle "Bonnie" a la protagonista solo fue un acto de coraje que tuve cuando aún no sabía de la verdad y tenía mi corazón roto.
La gente intentó preguntarme al respecto, yo avergonzado negué todo pero las personas insistían. Ellos querían saber sobre mi vida personal y sobre "mi musa", pero por suerte no me sacaron información.
Por la noche, mi madre organizó una cena especial. Todos estaban felices, pues rompí el récord de ventas en un día con mi libro aquí en el país. Como hoy era el primer día de otoño, las noches frescas congelaban mi rostro y me sentía decaído.
—Amé el libro, lloré en algunos capítulos —Gemma se acercó a mí— Bonnie es un personaje sin sentimientos, ¿verdad? Pues sus engaños me hicieron enojar durante todo el libro.
Yo apreté mis ojos. Basta, por favor.
—Estaba dolido, es mi única excusa...—la miré.
—¿Ya hablaste con Connie sobre esto? —alzó una ceja— Digo... realmente te enfureciste.
—Se enteró, pero no por mí. Nunca tuve tiempo de mencionarle ese detalle, por lo que lo tomó por sorpresa —bufé.
—Oye amigo, Bonnie es un personaje que me lastimó mucho —se acercó Niall, yo rodeé los ojos al oír su ironía.
—Niall —alargué su nombre con cansancio. Luego Ben se acerca.
—El capítulo 15 me sacó lágrimas —admitió— Debo de confesarlo, y yo nunca lloro. Pero ese capítulo, me lastimó.
—El 17 estuvo peor, hasta quise meterme en el libro para abrazar al pobre protagonista —continuó Niall, Ben asintió de acuerdo a sus palabras— Pero el 18 tampoco se salva, ¿Cómo ella pudo hacerlo? ¿Qué no tiene alma?
—¡Niall! —lo regañó Gemma, él encogió sus hombros.
—¿Qué? Culpa a Bonnie, entonces —le reprochó, mi hermana rodó los ojos.
—¿Bonnie es Connie? —Ben alzó una ceja, estaba confundido.
—¡Basta! Solo disfruten el maldito libro —me alejé.
Si ese día no podía ser más difícil, los demás fueron peores. Connie y yo no nos hemos visto, pero sé que no he tratado lo suficiente debido al lanzamiento de mi libro. Me ha tenido muy ocupado últimamente. Iba a presentarlo a algunas librerías, me agendaron entrevistas y charlas con autores. Me alegra que me esté yendo bien, pero no estaba completamente contento conmigo.
Los de la editorial me felicitaron por todos estos logros, aunque podía notar que una que otra persona murmuraba cosas a mis espaldas. Con "Bonnie" como mi protagonista, sé que ellos comenzaron a sospechar cosas. La historia de cierta manera lo decía todo. Y agregando que ellos recuerdan mi discurso, seguro ya tenían una idea muy clara.
Me estaba arreglando para una entrevista que tendría esta tarde, cuando Niall me marca por celular.
—¿Qué pasa? —contesté.
—¡Tienes que leer el artículo que te envié! —me avisó apurado.
—¿Es importante? —hice una mueca.
—Oh, lo es —dijo y me colgó.
Entré a mi computadora y busqué el link que mi amigo me envió. Lo leí detenidamente y mis ojos se iban abriendo en cuanto más leía. Yo sabía que alguien iba a notarlo, era muy seguro. Niall me envió otro link que fue lanzado días antes del estreno de mi libro, "Se estima que para el otoño de este año, el escritor lance su cuarto libro. Fuentes afirman que el libro podría estar inspirado en un desliz amoroso que tuvo." Sí, mi discurso fue bastante obvio cuando no dejé de mirar a Connie mientras lo decía. Yo pensé que nadie sospecharía de nuestros encuentros, pero los ojos ocultos están en donde sea.
—¿Quién diría que ese desliz amoroso resultó ser falso para que tuviera inspiración? —terminé de leer aquello en la página de internet.
¿En qué me metí?