Conociendo lo prohibido ©️ (E...

By NarcirisFerrerV

548K 32.8K 13.8K

TRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I) Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes d... More

Conociendo lo prohibido
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6^
Capítulo^7
Capítulo^8
Capítulo 8/2
Capítulo 9^
Capítulo 10^
Capítulo 11^
Capítulo 12^
Capítulo 13^
Capítulo 14^
Capítulo 15^
Capítuto 16^
Capítulo 17^
Capítulo 18^
Capítulo 19^
Capítulo 20^
Capítulo 21^
Capítulo 22^
Capítulo 23^
Capitulo 24^
Capítulo 25^
Capítulo 26^
Capítulo 27^
Capítulo 28^
Capítulo 29^
Capítulo 30^
Capítulo 31^
Capítulo 32^
Capítulo 33^
Capítulo 34^
Capítulo 35^
Capítulo 36^
Capítulo 37^
Capítulo 38^
Capítulo 39^
Capítulo 40^
Capítulo 41^
Capítulo 42^
Capítulo 43^
Capítulo 44^
Capítulo 45^
Capítulo 46
Capítulo 47^
Capítulo 48^
Capítulo 49^
Capítulo 50^
Capítulo 51^
Capítulo 53^
Capítulo 54^
Capítulo 55^
Capítulo 56 ^
Capítulo 57 ^
Capítulo 58^
Capítulo 59^
Capítulo 60^
Capítulo 61
Capítulo 62^
Capítulo 63^
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 52^

4K 281 109
By NarcirisFerrerV


Pitt

Las horas medianas del día me alcanzan con velocidad, he estado todo el tiempo analizando cada detalle con una sola intención mientras cada pieza cae en su sitio por si sola o después de un pequeño empujón.

La veo entrar algo nerviosa mientras me quedo como si nada observándola, se asoma al escritorio y toma la pluma que hay sobre el, no me ve pero yo si permanezco fijo en ella.

Se acerca con el lapicero en mano y la tomo hacia a mi, se sienta sobre mis piernas y aun me oculta el rostro, ve el computador y lee lo que hay en el documento.

—Eso se ve importante—dice acomodándose sobre mi.

—¿En qué te puedo ayudar?

Se encoge de hombros.

—Vanessa.

—Quería saber si me prestarías las llaves de Vanica.

Carraspeo, ella sabe que no me gusta que lo llame así y aún lo hace.

—¿A dónde vas?

—Es un secreto.

—¿Tenemos secretos?

Asiente.

—¿Me ocultas cosas?

—Tú también lo haces así que no te quejes.

—Si te oculto algo es porque aun no es su tiempo, pero si tú lo haces es mejor que me lo cuentes antes de que yo lo descubra por mi cuenta.

—Si, claro, las llaves—me muestra la palma de su mano esperando porque le entregue, si me preocupa un poco el dejarla sola con lo pie caliente que es, la velocidad del tatuara es mucha y ella a demostrado no tener cuidado a la hora de conducir.

—Aun faltan unas horas para tu salida del trabajo.

—No hay más nada que hacer.

—Aquí tienes trabajo—empujo la silla hacia delante—Estoy cansado de leer, hazlo por mi y resúmelo.

—¿Harás como esa vez?

—No sé de que habla señorita Dolan.

Se gira un poco viéndome.

—La noche que me hiciste leer ese documento que debías de firmar y luego dijiste que ya sabías todo.

—Oh, hablas de eso, esta vez no conozco su contenido.

—Pitt.

—Vamos, no seas haragana y empieza.

—¿Haragana?

—Al final te compraré un helado para compensarte.

—No debes premiarme por hacer mi trabajo.

—Que bueno que lo sabes.

—Idio...

—Si terminas la palabra tendremos un problema, y no quieres problemas conmigo.

—No quiero nada contigo.

—¿Así que nada?

Le hago cosquillas lo que provoca que se mueva hasta quedar sobre el escritorio, me levanto y continúo sin soltarla, ella se gira y atrapa mis caderas con sus piernas.

—Señorita Dolan, intento trabajar.

Sonríe, mete la mano en mis bolsillos y toma las llaves del tatuara, me las muestra y no digo nada.

—A cambio te daré esto—musita media tímida.

Me inclino hacia ella quedando sobre su cuerpo y cerca de sus labios.

—Me gusta ese tono que llevas—confieso viendo su comisura mientras ella toma mi mano izquierda—¿Qué tal tu día en el trabajo?

Se encoge de hombros sin verme a los ojos, esa sonrisa aun sigue en su rostro y no sé de que va pero me conmueve ver como desde anoche regresa de a poco.

—Si lo pierdes me pierdes a mi—dice colocándolo en mi dedo, mis ojos siguen en los suyos aunque esos no me ven, no tengo necesidad de voltear a ver para saber lo que ha dejado puesto en mi dedo, me lamo los labios y sonrío recordando porque es mi diosa.

—No lo perderé—le doy un beso en la frente—Como tú jamás te alejaras de mi.

—Eso es mucho tiempo.

—Me dejas ver el tuyo—pido y sonríe dándole una mirada a su mano, me lo muestra, le doy un vistazo y regreso mi enfoque a sus ojos—Sabes que eres hermosa.

—El señor Lennox hoy actúa muy extraño, hasta diría que romántico.

Bufeo soltando sus piernas de mi, me paro firme y cierro el computador.

—¿A dónde quieres ir?—pregunto saliendo de la oficina.

—¿A qué te refieres?—inquiere viéndome sostener la puerta—Pensé que tenías mucho trabajo que hacer.

—Ya no, me han dicho que trabajo mucho.

—También deberían decirte que tomas muchos descansos.

—Ventajas de ser el jefe.

Camina hacia mi y noto quién entra como si nada, se saludan y me ven.

—¿Lisa?

—Debemos hablar.—su rostro se muestra tenso.

—Nos vemos luego—habla Vanessa y sale.

Cierro la puerta detrás de ella, meto las manos en mis bolsillos y me acerco, Lisa es alguien a quien de todos modos debía ver así que qué más da.

—¿Qué sucede?

—¿A dónde ibas?

—Por algo de aire.

—Pitt—vuelve ese tono—No sé si lo ves pero no es momento para distracciones, yo me estoy esforzando, trabajo mucho y tú últimamente solo piensas en dar paseos.

—No es así, no confundas las cosas.

—¿Y cómo es? Aún recuerdo cuando decías que Vanessa no era más que un pasatiempo.

—No digas eso.

—Pitt —la escucho hablarme parada en la puerta, Lisa se gira notando lo que ha hecho y ella me ve confundida.

—Vanessa.

—Disculpe que haya entrado sin tocar señor Lennox, solo olvidé informar que me retiro.

—Vanessa—Lisa la llama y ella sale cerrando la puerta.

—Lisa.—la veo sin decir más nada.

—Lo siento, déjame y lo arreglo—sale detrás de Vanessa y yo no sé dónde quedarme parado.

—¡Pero que diablos les pasa a estas mujeres!

—Pitt.—Felipe se entromete en mi camino, como siempre apareciendo cuando no debe.

—Voy de salida.—lo choco con el hombro.

—Debemos hablar.—sostiene mi brazo, giro a verlo y lo último que deseo es un enfrentamiento con él, tengo cosas más importantes que hacer.

—Si es que no escuchaste lo que dije, voy de salida.

—Y yo que debemos hablar, regresa a la oficina.

Veo hacia el ascensor sin notar a ninguna de las dos, eso fue muy rápido, será que habrán tomado las escaleras.

—Debemos hablar.

—Si, ya te escuché.

Entro a la oficina.

—¿Qué quieres ahora?

—Es sobre tus hermanos.

—¿Qué sucede con ellos?

—Preguntas que qué sucede, apareces de la nada con dos chicos, los presentas como hijos de Laura y aún haces esa pregunta.

—Creo que debería de aturdirte más el hecho de que sean hijos de Maison que de Laura.

—¿Es posible que ella también haya podido sobrevivir?

—¿Qué?

—¿Si es posible que ella también esté viva?

—¿Estás loco? ¿Crees que si mi madre estuviera viva estaríamos teniendo esta conversación? ¿Acaso no fueron tú y Matilde quienes fueron a mi casa para decirme que mis padres habían muerto? ¿Cómo diablos sería posible que ella esté viva? Si buscas molestarme hazlo con otra cosa y no con mis padres.

—Escucha.

—Cállate.

—Pitt.

—Cállate.

—¡Escúchame! Me debes respeto y ya va siendo hora de lo que muestres, debo hablar con esos dos chicos, ¿Dónde están?

—Si quisieran hablarte ya lo habrían hecho.

—¿Dónde están?

—Cuando quieran verte lo harán, no te preocupes por eso, más bien dime cual es tu problema con que haya más de nosotros.

—De esos chicos no se sabe donde han estado, ni que han estado haciendo hasta ahora.

—Supongo que ya lo has investigado.

—Del único que he podido saber algo de sobre Noah, de Adam no hay nada.

Eso no me sorprende.

—¿Y esperas que sea yo quién me siente, pida dos cafés y te hable sobre ello? Mejor cuéntame porqué la reacción de Matilde, no sé si lo notaste pero no parecía muy sorprendida.

—¿A qué te refieres?

—Solo digo, ahora si no tienes nada más tengo prioridades que atender.

Salgo sin ver a nada o nadie más, tomo el ascensor y las buco entre todos, lo último que faltaba era un enfrentamiento de verdades con ella.

—¿Y Vanessa?—inquiero encontrándome con Lisa.

—Te espera afuera.

—¿Y?

—Hablé con ella y le expliqué.

—De todos modos tú y yo tenemos un asunto pendiente,—me acerco a ella viéndola a los ojos—¿Hay algo que debas decirme?

—¿Algo cómo qué?

—No lo sé Lisa, ¿Has estado ocultándome algo?

—No sé de que hablas.

—No evadas la pregunta y contesta, sabes muy bien que contigo siempre he sido claro, espero lo mismo de ti.

—Si hubiera algo que debas saber de mi ya lo hubieras hecho y lo sabes.

—Bien, entonces voy de salida.

Recuerdo muy bien las palabras de Adam, si ignoras lo complementario y te enfocas en las correctas entiendes el mensaje, y quiero saber que ocultas que te hace mentirme.

—Y Lisa, siempre ten presente que yo te crié y sé muy bien cuando me mientes.

Culmino y arreglo mi traje como mi cabello mientras la noto estar recostada del tatuara como si esperara por algo, trato de relajarme en cuanto la sangre me quema y hay muchas que necesito aclarar pero esto se lleva toda mi atención.

—Acerca de lo que escuchaste allá arriba...

—¿Soy un pasatiempo? —pregunta llena de calma evitándome continuar.

Respiro viendo su tranquilidad.

—¿Crees qué lo eres?—me acerco a ella pero me detiene el golpe ardiente que recibo de su parte volteándome el rostro.

—¿Lo soy?

—No.

—Bien—se gira y abre la puerta del auto—Vamos a casa—dice colándose el cinturón, me aproximo y cierro la puerta que ha dejado abierta queriendo saber lo que está pasando por su cabeza.

Entro al auto viéndola estar con la cabeza recostada del asiento del copiloto y su mirada no me pertenece.

—No olvides el cinturón—espeta sin verme.

—No lo hice.

—Bien—se acomoda y no puedo dejar de verla—Bueno que sepas que sepas lo que te espera esta noche.

—¿Y eso qué es?

—¡Padre celestial! —Se toma un respiro.—Tengo tanta hambre.

Respiro llevándome la mano al rostro justo del lado dónde me golpeó, enciendo el auto y parto sin mirar atrás.

—Hay tantas cosas que deseo probar.

—¿Qué quieres comer?

—Date prisa o es que acaso hay algo más que deba escuchar de Lisa.

—Lisa está confundida y hablando demás.

—No creo que ella sea la que lo esté haciendo demás, ¿De verdad lo dijiste?

—Mis palabras exactas fueron un juego.

—Quiero que me dejes dónde está viviendo Missael.—su tono cambia como su actitud.

—No.

—No pido permiso.

—Dije que no, iremos a la casa, hablaremos, te calmaras y luego cenaremos.

—Cenaré con Missael.

—¿Podrías dejar de hablar tanto de Missael? Me enferma que lo hagas, lo tienes sobre un maldito pedestal y me da ganas de romperlo.

—Esta es la ubicación, sigue las indicación del Maps.

Me muestra su teléfono dejándolo sobre mi pierna.

—Mueve eso de ahí Vanessa.

—Como sabrás donde llevarme si no lo ves.

—Sé a donde a voy y es a nuestra casa de las flores.

—Mariposas.

—Flores.

—Detén a Vanica.

—Es un auto.

—Detenla.

—¿Podrías dejar la conversación para cuando lleguemos?

—Para cuando lleguemos no tendré nada que decirte.

—Eso ya lo veremos.

—Si vuelves hacer o decir algo parecido no lo aceptaré como lo hago lo ahora.

—Lisa solo...

—¿Lo entiendes, Pitt?

<<Lo hago>>

-Lisa-

Secretos, mentiras, engaños y traiciones es todo lo que siempre nos ha rodeado, tanto así que nos ha llevado al miedo hacia nuestros propios seres amados, no oculto nada porque así lo desee, es solo que no encontré otra forma hasta poder saber exactamente que hacer.

—¿Dónde fuiste la otra noche con Pitt?—pregunto al verlo.

—Me mostraba la ciudad.

—¿Y qué pasó? Le contaste lo de Diana.

—Le entregué a su hombre, donde crece mi duda es en el porqué no eres tú quien se lo dice, ¿Qué secreto tan siniestro guardas?

—Ninguno, solo no quiero meterme en esa relación, ya es lo suficientemente turbia.

—Creí que me habías dicho que se divorciarían.

—Eso espero, y Adam, gracias.

—Sabes que lo secretos un día salen a luz, destapa el tuyo antes que alguien más lo haga y si temes de la reacción de Pitt no creo que algo bueno sea lo que guardes.

—Ya dije que no hay secreto, ahora, te quedarás aquí o irás a otra parte, mande a preparar una habitación.

—Puede que la use de vez en cuando pero no hoy.

—¿Qué pasó con ese sujeto?

—Lisa, haces muchas preguntas y no das ninguna respuesta.

—Buenas tardes—se presenta ella como si nada y su presencia solo arruina el lugar—Tenemos visita.

—Si somos correctos yo soy quién debería decir eso, después de todo eres a la única que no reconozco—habla él—un gusto, Adam.

—No entiendo de que hablas, el que me conozcas o no, no hace ninguna diferencia acerca de quién soy.

—¿Y quién eres?

—Diana Lennox Morfis, la señora de esta casa.

Bufeo.

—Serás señora pero no en esta casa.—respondo.

—O sea que eres la esposa de Pitt.—dice Adam.

—¿Y tú quién eres?

—Realmente nadie, un pequeño huérfano que ha venido a la casa de la señora Morfis por algo de pan, espero ser bien recibido.

—No doy limosna.

Adam ríe.

—Adam es mi hermano menor—digo— Acaba de integrarse a la familia.

—Tú único hermano es Pitt.

—Estoy pintado.

—Adam y Noah también.

—¿Hay otro?

—Esta es la casa de los Lennox, y los Morfis ya no son bien recibidos aquí, esta mañana te llegó esto, pedí que me dejaran entregártelo en persona—camino hasta el folder sobre la pequeña mesa—Es para ti de parte de Pitt, solo es una firma, no deberías tardar mucho.

—¿Qué esto?—toma la hoja leyéndola—¿Dónde está tu hermano?

—¿Cuál de ellos?

—El único que me interesa.

—La última vez que lo vi estaba muy feliz de irse con Vanessa, hacen una linda pareja.

—Hacen tan linda pareja que no deberían existir, o por lo menos uno de ellos debería dejar de hacerlo.

—Inténtalo.

—¿Sucede algo?—inquiere Adam—¿Necesitan más espacio?

—Yo ya me iba.

—Ha sido un placer conocer a la hija del gran Derek Morfis, escuché que no le va muy bien en la cárcel.

—¿Qué?

—Solo digo, es curioso que los grandes de aquí afuera casi siempre terminan siendo la perra de alguien más allá dentro.

—Veo que eres un Lennox después de todo—dice Diana.

—Eso dice mi acta.—levanta la mano haciendo una señal—Por allá está la puerta señora Morfis.

—Está loca.—digo en cuanto se aparta.

—Loca o no es peligro que tengas a alguien como ella viviendo contigo.

—Diana no haría nada.

—Eso dices hoy, pero si solo es alguien que actúa por impulso no lo creo del todo, por otro lado, ese tipo no dirá nada, solo te lo digo por si cambias de opinión y prefieres decírselo tú misma, ¿O es acaso que esa otra chica te cae mal?

—¿Vanessa? claro que no, es una buena persona.

—¿Entonces por qué no hablas Lisa, dime cual es problema?

—No hay secreto o problema alguno, aunque odie a Diana una vez fue mi amiga y sé que si digo que intentó matarla Pitt no se quedará quieto, y no solo eso, también está su madre.

—Es lo mismo que hará de una manera o otra cuando se entere, solo retrasas el resultado.

—¿Le dijiste algo no es así? Por eso estuvo preguntando y me habló de la manera en que lo hizo.

—¿Quieres que sea yo quién se encargue de Diana?

—No, aléjate de Diana.

—Bueno, estoy aburrido ¿Has visto a Felipe o a la anciana?

—Felipe estuvo en la empresa y Matilde no sale de la casa, debe estar en jardín.

—Lo está —habla Bean entrando como si nada—Acabo de dejarle algo de té.

—Me gusta el té—dice Adam—Supongo que me gustará más después compartirlo.

—Ten cuidado con la abuela, ya tenemos suficiente con Pitt para que otra copia aparezca.—espeta Bean y Adam se queda quieto, no dice nada y solo lo ve enseñándole una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes.

—¿Cuál decías que era tu nombre?

—Bean Lennox.

—El único huevo de Felipe Lennox, si las alas crecen antes de su momento hay que cortarlas, eso me gusta.

—Tu hermano parece simpatico Lisa.

—¿Por qué la ves así?—inquiere Adam—Te he estado viendo desde anoche y no me gusta la manera en que lo haces.

—¿De qué hablas?

Todo queda en silencio y el ambiente es mucho más que tenso, Bean por poco tiene razón en algo y es sobre la actitud de Adam, a pesar de todas las distracciones sé como Pitt piensa pero es distinto con él.

—¿Quieres té?—pregunta Adam viéndome—La anciana tiene.

—Su nombre es Matilde y es mi abuela, habla como se debe.—dice Bean acercándose.

—¿Te dije que podías hablar?

—Adam.

—Vamos por el té—repite.

—Ese té no es para ti.

—Bean.

—¿Qué? aparece y de repente todo debe cambiar.

—Es mi hermano.

—Si, otro que te dice que hacer.

—Nadie me dice que hacer, hago lo que quiero cuando quiero.

—A todo esto a ti que te importa si le decimos o no que hacer.

—Que no dejaré que tú, Pitt o ese otro la arruinen más de lo está.

—¿Y eso es por qué?

—Es mi prima y como mi hermana, yo estuve antes que tú he incluso cuando Pitt no.

—Vamos por el té Lisa—vuelve a repetir Adam mostrándome su mano la cual tomo sin pensarlo—Nunca has sido su hermano, ya tiene suficientes.

Bean me ve como si esperara que dijera algo pero Adam tiene razón y él lo sabe, nunca hemos sido tal cosa y le advertí que de ahora en adelante las cosas serían distintas, yo tomo mis propias decisiones y espero que todo lo que hago sea lo correcto para que todos podamos salir bien de esto sin derramar más sangre de la que ya ha habido.


Continue Reading

You'll Also Like

806K 71.5K 42
He pasado mi vida soñando con ser escritora, poder ver un libro en la librería con mi nombre y poder hacer que las personas sueñen con mis historias...
158K 14.6K 32
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...
1.5M 108K 82
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
49.9K 4.4K 49
✮Trilogía Perdición✮ Libro I: "Luces, cámaras y dolor" Kadlin Banks, la actriz más conocida, famosa, y admirada del mundo, no es una diva mas de la...