Maratón (2/3)
(Narra Yoongi)
El día había llegado.
Nuestro plan estaba perfectamente elaborado, era casi imposible que saliera algo mal, habíamos tardado una semana en planear todo y no dejaríamos que nada saliera mal.
Los rebeldes extrañamente se habían detenido con sus ataques hacia nosotros. No habían hecho ningún tipo de movimiento y eso nos tenía un poco nerviosos, puesto que algún detalle podría salir mal, pero esperábamos que no fuese así, teníamos fe y confianza en nosotros mismos.
- ¿Todo listo Nam? - Pregunté en dirección a mi amigo, pues él se había encargado de dar las armas y todo lo necesario a los soldados que irían con nosotros.
- Listo - Me respondió.
Sólo faltaba unos minutos para que salieramos del castillo e ir en dirección al bosque. Realmente estaba nervioso y ansioso, pero sabía que mi amado Minnie podía sentir todo y por ende no quería alterarlo. Me acerqué a él con la única intención de tranquilizarlo y dejarle en claro que sea como sea, traeré a nuestro pequeño de regreso a casa.
- Amor, no estés nervioso, todo saldrá bien, ¿Si?, Sea como sea Minnie, traeré a nuestro pequeño Sunoo de regreso, ¿Confías en mi amor? - Sonreí viendo sus abultados labios formar un tierno y angustioso puchero.
- Confío en ti Yoon, pero no en los rebeldes, ¿Seguro planearon bien todo cielo? - Me preguntó y yo asentí.
- Si amor, incluso si algo llega a salir mal, nosotros estaremos preparados, debes mantenerte aquí, no salgas, ciudad de Nari, habrán guardias aquí amor, pero necesito que seas fuerte, ¿Si?, Esto podría demorar más de lo que deseo.
- No sé si quieres alentarme o preocuparme más Yoon - Sonreí hacía mi amado y dejé un casto beso sobre su frente, mientas acunaba sus mejillas entre mis manos.
- Solo confía mi amor, ¿Lo harás?
- Lo haré Yoonnie - Más que sonrisa, fue una mueca preocupada la que me regaló.
Vi a Nam y Jungkook despedirse de Tae y Jin, más allá logré ver a Hoseok, abrazando a Yeonjun, mientras Dahyun cargaba a una pequeña Nari dormida sobre su regazo.
Sabía que estaba arriesgado la felicidad de ellos, esas sonrisas y sus familias, por la mía, estaba siendo un verdadero egoísta y eso me hizo pensar, ¿Realmente sería capaz de arriesgar su felicidad por la de mi familia?, La verdad es que no, no quería hacerlo y quise retractar todo, abandonar todo este plan, ser yo el único en enfrentar a los rebeldes y traer de regreso a mi pequeño, arriesgar mi vida, por la de mi familia, ese pensamiento cruzó por mi mente y realmente quise llevarlo a cabo.
Sin embargo, el pequeño y cálido cuerpo de mi precioso Omega se apego fuertemente al mío, sentí su confianza y amor por medio de nuestro lazo, sentí sus nervios, pero sobre todo, sabía que mi pequeño Minnie, mantenía toda su esperanza y confianza puesta en mi. No quería defraudarlo y no lo haría, no sería yo quien lastime a mi pequeño y tampoco lo sería nadie más.
Así que trate de tener mente positiva ante todo, confiar en nuestro plan, confiar en que pase lo que pase, todo saldrá bien y todo este esfuerzo valdrá la pena y sobre todo. Todo esto, es únicamente para traer a mi cachorro de vuelta a los brazos de mi adorable esposo y verlo sonrír feliz una vez más y una sonrisa apagada y sin brillo.
- Mi amor, sabes cuánto te amo, ¿No es así? - Le Susurré en el oído, mientras lo abrazaba fuerte, pero sin llegar a lastimarlo.
- Lo sé Yoonnie y yo también te amo de la misma forma, ve y trae de regreso a nuestro cachorro.
- Lo traeré cariño, así será.
Junte nuestros labios en un corto, pero húmedo y anhelante beso. Nuestros labios se movieron con delicadeza, senti las lágrimas saladas de Minnie perderse en nuestros labios, sentí su angustia, pero trate de transmitirle paz y tranquilidad, una que en verdad no tengo, pero por él soy capaz de encontrarla donde sea. Me separé lentamente y uni nuestras frentes, acaricié su poco notable mejilla, mientras dejaba suaves y cortos besitos sobre sus abultados y temblorosos labios.
- No llores mi vida, te prometo que todo estará bien - Susurré sobre sus labios.
Nos fundimos en un ultimo beso, que me supo a tristeza, angustia, nerviosismo y miedo. Pero sobre todo, confianza, a pesar de todos los malos sentimientos, Minnie seguía manteniendo confianza en mí y eso era lo único que me alentaba a seguir adelante y no rendirme fácilmente ante esta situación.
Dejé un ultimo beso sobre su frente, párpados, mejillas, nariz y sus carnosos belfos. Acaricié su cabello rubio y le sonreí dulcemente, transmitiendo amor y calidez.
- Regresaré pronto mi amor.
Me separé de él y caminé hasta la salida, donde sabía, ya estaban todos esperando por mi únicamente y esperando la orden para dar inicio, al salir todos hicieron una corta reverencia ante mi, solté un suspiro y me arme de todo el valor que necesitaba, para dar inicio.
- Es hora - Dije para tomar mi arma y subir a mi caballo - Ya saben que hacer, cuidenlos y por nada del mundo los dejen solos, ¿Entendido? - Ordene a los soldados que se quedarían a cuidar el palacio.
Todos asintieron y empezaron a rodear el castillo, las entradas estaban cubiertas, todas las ventanas habían sido cerradas y aseguradas, incluso de afuera, con barrotes, las puertas tenían seguro y nadie podría salir de ahí una vez se cerrarán.
Sabía que me había excedido, pero fue algo que se me ocurrió junto a Hoseok y los chicos estuvieron todos de acuerdo, ellos sabían que lo hacíamos por protegerlos y que no importaba como, pero no dejaríamos que llegasen a ellos de ninguna forma.
El palacio estaba completamente sellado, sin ninguna forma de entrar o salir, al ver que todo estaba listo y que el castillo estaba más que asegurado, di la orden para dar inicio al plan.
- Vamos - Mire una vez más el castillo y sonreí, dispuesto a todo por mi familia.
Dimos media vuelta y salimos del palacio. Lideraba toda la tropa, puesto que había una cantidad exagerada de soldados, tanto de Busan, como de Seúl y Daegu, estabamos todos unidos, para acabar con los rebeldes y rescatar a mi cachorro.
Demoramos alrededor de media hora en llegar, puesto que en caballo es mucho más rápido, al estar cerca de la entrada, note que no estaban los guardias que normalmente deberían estar, aún no era la hora del intercambio, fruncí el ceño y sentí que algo no iba bien.
- Ya saben que hacer si intentan atacarnos de sorpresa - Advertí.
Bajamos de los caballos y nos empezamos a camuflar con los árboles y arbustos, era de noche, por lo que era casi imposible poder ver o siquiera notar por donde caminamos.
Nos fuimos acercando, hasta que escuchamos voces, prevenir de ese bloque, todos se escondieron y guardamos silencio.
- Ya te lo dije, están planeando el ataque, así que debemos mantenerlos alerta, el jefe está furioso, no hay nada que lo calme y un pequeño error y nos mata a todos.
Se escuchó lejana la voz de aquel hombre. Entonces, Hoseok, Namjoon, Jungkook y yo que eramos los que más cerca estaban, logramos escuchar aquello. Anticipando que los rebeldes sabían que estábamos armando un plan, más no sabían qué día se llevaría a cabo y mucho menos que ese era el día.
Dando una señal, dos de mis guardias se acercaron aquellos hombres y de un solo movimiento, los dejaron noqueados. La primera puerta había salido menos complicada de lo que imaginé.
Entramos con cudiado, dejando unos cuantos cuidando y vigilando dicha entrada, no pensaba arriesgarme, como dije, todo puede pasar y trataríamos de evitar a toda costa que algo saliera mal.
Caminamos unos cuantos segundos y empezamos a ver unas antorchas iluminar a los lejos. Entre más nos acercábamos, más visibles eran para nosotros, hasta que dimos con la segunda entrada, está parecía no tener a nadie, pero eran alrededor de cuatro gaurdias rondando por el área, sin hablar, solamente rodando el espacio.
Di una nueva señal. Una antorcha de las que estaban ilumando el camino, fue lanzada lejos por uno de mis soldados, la idea era despistar la atención de esos gorilas, distrayendolos si veían un inicio de incendio, más en un bosque. Claro que no era mi intención, solamente serviría como cebo para quitar de la entrada a dichos guardias.
Mientas ellos trataban de apagar el fuego que se había iniciado, pusimos manos a la obra y entramos, dejando nuevamente a otros guardias vigilando y otros encargándose de los inútiles que cuidaban aquí.
La entrada era larga, caminamos un poco, para poder llegar a la que era la última entrada y nos llevaría directamente a toda la aldea de los rebeldes.
Al llegar, pude notar que las personas caminaban de un lugar a otro, pero parecían más unas máquinas o hechizados, como si algo los tuviera poseídos y solo hicieran lo que hacen por puro instinto. No se les veía alegría, paz, tranquilidad, no sonreían y no tenían brillo en sus mirada.
Parecían muertos en vida.
Fue estremecedor para mí, puesto que era una imagen aterradora de ver. Trate de concentrarme y ver todo el área, para poder entrar y estar seguros de que no seríamos atacados.
- Esto es un bosque maldito - Escuché los susurros de Hoseok y claro que estaba de acuerdo con él.
- Puede que tu comentario no sea tan descabellado - Concordó Jungkook.
- Recuerden que este lugar puede estar lleno de brujas, un hechizo podría tener así o de peor manera a todas estas personas, si es que siguen siendo personas - Trate de razonar.
Y quizá no estuviéramos tan lejos de la verdad, quizá este si era un bosque maldito, después de todo su mismo nombre lo dice bosque oscuro aquí habitan muchas personas, de las cuales jamás han salido y solo espero que nosotros si logremos salir y no terminemos así o peor que estás personas.
Vimos más despejado que hace unos minutos, los guardias que cuidaban la última entrada, estaban noqueados, así que no serían un problema. Tratamos de rodear todo el área, tratando de cubrir nuestras espaldas y estar preparados para lo que sea. Avanzamos más y más, hasta estar justo dentro del "pueblo"
Sentí un escalofrío recorrer cada poro de mi cuerpo, un aire helado nos golpeó fuertemente, logrando que soltaramos el aire y de el saliera humo de lo frío que nuestros cuerpos empezaban a sentirse. Fruncí el ceño ante tan terrible malestar, algo que nos entumecio completamente los huesos, de pies a cabeza. Intenté decir palabra y estoy seguro que los chicos también, pero no salía absolutamente nada de mis labios, los sentía entumecidos y en realidad... Dejé de sentir mi propio cuerpo.
- Vaya, me sigo sorprendiendo de la bola de imbéciles que tengo como guardias - Logré escuchar.
Segundos después frente a mi apareció el maldito infeliz de Kim Heechul, sonriendo burlonamente hacia mi, de brazos cruzados y claramente a él no le afectaba en lo absoluto todo esto. No pude sentir rabia en mis adentros al ver a la estúpida de Heize a su lado y al otro a la maldita bruja de Lee.
- ¿Sorprendido su majestad? - Me preguntó.
Al instante dejé de sentir hielo en mi cuerpo y contrario a eso, mi cuerpo empezaba a tener una temperatura promedio, dejando el frío por un poco de calidez, pero soltando un fuerte escalofrío al haber sentido mis huesos congelados.
Levanté la mirada y noté que todos los que venían conmigo, estaban igual de inmóviles, solo me observaban con preocupación, puesto que ahora si, todos temíamos por nuestras vidas, no podía creer el nivel de seguridad y hechizos que habitaban en este lugar que parece un pueblo maldito y de mala muerte.
Dirigí ahora la mirada, totalmente calma, aunque no lo estaba, hacía Heechul, sin mostrar expresión alguna, observando detenidamente a las otras dos a su lado y detrás de él, todas las personas que habían estado antes solamente deambulando por los alrededores. Parecían zombies o muñecos hechizados esperando por una orden de su jefe.
- Me sorprendería que fueras tú el que lidera está porquería, ¿Quién te quieres creer Heechul?, ¿Un maldito maniático que quiere gobernar el mundo?, ¿Un maldito que no puede defenderse si no usa la magia negra?, Porque déjame decirte que sin toda esta mierda no eres nada ni nadie.
No me importó en lo absoluto enfrentarlo de esta manera, no me importó para nada decirle todas y cada una de las palabras que realmente sentía y quería decirle, que se diera cuenta de lo que realmente es.
- ¿Si sabes que sin todo este circo montado no eres nadie?, ¿No es así? - Lo vi apretar sus puños y mandíbula ante la rabia.
Me importó muy poco, solo quería acabar con Heechul, aunque estaba en total desventaja, sabía que él podía ordenar que me asesinen en cualquier momento, lo sabía, pero debía jugarme todas y cada una de mis cartas.
- Acabaré contigo Min, pero antes de hacerlo, te lastimare y te haré sufrir por donde más te duela - Sonrió ladinamente.
Fruncí el ceño, porque sabía a qué se refería, Heechul se quiere meter con mi familia. Sabe que Jimin y Sunoo son mi punto debil, que ellos son los únicos con los que me puede lastimar y aunque lo se muy bien, yo debía arriesgarme hasta el último segundo.
- ¿Tanto te dolió no ser tú el Alfa que mi madre eligiera?, ¿Tanto te dolió no ser tú el elegido para gobernar?, Qué fuera el linaje Min el que siempre tome el trono y no un Kim, eso es lo que te duele Heechul, que seas un don nadie y que te hayas tenido que conformar con solo ser un líder de rebeldes y un consejero bueno para nada y despreciado por todos.
Su puño se estampó fuertemente contra mi rostro. Caí de bruces al frío pasto, escupí la sangre que salió de mis labios y sonreí ladino, pues había tocado su punto más débil.
- Dime Heechul, tú eras el destinado de mi madre, ¿No es así?, Tú... - Lo que diría me daba rabia, pero era algo que había descubierto no hace mucho - Tú eres el padre de Nari, ¿Verdad?, Mi madre tuvo una hija contigo, porque ella sabía que tú eras su verdadero destinado y no mi padre.
La sorpresa en su rostro era notoria, algo que me confirmaba que él no sabía de la existencia de Nari, él no sabía que mi madre ocultó su embarazo de él y de mi padre, que tuvo que dejar a Nari en un orfanato.
Mi madre no pudo tener más hijos con mi padre después de Hoseok, yo y mi hermana muerta, pero si lo logro con Heechul, puesto que él, era el verdadero destinado de mi madre y nunca la pudo tener ni proteger. Mi madre ocultó ese embarazo y por esa razón siempre fue amorosa con Nari, siempre crío y quiso a Dahyun como su hija, porque creyó que no podría tener más cachorros.
Quiso convencer a mi padre de adoptar a Nari, para tenerla con ella y sentirse viva y bien. Pero nunca lo logro. Mi madre sabía que Heechul era su destinado, pero estaba enlazada con mi padre y sabía que si él fallecía, ella lo haría, pues su lazo casi siempre se veía renovado, aunque ellos no se amarán.
- ¿Una... H-ija? - Lo escuché titubear.
- ¿De que habla Yoongi padre?, ¿Cual hija?, ¿Otra bastarda?, ¿Con la reina? - Ahora el que frunció el ceño fui yo.
¿Otra?, ¿Heechul tenía una hija más?
- Dime de que hija estás hablando Min, ¿Ella... Tuvo una hija mía? - Su mirada demostraba dolor y es esa vulnerabilidad es la que yo aprovecharía.
- Se llama Nari, Jimin y yo la adoptamos, mi esposo la ama, la cuida como si fuera suya propia y tú... Te atreviste arrebatar de sus brazos a nuestra hijo, tú... Estás lastimando a mi esposo, así como lastimaste a mi madre el día que decidiste dejarla sola y no quererla más, porque no podía separarse de mi padre.
- No... Eso no es cierto, ella... - Heechul estaba en estado de shock, no podía, ni quería creer lo que le estaba diciendo y claramente no mentía, todo era verdad.
Lo había descubierto gracias aquella maldita cabaña, de la cual cometí el peor error de mi vida. Hacía unas días, había mandado a destruirla, no la quería más en esa área, traía muy malos recuerdos y bajo ella, debajo del piso, mis guardias encontraron una caja, con el nombre de mi madre en ella.
Al abrirla, encontré un diario, lleno de secretos que ella quiso enterrar en un lugar donde nadie jamás encontrará, pero lo hice y ahora sabía la verdad sobre el parecido que tenía Nari a mi en específico y es porque es hija de mi madre y yo tengo más parecido a ella, por eso Heechul me odia más, porque me parezco a mi madre físicamente y siempre le recuerdo a ella.
Heechul siempre quiso demostrar que me odiaba porque “Me parezco a mi padre” pero no era así, tengo más parecido a mi madre que Hoseok, por eso él siempre me detesto más, por qué tengo el físico de mi madre, pero actitudes de mi padre.
- No tengo porque mentir, tú más que nadie sabe, que mi madre intento huir contigo, pero su lazo no se lo permitió, porque el maldito de mi padre se mantenía reforzando esa marca en contra de su voluntar.
- Todo es su culpa... - Lo escuché decir - Todo es culpa del maldito de tu padre, él siempre supo que Mina era mi Omega, él siempre supo que ella me amaba a mi, que nunca pudimos estar juntos por culpa de su avaricia, porque él quería mantener ese trono a como diera lugar y solo podía si la tenía a ella.
- No entiendo padre, necesito saber, dime - Insistió Heize, pero fue ignorada - Entonces... Suran... ¿Es hija... Tuya y la reina?, ¿Por eso nunca la dejaste salir de aquí?
¿Suran?, ¿Quién es Suran?
Las verdades estaban saliendo a la luz y cada vez más cosas se complican más. Lo que inicio como una guerra terminaría con muertes, con venganza y todo, por el maldito pasado que seguía persiguiendonos a todos, incluso después de la muerte, mis padres seguían causando daño.
- Si...
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¿Qué les pareció este capítulo?
Si les soy sincera... No sé que hice aquí, me lo imaginé diferente, pero al final tomo este rumbo, que en si ya estaba en mi mente, solo que me costó un poco plasmarlo.
Ya había mencionado una vez que escribir está historia me cuesta un poco y creo que es debido a la temática, la antigüedad, las jerarquías, los reinos, costumbres y todo eso.
Hace casi un año la empecé a escribir y nunca la planee bien desde el inicio, entonces creo que debido a eso me ha costado un poco, pero espero de todo corazón que les este gustando🥺
¡Nos seguimos leyendo!
Besitos💜
No olviden dejar su estrellita si les gusto el capítulo ⭐