Sinceramente me daba igual entrar a otro colegio, que podría perder ¿Amistades? Todas son una basura y hay muchas en todo el mundo. Sin qué sea necesario de algún llamado ya estaba de pie frente a mi tocador.
Me sentí incómoda, sin algún uniforme que representará mi colegio, a lo que me refiero era ropa normal podía ir como quisiera. Playera The black keys, jeans negros y unas botas monstruo como diría mi madre, al menos me sentía parte de un estilo; El de "No me importa que me ponga, al diablo los códigos de vestir".
—¿Acaso alguna vez haz lavado esa camisa?– Mi madre me miro de reojo mientras me robaba una deliciosa dona.
—Se estropearía si lo hiciera– hable con la boca llena.
—Hyein, tu nunca vas a cambiar– me dedico una risita con movimientos de negación por parte de su cabeza. Sólo le sonreí con mi boca manchada de chocolate por aquella dona que en estos momentos estaba acompañada con mi cena de anoche.
Al llegar al colegio fue algo simplemente común, chicos buscando sus libros dentro de sus casilleros, grupos de amigos contándose que fantástico fin de semana tuvieron (es sarcarsmo). No le di importancia y de igual manera no le dieron importancia a mi presencia, comenzó un día normal en este triste colegio...
Casillero número 501, decía aquel papel arrugado que sobre mis manos jugaba, era un buen comienzo. Un segundo después me encontraba pensando en que cenaría hoy, pero el timbre sonó y detuvo mi pensamiento para ahora dirigirme a la aula número 15, era momento de mi primera clase de biología fantástico, pensé.
Al entrar lo que supuse que sería mi nueva profesora se acercó a mí y me llevó al punto medio del aula.
—Chicos ella es Hyein y ahora se convertirá en su nueva compañera, saluden– Aquella maestra no dejaba de sonreír, y miren que lo digo en serio parecía que tenía parálisis facial, me dio miedo.
—Hola– Por ese milésimo segundo mi voz perdió su fuerza y algo confuso me dirigió a mi nuevo asiento, junto a chico algo ¿Raro?que a simple vista percibí, ya que cuando me acerque a la mesa sólo me gane una mirada de "No pienso hablarte" bien, está no fue la mejor bienvenida.
La clase siguió hasta el toque de timbre, no lo pensé dos veces y guarde mis cosas, pero un llamado de parte de mis ojos se hizo presente, aquel chico llevaba pins de mis bandas favoritas y sólo quise gritar pero después me controle.
Para llamar su atención formule un sonido con mi garganta —Asi que ¿te gusta Arctic Monkeys?– lo mire con mi mejor sonrisa, a lo que me refiero con mi sonrisa de psicópata fangirl.
—¿Ehhh?– Puso su mirada sobre su mochila y después de eso me dirigió una mirada —Si – dijo de manera seca
—¡Genial! – el sólo asintió y comenzó a guardar sus cosas, para después dejarme sola preguntado me cual sería su nombre.
...
Me lleve mis audífonos a mis oídos puse a todo volumen el álbum Brothers, mientras me sentaba sobre el césped de aquel gran edificio llamado "Colegio", pero mi momento de paz se vio omitido por una bolita de papel, abrí mis ojos y me pare dispuesta a matar al que lo había hecho.
—Disculpa, sólo que no sabía como llamar tu atención– comenzó a decir aquel chico con una miraba tímida que ahora tenía frente a mi —Es que tu playera, ¡Es genial!- levando sus dedos pulgares en forma de aprobación
—¿Los conoces? Quiero decir ¿Te gusta The black Keys?- una sonrisa instantánea se reflejó en mi rostro.
—Si son la banda muy estupenda– su voz me hacía entender que estaba tan emocionado como yo —Soy Kim Soo– me extendió su mano
—Yo soy Hyein, mucho gusto– tome su mano y comencé a sonreír.
....
Sin dudar, podría decir que fue un día no tan malo, y más por aquel chico raro de mi clase, Me agrado.