Conociendo lo prohibido ©️ (E...

By NarcirisFerrerV

549K 32.8K 13.8K

TRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I) Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes d... More

Conociendo lo prohibido
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6^
Capítulo^7
Capítulo^8
Capítulo 8/2
Capítulo 9^
Capítulo 10^
Capítulo 11^
Capítulo 12^
Capítulo 13^
Capítulo 14^
Capítulo 15^
Capítuto 16^
Capítulo 17^
Capítulo 18^
Capítulo 19^
Capítulo 20^
Capítulo 21^
Capítulo 22^
Capítulo 23^
Capitulo 24^
Capítulo 25^
Capítulo 26^
Capítulo 27^
Capítulo 28^
Capítulo 29^
Capítulo 30^
Capítulo 31^
Capítulo 32^
Capítulo 33^
Capítulo 34^
Capítulo 35^
Capítulo 36^
Capítulo 37^
Capítulo 38^
Capítulo 39^
Capítulo 40^
Capítulo 41^
Capítulo 42^
Capítulo 43^
Capítulo 44^
Capítulo 45^
Capítulo 46
Capítulo 47^
Capítulo 48^
Capítulo 49^
Capítulo 51^
Capítulo 52^
Capítulo 53^
Capítulo 54^
Capítulo 55^
Capítulo 56 ^
Capítulo 57 ^
Capítulo 58^
Capítulo 59^
Capítulo 60^
Capítulo 61
Capítulo 62^
Capítulo 63^
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 50^

5K 318 156
By NarcirisFerrerV


Vanessa

Al estar de vuelta aquí, en casa, observo todo y no deja de lucir frío como vacío, nada tiene la emoción que solía siempre haber, más que un hogar no deja de parecer una casa fantasma sin vida alguna.

Me duele un poco más cada vez que lo recuerdo, me han arrancado una parte importante de mi, una que jamás volveré a tener ni sentir.

Me siento en el olvido y en medio de un abismo, veo como se esfuerza por mantenerme feliz pero no estoy segura de si es lo que necesito en estos momentos.

Puso una piedra en mi mano y dijo algunas palabras, noté la nostalgia en su mirada por segunda vez desde que lo conozco, la primera fue la noche que me contó sobre sus padres y esa tarde en Italia, un pedazo de Pitt que llevo conmigo y dará calor en los días fríos, al menos eso es lo que él dice.

Todo ha pasado tan rápido que ni siquiera sé si sea real, los días vuelan, todos crecemos un poco más pero mi vacío no disminuye, hay muchas cosas que debo hacer y muchas personas a las cuales tengo que darles la cara, como lo son Brad, Missael y los Florian.

Aunque él no quiera hablar de ello y lo evite como puede sé que las joyas tienen que ver con el que Anna se haya encontrado de frente al asaltante, lo que no entiendo es porqué tuvo que herirla, porqué debió quitármela, porqué así cuando para mi nada de lo que había allí tenía algún significado a no ser las argollas de la madre de Pitt, después lo demás me daba lo mismo, nunca estuve conforme con ellas.

Un valor sentimental que él me promete pero no puedo evitar pensar en que tan real será eso.

Me agacho notando el sobre que permanece trabado bajo la puerta, lo tomo revisando el remitente pero no lo tiene, lo destapo tomando una postura firme, no sé dónde está Missael, el pobre se quedó solo y es posible que se haya ido al no tener un lugar.

El aceptar que una de las personas más importantes en tu vida haya sido tomada no es algo fácil de asimilar, a mi me cuesta, me cuesta mucho dejarla ir así sin más, un alma libre como la suya no es algo con lo que vaya a encontrarme nunca más, todo el apoyo, aprecio y historia que teníamos las dos, éramos un duo imperfecto que no se encuentra en cualquier esquina, una amistad poco vista y la hermana que siempre egoístamente desee me acompañase en aquellos días oscuros y dolorosos.

Me duele que sea mi culpa, me rasga que la conocí tan bien que sé lo hizo por mi, seguramente si su acto de tonta valentía hubiese salido como ella deseo ahora mismo estaría alardeando de ello y lo haría por el resto de nuestras vidas, Anna era esa clase compañera que un día pensé llegaríamos a la vejez juntas burlándonos de las tontearías de nuestra juventud, ahora me doy cuenta que soñar a largo plazo con un futuro indeciso es una apuesta que más bien puedes perder antes de ganar. 

Limpio las lágrimas que corren mi rostro pero es un acto que no lleva a mucho si no puedo dejar de llorar, intento distraerme mientras leo la nota que han dejado.

—¿Te has preguntado como fueron los últimos segundos de vida de tu amiga? Pronto lo sabrás. Es debido a ti que esté muerte, deberías ser tú la que esté en esa caja, bajo tierra y podrida en gusanos, ladrona.

Suelto la hoja y me voy contra el piso,—¿Qué es esto Dios mío?—todo da vueltas mientras busco mi teléfono encontrando su chat, el ahogo que me abarca es demasiado fuerte para controlar, no dejo de verla estar en todas partes, necesito hablarle y disculparme por lo que le hice.

Lo siento, todo esto es mi culpa, lo siento mucho Anna. —enviado.

—No debiste pelearte por mi, no debías.—enviado.

—¿Por qué no contestas? Dime algo, moléstate conmigo, peléame, quéjate pero dime algo.

Fue la primera en darme su apoyo cuando más lo necesité, cuando estaba en esa cueva que me arrancaba el aliento cada segundo que pasaba ella me tendió una mano y sacó de ahí.

Incluso cuando intenté convencerme de que todo estaría bien y cambiaría, después de venir a la ciudad nunca me dejó y me abrió los brazos al correr hacia ella, puede que su actitud a veces pudo no ser la mejor pero es la única persona en mi corazón que jamás podrá ser reemplazada.



-Pitt-

Veo las notificaciones que no dejan de llegar una tras otra, no entiendo que se sucede y que hace.

Salgo tras ella esperando esté bien, no debí dejarla subir sola sabiendo el estado en el que está.

Brad tampoco parece ser el mismo, está distante y bloqueado, no deja de hablar sobre ello y trato de entenderlo, sin embargo, necesito que esté enfocado o hacerme cargo yo mismo, aunque sé muy bien que esa será la mejor opción y la que me permitirá estar en paz.

No debo depender de nadie ni nada sabiendo que eso trae consecuencias.

Me apuro en entrar y la veo en una esquina junto a la hamaca, tiene la cabeza metida entre las piernas y los brazos cruzados, la escucho estar llorando y me acerco despacio notando el trozo de papel que hay sobre el suelo.

—Vanessa.

Se lanza sobre mi en un abrazo, su cara me deja saber que lleva tiempo llorando y que está susceptible, la abrazo fuerte con la intención de que sepa que estoy con ella y la cuidaré, esta es la razón por la que permanecí cerca, ocultándome, sabía que no debía dejarla sola pero no puedo hacer nada contra su terquedad.

—Vamos a casa—pido viendo su rostro, seco sus lágrimas y la levanto junto a mi hasta salir de ese lugar.

La meto al auto y le coloco el cinturón de seguridad, guardo la nota que tomé del suelo en mis bolsillos y parto hasta la casa de las flores donde vuelvo a cargarla dejándola dormir sobre la cama, me alejo hasta un lugar que no pueda escucharme mientras leo el pedazo de papel que estalla mis sentidos y realizo la llamada.

No es muy recurrente que me sienta perdido, no sé que está sucediendo ni quien le lanza piedras, que diablos hacen y porqué a ella, si tienen algún problema que lo encaren de frente y no de manera tan estúpida, juegan con su mente y sentimientos como si no fuera nada serio.

—¿Quién te está jodiendo doncella?

Todo esto empieza a sacarme de quicio en cuanto la pregunta no deja de recorrerme la mente, Vanessa no tiene enemigos, es de la clase de persona que no se meten en asuntos ajenos a los suyos y siempre suele estar con la cabeza hecha un lio, ese tipo de gente no hace enemistades por nada a no ser que haya molestado al estúpido que voy matar.

—Encontré una nota que confirma tus sospechas, lo siguiente en hacer es vigilar ese lugar.

—¿Una nota?

—No sé de dónde salió, solo encontré a Vanessa junto a ella, en cuanto tengas algo me informas quiero ver los ojos de ese perro.

—Si lo encuentro no creo que llegues a verlo.

—Brad—me cuelga—¡Maldita sea!

No me sorprende su descontrol, el mío es igual o mucho más agregando las dudas que empiezan a consumirme pero no me gusta que cegué de esa manera.

Aquellos que no dejan de meterse en mis cosas, insisten en herirme y llevarme a la desorientación, todos saben de lo que soy capaz, sin embargo, eso parece no importarles, me siento un estúpido por no saber de dónde me golpean, quién lo hace y porqué es tan cobarde que no me da la cara.

Así es como siento porque cuando la molestan es como si me molestaran a mi.

La luz de su espíritu empieza a opacarse y no quiero que eso pase, me gustaría poder tomar todo ese dolor y hacerlo mío.

—Cuando me hiciste esto que no pude darme cuenta doncella—hablo en voz alta viendo la casa estar vacía, no hay muebles donde pueda sentarse, solo está la cama en la que descansa y no quiero que se disguste más.

Me siento en el último escalón pensando en todo lo que tengo que hacer pero recordando que ahora es mi responsabilidad y no puedo estar sin verla dos minutos, Lisa me ha dejado muchas llamadas las cuales no puedo responder por ahora, debo darle la cara y responsabilizarme por haberla dejado todos estos días ha solas con todo sin decirle nada, supongo que Brad ya le habrá dicho que sucedió y ella misma pudo sacar sus conclusiones.

Cada vez que necesito permanecer enfocado sucede algo que me tambalea y empiezo a cansarme.

Hago otra llamada pidiendo que traigan los muebles necesarios, dudo en medio del tiempo pensando si a ella le gustaría hacerlo, eso la mantendría ocupada y distraída, la verdad es que no tengo mente para estas cosas, para mi estaría bien un par de sofás pero ella es mujer y es distinto, seguro querrá llenar todo de detalles, si lo pienso bien Lisa lo hizo con la mansión, Diana intentó hacer lo mismo y aunque no se pueda comparar a ninguna de las tres Vanessa quizás también quiera hacerlo.

Resoplo llevándome la mano sobre la frente.

—Lo mío son los negocios no las casas.

Veo por la ventana hacia el jardín, ni siquiera cortinas hay por el lugar, antes me gustaba así, el acceso a todo el espacio, poder ver todo lo que pasa allí afuera pero ahora con ella aquí siento que hay demasiado lugar libre.

—No puedo pretender que llame a esto su casa.

Veo la llamada que entra, de nuevo es Lisa, salgo hasta el patio para no molestar con el eco del lugar.

—¿Si?

—¿¡Dónde rayos has estado Pitt!? ¿¡Sabes todo lo que he tenido que hacer!?

—Lo sé, luego te lo explico.

—¿Dónde estás?

—¿Hay alguna emergencia?

—¿Dónde estás Pitt?

Veo hacia la casa. <<Necesito poner cortinas>>

—Lisa entiendo y comprendo tu molestia, me pondré al día con todo cuanto antes pero por ahora no puedo hacerlo, ¿Está todo bien? ¿Te sucede algo?

Resopla.

—Estoy bien, ¿Qué hay de ti? Supe lo que pasó.

—A mi no me ocurrió nada, sin embargo, Vanessa está mal y no la dejaré hasta saber que esté bien.

—No olvides lo que estamos haciendo, no podemos distraernos.

—Lisa.

—¡Tú lo iniciaste y tú lo terminas!

—¡Lo sé!—levanto la voz—No es necesario que me digas lo que debo y tengo que hacer. Si no hay nada más.

—Nada más.

Cuelgo la llamada.

—¡Maldición!

—Pitt—giro viéndola estar descalza.

—¿Qué sucede?

—¿Por qué levantas la voz?

—Nada, solo negocios, ¿Cómo estás?

—Bien—se acerca a mi—¿Me seguiste no es así?

—¿Quieres ver las flores?

—Pitt.

—Lo hice Vanessa, quería saber que hacías, no me importa si te molestas por ello, si no lo hubiera hecho aun estarías arrinconada llorando en ese lugar.

No me ve a los ojos.

—Hay muchas mariposas—dice caminando por el patio—Casa de las mariposas.

—Flores.

—Son tan hermosas—habla alrededor de ellas, la imagen que tengo ahora es digna de un cuadro para mi sala personal, las mariposas vuelan muy cerca de ella y por un segundo se siente como si todo estuviera bien.

La observo jugar dándole el espacio suficiente de que me hable sobre esa nota pero todo lo que hace es moverse por terreno hasta llegar junto a las flores sin girar a verme, vuelve a ocultarme su rostro y eso no me gusta.



Vanessa

—¿Sabías que en Dinamarca los agricultores tienen que cultivar el cinco por ciento de sus terrenos con flores de campo para las abejas por ley?

—No, no lo sabía.—dice acercándose a mi.

—Tienes muchas abejas.

—Solía estar lleno de picaduras e hinchado todo el tiempo que venía, creo que luego se acostumbraron a mi presencia.

—Tal vez pensaban que tratabas de perturbar a su reina.

—Podría decir que hice más que eso—sonríe—Ahora es una diosa y parece que me va a costar mucho hacer que comparta la sábana.

Giro a verlo con una media sonrisa en el rostro olvidando la roca en mi dedo y todo lo que me perturba.

<<Espera>>

—¿Acabas de decir que tengo un aguijón?

Se queda callado.

—Puede que te lo clave cualquiera de estas noches.

—Creo que ese sería yo.

—Sabes muy bien de lo que hablo, no te hagas el desentendido.

—¿Quieres ir dentro?

—Casa de las mariposas.

—Sabes que no me gusta ese nombre.

—Casa de las mariposas.

—Flores.

—Mariposas.

—¿Me harás un pataleo como una bebé?

—Puede que si.

—Entonces deberías empezar metiéndote el dedo en la boca.

—Idiota.

—O tal vez puedes usar este.

—Casa de las mariposas, Pitt Lennox.

—Solo si me gusta como te chupas el dedo.

—No me chuparé el dedo solo para complacerte.

—Casa de las Flores, Doncella de aguijones.

—No me gusta ese apodo.

De repente recuerdo el estado en que me encontraba hace unas horas y hago mi mayor esfuerzo por parecer estar bien, él tiene su propia vida y cosas que hacer, no me parece justo que solo se enfoque en mi y mis problemas.

Todos estos días ha tratado de sanarme y acercarse, sin embargo, cuando eso sucede no puedo evitar el apartarlo, no puedo estar de caricias entre caricias cuando he perdido la mitad de mi alma y por mi error.

—Acércate—sigue insistiendo y me aparto regresando a la casa, las horas vuelan y la noche no tarda en llegar, Pitt me toma de la mano hasta el jardín dónde incluso de noche las flores siguen siendo un deleite para la vista.

Tomo asiento en la mesa para dos que está bajo las luces que se estacionan alrededor.

Intento sonreír para que no sienta que desprecio su gesto, soy un desastre emocional y él no tiene que pagar por ello, todo lo contrario, ha estado conmigo todos estos días sin más y lo agradezco.

—Si debes ir a trabajar y hacerte cargo de la empresa no lo dudes, estaré bien.

—No te dejaré si así no lo quiero.

—¿Y no quieres?

—¿Parezco hacerlo?

—Solo que no quiero ser una distracción que te mantenga alejado de tu enfoque.

Deja las manos abiertas sobre la mesa.

—No sé cuantas veces tendré que decirlo, tengo prioridades y cumplo con ellas como lo estoy haciendo ahora.

—¿Y qué hay de Diana?

—¿Ves eso que llevas en esa mano?—asiento—Quiero que lo uses orgullosa y sin dudar de nada, no tienes razones para hacerlo, lo que no pertenece a nuestras vidas solo hay que sacarlo y listo.

Sonrío lento detallando al loco frente a mi, si la Vanessa de antes y la de ahora se hablaran una de ellas se negaría con todo lo que tiene a la posibilidad de vivir esta realidad fantasiosa en la que me encuentro aun después de haberme negado a ella.

Me pongo de pies caminando por el lugar.

—Vanessa.—me llama.

—Está bien, no te molestes.

—No estoy molesto—se acerca por detrás abrasándome—Solo quiero besar a mi mujer.

—Eres muy afortunado, tienes acceso a las mejores vistas y paisajes del mundo.

—Soy muy selectivo con lo que ven mis ojos.

—¿También es algo propio de los Lennox todo ese ego que se cargan?

—¿De verdad lo preguntas?

—Solo quiero saber a quien debo culpar.

—¿Y yo a quién debo culpar?

Me giro viéndolo a los ojos mientras él se enfoca en los míos haciéndome olvidar lo que estaba a punto de decir.

—Solo te salvas por tener mi color favorito en los ojos.

Vuelvo a darme la vuelta dándole la espalda.

—¿Salvarme de qué? ¿Una mordida, abrazo o un beso?—pregunta juguetón.

—Nada de eso.

—Entonces no lo quiero.

—¿Y qué es lo que si quieres?

—Primero podemos empezar por cenar y ya luego veremos, también quiero mostrarte los lugares que no conoces de la casa.

—Ni siquiera tienes cortinas.

—Me gusta como se ve.

—O muebles.

—Así puedo hallarte más rápido cuando te pierdas en ella.

                 

                     

                                     🦋🦋🦋

Es cierto que el luto es algo que lleva su tiempo y recuperación, pero no puedo permitirme tener trabas en el trabajo, futuros estudios y en mi vida, no es como ella querría que las cosas sucedan, no me gusta la manera en la que me siento con ese vacío penetrándome cada vez más profundo, necesito salir de el y continuar.

Trabajo para una empresa reconocida y muy exigente con cada uno de sus empleados aunque conmigo haya excepciones de las que me he permitido disfrutar, debo ser más responsable y actuar como lo que soy, sin importar o no quien sea para Pitt debo ganarme mi lugar y evitar los comentarios mal intencionados hacia a mi persona.

Hay mucho con lo que ponerme al día, ni siquiera pude disfrutar el hecho de revelar la remodelación del piso y ver la impresión en su rostro cuando entró aquí por primera vez.

—Veo que ya has regresado, todos estábamos a la espera de que la gran señora hiciera su entrada.

No tengo que darme la vuelta para saber quién es.

—Creí que estarías encerrada o algo por el estilo, escuché que habías matado a alguien pero al parecer también te has quedado sin audición, Vanessita.

—Diana no tengo tiempo para tus estupideces. De hecho, eres la única persona en este mundo que no deseo ver.—me giro enfrentándola con la retorcida sonrisa que lleva en su rostro.

—Que lástima, me verás mucho por aquí, no olvides que estás en mi empresa.

Viro los ojos.

—¿Qué?—continua jodiendo—No me dirás que no disfrutas de mi presencia—se lleva la mano sobre el pecho—Y yo que venía con toda la buena intención de darte mi sentido pésame pero luego escuché que tú lo habías hecho así que...

— ¿Acaso sabes de lo que estás hablando? ¿Entiendes que clase de comentarios son esos?

—Lo hago y tengo razón, tú mataste a esa pobre chica.

La mano me arde al chocarla contra su rostro, quisiera hacerle mucho más pero las lágrimas me nublan la vista, los pensamientos viajan hacia esa nota y a lo que no puedo dejar de repetirme.

—¿¡Y tú dime quién te crees para hacer eso!?—me empuja contra el escritorio—¡Aparte de roba maridos, violenta!

—¡Cállate!—le devuelvo el empujón—¡No sabes de lo que hablas, calla! —vuelvo y la empujo.

—¡Si lo sé!—se acerca a mi con altanería— Escuché a Brad hablar de ello con Pitt, la razón por la que mataron a Anna no es nada más que porque quiso recuperar algo valioso para su amiga, te la imaginas, lo que habrá estado pensado al estar ahí tirada desangrándose. ¿Habrá válido la pena?

—¡Mientes! De haber sido así Pitt me lo habría dicho.

Me aparto buscando el aire que me falta, la nota, las muñecas, la sangre en el departamento, todo me ataca repentinamente sin darme tiempo de procesar.

—¿Y por qué lo haría? No eres más que un pasatiempo, te lo he dicho una y otra vez, Pitt no te quiere, solo te usa hasta que se canse.

Veo el anillo en mi mano y giro a verla.

—¿Ya firmaste los papeles del divorcio?

Su rostro cambia.

—¿Qué?

—Que si ya firmaste los papeles, espero lo hagas pronto, tengo una boda que planear.

—¿Perdón?

—No te perdono.

Ve hacia mi mano y sonríe sarcástica recuperando el estado de seriedad de hace un rato, la veo a los ojos sin sentir nada, no logro sentir nada más que rabia después de esas palabras que ha dicho.

—¿Sucede algo?—inquiere Lisa saliendo de la oficina principal.

—Nada—digo regresando la mirada a mi escritorio.

—Se acaba cuando yo lo digo Vanessa.

Limpio mis ojos mientras tecleo el computador.

—¿Me has escuchado?—me toma del brazo girándome—Cuando yo lo digo.

—Veo que de verdad no tienes ni un centímetro de cordura o empatía, te quedarás sola Diana, sola y todos te odiarán.

—¿Crees qué me importa lo que pienses o sientas?

—Yo no, porque no lo hago, ni siquiera puedo permitirme tenerte pena o lástima, lo único que veo al verte es una vasija vacía, no hay brillo, alegría, felicidad, nada, no hay nada, y no se puede sentir nada por lo que no tiene valor alguno. Ahora suéltame.

Bufea.

—Diana suéltame.—advierto por segunda y última vez.

—Diana ya déjala—habla Lisa—Pitt está adentro y espero no pienses en armar un escándalo, sabes que muy bien que no te conviene.

Me deja el brazo con una sonrisa en su rostro mientras me ve, se mueve con la intención de apartarse y la detengo realizando el mismo acto que ella hace un momento con toda la fuerza que carga mi brazo en estos momentos.

—Te advertí que no me volvieras a tocar—la hago retroceder a la fuerza—Recuérdalo, usa esas pocas neuronas que tienes y hazlo, yo no soy la persona con la quieres jugar, si me lastimas no quedaré quieta en una esquina, aléjate de mi camino, no te entrometas y no verás una parte desagradable de mi que nadie desea ver. Ahora, tenga buen día señora Morfis.

—Lennox—aclara ella—uso el apellido de casada.

—¿Te duele?

—¿Qué?

—Ser tan estúpida.

—Es un defecto de nacimiento así que lo dudo—suelta Lisa tomándola junto a ella—No te preocupes Vanessa, ya puedes irte y por favor ignora todo lo que has escuchado.

—Por cierto, lamento mucho lo que pasó con tu amiga.—termina de hablar Diana, la chica por la que una vez sentí empatía.

Trago lento y camino como si nada, no quiero que me vean estar peor que esto, no puedo soportar los comentarios fuera de lugar y mucho menos estar aquí con ella jodiendome de esa manera.

—Vanessa.

—Bean—digo mientras continuo mi camino.

—¿Estás bien?

—Lo estoy—entro al ascensor ocultando mis lágrimas.

—¿Estás segura?—me sigue—No te ves muy bien.

Se acerca a mi sosteniéndome de los hombros, no lo veo a los ojos, quiero evitar el llanto y dolor que me ahogan, en cuanto muevo mi cabeza a un lado, no deseo que nadie más me vea así.

—Vanessa.

—Estoy bien Bean, lo estoy.

Las puertas se abren y salgo, lo escucho seguir tras de mi, no sé porque me sigue, no le he pedido ayuda y menos quiero su compañía, solo quiero estar sola.

—Espera—sostiene mi mano frente a la entrada de la empresa—Habla conmigo.

—¿De qué? Mi horario ya terminó y tengo cosas que hacer.

—Te llevaré a casa.

—No gracias, lo haré sola.

—Lo lamento, pero no creo que esa sea una buena idea—su mano llega a mi rostro.

—Entiendo que buscas perder esa mano—giro para ver a Pitt con la mirada que solo él puede tener puesta en su primo sin tardar en sostener su brazo—¿Qué le estás haciendo a mi mujer?

—¿Vanessa?—inquiere Bean confundido.

—¿Ves a otra por aquí?

—Pitt—lo llamo—Por favor vámonos.

—¿Estás bien?

—Quiero ir a casa.

—Yo me ofrecí a llevarla—insiste Bean—No se ve nada bien.

—Yo me encargaré de todo respeto a Vanessa, tú enfócate en lo tuyo y no estorbes.

—Yo no soy el único que debe enfocarse en lo mío, no te olvides de Diana.

—¿Qué olvido sobre Diana?

El enfrentamiento me aturde y no doy para más, me alejo rápido de ambos y dejo que se maten si eso es lo que quieren, no tengo cabeza para sus celos ni energía explosiva, solo busco un rincón donde estar.

<<Missael>>

Llego hasta un bus y entro sin mirar atrás, tomo asiento dejando la cabeza sobre el cristal. Mi teléfono tiene algunas llamadas perdidas de su número, marco logrando quedar con él, me envía una ubicación y espero llegar lo antes posible.

Lo que Diana dijo no deja de dar vueltas en mi cabeza, según lo que se la investigación realizada por la policía indica que solo fue un robo y lo que ocurrió después deja en claro que ha sido un novato, Anna seguro lo notó y por eso se defendió.

Camino por medio del parque viéndolo estar como un niño de diez años acostado boca arriba con los ojos cerrados sobre la yerba, no interrumpo su momento y hago lo mismo colocándome junto a él lo menos molesto posible.

—Reconocería ese aroma a vanilla aún debajo de cualquier roca.

—Lo siento. No buscaba despertarte.

—¿Cómo estás?

—¿Cómo lo estás tú?

Toma aire abriendo los ojos y quedando enfocado en las pocas nubes que hay, hago lo mismo girando a ver las pequeñas figuras que empiezan a tener forma sobre el cielo.

—Sabes que eres como mi hermana menor y te amo.

—Yo también te amo, Missa.

Las lágrimas que no he podido sacar salen solas, él se mantiene calmado con los brazos cruzados tras su cabeza y siento que por fin puedo ser.

—Ahora lo que haremos es seguir con nuestras vidas. Sé mejor que nadie como estás pero sabes que este no es el final, aún tenemos una larga vida por vivir ¿Lo entiendes no es así, Vanessa?

—Si—digo con poco aliento.

—Bien.

—¿Dónde has estado quedándote?

—Con unos conocidos.

—Lamento haberme ido y dejarte sin decir nada, es solo que no podia hacerlo y Pitt tomó la decisión de alejarme de aquí.

—¿Te sirvió hacerlo?

—Un poco.

—Entonces no tienes porque disculparte, más bien, ponme al día y ya deja de llorar.

Quisiera hablarle sobre lo sucedido en Italia pero no creo que sea el momento como tampoco siento la alegría que debería tener al hacerlo.

—Me estoy quedando con Pitt.

—Lo supuse, la última vez que lo vi dijo que te secuestraría. Al menos cumple su palabra, eso es algo bueno.

Sonrío en cuanto me siento sobre la yerba cruzando las piernas, noto que ha vuelto a cerrar los ojos, hago lo mismo y me permito disfrutar de la rica brisa que me golpea el rostro brindándome algo de paz, todo se siente en un total y completo equilibrio a mi alrededor.

Les di lo mejor de mi, y el tiempo me ha dejado la experiencia.

Ame cuánto pude amar, gocé de todo en abundancia, la vida yo disfruté y nunca me he negado nada.

Soy alguien que aprendió a vivir de tal manera y sin misterios, preciso de un instante para amar y olvido lo que tengo que olvidar.

Nos turnamos con las líneas de soy como quise ser de Ana Gabriel.

Esa canción siempre fue la preferida de Anna y termino de ponerme de pies junto a Missael, me acerco dándole un abrazo el cual me corresponde con la misma fuerza que se lo doy terminando por dejarlo libre girándome despacio.

—Han llegado por ti.—habla Missa mientras lo veo estar acercándose despacio con esa elegancia que posee.

—¿Qué haces aquí?

—Te he estado esperando.

—¿Cómo sabías que estaba aquí?

Le da una mirada a Missael y no creo que se haya comunicado con él como lo hacia con Anna.

—Te dije que dejarás de hacer eso.

—Solo te estuve observando hasta que terminarás.

—No tienes derecho de hacer eso.

—Si ya terminaste vine para llevarte a casa.

—Nos veremos luego—habla Missael a mi costado.

—¿Estarás bien?—inquiero viéndolo.

—¿Cuándo no he estado bien?

—Missa.—me preocupa lo que esté haciendo y con quién se esté quedando.

—No te preocupes y recuerda lo que ya te dije, vivir.

Lo tomo de la mano lo que no hace nada feliz a Pitt, le paso por el lado sostenida de mi amigo hasta quedar fuera del parque, me despido con otro abrazo, entro al auto y Pitt se queda afuera hablándole a Missael quien reacciona a sus palabras con un abrazo y se ve alegre, no escucho nada pero sea lo que sea de lo que hablen me alegra que el rey de su brazo a torcer con los demás.

—¿De qué hablaban?—pregunto cuando entra.

—Ya no quiero que llores más.

Sostiene mi mano de una manera suave pero la suavidad no evita la intención que tiene de conectar conmigo, sé que a pesar de la personalidad que tiene de verdad lo ha estado intentando, pero por más que quiera estar con él y lo aprecie no es la persona que ahora mismo llenará esa vacío que siento.

Es que cuando estoy con él siento que el dolor se vuelve más grande, no puedo evitarlo, cuando sus brazos me rodean el mundo se me derrumba y a la vez se me reconstruye junto a él y tengo miedo de eso.

—¿Hay algo que debas decirme?—inquiero viéndolo a los ojos—Algo sobre Anna.

—Nada. —su respuesta no me sorprende y no insisto, sé lo que Diana intenta con sus mentiras y no la dejaré afectarme, que se vuelva loca ella sola.

—Vamos a casa.

A veces los villanos te golpean y tu armadura no es lo suficientemente fuerte para soportarlo.

Te roban tu inocencia y el brillo de tus ojos, esos que jamás regresan, es casi imposible volver a ser la misma alma alegre que se fue alguna vez cuando en toda tu vida no has dejado de recibir golpes que no mereces.




Nota de autora: Hola, como es bien sabido los días de actualización de esta historia son los lunes pero estas próximas dos semanas lo estaré haciendo los domingos por falta de tiempo.

Gracias a todos esas personas que se mantienen votando, comentado o escribiéndome privado, no saben cómo me alegran al hacerlo, también a los que solo leen les agradezco mucho por ello.

Continue Reading

You'll Also Like

1M 163K 151
4 volúmenes + 1 extra (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso justo...
50K 4.4K 49
✮Trilogía Perdición✮ Libro I: "Luces, cámaras y dolor" Kadlin Banks, la actriz más conocida, famosa, y admirada del mundo, no es una diva mas de la...
476K 36.7K 54
El mundo da un vuelco cuando la primer mujer en la Fórmula 1 se hace presente en el Paddock. Camille Watson, hija del gran piloto de la F1 tendrá que...
540K 48.5K 73
La universidad Wandlung, una de las más famosas de la ciudad y prestigiosas. Su reputación cada vez es mejor y todo gracias a la fraternidad "Alpha"...