AMORES EXTRAÑOS "Yo Soy Betty...

By Andreamac__

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Un triángulo amoroso inesperado, surge de las cenizas de una Betty sin memoria. Ship: Ship: Betty/Armando/Nic... More

AMORES EXTRAÑOS "Yo Soy Betty, La Fea" Capítulo 1
Amores Extraños, Capítulo 2 "Yo Soy Betty, La Fea
AMORES EXTRAÑOS CAPÍTULO 3, "Yo Soy Betty, La Fea
AMORES EXTRAÑOS "Yo Soy Betty, La Fea" Capítulo 4
AMORES EXTRAÑOS "Yo Soy Betty, La Fea" Capítulo 5
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 6, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 7, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 8, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 9, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 10, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 11, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 12, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 13, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 14, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 15, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 16, Yo soy Betty la fea
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 17, Yo soy Betty la fea
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 18, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 19, Yo soy Betty la fea
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 20, Yo soy Betty la fea.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 21, Yo soy Betty la fea
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 22, Yo soy Betty la fea
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 23, Yo soy Betty la fea
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 24, Yo soy Betty la fea
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 26, Yo soy Betty la fea.
¡Hola! Tengo una duda.
AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 27, Yo soy Betty la fea.

AMORES EXTRAÑOS, CAPITULO 25, Yo soy Betty la fea.

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By Andreamac__

Armando se recuperaba rápidamente, esa semana paso de UCI a la unidad de cuidados intermedios con habitación privada, lo mantenían en constante sedación ya que tenía sus pulmones débiles y fue necesario entubarlo pero de una manera mucho menos invasiva y traumática comparada con la anterior.

Daniel y Betty se entendían cada vez menos, peleaban por todo y por nada, ambos estaban dolidos por las palabras que el otro les dirigía, esa mañana en particular tampoco sería nada fácil.

Be. ¿Daniel te iras sin comer? Ya tienes el desayuno servido. – Daniel la miraba con cinismo -

Dan. Gracias pero voy muy tarde.

Be. Ayer me reclamaste porque no te lo tuve a tiempo Daniel y ¿hoy simplemente no quieres? ¿Que pasa?

Dan. Comprende Beatriz, las cosas cambian de un día para otro, tú más que nadie lo debe saber ¿no?

Be. Listo si quieres seguir en esa tónica sigue, yo no voy a perder el tiempo contigo.

Dan. Si, lo sé, ahora resultas que pierdes el tiempo a mi lado, corre y recupera el que perdiste.

Be. No entiendo porque me tratas así, no te he fallado, siempre que me acercó me alejas, ¿que sucede? Sé que es difícil lo que está pasando pero al menos ponte en mi lugar y trata de entenderme, no te imaginas por lo que pasa, esto también me duele, es demasiado confuso para mí.

Dan. Claro... debe ser difícil estar enamorada de dos hombres y recordárselo a tu esposo todo el tiempo, ¿te alejo?... claro que te alejo, no pretendas que sea de repente y cuando tú quieras, no me gustan las sorpresas, tarde que temprano me dejarás por él, ¿acaso me crees estúpido? ¿Crees que no me he dado cuenta?, antes lo entendía por fingías ser discreta, pero solo andas metida en ese bendito hospital, pasas más tiempo con él que conmigo, que pretendes Beatriz, ponte más bien tú en mi lugar y ojalá entiendas lo que duele.

Be. Es que no entiendo, porque asumes que te quiero dejar, Sé que es difícil de entender pero ni si quiera te tomas el tiempo de hacerlo, no busque esto Daniel, no busque enamorarme de ti, casarme contigo, no busque nada de esto, pero aquí estoy y no me arrepiento de nada, mucho menos de mi hijo, de ti, esta es mi vida y soy feliz en ella, pero ahora recordé que también amo a otro hombre y no...

Dan. ¡YA CALLATE BEATRIZ! – dijo dándole un golpe a la mesa que hizo brincar a Betty del susto – ¡BASTA YA! No voy a soportar que me lo digas una vez más, si tan confundida estas te pido que no me escojas a mí, no quiero ser parte de tu miseria, pero decídete de una vez por todas y ¡Lárgate! ¡Deja de jugar!

Be. ¡NO ESTOY JUGANDO! No me hables así, que te pasa Daniel, en mi vida me habías gritado de esta manera.

Dan. Insistes en preguntar cosas que ya sabes Beatriz, mira... discúlpame, pero no soporto más esta situación, me voy a ir de la casa, ya no tolero vivir de esta manera contigo, prefiero quedar en "me hiciste feliz" y olvidar todo lo demás, en serio...

Be. Daniel por favor no te vayas, amor escúchame, prometo no decir nada pero no te vayas por Dios, Dany reacciona... te dije que te amo, te lo he dicho cada día.

Dan. Pero también amas Armando, Marcela me conto con pelos y señas tu relación con él y ya comprendo muchas cosas, no quiero ser yo quien te amargue la existencia – Daniel se dejó caer en el sofá, apoyo sus manos en sus rodillas y coloca ambas manos en la cabeza, lloraba – debo aprender y al igual que Marcela dar un paso al lado, ya no más Beatriz, yo no me merezco esto, no voy a pelear por ti, porque si tengo que hacerlo ya no te quiero. Al parecer los Valencias no merecemos el amor. 

Al pronunciar esta última frase, se levanto y  salió por la puerta, Betty cayó derrotada en la silla de comedor, viendo como su esposo, el hombre de su vida hasta hace unos días se iba, la dejaba, la abandonaba y la tiraba sin piedad a ese enorme mar de sentimientos que ni ella misma entendía, amaba a Daniel de eso no tenía duda pero también a Armando y era allí donde radicaba su problema.

Daniel lloraba mientras bajaba el ascensor, sentía como su corazón se partía en pedazos por su esposa, se había rendido, se había decidió a perderla, no podía luchar por el amor de una mujer, no podía rebajarse a eso, no podía retirarse sin dignidad, esa no era su posición, se suponía que ella ya era suya y tener que lucharla era confirmar que la había perdido.

En el hospital Margarita y Roberto estaban a la espera de que Armando despertará ya respiraba por si solo y estaban a la espera de que el efecto del sedante pasará, habían dejado a Tico con su tía Camila junto con Fer, no querían alterarlo había pasado por mucho.

Poco a poco Armando fue despertando, tenía un fuerte malestar general, la garganta le ardía, por los tubos, apenas y se le escuchaba la voz, tuvo que hacer gran esfuerzo para llamar la atención de sus papás.

Ar. ¿Como llegue aquí?

Rob. ¡Hijo! – Roberto y Margarita se abrazaron, llevaban todo un mes , ambos le dieron un fuerte abrazo, la escena le causa gracia pero se enterneció por la muestra de amor –

Marg. Hijo me has hecho tan feliz, has vuelto a nacer hoy Armando, no te imaginas el susto que nos hiciste pasar, pensamos que te perderíamos. – Armando sonreía – Roberto llama a todos, llama a Betty enseguida, debe venir en camino pero igual llámala.

Ar. ¿Betty?

Roberto salió a llamarlos,  todos dijeron que estarían allá en unos minutos, intento llamar a Betty un par de veces pero no contesto ni su celular ni el fijo del apartamento, llamo a su oficina.

In. Buenas tardes, ¿Ecomoda?

Rob. ¿Inesita? Como esta le habla Roberto.

In. ¡Don Roberto! ¿Como me le va? ¿Como esta don Armando?

Rob. Excelente Inesita, por eso llamo, para que me pase a Betty y avisarle, ella ha estado igual de pendiente que nosotros y de seguro querrá verlo.

In. Don Roberto, le cuento que Betty llamo y nos avisó que no vendría hoy, al parecer esta indispuesta, ¿ya la llamo a la casa?

Rob. Si pero no contesta, también a su celular y nada, ¿estará bien?.. Llamaré a Daniel a ver qué pasa gracias Inés, que este muy bien.

Roberto llamo a Daniel, tampoco contestaba estaba en una reunión y no tenía muchas ganas de hablar con Roberto así que de inmediato lo envió a buzón, Roberto supuso que estaría en reunión así que decidió llamar a Mariana la secretaria de Daniel.

Mari. Don Roberto, como esta? Si señor esta en reunión, desea dejarle una razón?

Rob. Dile que por favor apenas pueda me llame, gracias.

Margarita ponía al día a Armando, diciéndole todo lo que había pasado los días que estuvo en coma y cuando lo declararon muerto, habían llegado a un buen acuerdo con el hospital razón por la cual no demandaron.

Ar. ¡Wow! Estoy sorprendido mamá, que locura, parece que me estuvieras contando una película, es de no creer.

Marg. Hijo y lo mejor de todo es que Betty te recordó, ha estado tan pendiente de ti, de tu recuperación viene todos los días, dijo que no te odia ni nada, al contrario solo quiero verte recuperado.

Ar. ¿Betty?... – dijo extrañado – ¿mi Betty? – sonrió – en serio mamá y ¿como me veo? Ya hablaron con ella, ¿viene para acá?

Marg. Jajaja Ay Armando por Dios, Betty te ha visto en tus peores días hijo, eso es lo que ahora menos le importa.

Armando sonreía por la complicidad que a través de los años tenía con su madre, ella era su mayor soporte, su adoración, era como una madre para su hijo.

Rob. Hijo, ya llame a todos, menos a Betty y a Daniel, ninguno me contesta. –Armando tenso la mandíbula, los imagino juntos – Daniel está en una junta y Betty al parecer se siente mal, nadie me dio razón de ella.

Ar. ¿Está bien? pienso que deben ir a verla, que tal le haya pasado algo.

Marg. Tuvo una lesión en su costilla pero está bastante recuperada amor, no te digo que todos los días viene a verte, seguro tiene algún resfriado, no creo que este mal.

Ar. Ojala también venga hoy...

Poco a poco fueron llegando todos, Armando al ver a Tico solo supo llorar, extrañaba a su niño, era de una de las razones por la cual sentía que debía mantenerse con vida, recuerdo muy poco de esos días, pero tiene la certeza que podía escucharlos a todos aunque no recuerda sus palabras, todos iban y venían pero ninguno era Betty, estaba cada vez más ansioso, moría por verla.

En la oficina, Daniel acaba de salir de la junta, recibió el recado de su secretaría y de inmediato llamo a Roberto.

Dan. ¿Alo? Roberto ¿como estas? ¿Le paso algo a Armando? ¿Está todo bien? - pregunto con sincera preocupación - 

Rob. No al contrario, te llamaba para avisarte que por fin despertó, está ansioso por verlos a todos, estuve llamando a Betty pero no me contesta, llame a Ecomoda y me dijeron que no llego a trabajar hoy, ¿sabrás que tiene? Me dicen que llamo diciendo que esta indispuesta, ¿se encuentra bien? – ¿Indispuesta?, pensó Daniel –

Dan. A mi no me dijo nada –admitió avergonzado – ya la llamo, apenas sepa algo te llamo, ¿listo?, adiós.

Daniel llamo a casa y efectivamente nadie estaba, marco a su celular y no había respuesta empezaba a preocuparse, decidió llamar a donde sus suegros era su última opción.

DJ. ¿Alo? Buenas tardes, ¿Dany como esta mijito?

Dan. Bien Doña Julia, será que Betty esta por allá es que me aviso que de pronto la visitaba pero al fin no me confirmo – no quiso decirles la verdad –

DJ. Si claro mijo, ya se la paso, se pasó toda la mañana acá. –Betty pasó a regañadientes –

Be. ¿Si?

Dan. ¿Por qué te pierdes así? Tienes a todos buscándote Beatriz, que desconsiderada eres.

Be. A todos ¿quienes?

Dan. En fin... Roberto me llamo, Armando acaba de despertar de su sedación quiere verte. – Betty estaba feliz, la noticia le había causado la primera alegría de la mañana pero prefirió guardar silencio – tranquila no tienes que disimular, a mi también me tiene contento, espero tengan un lindo reencuentro, sin más no te molesto, adiós.

Be. No me cuelgues Daniel. Necesitamos hablar, en serio ¿te vas?

Dan. Si, ahora más que decidido, ya despertó me imagino que estorbo.

Be. Tú no estorbas Daniel Valencia, entiende eso.

Dan. Si, si Betty... chao – dijo colgando – empuñaba aun su celular le dolía tratarla de esa manera, pero era necesario, tarde que temprano ella dejaría de amarlo, era mejor acostumbrarse desde temprano.

Betty no salió corriendo al hospital, se sentía mal por todo lo que pasaba con Daniel, así que decidió quedarse un rato más con su papás y Julito, quería brindarles tiempo de calidad, todo lo que había pasado efectivamente los había alejado y no podía hacerle esto a su familia, ellos eran su presente.

Más tarde todos se empezaron a despedir de Armando, Margarita se quedó en el hospital pero fue a cafetería a comer, Roberto se fue con Camila y los niños, además iba a traerle más ropa a Margarita y quería dormir un poco, estaba muy agotado por todos estos días.

Armando se quedó solo, cada vez que escuchaba unos pasos se levantaba creyendo que era Betty, pero ella seguía sin aparecer, no entendía por qué no llegaba si según lo que le cuentan ella no se despegaba de él, seguro había pensado mejor las cosas y ya no lo quería en su vida, se acostó y se recostó dándole la espalda a la puerta, la luz del pasillo lo fastidiaba y no tenía quien le cerrara las persianas pronto se quedó dormido.

Betty llegaba al tiempo al hospital, estaba nerviosa, después de aquel incidente vería Armando tenía el estómago hecho nudos, no sabía que decir, que hacer, pero necesitaba verlo, su cuerpo lo pedía a gritos, lo recordaba, su corazón anhelaba su voz, y su mente quería comprobar que no era su imaginación, Armando, su Armando, seguía vivo.

Al verlo de espalda solo pudo recordar las veces que sus manos la acariciaron, eso la estremeció, la corriente eléctrica que sintió empezó en su pecho y termino en su intimidad, eso la ruborizó, la avergonzó.

Be. ¿Hola...? ¿Armando...? – Camino colocándose frente a frente a él, acaricio su cabello, estaba dormido – Margarita se dirigía a la habitación cuando vio a Betty a través de las persianas, decidió esperar a fuera, quería darles su espacio.

Al ver que no despertaba empezó a caminar por la habitación, la ansiedad no la abandonaba, cansada por estar de pie y al ver que nadie llegaba, se recostó en la camilla, a su espalda, y empezó a acariciarla, a recordarla, el tacto lo hizo moverse un poco pero seguía sin despertar.

Betty se levanta con mucho cuidado para no despertarlo y ese momento escucha su voz, su corazón latía a mil.

Ar. Mamá que bueno que llegaste, podrías por favor cerrar las persianas, me molesta la luz del pasillo, gracias.

Be. Bueno. – Armando paro oreja, tenía los ojos muy abiertos, tenía vergüenza de voltear – ¿así está mejor?

Ar. ¿Betty? – dijo volteando al fin – pensé... pensé que no vendrías, estás hermosa. Dijo con un deje de timidez. – Betty le contesto con una sonrisa de medio lado –

Be. Gracias. ¿Cómo te sientes? ¿Que locura no? – no paraba de sonreír, Armando estaba igual parecían un par de niños –

Ar. Si... aunque bueno, recuperaste la memoria, ¿cierto? - se ruborizo - 

Be. Si, ya... ya recuerdo todo, al parecer el choque de estrés que tuve toda esa semana me ayudo.

Ar. Mmmm... veo, veo. Y ¿cómo estás? Cómo va Julito... ¿Daniel?

Be. Julito esta enorme, cada vez se parece más a Dany... Daniel, y con él las cosas van más o menos, se enteró de lo nuestro.

Ar. Lo nuestro... sé escucha bien. Seguía mirándola con picardía con timidez, sonreía con una inocencia inusual en él.

Betty se mordía el labio inferior, estaba muy emocionada por hablar con él, le parecía irreal tener tantas memorias sobre "lo nuestro" en su mente, recordar toda la pasión que tenían en la cama la tenía mil, su cuerpo nuevamente reaccionaba con solo ver a Armando.

Be. Y ¿dónde están los demás? ¿Tus papás? Pensé encontrar esto lleno de gente.

Ar. Pues todos ya se fueron, mi papá se fue con los niños y con Camila, verla aquí, así con ellos, me pareció de lo más irreal, si supiera que esto sería lo que los juntaría lo habría hecho hace tiempo jajajaja

Be. Armando por Dios que cosas dices...!, que susto, que días más horribles nos hiciste pasar.

Ar. ¿Pasaste malos días? ¿Más de los que ya te hice pasar...?

Be. Lo de antes no es nada comparado a esto, pensar en que te perdía...perdíamos, fue muy duro.

Ar. ¿Por qué no te acercas un poco más a mí? Estás demasiado lejos para mi gusto.

Be. Aquí está bien – dijo poniendo dos pasos delante de la camilla – Armando negó con la cabeza, extendió su mano en busca de la de ella, ella se aproximó hasta poder tocarla, él la halo y la sentó en la camilla, nuevamente estaban frente a frente – Betty sonría tímida.

Ar. Justo aquí está bien. – Colocó sus dedos en su barbilla – Betty sudaba frío, estaba nerviosa por su cercanía, por sus recuerdos.

Be. ¿Qué haces Armando?

Ar. Lo que debí hacer desde el primer día que te vi – Betty lo esquivo –

Be. No puedo hacerle esto a Daniel.

Ar. Pero... ¿no me amas?

Be. Si te amo Armando, pero con solo amar no basta, no puedo destruir así mi matrimonio y empezar de nuevo las cosas mal contigo, no quiero engaños, no quiero seguir a escondidas, me da miedo que volvamos a fallar.

Ar. Quiero intentarlo contigo hasta que nos salga bien mi Betty – dijo sonriendo tan hermosamente como ella recordaba – Armando coloco la palma de su mano en su mejilla, y ella se acurró en ella, su tacto era necesario, su piel lo deseaba –

Él intento besarle un par de veces más pero ella seguía evasiva, esta vez haría las cosas bien, amaba a Daniel de eso no le cabía duda pero Armando era su alma gemela y no precisamente porque fueran iguales, sino todo lo contrario porque eran diferentes y él uno llenaba las grietas del otro, eran complementos perfectos y lo había entendido de camino al hospital, debían ser prudentes y esperar, Betty le confirmaría hoy a Daniel, se separarían.

Jugaron un rato más entrelazando sus dedos como niños, Margarita abrió la puerta en ese momento, ambos brincaron de susto, ella les sonrió complice, Armando tomo a Betty por la cintura.

Ar. Si me ama mamá, ¿cierto mi Betty? – La cercanía delante de Margarita le incomodó –

Be. Si doña Margarita pero quiero que tenga algo claro, no ha pasado nada entre nosotros, queremos empezar bien, Daniel ya está enterado de mis sentimientos hacía Armando y prácticamente él es quien me ha dejado, pero no quiero que sienta que lo deseche porque no es así, Daniel siempre será parte importante de mi vida, es el padre de mi hijo y yo lo quiero mucho, así que hemos decidido esperar hasta que sea el momento oportuno.

Marg. Me parece estupendo que manejen las cosas de esa manera, realmente Daniel es como un hijo para mí, me dolería verlo sufrir pero Armando siempre será mi prioridad, no te sientas avergonzada Betty ni pienses que me debes alguna explicación por el contrario cuenten conmigo para lo que sea que necesiten.

Be. Si señora, igual ya me tengo que ir...

Ar. No amor, ¿como así? – Armando se puso de todos los colores, llamarla así le tomó por sorpresa a todos, pero mucho más a él – ella solo se sonrió.

Be. Si tengo que ir por Julito, esta con mis papás, además Dany me dijo que se iba hoy y pues debo hablar con él, llegar a algún acuerdo.

Ar. ¿Prometes llamarme apenas termines?

Be. Si claro – dijo dándole un beso mientras le sostenía la cara, no quería sorpresas - Armando sonría por la precaución de Betty, se veía que ya lo conocía bien –

Betty se despidió de Doña Margarita pero antes de salir de la habitación le dio otra mirada a Armando, él la respondió lazándole un beso, ella siguió caminando, yendo de camino al carro suspiro sin saberlo en la habitación Armando hacía lo mismo, eran dos corazones que a pesar de la distancia, de las personas y del olvido estaban atadas de por vida.

Esa noche ya en el apartamento Betty había dormido a Julito, estaba ansiosa por la llegada de Daniel, sabía que sería una noche larga y no alcanzaría a llamar a Armando, así que aprovecho para marcarle antes de que Daniel llegará, Margarita contesto.

Marg. Hola Betty, ¿como va todo?

Be. Pues bien Doña Margarita, Dany no ha llegado pero no creo que pueda llamarlo después, por eso llamo ahora.

Marg. Hija está dormido, pero no te preocupes que yo le doy la razón, espero las cosas se den lo mejor posible.

Be. Eso espero, bueno Doña Margarita hablamos luego, ya lo escuche entrar, le da un beso de mi parte, descanse.

Daniel entraba a la habitación le vio colgar el teléfono.

Dan. Buenas noches Beatriz, Javier me espera abajo, vengo por la ropa, no me demorare no se preocupe.

Be. No me hables como si fuese una extraña, como si no fuese la madre de tu hijo. – dijo tomándolo del brazo –

Dan. Te trato como lo que eres, una extraña, ya no eres mi esposa.

Be. Pero sigo siendo la madre de tu hijo, espero me trates como tal, yo no pedí esto Daniel.

Dan. Para mi eres una extraña, ya no eres la mujer con la que me case, ella juro amarme.

Be. Esa no era yo o al menos no completa, no te voy a detener, solo quiero hablar, terminar en buenos términos, por Julito, no podemos iniciar un guerra.

Dan. Betty entiéndeme, tú amas a Armando y yo te amo a ti, estoy exhausto de palabras, tú te comportas como si todo estuviera dicho, tienes tus intenciones claras y el que las tengas así me duele en lo más profundo, pero yo siempre te miraré así, como diciéndote todo sin decirte nada, porque así me dejaste, así me pides que esté, callado, sin juzgarte, lleno de amor viendo cómo te vas. Quizás más adelante te entienda pero ahora solo déjame odiarte porque es la única manera que tendré para olvidar.

Daniel recogió tan rápido como pudo y se fue, sus palabras habían sentido a Betty, pero ya no había vuelta atrás, ella necesitaba y anhelaba tener a Armando en su vida, Daniel se despidió de su hijo mientras él dormía, le dijo a Betty que estaría con él todo el fin de semana mientras cuadraban la custodia compartida, se fue sin dirigirle ni una sola mirada, como si la habitación estuviese vacía y con un fuerte estruendo al tirar la puerta y así tan rápido como llego, desapareció.

Betty lloraba, no porque estuviese arrepentida, si no que con Daniel moría una parte de su vida, debía vivir su duelo, su perdida, pero era su elección y tendría que asumirla, esa noche fue la primera en años en dormir sola, sentía la cama demasiado grande, demasiado vacía, casi no durmió pensando en Daniel, pensando en Armando, esperando que esta vez les fuera mejor.

CONTINUARÁ

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