Conociendo lo prohibido ©️ (E...

By NarcirisFerrerV

549K 32.8K 13.8K

TRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I) Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes d... More

Conociendo lo prohibido
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6^
Capítulo^7
Capítulo^8
Capítulo 8/2
Capítulo 9^
Capítulo 10^
Capítulo 11^
Capítulo 12^
Capítulo 13^
Capítulo 14^
Capítulo 15^
Capítuto 16^
Capítulo 17^
Capítulo 18^
Capítulo 19^
Capítulo 20^
Capítulo 21^
Capítulo 22^
Capítulo 23^
Capitulo 24^
Capítulo 25^
Capítulo 26^
Capítulo 27^
Capítulo 28^
Capítulo 29^
Capítulo 30^
Capítulo 31^
Capítulo 32^
Capítulo 33^
Capítulo 34^
Capítulo 35^
Capítulo 36^
Capítulo 37^
Capítulo 38^
Capítulo 39^
Capítulo 40^
Capítulo 41^
Capítulo 43^
Capítulo 44^
Capítulo 45^
Capítulo 46
Capítulo 47^
Capítulo 48^
Capítulo 49^
Capítulo 50^
Capítulo 51^
Capítulo 52^
Capítulo 53^
Capítulo 54^
Capítulo 55^
Capítulo 56 ^
Capítulo 57 ^
Capítulo 58^
Capítulo 59^
Capítulo 60^
Capítulo 61
Capítulo 62^
Capítulo 63^
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 42^

5.8K 304 243
By NarcirisFerrerV

Pitt

Observo el anillo dorado atrapado en mi dedo.

Más que una venganza lo considero un castigo divino, pero es bien sabido que de eso no tengo nada y mucho menos trabajo de ese lado.

—Justo a la persona que quería ver.—Dahiana entra a la oficina sin necesitar presentación alguna, el día inicia con pilas y yo mantengo el control en su lugar hasta poder sintonizar.

—Supongo que sería una perdida de tiempo mostrar cortesía que no sentimos.—me quedo sobre la silla como si nada pasara.

—Si hay algo que me gusta de ti es la sinceridad, nunca hemos sido comadres y nunca lo seremos.

—Me gustan más carismáticas.—sonrío sarcástico.

—A mi alocadas.

—¿Derek o Diana?

No tengo interés de alargar el encuentro sabiendo lo obvio, ha venido a ofrecerse, primero Felipe y ahora ella, las cosas han tomado un ritmo inesperado pero que disfruto, antes de que lo sepan ya me habré deshecho de los Morfis, dándole donde más les duele, aún así las cosas no terminarán ahí.

—El imperio Morfis, mi herencia, he escuchado un poco sobre tus últimos movimientos y puedo suponer lo que cruza por tu cabeza.

—¿Y eso qué es?

Detallo a la mujer ante mis ojos esperando me revele todo lo que deseo.

—No me importa lo que hagas siempre y cuando nos dejes a mi hija y a mi fuera de ello.

—No creo que eso vaya hacer posible, contra ti no tengo nada pero el resto...

—Te lo compensaré.

Se adelanta a mi sabiendo que lo que tengo contra su sangre es mucho más que personal.

—Estoy abierta a las negociaciones, además de que escuché que has estado muy expuesto en los ámbitos familiares.

Felipe, Matilde y Bean. Ese trio me desespera.

—Ya estamos acostumbrados, también sabes que no es algo que se puede simplemente dejar.

—A mi me parece que quieres acabar con ellos, escucha Pitt, piénsalo bien y haz una buena oferta.

—No me interesa comprarles nada, están prácticamente en la quiebra, los socios y compradores que les quedan es gracias a mis contactos y si lo quisiera desaparecerían en cuestión de segundos, es más, he pensado en recibir algunos desahuciados.

—Acepto que estamos mal, pero no hemos visto peor, puedo hacer que subamos de nuevo he incluso superemos ese límite.

—Eso suena como un buen reto, lo tomo.

—Eres inteligente, sé que tomarás la mejor decisión tanto para ti como para los Lennox y esa es aceptar mi propuesta, soy mejor como aliada que enemiga.

—Ya que has tocado ese tema, tengo una pregunta que he querido hacerte hace tiempo,—acomodo la corbata sobre mi pecho—Conociste a mis padres, ¿No es así?— asiente—¿Qué sabes sobre aquella noche?

Traga saliva viendo al piso, el color de su cara cambia drásticamente tras mis palabras.

—No estuve allí.

Se pone de pies saliendo del lugar sin decir más nada.

Pensé que venía a negociar pero se espanto ante la primera ofrenda que le pido, así no se puede dejar pasar nada.

Nadie es inocente y me molesta que crean que pueden jugar conmigo.

Desde un inicio he sabido que Diana nunca dejará que nada sea tan fácil como aparenta, por eso cree esas pruebas contra Derek sin manera de que pudiera negarse a las acusaciones, es bien sabido que cuando se consigue tanto poder de tales modos ganas muchos enemigos, y esos mismos son creados por cada paso que has dado para llegar hasta donde estuvo él.

Cada una de esas ratas que lanzó fuera de su imperio tuvo un precio.

Ese es un recorrido en el que se debe dejar mucho de por fuera, por eso dejé todo en claro desde un inicio con los franceses, soy consciente del peligro que pueden representar y de ahí mi oferta de compra la cual rechazaron, cuando me deshaga de Diana encontraré un modo de pasar de la asociación que he creado.

Luego del escandalo he sabido que han perdido todo interés en los Morfis, apenas quieren mantener el contacto conmigo por nuestra alianza y es algo que ya me taladraba la cabeza, de todos modos mientras esto dura no perderé tiempo en sacar todo el provecho que pueda.

El plan siempre ha sido Dahiana y su debilidad por su hija, todo lo que sé por via de Nini y su antigua amistad con mi madre, de no ser por ella todos nosotros estaríamos en un agujero del cual no sabría como salir.

Estoy consciente de todas las propiedades bajo ese apellido, en unos minutos supuestamente bajo manos de Diana, mi esposa.

Siempre lo he dicho, Dahiana es una mujer astuta y de cuidado, mientras que los abogados ya hicieron su parte ahora el resto depende de mi.

Entro viendo todo estar tranquilo, es raro no ver pista de los perros hambrientos que moran los alrededores de esta casa, solo puedo ver a la loca que me jode la espalda.

—Te estaba buscando—le muestro el paquete en mis manos—Lo enviaron los abogados.

Lo abre y empieza a leerlo con ansias, es una chica lista y cuidadosa cuando no esta haciendo desastre ni arruinando la vida de los demás solo por caprichos, porque eso es lo que es, una maldita loca caprichosa que tuvo que cogérsela conmigo.

—Firma—le paso la pluma—Después de eso ya todo será azúcar y miel.

—Dejaré que mis abogados lo revisen antes.

Bufeo.

—¿No me dirás que ahora no confias en mi?

—Si lo hago—se levanta—Pero en vista de que últimamente ambos no somos compatibles prefiero tomarme precauciones, después de todo me ves como enemiga, entonces somos dos venenos viviendo en la misma casa.

—Una cosa no tiene que ver con otra Diana, me pediste ayuda y te la di, si de ahí no quieres tomarla de acuerdo—levanto la mano—Dahiana estará encantada en hacerlo.

—Mi madre no.

—O eres tú o lo es ella, por si no lo sabías se ofreció.

Camina hasta a mi, si no es una es la otra, ya estoy cansado de tenerla respirándome encima realizando intentos estúpidos y desesperados.

—Lo que sea que te haya ofrecido no aceptaste, ¿O si?

—No me interesa lo que vende, el punto aquí es que al menos ella si está poniendo su confianza en mi, a pesar de que ambos nos odiamos.

Me sirvo algo de vodka.

—A ella no le interesa las empresas ni nada de esto, solo quiere hacerle daño a mi padre, lo sabes, hará todo lo posible por herirlo y esta es la mejor forma.

—Al menos se preocupa por ti, aunque veo que no es reciproco.

Mi mano aún continua en el aire.

—Dame un día—pide—Los leeré esta noche y mañana te los entregaré.

—Haz lo que quieras Diana, solo te advierto ya que resultaron ser mejor que los tuyos que no tendré a mis abogados esperándote por mucho tiempo.

—Estás muy calmado, ¿Qué es lo que planeas hacer?

Lo que planee desde el inicio, acabar con todos y crear un nuevo imperio. Quiero ver como todos se postran ante mi, quiero escuchar a Felipe excusándose y tratar de salvarse de lo que viene. Haré que el mundo sepa que nadie puede meterse conmigo, hacer gozo de eso y salir ileso de ello.

No importa cuanto tiempo pase, no perdono. No olvido.

Está escrito en mis huesos. Mis venas quieren reventar por toda la presión que me consume, odio, venganza, resentimiento, un maldito pasado que no se puede borrar, son los motores que me mueven y solo existe una cosa que puede detenerlo.

<<Cinco cabezas sobre el tablero de juego>>

—Dormiré fuera.

—Pitt—me llama sabiendo que eso no tiene ningún efecto sobre mi—Te estoy hablando Lennox.

—Al menos que sea sobre los papeles ya firmados no me interesa.

—¿A dónde vas?

—Ya sabes la respuesta de eso.

—Yo me esfuerzo por mantenerme cerca de ti y tú solo por correr detrás Vanessa.

—Eso es porque no eres ella.

—¿Ella?—se burla—Aún no entiendo como es que el gran Pitt Lennox supuestamente ha caído tan bajo con una simple que nunca había visto nada hasta que entro a tu vida, y lo único que puede querer es envidiar y llegar a donde estamos.

—Vanessa no tiene nada que envidiarte Diana, así que por favor basta de hacer el ridículo, una y otra vez con lo mismo, no me afecta lo que digas sobre mi pero tengo mis limites cuando intentas volver a tocarme los granos.

—¿Hasta cuando?

Sus dedos se sujetan a mi mandibula llevándome a verla.

—¿Hasta cuando me harás vivir este calvario, Pitt?

—Tu miseria no tiene que ver conmigo Diana, tú misma te metiste ahí, y ya deja a Vanessa en paz, no tiene nada que ver en esto.

Remuevo su mano lejos de mi.

—Lo tiene, tiene todo que ver, anda por ahí como si fuera la dueña de todo y es porque tú la dejas, el que se acueste contigo la hace creer que tiene derecho de tomar decisiones que no le corresponden.

Su tono hace tiempo que dejo de gustarme, sé mejor que nadie las estupideces que puede hacer cuando no piensa y no pienso arriesgarme.

—Le tocas uno—me voy sobre ella sujetándola de los hombros—Un solo pelo y de verdad sabrás de lo que soy capaz por los míos. Ahora vete quiero estar solo.

La aparto de mi, lo que sea que tenga de perfume me da nauseas.

—Todo esto es tu culpa—vocifera perdiendo nuevamente el control empezando a golpearme—Solo tuya, si solo hicieras lo que te digo te ayudaría, podríamos ser los más grandes del mundo, ¿No lo ves? ¿Prefieres dejar eso por tu maldito orgullo?

Sus quejas y lamentaciones no hacen otra cosa que desesperarme a tal punto que exploto.

—¿Sabes qué? Creo que ya ha llegado la hora de nuestra escisión.

Una y otra vez, golpea el mismo sitio sin pausa, el eco que provoca es profundo, me desespera, hace que mi cuerpo y mente tomen voluntad propia llevándome al precipicio ha recordar cómo todo esto empezó y ella alardea como si fuera nada.

Se queda viéndome mientras me saco el aro del dedo lanzándolo a sus pies.

—Nos divorciamos.

Lo que más le aterra son esas palabras que saboreo sin disfrute, aún no, sé qué la llevo a su límite y a que haga lo que quiero, esta es la única forma que se trabaja con ella, es como se mueve y pues quién soy yo para no complacerla.

—No, no lo harás.

—Le avisaré a los abogados, así que si quieres puedes comenzar por recoger tus cosas.

No me esfuerzo en tener algún control, repito lo mismo que ella hace años, ya estoy al limite del asco con esta situación, lo real es que el tiempo se ha hecho mínimo pero han parecido mil siglos.

—Aquí es donde pertenezco, mi hogar, junto a ti, no iré a ningún lado y tú dejarás de decir todas las estupideces que dices.

—Esto no es un hogar Diana, abre los ojos, necesitas ayuda médica si de verdad piensas que esto por algún lado parece un maldito hogar, y peor aun, creer que de verdad me podrías poner correas.

—Déjame acercarme y lo verás—sus brazos llegan a mi—podemos ser felices si no los proponemos, tener un familia, hijos...

—El problema es que eso que dices si lo quiero, pero con otra, y a ella es a quien deseo a mi lado, no a ti.

—Tú...

El rostro se le llena de lágrimas mientras veo mis nudillos enrojecidos por el encuentro de ayer.

El momento llega y la prisa que me angustiaba se calma, pues ellos han sido quienes han venido a mi.

Descontrolarla me servirá para que no se de cuenta de lo que realmente sucede a su alrededor.

—¡Ya basta! fingiste violación cuando sabes muy bien que no fue así, ¿Sabes lo enferma que estás? ¿No entiendes lo ridículo que es caer así? Pereces desquiciada, al menos Vanessa si se da su valor como mujer, no estaría con ella de no ser así y porque sé que me dice las cosas a la cara sin importarle cual vaya hacer mi reacción.

Empieza a negar con la cabeza limpiándose el rostro.

—Ya estoy harto de esto, de ti, los Morfis, Felipe, Matilde, ya es hora de sacar la basura de casa.

—No dejaré que te deshagas de mi como si nada, vienes, sacas provecho de mi y luego piensas en irte como si nada.

—Exacto.

Tomo la botella.

—Además podríamos decir que realmente nunca estuve.

Se viene sobre mi tomando la botella de mi mano, la observo estrellarla contra el suelo provocando que todo salpique a nuestro alrededor revelando lo desesperada que está, es la viva imagen de una niña a la que siempre se le ha dado todo y cuando no lo recibe empieza con sus pataletas.

Desde un principio dije que esto no sería color arcoíris. Intentaron cambiarme, forzarme, apresarme y dominarme, esto es lo que obtienen cuando llevan una bestia como yo contra la pared.

No hay principios, educación o conciencia, hace tiempo que deje todo eso de lado cuando reconocí que lo que quiero entre mis manos no lo obtendría siendo suave, el mundo no lo es, nada en el se asemeja a ello.

Tu propia sangre te traiciona y apuñala por la espalda. Me dejaron sin ninguna opción, me acorralaron hasta tal punto de hacer lo que ellos quisieron, perdí el control de mi mismo y por consecuencia...

Este soy yo, en carne propia.

Lastima por Diana que no soy padre, niñero o un buen samaritano que sienta algo de conmoción hacia ella.

Sé que todo ha sido repentino y saque cosas que aún debía guardan, ahora debo moverme rápido hasta Dahiana antes de que vea el estado de su hija, es solo que ya no la aguanto más, no soporto tenerla un segundo más junto a mi.

—¿Todo bien?—inquiere Brad entrando en la sala, no sé que hace aquí cuando se supone debe estar cuidando de Vanessa.

—Por favor sácala de aquí, me está volviendo loco.

—¡No te atrevas a tocarme, ni se te ocurra! —Diana reacciona contra él.

—Entonces hazlo tú—habla Brad—Ya es suficiente de esto, aquí no te quieren y lo sabes.

—Tú no eres nadie para decirme que es lo que puedo o no hacer.

—Bien—acepta él—No soy nadie pero tú tampoco.

Diana bufea.

—Ya quisieras.

—Ante mis ojos Brad no es un simple chofer, así que ten más cuidado cuando hables de él.

—Ves, lo ves, pones a quien sea por encima de mi solo con el objetivo de hacerme sentir inferior.—vuelve con la lloradera que da dolor de cabeza.

Guardamos silencio.

—Ya te dije lo que debía Diana, ve con tu madre o haz lo que quieras solo que a kilómetros de mi.

—¿Y qué hay de Bean? ¿También lo echarás?

Respiro de pies dándole la espalda, ya el sabor que llevo en la boca es lo suficiente amargo como para empeorarlo, los nudillos de mi mano son la prueba, golpes, violencia, toda esa mierda ya la probé y no me sirvió de nada.

Supongo que he llegado a un buen punto de madurez en mi vida en la que estoy aprendiendo poco a poco como controlarme.

—Bean es igual o peor que yo—continua hablando cuando Lisa entra a la habitación, su actitud de ayer me tiene con humos en la cabeza y ella lo sabe, no me gusta el lado que está tomando haciendo que las cosas se compliquen más.

—Ahí está, pregúntaselo.

—¿Qué le pregunte qué?—me giro hacia la loca que grita por toda la casa.

—Ella sabe todo de Bean, ¿No es así?

—No sé de que hablas—se defiende Lisa sin lograr que la vea a la cara—Es obvio que Pitt y tú siguen con sus discusiones, creo que lo más maduro es que si tanto lo desean lo hagan en su habitación, ya que parece olvidan tenemos invitados en la casa y una de ellos realmente es irritable cuando se molesta.

—Está en la sangre—hablo viéndola—A pesar de ser pocas las mujeres de esta familia pueden resultar ser un verdadero dolor de cabeza.

—Al igual que las bestias con los que comparto sangre—dice ella—Todos demuestran que nosotras hemos obtenido toda inteligencia y serenidad que a ustedes les faltó.

—Me alegro por ello—busco otra botella de la cual beber, se supone que debería estar lejos de aquí sin embargo, siguen llegando más problemas.

—No solo compartes la sangre—Diana prosigue junto a Brad quien ve a Lisa—¿Dónde está Bean?

—A quien le importa donde esté —espeta Lisa—Es un adulto libre de hacer lo que desee, si deseas chismear sobre la vida ajena puedes hacerlo con las sirvientas, deben estar en la cocina.

—Me voy de aquí.

—No te vas—vocifera Diana—Aún no terminamos.

—Yo ya lo hice.

—La cena está por ser servida—la secunda Lisa—La abuela y todos esperan que podamos compartir como familia.

—Sería interesante ver como esta manada hambrienta se comparte algo.

Lisa se agacha levantando la sortija dorado del suelo, camina hasta Diana y lo pone en sus manos.

—Supongo que por ahora no tendré sobrinos—suelta sujetando su mano—Es una lastima.

La deja ahí parada y se aleja caminando firme sin verme.

—La cena estará en diez minutos, espero todos estén listos para eso.—informa antes de perderse entre las paredes.

—Brad.

—¿Si?—se mueve hasta mi lado.

—¿Qué haces aquí? Creí que tenías trabajo que hacer.

—Solo vine por unas cosas.

Me muestra lo que lleva tras su espalda, le doy una mirada a Diana quien espera con ansías para seguir con la dispuesta matrimonial y me doy cuenta que después de aquello lo mejor sería quedarme e intentar acercarme a Dahiana esta misma noche.

Observo los cristales sobre el suelo y me encamino hacia el comedor, tomo asiento en la cabeza de la mesa viendo los demás puestos desocupados, imagino a cada uno de ellos aquí y aun así quedarían unos tres espacio disponible.

—Esto te pertenece—habla Diana a mi costado dejando eso sobre la mesa—Ponlo de regreso en lugar antes de que alguien más lo note.

Respiro manteniendo la mirada en la silla vacía frente mi, esa asquerosa fragancia vuelve a chocar contra mis fosas nasales.

—Solo espero que lo vaya a comer hoy si sea decente—ignoro el circulo dorado a mi lado.

—Póntelo—exige en un tono mandatorio llevándose el enfoque de mis ojos.

—Hazme hacerlo.

Quedo viéndola.

—Veamos si eres capaz de ello.

Se queda tiesa viéndome, su mirada grita mil cosas pero las calla, sé que se viene en suplicas y llanto como siempre lo cual me saca de orbita, una mujer tan desesperante como esta por más bella o Morfis que sea jamás podría estar en mi vida.

—No será necesario, tú lo harás solo—dice tomando asiento en la silla de al lado—Las cosas no serán como tú quieres Pitt.

—Ya.

Matilde hace acto de presencia de la mano de su nieto preferido, me ve altanera siendo la cabeza y se mueve hasta el otro frente de la mesa, ocho puestos de distancia de su cabeza y la mía, es obvio que ve el anillo sobre la mesa y prefiere enfocarse en Diana quien le sonríe como si nada, Bean toma asiento junto a ella y solo espero porque esto acabe antes de empezar.

—Me ha parecido escuchar algunas dispuestas en la casa—empieza hablar la señora frente a mi.

—A Pitt le encanta darse a notar—habla Lisa quedando a dos puestos de mi.

—Eso es claro—prosigue Matilde—¿Dónde esta Felipe?

—Ya viene—responde Bean—Toda la familia se hará presente.

Carraspeo buscando donde están esas supuestas sirvientas con la cena y principalmente el alcohol que me mantenga desenfocado.

—¿Sucede algo Pitt?—inquiere Bean.

—¿Qué tal ese golpe? parece haber sido fuerte.

—He recibido peores.

—Del mismo puño supongo.—sonrío viéndolo estar algo explosivo.

—Ya habláremos de eso más tarde—dice Matilde—No entiendo como no les avergüenza realizar esa clase de actos en la empresa y frente a Dahiana.

—No creo que le moleste ver a su amante algo golpeado.

—Pitt.

—No son amantes—defiende Diana.

—Tampoco tú y yo.

—Buenas noches—se presenta el más esperado de la noche siguiendo directo hasta su madre, toma su mano, la besa y se sienta.

—Ya podemos empezar—dejo saber.

—Aún no he dicho eso—interrumpe Matilde.

—Seguro me importaría si esta fuera tu casa—levanto la mano dejando saber a las dos chicas que ya pueden servir, Dahiana entra al lugar tomando lugar a mi mano derecha, junto a Lisa y justo frente a su hija a quien tengo del lado izquierdo.

—Que bueno saber que soy esperada.

—Justo acabo de procurarte.

—Supongo que debo ser agradecida—me ve—Sé muy bien como corresponder con los que lo son conmigo.

Asiento mientras las mujeres de servicio preparan todo y nadie habla mientras sucede, si la noche fuese a correr de tal modo sería un logro.

—Yo agradecería si todos fuéramos más respetuosos—empieza Felipe llevándose la mirada de Diana—es una lastima que la educación no alcanzo.

—Felipe—habla Matilde—Creo que ya se ha dejado claro quien es el señor de este lugar, solo somos unos invitados y debemos ser los primeros en mostrar respeto.

—Pitt últimamente se ha visto envuelto en mucho estrés, no entiendo porque se molestan en tomárselo en serio—dice Lisa.

—Eso veo—replica Dahiana viendo el anillo que aun sigue donde lo dejo su hija.

—¿Qué tal tus manos, Pitt?—pregunta Matilde.

—Han estado peor y en mejores lugares.

—Todos sabemos eso—prosigue Felipe.

—Por ejemplo, les encanta encontrarse golpeándote justo como ayer.

Bean carraspea, lo que se llevo estuvo bueno y poco por meterse donde no le llaman.

—Eso no estuvo bien.—diálogo Bean nada contento.

—Recuérdame haberlo preguntado.

El último encuentro con Diana me ha dejado sobre una cima que me costará bajar, estoy a solo pasos de provocar una avalancha que ni se esperan y debo mostrar calma.

—No estuvo bien y lo sabes—vuelve aclarar—Se supone que eres el líder de una de las cadenas de empresas más importantes del mundo, no de un patio de gallos.

—A quien le interesa lo que digas, estás ahí porque te dejo, no quieras tomarte puestos que no te correspondan.

La calma se me quedó del otro lado del mundo.

—Tú tampoco actúes como si todos fuéramos tus empleados.—vuelve a enfrentarme Lisa.

—Mientras me mantenga donde estoy y ustedes donde los veo, si.

—Veo que todos disfrutamos de la cena—dice Dahiana—Todo luce delicioso. Además es claro que no pueden haber dos cabezas o más dominantes donde es obvio solo cabe una, y esa está clara quien es, Pitt.

—Aun está el problema de tu marido—especula Felipe—No creo que nada bueno vaya a salir.

—Ya no espero nada de eso—me ve—Estoy al tanto de todo y preparada para lo que viene.

—No es así—habla Diana refutando a su madre—Yo me haré cargo de todo de ahora en adelante—Lisa la ve—Pitt me ha entregado los documentos que mañana entregaré a mis abogados y todo quedará resuelto.

Dahiana mastica lento lo que se lleva a la boca.

—Espero Pitt pueda ayudarte con todo lo que necesites y como volver a ser lo que eran, aunque lo veo imposible—chismosea Felipe, no sé que pasa por su cabeza pero lo que sea se quedará allí.—De todos modos cuentan conmigo.

—Mi marido y yo halláremos la manera correcta de salir de esto.

—Siempre y cuando los Lennox no se vean más afectado de lo que ya lo están—defiende Matilde.

—Los Morfis y Lennox ahora son una única familia, lo que afecta a una también se ve reflejada en la otra—contradice Dahiana—Lo más recomendable sería volver a revisar las prioridades de cada uno, tanto en lo personal como en los negocios.

Me da una mirada la cual ignoro, sin duda los Lennox ya son un dolor de cabeza y con estas dos, una queriendo devorarme y otra buscando un pase libre sobrepasa los limites.

—Creí que sería una cena familiar no de trabajo—habla Bean.

—Bean tiene razón, dejemos los negocios para luego, aunque a mi también me interesa saber que sucederá al final de todo esto.—dice Matilde.

—He decidido que lo mejor por ahora sería estar unos días fuera de la empresa hasta que las remodelaciones actuales culminen, también hay algunas cosas personales que me gustaría resolver—prosigue Lisa ignorando el pedido de Matilde.

—¿A donde irás?

—No me moveré de aquí, solo necesito unos días para pensar.

—Si Lisa lo dice ha de ser por algo—se mete Diana llevándose una mirada agresiva de la misma—O tal vez solo requiere unos días a solas con su novio.

Giro a verla puesto que no se nada de ningún novio.

—¿Novio?—investiga Matilde, Bean baja el cubierto y Felipe se inclina sobre la silla enfocándose en Lisa.

—¡Upsss! ¿Era un secreto?

Lisa sacude la cabeza como si deseara arrancarle la cabeza a su cuñada.

—Pensé que ya todos lo sabrían.—se excusa Diana.

—¿Saber qué?—inquiero confundido.

Diana se sacude de hombros agachando la cabeza.

—Si empiezas algo termínalo.

—Lo siento, es solo que no me corresponde—Lisa golpea la mesa robándose el foco de atención—se me escapo—se disculpa Diana nuevamente, sé que me había estado tentando con el asunto pero no creí que fuese tan serio.

—No hay ningún novio—habla Bean—¿No es así, Lisa?

—Supongo que Bean es el más indicado para decirlo.—comenta Diana.

—¡Diana! —es lo único que le escucho decir a Lisa.

—Solo lo digo porque todo sabemos lo unidos que son los primos, desde muy jóvenes ha sido así y es increíble que se lleven mejor que incluso mi marido y su hermana.

—Eso no es cierto—se defiende Lisa—No existe ningún novio, y de ser así yo sería la primera en hablarlo.

—Creo que esta es una conversación asulda, todos en esta mesa somos adultos y Lisa ya es toda una mujer, que haga con su sexo lo que quiera—aclara Matilde—No me interesa que mi única nieta resulte ser casta, incluyéndote a ti Bean, Pitt ya tiene mujer y tú aun no presentas a nadie.

—No estoy interesado en las relaciones—afirma Bean—Las mujeres siempre resultan no quererme de la misma manera y empiezo a cansarme de eso.

—Tal vez porque lo que haces debería estar prohibido.—suelta Diana y esto empieza a sonar como una partida en la que no tengo idea que pasa.

—Diana, porque mejor no te esfuerzas en hacer que tu marido lleve bien la sortija de matrimonio, la cual levante una vez del suelo, sin embargo, no significa que vaya hacerlo cada vez que esta se caiga, ese es tú trabajo no el mío—espeta Lisa—la vida de los demás no es tu problema, entiéndelo de una buena vez.

Dahiana mira el anillo junto a mi.

—¿Te aprieta?—inquiere viéndome.

—Por Dios, aquí no hay amor ni sentimientos esperados, ya dejen el asombro.

—Para ti quizás no sea nada, pero no significa que yo sea igual—gruñe Diana.

—No grites a mi lado, si tanto quieres hacerlo vete a la selva.

—Es donde estamos, me hiciste venir a vivir a una y ni siquiera...

—¡Diana! —Dahiana calma a su hija—No es la manera de hablarle a tu marido, ni el momento.

Respiro mientras la noche prosigue como si nada, Matilde deja clara su posición acerca de los golpes recibidos por su hijo de parte de su propio sobrino, Bean dice que no le importa siempre y cuando no vuelva a ocurrir, Diana sigue con lo mismo y yo bostezo peinando mi cabello hacia atrás.

Dahiana no ha movido su mirada de mi y es obvio que espera una respuesta a su proposición, la hago creer que no me interesa, después de todo mi pregunta de esta mañana solo fue para restarle valor a su postura y exigencias, haciéndola que retire sus pasos, mientras Diana estará distraída con sus abogados haré que los de su madre hagan el trabajo final por mi.

Ya queda poco tiempo al igual que se agota mi paciencia.

—Nuestras familias están unidas a través de lazos e historias extremadamente sensibles—empieza Matilde en medio de la sala—Sería mucho de mi parte pedir que todo vaya bien, pero al menos me gustaría que la rebeldía que nos caracteriza se acople a sus lugares, Diana, la manera en que entrantes a mi casa no es de orgullo para ninguna de las dos partes, aun así se hizo lo necesario para que no pasara ha mayores, Pitt nunca quiso esta unión y siempre lo ha dejado en claro, la verdad no espero mucho de esto, y menos que me den algún bisnieto.

—Eso sería un desastre—continua Dahiana—Nuestros genes no pueden ser compartidos.

—De poder se puede—sigue Felipe—¿O acaso creen que estos han estado jugando a las tazas de té durante estos meses?

Sonrío bajo.

—Te sorprenderías—digo viéndolo—Puedo resultar no ser tan promiscuo como creen.

—Eso quizás ocurra en otras familias, pero los genes Lennox son distintos, hasta se podría decir que insaciables por lo cual es imposible el no ser promiscuo.

—Me encantaría darle su primer biznieto.—dice Diana a la cual veo como una causa perdida, no hay forma con esta loca y todos los escenarios que me imagino se ha estado haciendo en esa cabecita.

—Pagaría por ver eso—comenta Lisa con picardía—Digo, me encantaría tener una sobrina.

Me pongo de pies obviando todo lo que sigue después, Dahiana no tarda en seguirme atreves de la escalera y hasta el pasillo donde me detengo para escucharla.

—¿Ya lo has pensado?—inquiere viéndome.

—¿Ya quieres hablar?

—No hay mucho que pueda decir y te vaya ha servir para avanzar.

—Esa decisión es mía—aclaro—Mañana, en mi oficina, temprano y lista para resolverlo.

—Tengo mis condiciones.

—Las puedo imaginar.

—Déjala fuera de esto.

—No llegues tarde.

Una nada contra la gran ola que no sabe le viene encima y otra busca un barco doble; pero ola cómo esta que se acerca no se ha visto antes y mucho menos hay registro de ello, ya que nunca se ha reportado ningún sobreviviente.



Note de autora: Hola chicas, como siempre espero todas estén muy bien.

¿Y si hacemos una ronda de preguntas y dudas que tengas hasta ahora? O sea, en referencia a los capítulos que ya hemos leído, nada que pueda ser muy spoiler o cosas que aún no se desarrollan.

Deja las preguntas aquí, las estaré leyendo y contestando tus teorías, ideas y todo eso ⏳

Continue Reading

You'll Also Like

205K 14K 82
Ian Death or De'ath ha tenido una vida llena de dificultades y problemas. Y Danielle Sttraford ha tenido su vida y su futuro en bandeja de oro. Un dí...
47.3K 6.6K 16
ㅡ ¡Hyung! ¡Deje de mirarme así! ㅡ ni siquiera te estaba viendo, Taehyun. ㅡ ¡Y-ya! ((🌻)) BeomHyun 𓄳 Donde Taehyun envía cartas diarias a Beomgyu, ex...
2.1M 230K 61
¿Cuál es el trabajo de tu sueños? ¿El qué te paga un sueldo con el que jamás habías soñado? ¿O en el qué tienes un jefe ardiente como el infierno? ¿Y...
172K 15.8K 33
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...