Conociendo lo prohibido ©️ (E...

Bởi NarcirisFerrerV

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TRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I) Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes d... Xem Thêm

Conociendo lo prohibido
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6^
Capítulo^7
Capítulo^8
Capítulo 8/2
Capítulo 9^
Capítulo 10^
Capítulo 11^
Capítulo 12^
Capítulo 13^
Capítulo 14^
Capítulo 15^
Capítuto 16^
Capítulo 17^
Capítulo 18^
Capítulo 19^
Capítulo 20^
Capítulo 21^
Capítulo 22^
Capítulo 23^
Capitulo 24^
Capítulo 25^
Capítulo 26^
Capítulo 27^
Capítulo 28^
Capítulo 29^
Capítulo 30^
Capítulo 31^
Capítulo 32^
Capítulo 33^
Capítulo 34^
Capítulo 36^
Capítulo 37^
Capítulo 38^
Capítulo 39^
Capítulo 40^
Capítulo 41^
Capítulo 42^
Capítulo 43^
Capítulo 44^
Capítulo 45^
Capítulo 46
Capítulo 47^
Capítulo 48^
Capítulo 49^
Capítulo 50^
Capítulo 51^
Capítulo 52^
Capítulo 53^
Capítulo 54^
Capítulo 55^
Capítulo 56 ^
Capítulo 57 ^
Capítulo 58^
Capítulo 59^
Capítulo 60^
Capítulo 61
Capítulo 62^
Capítulo 63^
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 35^

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Bởi NarcirisFerrerV

Miércoles 8 de mayo.

10:13 Am

Pitt

Hace tiempo que entramos en territorio caribeño, si salíamos a tiempo con las nueve horas y media de diferencia mi plan era llegar en la madrugada, pero eso no se pudo gracias a que la señorita le dio por querer quedarse a acampar en medio del desierto hasta la media noche haciendo que el piloto y yo perdiéramos preciado tiempo.

El cielo está totalmente claro y pacifico, ella permanece con la cabeza metida en esa revista semanal, y yo no dejo de pensar en todo lo que me espera, las ganas de escucharlo me carcomen, los títulos en los periódicos deben estar vendiéndose como pan caliente, la prensa Islandesa y del resto del mundo siguiendo la noticia, la angustia de Diana, Felipe como perro faldero y Derek sin saber que lo golpeó.

Debo prepararme para la próxima avalancha que me viene encima en un contar de minutos, es inevitable que pronto nos encontremos todos dándonos las caras en este pequeño lugar.

La primera cabeza cayó pero eso no significa nada, aún las serpientes más grandes no han salido de sus nidos pero con este escarmiento dudo que permanezcan escondidas más tiempo.

—Señorita Dolan—digo al lado de la escalera al bajar del avión esperando a que carguen todas sus cosas—espero haya disfrutado del viaje.

Se acerca dejando un beso en mi mejilla.

—La veré en la oficina.

—Así será señor.

Entro al auto que espera listo y parto dejándola al cuidado de Brad, por más tranquilo que aparente ser sabe muy lo debe hacer, la seguridad completa de Vanessa ahora está bajo su cargo, <<tanto así es como confío en él>>

Gracias Nini.

No llevo prisa en llegar a la mansión donde sé todo debe estar de cabeza con Diana y sus lloriqueos, el sistema me avisa de la llamada entrante cuando apenas he logrado ubicarme en la carretera, no tengo ánimos de hablarle pero sabiendo todas las llamadas internacionales que he recibido sería muy descortés de mi parte no ayudarle a calmar su inquietud.

—¿Qué sucede Islandés?—inquiero con desdén.

—¡Pitt! ¡¿Dónde diablos has estado?! he tratado de comunicarme contigo por días, la situación es un desastre y tú lo aprovechas para desaparecer.

Espero a que se calme para contestarle luego de casi dejarme sordo.

Respiro.

—Por tu tono supongo que algo malo ha sucedido, ¿Qué es?

—Maldito mocoso, no me saltes con esas sandeces a este nivel, sé muy bien que debes estar al tanto de todo lo que sucede con Derek Morfis, tu suegro.

—¿Qué sucede con el padre de Diana?

Respira y yo sonrío.

—Pitt, escúchame bien, solo espero tú no tengas nada que ver con esto.

—Apenas sé de que hablas Felipe, aún no me dices que sucedió con el viejo y no dejas de amenazarme, cuando realmente quieras hablar aceptaré tu llamada con gusto, y por cierto, saludos a la abuela.

Termino la llamada.

Llego a la mansión la que para mi sorpresa se encuentra calmada como silenciosa, si acaso noto a alguien del servicio por aquí, asomo la cabeza hacia la sala y tampoco hay nadie allí, ¿estarán en la empresa? tomo las escaleras hasta la habitación donde me dispongo a desnudarme y tomar una ducha, el vuelo de regreso se me hizo eterno, todavía debo pensar en la explicación de mi desaparición la cual disfrute en compañía de Vanessa, sería estúpido decir que no estábamos juntos cuando no se presento a la oficina al mismo tiempo que lo hice, podría decir que le di algunos días libres debido a un improvisado viaje, pero nadie aquí es tan estúpido.

Diana ya me puso el ojo encima, aunque no deje de dejarle claro que nada pasará entre nosotros sé muy bien que no se dará por vencida tan fácil, después de todo duro años esperando por el día en que pudiera amarrarme.

Saco la camisa negra que veo en compañía del pantalón también negro, me coloco zapatos Stefano Bemer y cojo escaleras abajo.

—¡Pitt!—escucho me llaman cuando termino de bajar—¡Pitt!—se lanza sobre mis brazos entre lagrimas, la acepto y acaricio su cabello el cual está hecho un desastre.

—Ya me enteré—suelto—lo siento mucho—la despego viéndola a los ojos—pero ahora no es momento de llorar Diana, en cambio, debes arreglarte mientras yo contacto a todos los abogados, tanto lo de los Morfis como los nuestros, debes pedirles que busquen la manera de que puedas quedarte a la cabeza de todos los negocios de tu padre hasta que todo esto se resuelva, de otro modo me temo que tu madre y Derek se quedaran sin nada, a menos que tu hagas todo lo posible para tomar el mando y dirigir todo.

—Pero yo...

—Tranquila, cuentas conmigo, todo mi dinero y poder te respaldan, no habrá nadie que se pueda negarse a ti.

—¿Cómo haremos eso?

Sonrío.

—Ahora saldré a la empresa, hablaré con algunos contactos y esta misma tarde te diré lo que puedes hacer, es posible que tu madre quiera ser la que reclame el trono así que debes hablarlo con ella, quien sea de las dos que lo haga tendrá mi apoyo, por otro lado no sé si ella pueda hacerlo, tú ya tienes experiencia que ella no y...

—Yo lo haré—me alegra escucharla decirlo—soy su única hija y mi madre no podrá hacerlo, conozco el modo en que mi padre trabaja también sé que no le gustaría que ella se metiera en sus asuntos.

—De acuerdo—la acerco y dejo un ambicioso beso sobre su cabeza—ahora ve y dúchate, tengo muchas cosas que hacer.

Me aparto y empiezo a caminar hasta la salida.

—Pitt—volteo a verla—¿Dónde has estado?

Mi mente calcula una rápida respuesta.

—Necesitaba cerrar un importante negocio con los hindús, pero no te preocupes, ya está hecho, ahora tienes toda mi atención, lamento no haberme enterado antes.

—¿Y para eso debías de viajar sin avisar llevándote a tu secretaria contigo? Los dos a solas.

—No entiendo tu pregunta, además ¿de dónde has sacado eso?

—No, no es nada.

—De acuerdo.

Ella asienta y le doy espalda terminando de salir de la casa de juguete a la que le llaman hogar.

Necesito que se haga con todo el poder de los Morfis, así como mi esposa legal podría dirigir y hacer que las cosas se manejen a mi manera por un tiempo, claro está que Dahiana no tardará en sacar la cabeza y tratar de defender lo que supuestamente es suyo, a mi no me interesan sus cosas, solo intento recuperar todo lo que nos han quitado pero obvio que con intereses incluidos.

Por otro lado mantengo todo listo para su llegada, los dolores de cabeza apenas acaban de empezar y no es momento para dudar ni mostrar inseguridad, la cual no tengo para nada, estoy convencido de lo que hago y haré.

Incluso si eso me hace hacer cosas que no deseo ni quiero, todo sea por la causa.

••••••

Entro a la empresa y como siempre todo está normal, tomo el ascensor directo a mi piso, es como si su perfume permaneciera impregnado en mi y mi mente se encarga de recordármelo cada vez que me distraigo.

Paso directo por su escritorio y veo las documentos que hay en el, llego a la puerta de mi oficina, me tomo un respiro y me giro hacia el, enciendo el computador y veo el horrendo fondo que tiene su pantalla, tomo asiento, conecto mi teléfono y preparo algo un poco más artístico de ver.

Sonrío viendo lo que he hecho, lo apago nuevamente y me dispongo a entrar a mi oficina.

Observo el lugar.

Siempre me han gustado los lugares vacíos, solo lo necesario para mi estaba bien, pero ahora qué lo noto si hace falta un poco de decoración.

—Feliz cumpleaños por atrasado—se tira sobre mi soltándome un cálido abrazo—no creí verte tan pronto.

—Ya era momento de volver, tampoco creo que Diana te la haya estado dejando fácil.

Toma asiento y la sigo abriendo mi computador.

—Estuviste con Vanessa, ¿no es así?

Callo puesto que ya conoce la respuesta.

—Creí que habíamos quedado que te mantendrías alejado hasta que todo esto pase.

—¿Hay algo nuevo que deba saber?

Se toma un respiro.

—Nada, me hecho cargo de casi todo como pediste.

—¿Y Bean?

—¿Qué pasa con él?

—¿Cómo se ha portado? ¿no te ha causado problemas? su padre estuvo llamando, tan cordial como siempre.

—Apuesto que si, y acerca de Bean no hay nada de raro en él, te digo que no tiene nada que ver en esto.

Ya empieza de nuevo.

—Ya deberías de olvidar algo que sucedió hace años y hacer las pases con él...

—¿No te basta con que se encuentre trabajando aquí? además vive en la mansión, y todo eso es gracias a tu intervención.

—Somos una familia.

—Felipe y Maison también, más que eso, eran hermanos tal como tú y yo pero eso no significa que yo fuera hacerte lo que él a nuestra familia—intento mantenerme calmado sobre la silla, odio cuando toca este tema como si no fuera haciendo que se me descontrolen los nervios y termine hablándole en un tono que no es de mi agrado.

—¿Tú me perdonarías cualquier error?—inquiere y su pregunta me inquieta un poco—¿sin importar lo que sea nunca olvidarás que soy tu hermana?—los ojos se le llenan de lágrimas y me levanto hasta ella, no sé que sucede pero ya había notado que últimamente está muy sensible, debe ser el hecho de estar tan cerca de lo que siempre hemos querido lograr.

—¿Qué sucede?—me inclino hasta ella llevando su cabello hacia su espalda.

—Pitt—se lanza sobre mi apretándome mucho más de lo que lo hizo al darme la bienvenida—prométemelo—me pide entre sollozos—promételo—vuelve a repetir—hazlo por nuestros padres, ¿si?

Frunzo el ceño y me paro firme atrayendola a mi postura, seco su rostro y la pego a mi pecho, la última vez que la vi llorar fue hace años cuando no entendí por qué no dejaba de lloriquear luego del desastre causado por Diana en compañía de Bean, en aquel momento también me hizo prometerle que no preguntaría la razón de su llanto y porque no dejaba de disculparse.

Tal como le prometí, no pregunté en ese tiempo ni lo haré ahora o en el futuro.

—Está bien—la hago verme con esos hermosos ojos azules que tiene—nada en este mundo hará que te deje de lado.

Me sonríe y vuelve abrazarme—ahora dejemos esto y ponme al día con todo, hay muchas cosas que debo de hacer antes de su llegada—se seca el rostro y noto sus mejillas coloradas, me aparto y ella vuelve a tomar asiento contándome lo que dicen los abogados a cargo de la defensa de Derek y cuanto han decaído sus acciones.

—No volveré a meterme entre tú y Vanessa—espeta antes levantarse—pero por favor que esto termine lo menos mal posible—se levanta—ya sabes que Diana está loca y puede cometer alguna estupidez.

Definitivamente las mujeres de mi circulo están hechas para confundirme y sacarme de quicio.

—Pitt—me llama detenida al lado de la puerta—te quiero hermano.

Me quedo viéndola en silencio.  ¿Me quiere?

—¿Me dirás qué te sucede?

—Nada, solo quería decírtelo, puedes tomarlo como tu obsequio—me sonríe a medias.

—Y por cierto—hablo tecleando el computador—No debes preocuparte por nada, Vanessa no es nada más que un juego.

—Ambos sabemos que eso no es cierto—su voz es calmada.

Tomo la pluma azul y con la punta le doy dos toque a la mesa, ella no dice nada más y sale de la oficina dejándome solo.

Suspiro y busco el dichoso celular, las tantas llamadas perdidas no me molestan en lo mínimo, sabía que muchos lo harían desde mucho antes de que la noticia apareciera en los periódicos.

Diana aquí se encuentra como la encargada de Marketing, pero no cabe suponer que ahora esa posición estará vacía por un tiempo.

—¿Lograste lo que te encargue?

—Solo falta aprobación.

—Me informas de cualquier cambio.

Cuelgo la llamada que me tiene a esperas de una respuesta y reviso todos los documentos como contratos pendientes, las fechas estimadas de cancelación están todas cercanas, es el momento ideal de romper relaciones con algunos y crear nuevos y fuertes lazos con otros, se aproximan a nuestras puertas y debemos tener el espacio suficiente para recibirlos hasta que dejen de sernos de ayuda.

Me centro en lo próximo que haré, tomar el control del imperio Morfis no será tan sencillo como se ve, el mismo Derek hará todo lo posible para evitar que me acerque demasiado, apuesto que ya ha tenido que echar a mover los hilos por lo que no debo dormirme o quedaré arropado por las olas, en este momento la única que me es de ayuda necesaria es Lisa, el resto no puede ni debe saber en lo que trabajo, aunque también por alguna razón siento que no cuento con todo su apoyo y concentración en este momento que más la necesito.

Veo el correo que he recibido de parte de los franceses, todos buscan y ven las mejores salidas con los mejores salvavidas, los ignoro y reojo quienes son los demás.

Las empresas industriales de maquinaria pesada de esta última década han avanzado como evolucionado dejando mucha competencia atrás, los Morfis se encuentran como los lideres a nivel mundial, <<o bueno se encontraban>> la empresa italiana que compré me servirá como un seguro, los franceses y su supuesta asociación los limitará de cualquier evento futuro que se pueda salir de mis manos, este fin de semana pasado perdí tiempo que no podía permitirme, ahora todo en vez de ser un disfrute empieza a reventarme la cabeza.

Camino en la casa como si nada pasara, veo a una de las chicas de servicio quien me dice que los demás se encuentran reunidos en la sala, me meto en mi papel y les hago compañía, Lisa se encuentra con las piernas cruzadas en una esquina del gran sofa, Bean habla de no sé que y Diana fija su mirada en mi.

—Bienvenido, llegas a tiempo—habla Bean.

—¿Si?

—Acabamos de recibir una llamada preocupante—cuenta Lisa—es sobre Derek.

—Me han informado que ha sido consecuencia de una malversación—tomo asiento y cruzo los pies fingiendo cansancio y angustia.

—¿Pero como es posible eso? digo, mi padre...

—No sabes todo de la vida de tu padre Diana, esa es la verdad, los cargos son muy grandes y no será para nada fácil ayudarlo, los abogados dicen que las pruebas en su contra son muchas y pues, la cosa esta difícil.

—Todos debemos mantener la calma—pide Lisa—todo lo que pase de ahora en adelante debemos enfrentarlo con valentía y sin bajar nuestras caras, la prensa estará encima de nosotros, principalmente de ti Diana.

—Lo sé—dice ella—viajaré a Islandia para asegurarme de que todo esté bien, ¿vendrás conmigo, no es así?

—Claro—afirmo—dije que te ayudaría y lo haré.

—También iré con ustedes—se presenta Bean—me gustaría se de ayuda lo más que pueda.

—No creo que eso sea necesario, de hecho si Pitt viajará con su esposa yo tendré que quedar a cargo de la empresa y me gustaría contar con tu apoyo.

—Lisa tiene razón—habla Diana—ella seguro necesitará de tu ayuda más que yo, ya tengo a Pitt conmigo y eso estará bien.

—No tengo problema con ir con ustedes, pero si me necesitas aquí—le da una mirada a mi hermana—me quedaré contigo hasta el final.

—Hablando de finales—me pongo de pies—estoy acabado, iré a la cama.

—Voy contigo—informa Diana y me toma de la mano, le sonrío y sigo como si nada, después del día que he tenido todo lo que deseo es un descanso.

—Hable con uno de los abogados en Islandia—me informa entrando a la habitación—dice que es posible que tome un cargo temporal pero se necesitará el permiso de mi padre o el resto de accionistas.

Me detengo de espaldas a ella y dispongo a quitarme los zapatos.

—¿Estás bien con eso?—pregunto como si realmente me importara.

—No lo sé, nunca me imagine haciéndome cargo de todo lo dee mi padre, además no siento que esté preparada para ello.

—No te preocupes por eso, Lisa y yo te ayudaremos, ya te lo he dicho.

—No sé si ella quiera ayudarme, digo, no parece estar muy contenta conmigo, creo que no le gusta que estemos viviendo en la misma casa, por eso estuve pensando que lo mejor sería que buscáramos otro lugar.

—Este es bastante grande, no entiendo lo que pasa entre ustedes, pero sea lo que sea ya déjenlo, no necesito más dolores de cabeza, además son amigas y ahora cuñadas, hagan un esfuerzo.

—Lo sé, y lo hago, pero es que ella...

—¿Qué pasa con Lisa?

—No sé, creo que se ve con alguien a escondidas y está estresada por ello, cosas mías no me hagas caso.

—¿Verse con alguien?—camino hasta ella—¿de qué hablas, las has visto o escuchado?

Niega con la cabeza y se muerde los labios.

—Pero el otro día la vi arreglarse y salir, parecía feliz, y a eso también se suma Bean.

—¿Qué sucede con él?—siento que empiezo a tensarme, ese solo está aquí porque Lisa así lo quiso y porque me sirve tenerlo vigilado, pero a la primera señal de alerta me deshago de él.

—Él también parece estar viendo a alguien, Vanessa se veía muy feliz la noche de la cena.

Me rasco la punta de la nariz y me muevo dejándola en su posición, no había escuchado ese nombre en todo el día y ahora que lo hago siento nostalgia e ira por recordar como se le insinuaba delante de mi, más su descaro de hacerme creer que tendría algo que ver con él.

—Creo que ha ella también le gusta.

—¿A qué viene todo esto Diana? ¿Qué me interesa a mi la vida personal de mi secretaria o con quién se acuesta Bean? ¿Por qué mejor no te concentras en tu familia y todo lo que debes hacer? mientras tanto yo me daré un baño.

—¿Por qué te molesta?

—Lo que me molesta es que hablas y hablas y no dejas los rodeos, ya sabes que no me gustan, siempre he sido claro contigo, lo que no entiendo es porqué a ti te cuesta tanto serlo conmigo.

—Solo me parece extraño que hayas tenido tiempo de contactarla a ella y a mi no.

Viro los ojos, debe ser una broma, cuantas veces le he dicho que no me interesa su vida y lo que haga con ella, ¿por que si me importaría decirle sobre eso?

—Deja los rodeos.—pido enfrentándola—¿De qué ayuda me hubieras sido tú con ellos?

—No es a lo que me refiero.

—¿Entonces?

—Quiero que esta noche hagamos el amor Pitt.

Bufeo.

—Ya sabes lo que pienso sobre eso, así que déjalo.

—Has tenido sexo con ella, ¿no es así?

Ignoro sus palabras y entro al baño, tengo tantas cosas en mente y lo último que espero es una conservación con ella acerca de quien penetro y a quien no.

—Contéstame—insiste al lado de la puerta—¿te acostaste con ella? 

Desabotono la camisa frente al espejo, he tratado de ser amable y mantenerme en mi papel hasta que todo suceda pero con esta loca es imposible que pueda conseguir algo de paz.

—Me he acostado con media isla menos con esa, pero ahora que lo pienso puede que la agregue a mi lista.

Me quedo desnudo antes sus ojos y entro a la ducha.

—¿Podrías por favor?—pregunto dándole un vistazo—si quieres mi ayuda te la daré en cualquier asunto  menos en este, esto de aquí—le doy una mirada a mi miembro y luego a ella—esto no puede ayudarte con tu deseo, que tengas buenas noches querida esposa.

—¿Aún en este momento no dejaras esa actitud? últimamente he estado pensando demasiado y ya no sé lo que digo, se que jamás te fijarías en Vanessa—le doy paso al agua fría—ella está muy lejos de poder acercarse a nosotros, incluso si Bean lo hiciera solo sería por follársela una o dos veces y ya.

—Ten más cuidado con lo que dices Diana,—suelto serio, tenso y molesto por su comentario desubicado—ahora vete, no disfruto de tu compañía.

—Esperaré por ti, me gustaría que habláramos.

—Ya te dije que no disfruto de tu compañía, espero lo entiendas y me dejes solo por el resto de la noche.

—¿Eso que significa?

—La casa está llena de habitaciones disponibles, estoy seguro que alguna de ella logrará encantarte.

—Esta también es mi habitación y no me moveré de aquí.

Estrego mis manos con agua en mi cara.

—Ya me estoy cansando de esto, perdonaste a Bean y a mi aún me tratas como si no fuera nada, soy tu esposa, tu señora, tu mujer y debes tratarme como tal, no debería tener que exigirte el mirarme y aún así lo hago, te he dado tiempo y nada, solo corres por otras mujeres, incluso ahora cuando más te necesito me rechazas, pero recuerda esto Pitt, hoy tú me ignoras pero mañana tú serás quien pida mi atención. Te haré la vida un infierno.

—Ya lo es—vocifero—desde el mismo momento en que te cruzaste en mi maldito camino mi vida se convirtió en el mismo calvario—salgo de la ducha hasta ella—tú, tu familia, los Lennox todos me tienen harto, entiéndanlo de una maldita vez por todas y déjenme en paz, ya me han jodido lo suficiente—camino en busca de la puerta—ah, por cierto—me detengo—si es cierto que busco otras mujeres, eso no lo negare, ya lo sabes así que puedes dejar el can, además de que no te he mentido en ningún momento y tú lo sabes—me devuelvo hacia ella —así que ahora no quieras venir a jugar el papel de victima que no eres, nadie en esta historia lo es, no te toco, mal por ti, no te deseo es porque no hay nada en ti que me provoque hacerlo y jamás lo habrá , puedes hacer lo que quieras con tu vida, sal y busca otros hombres, es lo que más hay en este lugar.

—Eres el único que me interesa y lo sabes.

—Estás obsesionada.

—¿Y?—se acerca más a mi—tengo todo el derecho de estarlo, todos a tu alrededor hacen lo que quieren y tú haces como si nada y si yo me quejo soy la villana.

—Ahí vuelves, entiende que no entiendo de que hablas, pasas la mayor parte del tiempo haciendo suposiciones para las que no tiempo, no me interesan las quejas de una niña consentida.

—Esta niña consentida de la que hablas es tu esposa—me sigue hasta la habitación—y es la cara que verás junto a ti al despertar hasta el día en que te mueras.

Sus gritos descontrolados sin sentido son más de lo que esperaba, este matrimonio me llevará a la gloria o a la tumba, probablemente lo segundo antes de alcanzar lo primero.

Resoplo y tomo una toalla envolviéndola sobre mi cadera, agarro el celular junto con la billetera y salgo de ese nido, los asuntos familiares amenazan con robarme la poca estabilidad mental que me queda, si es que los dejo.

Tomo el pasillo hasta la habitación más lejana que encuentro, cierro la puerta y busco el baño en el cual pueda terminar con lo que empecé, entro a la ducha y me coloco bajo el agua, ¿acaso están difícil que comprenda que nunca entiendo de lo que habla?

Lisa ya es una adulta y puede verse con quien quiera, si me molesta que no me lo haya dicho pero le daré su tiempo, un viaje a Islandia no estaba en mis próximos planes pero que más da, o somos nosotros o es medio Islandia, llegado el momento me comunicaré con los franceses.

Cierro el paso del agua, salgo hasta la habitación, me seco el cuerpo y tomo la llamada que entra a mi teléfono.

—¿Qué tal?

—Como siempre, ¿qué hay de ti?

—Esperaba verte hoy.—su voz es sexy y seductora como siempre.

—No creo que eso vaya hacer posible, pero pronto haré tiempo y lo haré.

—No me has llamado ni una vez todos estos días, estás cambiando, ¿todo bien?

—Ya sabes—apago las luces—mucho trabajo.

—Te gustaría que te ayude a relajar, esta clases de llamadas son mi especialidad—se ríe.

—No será necesario, guárdame todo lo que tengas para cuando nos veamos.

—De acuerdo.

—Adiós.

Me acuesto ubicando bien la almohada bajo mi cabeza, empiezo a buscar el historial para ver qué ha hecho el día hoy, no hay llamadas ni mensajes de salida o de entrada, tampoco he recibido nada de parte de Brad.

Lanzo el teléfono al lado de la cama y cierro los ojos con una sonrisa en mi rostro deseoso de que el día de mañana llegué.




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