Aquel que te roba el aliento

By Leviatan616

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las vidas de las personas transcurrían normalmente, un martes como cualquier otro y faltando solo 15 minutos... More

Prologó: El incidente en la montaña.
Capítulo I: Aquellos sentimientos que prevalecen con el tiempo
Capítulo II: La larga marcha
Capítulo III: Mariposa en el estomago
Capítulo IV: Su nombre
Capítulo V: El problema de todos los días
Capítulo VI: Los rumores en el baño de chicas
Capítulo VII: El estafador, seductor y psicótico Doma
Capítulo VIII: El extravagante profesor de arte.
Capítulo IX: Las jóvenes
Capítulo X: Aquel joven
Capítulo XI: El extraño de la lejana época
Capítulo XII: Problemas en el barrio rojo
Capítulo XIII: Robo de identidad
Capítulo XIV: La compañía perfecta.
Capítulo XV: Sentimientos no correspondidos
Capítulo XVI: La sensación con nos llama.
Capítulo XVII: La reunión de los pilares
Capítulo XVIII: Agradecimiento
Capítulo XIX: Confrontación
Capítulo XX: Noche fatal.
Capítulo XXI: Fracaso
Capítulo XXII: ¡Deja de ser duro contigo mismo!
Capítulo XXIII: Ayuda inesperada
Capítulo XXIV: El recado del diablo
Capítulo XXV: Pesadilla verdadera
Capítulo XXVI: Advertencia
Capítulo XXVII: Epitafio
Capítulo XXVIII: Tren de media noche.
Capítulo XXIX: Palabras que quiebran el alma
Capítulo XXX: Amigos de armas
Capítulo XXXI: Incremento de poder
Capítulo XXXII: Buenos términos
Capítulo XXXIII: Sinceridad
Capítulo XXXIV: Seres nocturnos
Capítulo XXXV: Del ocaso al amanecer.
Capítulo XXXVI: Desaparecidas.
Capítulo XXXVII: Gritos en la oscuridad
Capítulo XXXVIII: Ojos de serpiente.
Capítulo XXXIX: La noche de la furia
Capítulo XL: El ejército de un solo hombre
Capítulo XLI: El ultimo enfrentamiento
Capítulo XLIII: Siempre buscaremos la forma de estar juntos.
Capítulo XLIV: Final del camino.
Capitulo XLV: El lugar al que pertenecemos
Capítulo XLVI: Promesa

Capítulo XLII: ¿Quién es el demonio?

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By Leviatan616


Aquella desagradable sensación de miedo lo había abordado otra vez, en toda su vida solo había sufrido esa amarga sensación, siendo la primera hace trecientos años cuando se topó con la primera luna superior, Kokushibo.

Esa vez, el bosque, en el que se había topado con la luna superior estaba talado, no por la mano del hombre, si no, por las acciones del demonio, el cual con un solo movimiento taló la mitad del bosque, rebanando y descuartizando a todos los cazadores presentes, incluido el padre de Diavolo.

Alguna vez su padre le dijo que él era el más fuerte de todo su clan, en aquella época el actual patrón, líder de los pilares, había ido en persona para presentarse ante el líder de aquella familia que vivía entre las montañas, a costa de su propia salud había ido para conocer a esos espadachines que eran capaces de adquirir el poder de los demonios al momento de consumirlos.

— Es impresionante. — Comentó el Patrón—. Es la primera vez que escucho sobre personas que pueden adquirir la fuerza, destreza y velocidad de un demonio al momento de consumirlos.

El joven de cabello negro, de tan solo 15 años, se encontraba frente al líder del clan, un hombre de piel clara y ojos rasgados, aquel hombre vestía como un samurái, a sus espaldas estaban sus siete hijos, él como el líder del clan había recibido al patrón y había escuchado su propuesta.

— Como ve Patrón, esta aldea es humilde, y nos ha costado protegerla de los demonios, ¿Si nos volvemos cazadores de demonios podremos ayudar a nuestra aldea?

— Es correcto, la organización brinda pagos a todos los cazadores, además, podremos enseñarles a como enfrentarse a los demonios, y así evitar menos bajas. — Comentó el Patrón.

Después de haber cerrado el trato, todos los hombres del clan partieron hacia la cede de los cazadores, ahí fueron instruidos por los mejores espadachines de la época, los 5 pilares, cada uno representaba un derivado del sol, como lo eran, el pilar del fuego, el agua, el viento, el rayo y la roca.

Una vez instruidos, los 25 hombres del clan, de los cuales se incluían los 7 hermanos, todos ellos recibieron distintas misiones para exterminar demonios, pero también, se les había encomendado el capturar demonios con vida para encerrarlos en un bosque de glicinas el cual recién comenzaba a crecer.

Siempre que capturaban demonios les arrancaban un trozo de piel, carne, hueso, o alguna pertenencia para así poder apropiarse de las habilidades de dichos demonios, esta acción era mal vista por parte de los pilares.

Después de una de las reuniones mensuales que tenían en la finca del patrón, los pilares del agua y el viento se quedaron, ambos estaban frente al retoño de árbol de cerezo que el patrón había plantado solo le llegaba a la cadera, pero con el tiempo sería un árbol muy frondoso.

— Mancillan su cuerpo consumiendo a los demonios, en que estaba pensando el patrón al aceptarlos. — Comentaba el actual pilar del viento.

— No hables tan fuerte. Además, eso no importa, nos ayudan con las cacerías. — Replicó el pilar del agua.

— Ellos se encargan de los demonios más débiles, casi todos a los que se enfrenta ni técnica de sangre demoniaca tienen, pero después de cada noche celebran como si hubieran hecho un gran logro.

El actual pilar del agua solo se quedaba en silencio, no había mucho que pudiera decir, en eso, su cuervo llegó con una carta atada en la pata.

— ¿De quién es? — Preguntó curioso el pilar del viento.

— Es de mi Tsuguko, Sakonji Urokodaki, esta entrenado para ser cazador, a sus 12 años ya vivió lo que nosotros en combate.

Mientras los pilares conversaban no se habían percatado de la presencia del hijo mayor del clan, el cual con rabia y frustración se presentó ante todos su clan.

— No nos valoran, nos subestiman, esto es imperdonable. — Anunció el líder frente a todo su clan—, Pero eso cambiará, pude escuchar sobre una misión que ocurrirá esa noche, iremos, le demostraremos que estamos a su altura.

Esa noche, los 25 hombres del clan fueron al punto de encuentro, y se adentraron al bosque, llevaban siguiendo a los cazadores hace unas horas, de pronto.

— ¿Qué hacen aquí? — Preguntó el pilar del viento—, Todos ustedes corren peligro.

— ¡Cállate! ¡No permitiré que nos menosprecien! — Anunció el líder del clan, desenvainando su espada.

— Idiota, nos estamos enfrentando a una luna superior, la elite de los demonios, morirán si se quedan, ¿Acaso no lo entienden?, váyanse, ahora...

Entonces, de lo profundo del bosque se escuchó un silbido, uno tan agudo que hizo doler los oídos.

— ¡Al suelo! — El pilar se abalanzó sobre el líder del clan y de su hijo.

El hijo mayor pudo ver como caían los árboles, cortados en diagonal, cayendo y levantando una gran nube de polvo, por el ataque colosal del demonio.

Entonces, el pilar del viento se alzó, seguido por el líder y su hijo, alrededor yacían los cuerpos despedazados de todos los miembros del clan.

— Esto es...— Murmuró el líder.

— Atento, no hay tiempo de llorar por los caídos, necesito de su ayuda. — El pilar apretó con fuerza la espada.

De la nube de polvo se podía ver una silueta que se aproximaba, un hombre con el cabello largo que portaba una espada rojiza, con forme se acercaba se sentía un aura de peligro, entonces, cuando estaba a pocos metros lo pudieron ver con claridad, aquel hombre tenía seis ojos, de los cuales dos tenían los kanjis para "primera luna superior".

— Sabía que este ataque quitaría del camino a los guerreros que no estén a mi altura, ¿Eres un pilar, cierto?, no eres el primero con el que me topó, por lo que te preguntaré, ¿Estarás a mi nivel? — Preguntó Kukoshibo.

— ¡Nosotros estamos aquí! — Anunció el líder mientras se tragaba un trozo de carne de un demonio que había cazado.

— ¡Vengaremos a nuestra gente, y a mis hermanos! — Agregó el hijo.

Entonces, Kukoshibo se movió como una sombra antes que el pilar pudiera actuar, el demonio tomó la muñeca del líder del clan, la giró haciendo que apuntara con su espada a su hijo, luego, con un puntapié en la espalda hizo que ambos se apuñalaran con sus espadas.

— Lamento esto, parece que estos dos se libraron por suerte de su destino. — Exclamó Kukoshibo colocándose detrás del pilar del viento.

Mientras el pilar del viento se enfrentaba al demonio, tanto el padre como su hijo se pusieron de pie, la apuñalada había sido fatal, no obstante, al momento de consumir la carne del demonio habían adquirido la curación que estos presentaban.

Una vez listos, fueron hacia el enfrentamiento, por donde iban había una destrucción total, ramas rotas, troncos partidos, e incluso, algunos árboles arrancados desde la raíz, entonces, lo vieron, aquel pilar del viento se enfrentaba en una encarnizada batalla contra la primera luna.

Kukoshibo se percató de la presencia de los dos extraños, cosa que le hizo perder la concentración por un momento, ante este descuido el pilar blandió con fuerza la espada, logrando partir la punta de la espada, a esto, tanto como el padre como el hijo se abalanzaron contra la luna.

— Estoy genuinamente sorprendido, ustedes han estado consumiendo demonios, interesante. — Kokushibo retrocedió mientras giraba sobre su cuerpo, moviendo la muñeca en un molinete, haciendo que la espada bailara en su mano—, veamos de que son capaz.

En un parpadeo, los tres cazadores cayeron al suelo, el pilar tenía la cabeza partida hasta la mitad en horizontal, el padre yacía en el suelo decapitado, mientras que el hijo estaba pardito por la cintura, perdiendo un brazo en el ataque.

Kokushibo se acercó al cazador moribundo mientras guardaba su espada, aquel joven cazador sintió una fuerte presión sobre él, como si un inmenso peso lo aplastara, era miedo.

— Solo, solo queríamos demostrar lo fuerte que somos...— Murmuraba con una voz quebrada—, Solo queríamos...

Kukoshibo se dio la vuelta, dándole la espalda.

— No me des la espalda, demonio asqueroso...— Bramó de rabia, hasta que sintió un corte en su hombro, desgarrando sus arterias.

Antes que perdiera el conocimiento, vio como el primera luna sacudía su espada ensangrentada para posteriormente guardarla.

Aquella amarga sensación era la misma que sentía ahora mismo, teniendo al pilar de la serpiente frente a él, demostrando su incapacidad para superarlo.

— ¿Sabes que hizo Ubuyashiki? — Murmuró Diavolo, arrodillado frente al cazador—, Nada...—, Tragó saliva y prosiguió—, Después de eso, toda mi aldea fue masacrada por los demonios, al verse desprotegida, algunos pudieron escapar, pero desconozco si nuestro linaje aun exista...

Iguro sintió algo de lastima por el cazador, a lo que le respondió.

— Existe. — Respondió el pilar—, Conozco a alguien que tiene un hermano con tu linaje, supongo que eres como su antecesor de muchas décadas.

Diavolo sonrió aliviado, y entre lágrimas dijo.

— ¿Y cómo se llama?

— Genya, Genya Shinazugawa. — Exclamó el pilar de la serpiente.

— Ya veo.

Iguro blandió su espada, dispuesto a ejecutarlo, un único golpe de su espada para arrebatarle la vida, y aunque tentado por esa muestra de humanidad que presentó en estos momentos, el cazador sabía que debía ejecutarlo como a los demonios, por todo el daño que hizo, y el tan solo hecho de no encontrar a Kanroji hacía que su ira volviera a florecer, como el fuego de la venganza que arde en su pecho. Pero justo cuando el cazador estaba a punto de darle fin a su existencia, este comenzó a reír de una forma maniaca, similar a la vez en la que reía cuando había anunciado su victoria en el puente, sin más miramientos.

Iguro atacó, no obstante, se escuchó un sonido desagradable, como el de dos espadas chocando, no solo eso, el ataque del cazador había sido frenado de al instante. Extrañado analizó la situación, Diavolo había frenado el ataque con la palma de su mano, que pese a dejar caer un hilo de sangre y haber cortado la carne, la espada ondulante del cazador no podía avanzar.

— Solo necesitaba un poco de tiempo, no sabía cuándo se manifestaría. — Diavolo cerró la mano sujetando con firmeza la espada del cazador—, Aun así, me alegró que haya tardado solo unos minutos.

Diavolo hizo una pirueta girando hacia atrás levantado el muñón en el que su pierna se había convertido, Iguro se vio forzado a soltar su espada, pero, aun así, un corte fino en vertical lo hizo estremecerse de dolor.

— Odio a los pilares, ellos siempre menospreciaron a mi gente, nos llamaron seres nauseabundos, odio a la familia Ubuyashiki, porque ellos me dieron la espalda y me arrebataron a mi familia. — Diavolo se colocó de pie, y del muñón se podía ver una afilada espada, rojiza y cubierta de arterias palpitantes—, Vengaré a mi familia, vengare mi honor, y recuperare a mi pueblo, cueste, lo que cueste—, Diavolo alzó la mirada, y ante la vista atónita del cazador, este mostró un tercer ojo sobre el izquierdo, en donde debía de estar la ceja, aquel ojo era rojizo como la sangre con un centro amarillento como el de las bestias nocturnas.

Iguro sentía como la sangre manchaba todo su cuerpo, las heridas habían sido abiertas por el impacto del ataque, de pronto, Kaburamaru soltó un bufido alertando del peligro al cazador, una sombra apareció por detrás acertando un golpe al suelo de madera, tan fuerte que partió las tablas y remeció la habitación, Iguro dio un volantín hacia un costando y brinco en el aire cayendo sobre sus pies.

— No...— Dijo con la voz quebrada—, Esto no es posible.

Las trenzas la delataban, aquel cabello rosado con puntas verdes se sacudía por causa de una especia de aura, al sacar el puño del suelo, la joven se giró revelando sus ojos brillantes esmeraldas con pupilas como las de los demonios, de su frente dos pequeños cuernos se asomaban.

— Kanroji. — Murmuró el cazador al borde de las lágrimas.

La mente del cazador solo centraba en la joven, su amada, que ahora convertida en demonio lo había atacado, haciéndolo vulnerable al ataque del Yakuza, Kaburamaru anunció del peligro, pero era demasiado tarde, un descuido hizo que Kanroji se abalanzara sobre él, clavando sus garras en los antebrazos del cazador, el cual no pretendía luchar, y entonces, una enorme ráfaga de ataques consecutivos hicieron pedazos la habitación, destruyendo el techo y las paredes, trozos de escombros cayeron al suelo, en una lluvia de concreto.

Koyuki, Ume, Gyutaro y Hakuji sintieron en la lejanía el vendaval ocasionado por el ataque del Yakuza, el cual, una vez más, sintiendo la victoria entre sus manos se mantenía en pie sobre los escombros de la habitación, los cuatro se giraron, y duras penas pudieron diferenciar la extraña silueta del líder de la mafia.

Iguro levantó una gran viga de madera y apartó un trozo de pared, saliendo a la superficie, y habiendo perdido de vista a su amada, en vez de eso, sus ojos eufóricos y llenos de ira se figaron en el extraño, el cual en un acto de arrogancia clavó la espada ondulante del cazador en los escombros, Iguro, no titubeo pese a ver la apariencia del extraño, al cual le brotaban varias espadas por distintas partes de su cuerpo, palmas de las manos, rodillas, tobillos, espalda, y codos, pero antes que el cazador pudiera atacar, sintió como una fuerte presión en su tobillo, tan fuerte que hizo crujir los huesos del cazador, al girarse, vio como de los escombros que estaban a su lado salía su amada, la cual sin reparos arrojó al cazador por los aires, pero por sus habilidades como pilar pudo frenar el impacto y caer de pie, pero entonces, aquella mujer a la que ama con locura apareció con un puño frente a él en un instante, el golpe lo recibió de lleno en el rostro, haciendo que su cabeza rebotara hacia atrás y hacia adelante, estampándose contra los escombros.

Su vista se iba difuminado, comenzaba a sentir frio, sus extremidades se engarrotaban, y sus heridas, ya abiertas por completo, dejaban salir torrenciales de sangre, arrastrándose por el suelo, el joven solo busco alejarse del combate, sabía que no sería capaz de luchar contra ella, entonces, la joven se abalanzó para acertar otro golpe directo.

Mientras tanto, los bomberos y pocos policías se acercaban a la finca de la mafia, y en ese mismo momento algunos vieron como esta se terminaba de derrumbar, levantando una inmensa nube de polvo, algunos dirían que por la forma que se demolió el lugar fue por causa de un meteorito, pero otros, los que estaban más cerca del lugar se quedarían cayados puesto que nadie les creería, ya que lo que vieron fue a una pequeña mujer golpeando la planta alta con tanta fuerza que terminó por demoler todo el lugar.  

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