Dragón

La misión

Regresando a la calidez de sus aposentos, la joven se sentó ante su tocador y abrió aquel baúl contenedor de sus secretos en forma de tinta, pasó las páginas con delicadeza y buscó una pluma para empezar a relatar su día, pero...

Un sonido sospechoso le despertó su sentido de alerta, no estaba sola...

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–¡Atrápenlos! ¡Se están escapando! –Si bien el reino Jordmakt es poderoso, rico y amigable, no es perfecto, tiene su gente trabajadora, holgazana, culta, inculta, bien portada, problemática, y este era el caso del más famoso grupo de bandidos, los Mareritts, un grupo de ladrones, que siempre hacía lo que quería y nunca eran atrapados, bueno, no hasta hoy...

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Egil, el más joven del grupo, sólo por un año, un muchacho de veinticinco años es un joven caracterizado por tener dientes afilados como los de un tiburón; como llegó al reino Jordmakt en una canasta se desconoce su origen y el linaje que justifica su dentadura, muchos especulan que él mismo se los limó en el pasado pero nadie está seguro.

Cuando era niño se escapó de un orfanato y con el paso del tiempo su desaparición se transformó en su fama de ladrón, se sabe que es por los años vividos en las calles, que conoce hasta el más mínimo rincón de todo el reino, lo cual lo vuelve alguien muy difícil de atrapar, de hecho, es tan hábil que puede trepar paredes más rápido que los caballeros, y es esto mismo por lo que los guardias lo perseguían, tratando de alcanzarlo por el robo de unos pedazos de carne.

Egil sonreía con triunfo, no sólo era poseedor de un amplio conocimiento del reino y una reconocible agilidad, también era demasiado rápido, saltaba de techo en techo y los demás caballeros no estaban a menos de un tejado y medio distanciados de él, pero estos eran perseverantes, y por la justicia y la preservación de la ley, irían hasta el fin del mundo persiguiendo a ese chico con tal de atraparlo.

El joven de cabellera amarilla verdosa y larga hasta por encima de la cintura, atada en una trenza algo torcida, llegó por encima de un puesto con carpa y viendo que los caballeros estaban a dos tejados de distancia saltó sobre la carpa, siendo atrapado por la misma pero igual estrellándose contra un estante de las telas, causando pavor entre las personas interesadas y el dueño que lloraba por el estante que no le sería pagado, el ladrón se quedó quieto y envuelto en la carpa esperando el pasar de los guardias, el sonido metálico de las espadas chocando con los refuerzos de sus escudos al correr, el oírles dialogar con los testigos y volver a salir corriendo le dieron la señal para salir corriendo nuevamente con un telar robado que emplearía para disfrazarse, el dueño iba a gritar por ayuda de la guardia real pero él ya había desaparecido en un callejón.

–No entiendo por qué hacen este drama, el carnicero desapareció y sería una lástima dejar que se desperdicie esta comida. –Hablaba para sí mismo recordando que no estaría a salvo hasta reunirse con los demás o llegar a la guarida donde los cinco amigos bromeaban, hace un día volvieron de haber escondido sus riquezas fuera de las tierras del reino y no tardaron en volver a su vida de robo.

Una risa llamó su atención porqué reconoció a la dueña; Lena, la hermosa hija de un joyero con quien compartía un pasado y un mismo sueño, acomodó su disfraz y corrió con ella.

–Hola hermosa, ¿Qué cuentas? –Le sonrió con encanto.

–Las veces en que te metes en líos desde temprano. –Le respondió la dama de piel blanca pero ligeramente bronceada y brillante cabellera roja, con una mano en la cadera y la otra sujetando sus compras, agradecida de que el negocio de su padre siempre esté a salvo y de hecho sea próspero por los robos del grupo.

–¿Cómo que líos? Sólo hay líos si atrapan a uno del grupo. –Alardeó el muchacho para cortejar a la dama de su misma edad pero el momento se vio interrumpido por un guijarro que voló a su cien, el ladrón con molestia giró a la procedencia del guijarro así como Lena, quien se asustó hasta que reconoció a quien les arruinó el momento:

Daven, el más fuerte de todos, un poderoso muchacho cuyo origen es tan desconocido como el de Egil, capaz de partir doce tablas de madera con un simple puñetazo, se dice que puede abollar las armaduras de los caballeros (aunque no lo haya hecho todavía), puede defender a su equipo sólo con sus propias manos, el corto alcance es su habilidad y debido a su altura de casi dos metros es muy temido por todos, y puede ser que él mismo se esfuerce por dar miedo, rasurando dos tercios de su cabellera café claro (a los costados), y con una mirada que ante cualquiera presenta la carencia del alma.

Luego de llamar la atención de su compañero, soltó un silbido alargado y ascendente de tono que era el lenguaje para advertir que un compañero fue rodeado.

–Como ahora. –Egil besó la mano de la dama y corrió con su compañero para salvar a quien sea de los otros dos que esté en problemas.

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Kaysa es una hábil maestra del disfraz y tiene tal capacidad de adquirir información, que deja paso a una oportunidad de robo de sus amigos, es por ella que Egil tuvo la misión de correr a robar carne debido a la desaparición del carnicero hace ya dos días, ser la única mujer del grupo de ladrones y una cazadora de información, no la privaron de aprender a luchar con el hacha, y también aprendió a disparar flechas. Se hizo una habilidosa guerrera, pero hoy no tuvo tanta suerte como siempre, los guardias que perseguían a Egil llegaron a la escena de la lucha con Kaysa y en un acto de cobardía o ingenio, unieron fuerzas con los caballeros ya presentes para acorralarla y tal vez capturarla y así, usarla como carnada para los demás.

Sobre Kaysa, sólo se sabe que su familia murió en un accidente y al ser enviada a un orfanato, logró escapar sufriendo mil y un peligros de las calles hasta ser salvada por Egil y Daven, quienes siempre la protegieron y respetaron como a una hermana, algo por lo que estaba agradecida y muy encariñada con ellos, aunque su actitud siempre fría y distante, junto a su rostro y carácter serios presentaban una imagen muy indiferente hasta para sus amigos.

Los combates a distancia, a veces con hachas, el escape y la búsqueda de información son su fuerte, pero realizar un combate con más de siete era ya un problema para ella (como para cualquiera) ahora mismo enfrentaba a doce guardias, una pelea muy injusta y que reflejaba la cobardía o el respeto de los guardias ante una mujer tan hábil pero problemática. Pero los caballeros ignoraban algo, si te metes con uno del grupo, vendrán las demás:

Daven arrojó un carrito de manzanas (casi a la mitad) contra tres caballeros, el miembro original hizo rodar tres barriles que tumbaron y noquearon a tres caballeros (los cuales cayeron sobre un charco de lodo formado por la tierra y el agua miel de los barriles) y Egil se colgó con un mecate de ropa para balancearse contra otros dos, dejando a Kaysa más igualada con los últimos cuatro, a quienes venció por sí misma y así los tres compañeros salieron corriendo con la ganancia de hoy, dos bolsas de carne y otras dos de oro y plata, conseguidas gracias a la habilidad silenciosa de Egil, las capacidades de "convencimiento" de Daven, a las seducciones de Kaysa al disfrazarse y a las capacidades de su líder para guiarlos, aquel que derribó los barriles desde las sombras y había vigilado la pelea de Kaysa hasta ver llegar a Daven y Egil.

Bjorn, el líder y "fundador" del grupo, se sabe que nació en Jordmakt, pero se ignora lo que pasó con su familia, sólo se sabe que vivió en las calles desde que era mucho más niño y que él no sólo reunió al grupo, también entrenó a cada integrante para cosas en especial que servían al grupo, es un estratega ingenioso y un poderoso guerrero que ha sabido siempre lidiar con los guardias del reino.

–Muchas gracias por la ayuda. –Dijo Kaysa mientras volvían a correr por los tejados.

–Hoy por ti, mañana por nosotros. –Le recordó Egil vitoreando otro robo exitoso.

–¡Atrápenlos! ¡Se están escapando! –Gritó el teniente del grupo que rodeó a Kaysa, pero era inútil; o estaban noqueados, o así como él, estaban terriblemente lesionados por el filo del hacha de Kaysa.

–¡Pobres ilusos! –Se burló Egil sabiendo que se perdieron de la vista de los caballeros y era seguro correr a la guarida.

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Sólo los chicos sonreían y hacían bromas por el escape, Kaysa permanecía sería como siempre, pero eso no cambiaba el hecho de que fuera un día tan emocionante como cotidiano, lo cual no le quitaba el encanto de ser un bandido siempre victorioso.

–¡Los dejamos humillados! –Presumía Daven listo para comer el motín de hoy, reventando a carcajadas.

–Para humillarse ellos no necesitan ayuda. –Remató Egil.

–Pero hoy nos toca divertirnos más con una hermosa dama, no lo olviden. –Recordó Bjorn listo para abrir la puerta de la guarida.

Cuán grande fue su sorpresa, al descubrir del otro lado de la puerta... ¡A un guardia de la familia real!

–¿Y se puede saber quién es esa hermosa dama? –Inquirió con los brazos cruzados y un porte que, causó pavor en los bandidos, estos abrieron los ojos con miedo y por primera vez su líder se olvidó de las estrategias, entrando en pánico gritó:

–¡Corran! –Y todos obedecieron, salieron despavoridos tratando de encontrar otro escondite, pero al tratar de correr, descubrieron que todas las entradas y salidas que Egil conocía fueron cerradas, hasta viendo por encima descubrieron que habían caballeros por los tejados, estaban más acorralados que Kaysa horas atrás.

–¡"Mareritts", por orden real de la reina Estrid y el rey Aren, quedan detenidos! –Proclamó un guardia que posó la punta de su espada contra el cuello del líder. –Y serán enviados a los pies de nuestros reyes para ser juzgados.

–... –Bjorn tragó pesado, pero con sólo recordar a su agente encubierto no hizo más que crear una broma para la ocasión: –¡Qué bien! ¡Hicimos algo muy grande para que nos juzguen los reyes en persona!

De inmediato, Egil y Daven captaron la broma y soltaron la carcajada, pero Kaysa no estaba complacida con las ocurrencias y la actitud infantil de sus tres amigos (o bueno, en esta situación, sólo conocidos inmaduros).

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La gran puerta del castillo fue abierta de par en par, con los veinte guardias enviados a la captura de los Mareritts, escoltando finalmente al grupo más perseguido de todo Jordmakt, las armas les fueron retiradas y habían sido esposados, Bjorn por delante, Kaysa la segunda, Egil de penúltimo y Daven al final para controlarlo mejor.

Los cuatro caminaban con rostros resignados para disfrazar su triunfo próximo con la idea de escapar esa misma noche.

Siguieron a los caballeros del reino a su mismo ritmo, admirando (como si fuese la primera vez) la belleza interior de los pilares de mármol con decorados de hierba pintados de oro para reforzar los pasillos externos y elevados, el aspecto siempre impecable de los muros, una nueva puerta de colosal tamaño, revelando un pasillo de tonos dorados, con armaduras de ornamento a cada metro y medio de distancia y las distintas pinturas de todo el linaje real, pinturas que admiraron con una sonrisa de respeto hasta llegar a la pintura de los actuales reyes de Jordmakt y al final del pasillo la pintura del príncipe Arie (joven apuesto con la fama de ser más amable que un niño pequeño) y la princesa Ludmila (una hermosa dama reconocida por todo el reino como una completa revolucionaria), una tercera puerta fue abierta de par en par y finalmente los bandidos llegaron a la sala del trono, donde después de ser acomodados en una hilera al centro, se les presentaron a los reyes:

–¡Su alteza real, el rey Aren! ¡¡La victoria del pueblo, el que reina como águila, nuestro compasivo y generoso! –El anunciador proclamó un rey amable y justo, pero desde la pintura que lo presenta como un bárbaro capaz de descuartizar a un dragón con sus propias, era claro que esa personalidad amable era para los bien portados vivientes de Jordmakt y sus hijos, pues miraba a los ladrones como a unos dragones agresivos, a los cuales les arrancaría la cabeza a la menor provocación, y la reina no era otra historia: –¡Y su noble majestad, la reina Estrid de Jordmakt! ¡La sana y valerosa, el amor de madre y la única reina! –Y aquella dama de una hermosa melena voluminosa de un amarillo más oscuro, conocida como una tierna madre para sus hijos y súbditos y la heredera sanguínea de Jordmakt, fruncía el ceño con profundo desagrado ante los cuatro jóvenes que fueron formados frente a ella y su marido, vaya que hacía justicia al retrato donde recrearon su primer casería de orco.

Los criminales hicieron una reverencia voluntaria, por más miedo que respeto a estas alturas, estaban algo nerviosos, pero posiblemente este asunto no sea más que un malentendido, ellos no pasaban de ladrones, aunque en un par de ocasiones tuvieron que cortar a testigos para escapar o hacer nacer una fama que inspirase respeto, ni siquiera mataron a un guardia real por el triunfo, entonces. ¿Qué hicieron?

Ahora lo descubrirían, o bueno, después de ser anunciados por el proclamador.

–Y nuestros acusados presentes, los "Mareritts": Bjorn, líder del grupo, Daven, los músculos, Kaysa, la espía, y Egil, el escurridizo. –Presentados con menos pasión que los reyes y sin apellido (por ser unos callejeros), los Mareritts intentaron incorporarse pero los guardias forzaron la cadena para que permanecieran en el suelo y con la cabeza baja.

–Entonces... ¿Estos son los "Mareritts"? Bueno, he de reconocer que son lo mejor de lo peor como criminales. –Admitió la reina incorporándose.

–Nos halaga, majestad. –Agradeció Bjorn todavía en el suelo.

–Es lo menos que puedo hacer. Después de todo, su más reciente crimen no tiene precedentes.

–... –Los cuatro quedaron callados pensando en lo último que han hecho: la noche anterior asaltaron a un borracho y luego se gastaron lo robado en alcohol y hoy, sólo fue carne de una carnicería cuyo dueño desapareció, y unas bolsas de joyas y oro, es un alivio que no alcanzaron a robar las verduras de la joven vendedora que también desapareció o tal vez todo sería peor ahora.

Pero todo guiaba a una nueva pregunta: ¿Cómo ahora los guardias reales dieron con su guarida secreta?

–E-eh... ¿Cuál de todos, mi reina? –Y Bjorn no fingía demencia, en verdad no entendía el drama.

–¡No finjan que no lo saben! –Ahora el rey dejó su trono para estar al lado de su esposa. –¡¡Será mejor que comiencen a hablar y tal vez su castigo no sea tan severo!!

–Bueno alteza, con todo respeto, esa carne se iba a pudrir con el dueño desaparecido y sin tratarla. –Defendió Egil la situación, y aunque fue bastante serio, Kaysa lo interpretó como una broma y le lanzó una mirada fulminante.

–¡¿La carne?! ¡No estamos hablando de su robo de carne! –Exclamó la valerosa, harta de los juegos del grupo encadenado. –¡Hablamos de su secuestro!

¿¡Secuestro!? ¡Tampoco han ido tan lejos! Sí, tomaron rehenes en una que otra ocasión, pero después los soltaban con un empujón para huir y no revelar la ubicación de su escondite, pero nada más.

–... Este... majestades, creo que esto no es más que un feo malentendido. –Se expresó Bjorn contemplando a los reyes de frente. –Nosotros no hemos secuestrado a nadie.

–A nosotros no nos engañan –Amenazó la reina. –¡Sabemos que ustedes secuestraron a los príncipes del reino!

–¡¿...?! –Los cuatro se estremecieron, palidecieron y sólo sus ojos salidos pudieron expresar el horror al saber lo que esa acusación significaba: –¡¿Majestad, está diciendo que Lula desapareció?! –Elevaron las cabezas al gritar, olvidando el protocolo, el miedo y el respeto, por el cariño que sentían por la princesa. Dicha reacción confundió a los monarcas, quienes se vieron mutuamente así como el resto del personal en la sala, o los Mareritts eran buenos actores, o su declaración de no ser los secuestradores era sincera. Algo no cuadraba en estos momentos.

Entrando por una puerta lateral de la sala, llegó un sirviente del castillo, presentando un porte firme y elegante, tenía un cuaderno entre sus manos.

–Ehm~ majestades, he realizado la investigación que me solicitaron y creo que~ –Trataba de anunciarse pero la reina le interrumpió:

–Luego hablamos de eso, Olao.

–¿¡Y cómo que "Lula"!? ¡Su nombre es Ludmila! –Corrigió el rey Aren a los cuatro.

Ahora los callejeros se vieron mutuamente para coincidir en su siguiente acción y estando de acuerdo, su líder habló:

–Rey Aren, sabemos que su hija mantuvo el secreto desde el inicio, pero ahora no vamos a callar; su hija sale muy seguido del castillo, están conscientes, pero ignoran que el motivo es para hablar con nosotros, entrenar y hasta jugar bromas inocentes, hemos mantenido esa estrecha relación por años y, bueno, le decimos Lula de cariño. –Relató más humilde.

–¡Qué ridículo, no se atrevan a inventar historias! –Protestó la reina, mostrando total indignación.

–Podemos probarlo: Su hija no tiene alimento sólido favorito, adora la hidromiel, así como a su hermano le gustan las frutas hechas jugo. –Dijo tranquilamente.

–Eso no prueba nada. –Discutió el rey con los brazos cruzados.

–Bueno, todo el reino sabe que la familia real ama a los animales, pero nadie sabe que ella le teme a los ratones por un tropiezo que la tiró de cara en un corrido de ratas y al ser recorrida por todo el cuerpo le dio un fuerte susto por creer que sería devorada hasta que ustedes mismos la salvaron. – Señaló Egil una anécdota como si hubiese estado presente.

–¡Bueno, eso~! –Lo reconsideró la reina.

–Y el príncipe Arie le tiene un apodo a Lula que nadie en el reino conoce, le dice "Manzanita" de cariño. –Dijo Kaysa como si fuera noticia vieja, pero todo lo contrario; el reino conoce que hay un fuerte lazo entre el príncipe y la princesa, pero nadie, nunca sospechó de un apodo tan raro como una fruta, los reyes se vieron mutuamente y justo cuando estaban por aceptar la declaración, Daven agregó su propio grano de arena a esta balanza:

–Y Lula hace tanto ejercicio entrenando con los guardias del castillo, y tiene una dieta tan equilibrada, que ella misma nos dijo que, ustedes no la obligan a usar corsé. –Sonrió Daven sabiendo que con eso bastaría, y así fue; las damas, incluida la reina, se estremecieron y pegaron un brinco, los caballeros y el rey se incomodaron como si la propia Ludmila estuviera en la sala completamente desnuda ¡Eso es algo que una dama no debería de revelar a nadie que no sea su mejor amiga! ¡Y que lo haya revelado un hombre ya era cosa seria!

–Precisamente por eso vine, mis reyes. –Se re-anunció el joven de cabello marrón y alargado, con unas extrañas puntas verdes al final. –La única pista que tuve en la habitación de la princesa fue su diario. –Y presentó el cuaderno pequeño. –Estaba abierto en el tocador de su hija, una página fue arrancada así que sólo leí lo que hizo el día de ayer. Para tener una idea.

–¿Ah sí? ¿Y qué averiguaste? –Se interesó la reina y ambos monarcas le dedicaron su atención, así como los bandidos, los guardias y los otros pocos trabajadores presentes ahí.

–Bueno, lo primero que plasma su hija es la localización de la guarida de los prisioneros presentes, así que de inmediato les dije a los guardias de ésta.

–¡Por eso nos encontraron! –Concluyó Bjorn, aliviado de que no hubo ningún error por parte de él o sus amigos, de inmediato recibió una orden de silencio por parte de los monarcas y Olao continuó:

–Como decía; les di la localización pero seguí leyendo, y resulta, que su hija no hace más que hablar maravillas de estos~ –Meditó cómo expresarse con los Mareritts. –...personajes. Idolatra a los cuatro por igual y comentó que Daven la salvó de estrellarse al caer de un árbol.

–Habrá sido un roble si Ludmila necesitó ayuda –Lo meditaron los reyes viendo al chico fornido que sonreía y se rascaba la nuca.

–Ella es muy temeraria, pero no se fijó en la rama que sujetaba. –Explicó él como si diera la hora.

–Exacto. Ella misma lo escribe así. –Confirmó el sirviente.

–... Esto~ esto es... Increíble... –La reina acarició su sien. –¿Cuánto tiempo ha sido así?

El grupo se lo meditó un momento, sí que han sido muchos años, pero una buena referencia sería la edad en que la conocieron:

–Bueno, sólo la vi una vez a los diez años, pero cuando nos vimos los cinco juntos fue cuando ella tenía trece. –Recordó Bjorn jugando con su barba de chivo.

–¡¿...?! –Todo el mundo se estremeció, hasta el joven sirviente dejó caer el diario de la princesa, revelando otro papelito suelto, se alarmó al ver ese papel y sólo alcanzó a exclamar: "¡Oh, mi lista de compras!" Antes de agacharse para recuperarlo.

–... ¡¿Doce años?! ¡Desde hace trece años ya eran buscados! ¿¡Por qué mi hija no los entregó en un principio!? –Demandó la reina.

–E-eso lo ignoro completamente, pero estos bandidos no dejan de ser ladrones, mis reyes, no quiero influir en su decisión ni nada que ustedes deseen hacer ahora, pero lo mejor sería encerrar a estos criminales de por vida y hasta perder la llave. –Dijo Olao recuperando el cuaderno y tratándolo con respeto y cuidado.

Los ladrones entraron en conflicto con el sirviente que reveló su inocencia pero igualmente pedía un juicio para ellos y lo miraron hastiados.

–No~ –Rechazó el rey la propuesta aun cuando su esposa acataría ello. –Mi hija sabía que estos muchachos son unos ladrones, pero no los entregó, los dejó ser, entrenó con ellos y fue una amiga tan íntima, que reveló hasta secretos muy privados para una dama como ella... –Meditó muy seriamente las piezas; las acciones de su hija, la preocupación de los criminales y que los guardias no hayan reportado la presencia de sus hijos en la guarida de ellos. –...Ella sin dudas vio algo muy especial en los cuatro...

–Eh... ¿Querido, en qué estás pensando? –Dijo la reina en voz alta.

–... Mareritts, por mandato real, ustedes serán perdonados por sus crímenes pasados. –Su esposa, el sirviente, los guardias y hasta los prisioneros se sorprendieron ante la decisión del gobernante.

–¿¡Pero qué has dicho!? –La reina exigió una explicación.

–¡Majestad, con todo respeto, no creo que piense bien en su mandato! –Intervino Olao, siendo acompañado por el apoyo de los demás sirvientes del lugar, mientras los Mareritts se regodeaban silenciosos en la elección del rey.

–Pero no va a ser una libertad gratis, se les dará una misión.

–Querido, no hablas en serio ¿O sí?

–Amor mío, voy muy en serio; nuestros guardias reales son entrenados desde los cinco primeros años para proteger a la familia real y a la gente de Jordmakt, lo sabes mejor que nadie, sin embargo, en más de diez años nunca fueron capaces de atrapar a estos muchachos, hasta hoy, que pudieron encontrar su guarida; y ya sabemos que estos jóvenes hablan con sinceridad al preocuparse por nuestra hija, sí queremos recuperar a nuestro heredero y a nuestra princesa, no nos queda de otra que confiar en el juicio de nuestra niña.

–¡Un segundo! ¿¡Estos delincuentes van a ser los salvadores del linaje real!? ¡Eso es absurdo! –Olao no lo quería aceptar.

–Absurdo tu "pelo moco". –Comentó Daven para callar al sirviente, no sólo él y Egil rieron, los demás guardias y hasta los reyes también soltaron una ligera risa por coincidir que el peinado de Olao daba una imagen ridícula, el joven convertido en broma sólo se quedó callado esperando a que los reyes se disculparan y lo defendieran con una sentencia oficial.

–¡Ay no lo puedo creer~! Je je~ Pero es cierto que mi hija siempre ha pensado lo que hace... Está bien –Lo decidió la reina luego de calmar sus risas.

–¿¡Qué!? ¡Pero mi reina...!

–Olao, tu ayuda fue más que suficiente, por favor, devuelve el diario de mi hija a su lugar y retírate por el resto del día. –Encomendó la valerosa reina.

–... Como usted ordene, majestad. –Hizo una reverencia y se retiró de la sala del trono.

–Entonces esto significa... –Bjorn pidió empezar de nuevo el asunto de la misión.

–Mareritts... su misión, como lo imaginarán, es encontrar y rescatar a nuestros hijos, a cambio, se les concederá su libertad y perdón absoluto por sus crímenes pasados. –Proclamó la reina mientras su esposo lo pensaba mejor:

–Cariño, creo que todavía es poco.

–Claro, a ver generoso ¿Qué más se merecen?

–Un deseo, cada uno, una recompensa por una misión tan peligrosa, es lo único que podremos dar como reyes, pero que nunca alcanzará como padres.

–... Es cierto.

El grupo se miró mutuamente, pensando en lo único que deseaban cada quien, le pidieron un momento a los reyes para hablar el asunto como equipo y formaron un círculo para murmurar entre ellos.

–¡Kaysa, esta es nuestra oportunidad! ¡Por fin seremos lo que siempre quisimos ser! –Dijo Bjorn a la chica más alta del grupo.

–¿¡Crees que no lo he pensado!? ¡De no ser porque Lula está desaparecida diría que es un milagro! –Exclamó ella, recordando el motivo principal que los llevó a esta situación.

–Pero oigan ¿Qué tan fácil creen que sea encontrar a los príncipes? –Reconsideró Egil conociendo las dimensiones del reino.

–Reconozco que será difícil, pero tampoco nos están dando una fecha límite. –Animó su líder.

–¡Oh! Pero por sus crímenes, he de advertirles, que sí rechazan la misión, les cortaremos las manos y serán condenados a cadena perpetua. Pero si aceptan, y no encuentran a nuestros hijos en cinco noches, les cortaremos la cabeza. –Agregó la reina, y su esposo no le discutió.

Quedaron perplejos por la nueva amenaza, dejaron su círculo sólo para ver la seriedad en los ojos de la reina y sonrieron para aceptar la condición muy a su pesar, volvieron al círculo:

–Bueno, es encontrar a los príncipes en cinco noches, o perder la cabeza. –Lo pensó Daven muy seriamente. –¿Realmente tenemos oportunidad?

–... No voy a mentir; no lo sé, pero oigan, es mejor cinco días y noches de vida y libertad, a ser encerrados y quedar sin manos, además, ustedes dos también pedirán algo cursi. –Se burló de los sentimientos de Egil y Daven.

–¡Cállese! –Se defendió Egil, con el rostro sonrosado.

–Pero creo que yo seré el único a quien no puedan concederle su deseo. –Lamentó Daven con un rubor menos leve.

–No lo sabremos si no lo intentamos. Hay que hacerlo también por Lula, ella lo haría por nosotros.

–Es cierto.

–No lo discuto.

–Me convenció con: "hacerlo por Lula".

Asintieron y volvieron a dar la cara con los reyes.

–Rey Aren, reina Estrid, por la amistad que tenemos con Lula, prometemos que vamos a encontrar, y si es necesario, rescatar a sus hijos de donde sea que se encuentren. –Prometieron arrodillados con respeto absoluto.

–Agradecemos que lo digan pensando en Ludmila. –Reconoció el rey con sinceridad. –Y sobre su recompensa...

–Alteza, de eso hablaremos cuando Lula y Arie estén a salvo, pero les aseguramos que no queremos, ni todo el oro de Jordmakt, ni el trono. –Interrumpió Kaysa con respeto a su majestad.

–De acuerdo, sí así lo quieren, capitán, libere a los prisioneros y recorra la noticia de su libertad y misión al resto de sus compañeros, y también al resto del reino. –Ordenó la reina.

–Sí majestad.

Y fue así como la misión de búsqueda y rescate, otorgada a unos ladrones, dio inicio.