The Stripper Ꞝ Sahyo

By Ss0ulx

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❥. ᭄ 𝐒𝐚𝐡𝐲𝐨 ★ Adaptación ❝ ¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apues... More

Sinopsis
Capítulo 1- "Doble Vida"
Capítulo 2- "Regreso a Miami"
Capítulo 3- "La Stripper"
Capítulo 4- "Nueva presidenta"
Capítulo 5- "Primer día"
Capítulo 7- "El baile"
Capítulo 8 -"El beso"
Capítulo 9 - "Perdiendo el control"
Capítulo 10 - "Le Coffee"
Capítulo 11 - "Dulce ilusión"
Capítulo 12 - "Confusión"
Capítulo 13 - "Regalo, Paseo, Conversación"
Capítulo 14 - "Juegos perversos"
Capítulo 15 - "Llegada inesperada"
Capítulo 16 - "Reencuentro"
Capítulo 17 - "Conociendo a la familia"
Capítulo 18 - "Un día diferente"
Capítulo 19 - "Un baile"
Capítulo 20 - "Volviendo a la dura realidad"
Capítulo 21 - "La venganza"
Capítulo 22 - "Perdidas"
Capítulo 23 - "Arriesgarse"
Capítulo 24 - "Fuck You All The Time"
Capítulo 25 - "Caminos cruzados"
Capítulo 26 - "Peleas y reconciliación"
Capítulo 27 - "Nueva Alianza"
Capítulo 28 - "Un día diferente"
Capítulo 29 - "Momentos"
Capítulo 30 - "El descubrimiento"
Capítulo 31 - "Confrontación"
Capítulo 32 - "Torbellino de sentimientos"
Capítulo 33 - "Caer en tentación"
Capítulo 34 - "Negociaciones"
Capítulo 35 - "Cosas del pasado"
Capítulo 36 - "Baile de máscaras"
Capítulo 37 - "Propuesta"
Capítulo 38 - "Cuestión de saber"
Capítulo 39 - "¿Quién manda en este juego?"
Capítulo 40 - "¿Todo estará bien?"
Capítulo 41 - "¿Mentir, si o no?"
Capítulo 42 - "Sorpresa"
Capítulo 43 - "El vuelo"
Capítulo 44 - "Secretos"
Capítulo 45 - "Irse ¿Sí o no?"
Capítulo 46 - "Decisión"
Capítulo 47 - "Lap dance"
Capítulo 48 - "Jaque-Mate"
Capítulo 49 - "Estrategia"
Capítulo 50 - "La nueva era"
Capítulo 51 - "Ajuste de cuentas"
Capítulo 52 - "La pérdida"
Capítulo 53 - "Nuevos tiempos"
Capítulo 54 - "La boda"
Capítulo 55 - "El poder"
La familia - Epílogo pt.1
Dos lados - epílogo pt.2
Querida Stripper - Epílogo pt.3

Capítulo 6- "Conversación y más tiempo juntas"

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By Ss0ulx

Park Jihyo's Point of View

Cuando finalmente di punto final a mi ensayo, oí al fondo el sonido de palmas lentas. Me levanté mirando el fondo del club, pero una fuerte luz de un reflector me dificultaba observar quien aplaudía. Caminé hacia al frente descendiendo las pequeñas escaleras hasta detenerme con nadie menos que Minatozaki Sana.

En ese momento yo me resumía en tres palabras: miedo, nervios y tensión.

La mujer me miraba con intensidad, que pude sentir mi cuerpo entrar en calor. Tragué en seco con el miedo gritando dentro de mí, ella me descubriría, y yo estaba jodida.

"Cálmate, se Jisoo, no tengas miedo. Se Jisoo "—repetí aquella frase innumerable de veces en mi cabeza.

—Hoy no es día de show —dije descendiendo totalmente las escaleras, y después me alejé de ella.

Sana caminó lentamente detrás de mí.

—Lo sé, solo que no pude esperar para verte nuevamente.

La voz de ella fue ronca, y arrastrada. Cerré los ojos intentando decirle a mis sentidos que no me debilitaran frente a esa mujer. Me detuve en una mesa, abriendo una pequeña botella de agua, tomando un gran trago del líquido frío. "Cálmate" repetí para mi misma cuando ella se acercó. Sana estaba con la misma ropa que vestía en su oficina.

—Estuviste maravillosa, Jisoo —podía sentir sus ojos sobre mí.

Respiré profundo y encaré su rostro sin demostrar mi desesperación por dentro.

—Solo fue un ensayo, pero gracias, ¿señorita...? —dejé la pregunta en el aire.

—Sana, soy Minatozaki Sana —ella habló extendiendo su mano en un saludo.

—Mejor no, estoy sudada —dije sonriendo.

—Tú estás... maravillosa —ella habló analizando cada parte de mi cuerpo, lo que para mi sorpresa no me hizo sonrojar —quería verte el otro día, pero supe que no habla con los clientes del club.

—Escuché que me quería ver, no imaginé que vendría nuevamente, muchos desisten en el primer intento.

Vi a Sana sonreír de lado.

—Ni yo, pero algo en mí me decía que tenía que verla de nuevo —ella dijo más cerca de lo que imaginaba —Yo no soy una mujer que se rinde fácil por lo que quiero.

Encaré sus ojos, estaban oscuros con un brillo diferente de lo normal, yo podría ver lujuria en ellos.

—Puedo verlo en usted, me parece que es una mujer decidida, ¿qué la hizo volver?

—Usted, únicamente.

—Imagino que ahora no quieres más, después de verme así.

—Sigo deseándote de la misma manera, Jisoo, o hasta más —ella descendió sus ojos por mi escote. —Usted consigue cosas que no se imagina.

Sonreí de forma maliciosa, mordiendo mi labio inferior.

—¿Qué cosas son esas? —susurré para ella.

—Puedo mostrarle si quiere...—Sana se acercó, quedando tan cerca que pude sentir su aliento en mi rostro, continué viendo sus ojos a través de la máscara que cubría mi cara.

—Usted es muy directa, Sana, me gusta. Pero no salgo con los clientes de aquí —dije alejándome.

—Puedo hacerla cambiar de opinión, Jisoo —ella habló haciéndome parar.

Su tono de voz era firme y decidido.

—Nadie nunca lo consiguió, Sana —dije sonriendo con desdén —¿Cree que será la primera? Usted ni siquiera sabe si gusto de las mujeres.

Ella sonrió abiertamente, caminando en mi dirección y deteniéndose a pocos centímetros de mí.

—Tengo la certeza que sí, Jisoo —sentí su aliento caliente en mi nuca. —Siento que a usted le gustan, pero si estoy equivocada, haré que le gusten.

Me giré hacia ella, quedando frente a frente, nuestros ojos en una batalla intensa. ¿Cómo ella podía ser tan arrogante y sexy? Ella rebosaba de poder, aquello me hacía estremecer. Su abrigo estaba abierto, dando una bella vista de su camisa que parcialmente estaba desabotonada, mostrando el inicio de sus senos, subí la mirada por su clavícula que llamaba por mi boca, hasta sus labios carnosos cubiertos por el labial rojo.

—¿Cómo puede estar tan segura?

—Su cuerpo me lo dice —ella dijo tan cerca, nuestros cuerpos estaban a punto de rozarse levemente. Suspiré ante el contacto tan cercano, y me alejé.

—Venga a verme a mi próximo show, la estaré esperando, Minatozaki —dije caminando para fuera de aquel lugar sin ni siquiera mirar para atrás.

Podía apostar que ella sonreía mirándome, pero no giré a verla. Jugaría duro, haría que esa mujer se arrodillara a mis pies. Caminé hasta mi camerino, cerrando la puerta detrás de mí, y al fin soltando el aire que guardé en mis pulmones después de estar tan cerca de aquella mujer. Me encontré sonriendo por entrar en aquel juego, ¿dónde estaba mi cabeza? Profundizar esto solo haría todo más peligroso. En cualquier momento ella podría descubrir que yo era Jihyo. Retiré la máscara de mi rostro mirándome en el espejo, viendo a dos mujeres en un gran conflicto por solo una.

—¿Y esa sonrisa boba? —Jeongyeon entró en mi camerino.

Negué con la cabeza y la miré.

—¿Cuál sonrisa? —me hice la desentendida, pero ella obviamente no se lo creyó.

Jeongyeon era mi compañera de baile, siempre ensayaba con ella, pues nadie en ese lugar bailaba tan bien como ella.

—No te hagas la tonta, ¿todo eso es por la mujer que entró aquí?

—¿Cómo sabes que había una mujer aquí, Jeong? —pregunté acercándome a ella.

—Yo le dije que estabas aquí, ahora, la pobre vino ayer y tú no estabas —ella dijo sentándose en el sofá, cruzándose de piernas como indios.

—¿Me estás diciendo que ayer vino a buscarme?

Jeongyeon asintió sonriendo.

—Ella llegó y bebió por un momento en la barra, fue cuando ella preguntó si te presentarías. Le dije que no, y vi que ella quedó un poco decepcionada, entonces le comenté que tu ensayabas todos los martes aquí.

No sabía si matar o si estar feliz con Jeongyeon. Por mas que tuviese miedo de que Sana me descubriese sobre mí, saber que ella vendría al club solo para verme era fantástico.

—Veo que te gustó su visita —ella dijo de forma sugestiva.

—¿Yo? Claro que no, Jeong, ¡es solo una cliente más!

—Hyo, ninguno de los clientes te deja sonriendo como una estúpida.

—Es un caso diferente, Jeong, además de peligroso —dije riendo sentándome a su lado.

Jeongyeon me encaró confusa.

—¡Explícame eso!

—Esa mujer, digamos que... ella es mi jefa en la empresa.

Vi sus ojos mirarme en una cara de espanto.

—¿Acaso estás loca? ¿Estás saliendo con tu jefa? Esa cara de santa que tienes no me engaña más.

Yo no pude dejar de reír de las caras que ella hacía.

—¡Obvio que no, Jeong! Sana no sabe que soy Jihyo, y tampoco que Jihyo es Jisoo.

—¡Esa doble identidad tuya es una locura, niña! —ella habló tomando un trago de su agua —¡No tienes miedo de que lo descubra? ¿Sabes que es peligroso, que puedes terminar perdiendo tu trabajo? —su tono ahora era serio.

Yo asentí, recostándome en ella.

—¡Tengo miedo, mucho! Pero algo en mi me impide detenerme, ¿sabes? Ella me provoca cosas que no logro explicar.

—Estás demasiado jodida, amiga.

—Lo sé —dije riendo.

Minatozaki Sana's Point of View

"La estaré esperando, Minatozaki"

Por Dios, esa frase se repetía en mi cabeza innumerable de veces. Mi stripper, si es que podía llamarla mía, habitaba en mis sueños desde la primera noche que la vi, y después de hoy todo se fue a empeorar. Jisoo me provocó descaradamente, y me había gustado, ella había entrado al juego, y eso me animaba. Llegué a mi casa esa noche con el vibrar de su cuerpo en mis pensamientos. Me quedé cerca de una hora en mi hidromasageadora intentado sacar de mi mente a la mujer que me hacía perder el juicio.

Mis pensamientos vagaron por todas las curvas tortuosas de aquella bailarina, hasta el de Jihyo. ¿Park Jihyo? Cerré los ojos y su rostro fino y delicado se formó con su expresión dócil y calmada, ella usaba su vestido blanco que permitía una bella visión de todas sus curvas. Algo en las dos me atraía, a pesar de ser seres tan diferentes, ellas podrían hasta ser parecidas, o no. Negué con la cabeza ante la idea descabellada de unir dos mujeres tan diferentes en un solo cuerpo. Estar tanto tiempo sin nadie me estaba dejando un tanto confusa.

Salí de la bañera enrollándome en una toalla blanca extendida al lado. Caminé, mirando mi rostro cansado frente al espejo. Mi cabello estaba mojado y sueltos al lado. Nadie veía a esta Sana, solitaria y frágil. Nadie nunca la vería, al menos así lo quería. Me vestí con mi camisola de seda marfil y me dormí.

A las 7:45, Jihoon ya me esperaba frente al edificio en el Mercedes negro. Bajé y entré al auto, en un gesto de cortesía él abrió la puerta para mí. Tomé el periódico que reposaba sobre el asiento, viendo las buenas noticias y las malas, preguntándome cuándo los periódicos prestarían más atención a los buenos hecho que suceden. El camino fue tranquilo, para mi sorpresa el tránsito estaba tranquilo en Miami, llegamos en exactamente 12 minutos frente a Industrias Minatozaki.

Nuevamente Jihoon salió de su lugar dirigiéndose a abrir la puerta del carro para que yo saliese, di una señal de agradecimiento y caminé para la entrada del edificio. Los empleados rápidamente caminaron a sus debidos lugares. Me dirigí hasta el elevador, entrando en la pequeña cabina plateada donde apreté el último botón donde quedaba mi oficina, las puertas ya se estaban cerrando cuando en pasos apresurados alguien lo impidió.

—Permiso —escuché su voz familiar.

Jihyo levantó la vista y se encontró con mi rostro sobre ella, sus ojos rápidamente se abrieron.

—Buen día, señora Minatozaki —su tono fue educado.

—Buen día, señorita Park, llegó temprano hoy.

—El tránsito en Miami está tranquilo, Sra., le traje un café —ella dijo entregándome un vaso procedente de Starbucks.

—No lo escupió, ¿verdad? —bromeé tomando el vaso de su mano.

Vi una sonrisa aparecer en su rostro, era encantador. Hoy ella estaba más linda que los otros días. Ella vestía una falda de cintura alta con estampado a cuadros estilo colegial, pero de forma elegante, una blusa clara y delicada, y alrededor del cuello un pañuelo oscuro. Su cabello estaba levemente ondulad, y en los pies unas zapatillas negras. Hoy ella estaba maravillosa, pensé. Tuve la necesidad de elogiarla, pero creí que eso la incomodaría un poco.

— No, señora, garantizo que no lo hice — ella habló sonriendo, relajando más el ambiente.

— Perfecto — dije tomando un sorbo de cálido café. — Tenemos una reunión hoy, ¿cierto? — hablé en cuanto caminábamos fuera del ascensor.

Jihyo rápidamente tomó su agenda y verificó la página donde estaba marcado nuestro día.

— De hecho, será un almuerzo, señora, con los representantes de fuera.

— ¡Oh cielos! Odio a esos hombres, adulan todo el tiempo —dije irritada. — Sin embargo confirme esa reunión, me gustaría que fuese conmigo.

Ella me miró un tanto confusa, y sorprendida con la idea. Jihyo era excelente en desarrollar mis asuntos en las reuniones, y mira que trabajábamos juntas hace pocos días.

— Espero que no le moleste perder su almuerzo hoy, sé que sale con sus amigas.

— No hay ningún problema, Srta. Minatozaki, iré.

— Gracias —dije entrando en mi oficina.

Park Jihyo's Point of view

— ¿Vas a qué? — Nayeon preguntó sentándose a mi lado.

—¡Voy a un almuerzo de negocios con ella, Nayeon! —cuchicheé para ella mientras tecleaba en el computador.

Nayeon me miró con desconfianza.

—Esa mujer es tan cerrada, ¿cómo pudo llamarte para un almuerzo?

—No vamos solo ella y yo. Van a tener representantes allí, entonces no tienen que esperarme para el almuerzo hoy.

— Daniel dijo que quería almorzar contigo hoy, ¿recuerdas? El pobre pensará que tú vas a plantarlo de nuevo.

Algunas veces sentía lástima por él, Daniel era un buen hombre. Pero no me interesaba por él de esa forma, tal vez en este momento sería bueno acercarme, con toda seguridad así me evitaría problemas futuros con Minatozaki Sana. Mas algo en mi cuerpo me impedía parar, ella me atraía como un imán de polos diferentes.

—Dile que no tuve opción, bunny, no quiero negarme a ir a esas cosas, es mi trabajo.

—Es tu tiempo libre, Hyo.

— ¡Cielos, Nayeon! ¿Cuál es el problema? Yo iba a almorzar con Jackson y tu nunca me lo impediste, y mira que él me coqueteaba todos los días —dije en tono alterado.

— Él no era un problema, Jihyo, ¡esa mujer indica problemas! ¿Ya olvidaste que ella gusta de Jisoo?

No me había olvidado de eso, sabía que, con Sana, tendría que caminar sobre la línea para no ser descubierta. Pero, en ese momento, era solo un almuerzo de negocios, no había motivo para desesperarse.

—¡Todo estará bien, Nayeon! Sé cómo lidiar con esto.

—Me parece que estás jugando con fuego.

—Confía en mí, yo no tengo nada que ver con ella, es solo mi jefa.

—Tú no, ¿pero qué hay de Jisoo? Por lo que me dijiste, ella te irá a ver mañana.

—Jisoo es otra historia, soy Jihyo ahora —hablé bajo.

Yo entendía la preocupación de Nayeon, ella era como mi hermana mayor. Desde que la conozco, ella me trata como su pequeña, cuida de mí como nadie. Me gustaba eso, me sentía segura al lado de ella. Sabía que Nayeon tenía razón, involucrarme con Sana sería la mayor locura de todas, pero aún no había pasado nada, todo estaba tranquilo. Yo cuidaría para que nada se saliese de su debido lugar, necesitaba de este empleo.

—Ok, Thomas, tú sabes lo que haces... ten cuidado, ¿de acuerdo? —ella dijo levantándose y depositando un beso en mi frente.

—Gracias.

"¿Vamos a almorzar, señoritas?" escuché la voz de Daniel aproximándose.

Miré a Nayeon que me lanzó una mirada que decía "Date la vuelta" y luego salió caminando. Sonreí amable para Daniel que me encaraba con una expresión confusa.

—Daniel no podré ir... La Srta. Minatozaki me pidió que la acompañara a un almuerzo de negocios, y no pude negarme.

—Pero lo acordamos desde la semana pasada, Jihyo... es solo un almuerzo —él dijo calmadamente.

—Lo sé, pero ella me informó hoy en la mañana ¡y no pude me negar!

Su expresión era decepcionada mirando hacia mí.

—Podemos cenar juntos si quieres —dije sin pensar.

Daniel sonrió en el mismo instante aliviando la especie de culpa que me estaba consumiendo.

— ¿En serio? —preguntó con duda.

Asentí sonriendo.

— ¡Excelente, Jihyo! Salimos de aquí juntos, ¿cierto?

—Sí, nos vemos en la noche entonces.

Daniel asintió, se acercó y depositó un beso un mi mejilla. Luego cuando el hombre se alejó me giré hacia la puerta y vi los ojos intensos de Sana sobre mí, causando un fuerte arrepentimiento en mi cuerpo.

"¡Maldición, ella había visto todo!

El camino para el restaurante a la hora del almuerzo fue en el más puro silencio. Estábamos sentadas dentro de su auto extranjero, que por señal parecía ser bastante caro. Sana estaba sentada, con sus piernas cruzadas, leyendo algo en su celular. Anoté algunas cosas en mi agenda intentando distraerme del incómodo silencio de aquel vehículo.

—¿Tenía un compromiso para hoy, Srta. Park? —escuché su voz fría sonar.

—Nada de importancia, solo un almuerzo con mis amigos.

—¿Amigos? —ella preguntó todavía mirando su celular.

—Sí, señora, almuerzo con ellos todos los días.

—Imagino que a ellos no les debió haber gustado que yo la sacara de sus hábitos, ¿cierto?

—No creo que eso haya pasado, lo reprogramé para la noche.

Sana no habló más, ni siquiera una palabra, se quedó callada leyendo algo que parecía ser muy importante por estar concentrada por tantos minutos. Cuando llegamos al local, el conductor, llamado Jihoon, salió de su lugar dirigiéndose a abrir la puerta del carro para ambas.

Salió primero asegurando su bolsa, y luego en seguida ella miró atrás, ajustando su vestimenta que, por obvias razones, estaban lindas en su cuerpo. Entramos en un restaurante grande y muy fino, sentándonos en una de las mesas reservadas donde los representantes ya nos esperaban.

La reunión fue tranquila y un tanto aburrida. Sana respondía a todas las dudas de los hombres frente suyo, ella se puso un tanto tensa. Eran representantes importantes, que querían un contrato con Industrias Minatozaki, y ella tendría que hacer hasta el lunes un balance general de la situación de la empresa para poder asignar contrato, era una tarea difícil mas no imposible para ella.

—Gracias, Sana, nos vemos el lunes —el señor de cabello grisáceo hablaba levantándose —Fue un gusto conocerle también, Srta. Park.

Yo asentí con una sonrisa amigable.

—Espero que acepte nuestra propuesta —Sana habló apretando la mano del otro señor.

—El lunes le daré una respuesta. señorita Minatozaki.

Los dos hombres salieron, dejándonos solas.

—¡Por fin! ¡Creí que esa reunión no acabaría nunca! —ella dijo tomando asiento nuevamente en su silla.

—Ha sido un poco agotador, ¿cree que podrá entregar los balances el lunes?

Me senté nuevamente preguntando en su dirección.

—Lo lograremos, Srta. Park, necesitaré su ayuda para todo esto, digamos que nosotras vamos a pasar más tiempo juntas desde ahora.

Sentí mi cuerpo estremecer, yo ya pasaba un buen y seguro tiempo al lado de aquella mujer, pero eso sería arriesgado y peligroso para mí.

—¿Está bien para usted? —su tono era curioso.

— Sí, no tengo problema alguno, podemos terminar esto.

—Espero que no le importe trabajar este fin de semana... es un razón necesaria, realmente necesito de su ayuda, puedo darle un descanso en la semana que viene si quiere.

—Le ayudaré, cuente conmigo, Srta. Minatozaki. Vamos a trabajar duro en esto.

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