¿te vas a ir a un qué? – fue la pregunta del chico mientras jugaba tranquilamente con una pequeña pelota recostado en el sofá de aquel pequeño sótano, el chico miraba como su dios acomodaba el saco de su traje de color vino en el espejo de la habitación. –
Un [deonatus] el banquete de los dioses, suelen ser organizados cada cierto tiempo, solo serán un par de días. – parecía realmente tranquilo con la idea de ausentarse unos días, tal vez su percepción del tiempo era completamente distinta a la de Bell por todos los años que él dios había vivido. – nos vemos pronto Bell-kun. – el pelirrojo dejo la habitación en un completo silencio que el conejo no tardaría en romper.
HOY DUERMO EN LA CAMA. – como si de un niño pequeño se tratara aquel poderoso aventurero se había lanzado de lleno a la cama que solía ocupar su dios que en ese momento y en los siguientes días seria de él.
Timeskip en el banquete:
Apolo llego tranquilamente a aquel lugar con forma de un dios bastante.... ''peculiar'' a palabras del mismo dios de sol, era una gran estructura con la forma del Dios Ganesha líder de la familia más grande de todo Orario.
Realmente es alguien extravagante. – agito su cabello desacomodando levemente su corona de laureles que fue rápidamente reincorporada con un movimiento de manos, cuando entro pudo divisar varias cosas.
Hefestos tomaba tranquilamente de una copa de vino mientras habla con Hestia quien en estos momentos tenía una gran familia que residía en su sede principal ''la mansión chimenea'' ella le había ofrecido quedarse con ella mientras conseguía una familia, pero el realmente no tenía ningún tipo de interés en juntarse con ella, tenían problemas desde su estancia en el cielo así que decidió mantenerse alejado de la [Loli tetona] que era como la apodaban muchos dioses.
Entrada de dios a la conversación. – fue la extraña manera de incorporarse a la conversación que tenía Hestia con Hefestos, ambas se dieron cuenta que Apolo ya no parecía decaído como hace unas semanas debido a que ningún novato se quería unir a su familia.
Te ves más feliz que antes Apolo. – el comentario vino de Hestia quien parecía contenta por el estado de animo de Apolo, él mismo la miro con complicados sentimientos para luego regresar su mirada a la diosa de la herrería que era famosa por sus creaciones.
Qué bueno que encontraste a un dependiente ¿Cómo le va a tu novato? – fue la amable pregunta de la diosa con parche, le tenía un aprecio especial a Apolo debido a que él tampoco era cruel con su apariencia como muchos otros dioses.
No es precisamente un novato, en realidad está apunto de subir a nivel 6. – apolo inflaba su pecho con orgullo, su primer niño era un poderoso aventurero de primera clase que sin duda haría temblar a muchas familias de dioses con el solo meneo de sus puños.
Ambas diosas tragaban duro sabiendo que si Apolo decidía empezar el pleito con algún otro dios tendría grandes oportunidades de ganar, después de todo la brecha de las primeras clases con los de segunda y tercera era realmente abrumadora.
Wuaaaahhh, mi niño Hyakinthos es realmente encantador y muy servicial con su linda diosa y ya es nivel 3 a mediados de camino, sin duda en poco tiempo se convertirá en una primera clase. - rio orgullosa de su niño la considerada diosa del hogar, muchos se habían querido unir a ella se sea por ser considera bella entre las diosas o simplemente por su cálida personalidad que hacía que todos se sintieran en su hogar.
Ese niño tuyo no inspira mucha confianza Hestia, a veces actúa muy raro. – fueron las sinceras palabras de la diosa herrera ante aquel hombre de peinado extraño que dirigía su familia. – y dejarlo al mando de toda tu familia es otro problema, no puedes dejar que otros hagan las cosas por ti. – Hefestos empezó un discurso sobre la pereza y porqué era realmente malo dejar a otros hacer tus asuntos.
Apolo decidió emplear una retirada estratégica para irse a conversar con otros dioses y así fue manteniendo platicas con Takemikazuchi, Miach y hasta el mismo Hermes parecía contento con su presencia, aunque el mismo parecía tener dobles intenciones como siempre pero después de todo eran hermanos engendrados por el mismo dios hace eones al igual que Hefestos y Hestia era su tía, aunque todos siempre se trataron como iguales al llegar a la madurez de los dioses.
Donde estas, donde estas. – murmuraba apolo buscando a cierto dios con la mirada, lo encontró bebiendo sake en una mesa, lucia realmente relajado pero lo más curioso era su blanca melena y ausencia de camisa.
Goibniu. – el dios anciano volteo a ver a aquel que era el señor del sol en el cielo y sin duda alguien de temer, pero por su expresión parecía querer un favor así que con una mirada ordeno que se sentara. - al punto como siempre ¿no? – su mirada daba escalofríos, pero la venia decidido. – quiero que hagas la mejor arma que puedas, algo glorioso digno de un héroe a cambio de... mi lira. – el mismo dios de la herrería abrió los ojos azabaches que portaba para ver a apolo fijamente, sin duda tenía curiosidad.
Los dioses normalmente tenían instrumentos o herramientas representativos como Hestia era la flama o apolo la lira, Poseidón el tridente y Hades el casco, que el dios del sol estuviera dispuesto a dar algo tan importante por un mortal lo tenía realmente intrigado.
Dime que quieres y cuando puedas pagarlo me darás el dinero, sin faltas. – su severidad escondía la bondad de su corazón, si apolo estaba dispuesto a dar su tesoro por él decidió darse una segunda salida. - ¿Qué arma quieres? -
Apolo limpiaba sus ojos con las lágrimas que caían, sin duda estaba conmovido por que sabía que era una oportunidad única.
Un martillo de guerra. – el dios de cabellos blancos se quedó pensando, necesitaría ser empuñado por alguien realmente fuerte para ser levantado, no cualquiera podía manejar armas de ese calibre.
¿Qué nivel es? – tenía que medir poderes con el arma que haría, no le daría algo de primera clase a un novato, eso solo estropearía su crecimiento.
Es nivel 5 a punto de alcanzar el 6, te pido que no te contengas con tu creación él es realmente poderoso. – estar impresionado era poco, casi ningún dios fue capaz de conseguir a alguien fuerte desde sus comienzos y los que lo hacían eran destinados a lo más alto de Orario.
Trato hecho. - extendió su mano para ser recibida felizmente por Apolo, quien decidió quedarse a platicar con el dios herrero.
Apolo. – una femenina voz hizo que la columna vertebral de apolo se estremeciera, era sin duda esa diosa. - ¿Cómo has estado? – el dios del sol no le tenía miedo, si quería guerra la tendría.
Al día siguiente con Bell:
Y aquí vamos de nuevo. – fue lo que se repitió en su cabeza mientras caminaba tranquilamente por la calle principal de Orario, eran aproximadamente las 6 de la mañana por lo que mucha gente aún dormía, pero los aventureros desde la salida del sol se lanzaban de lleno al calabozo hasta que la cuidad cayera en el ocaso.
Su caminata paro en seco cuando sintió una mirada, estaba llena de cariño y anhelo, pero sin duda podía ser confundida con un deseo increíble y una locura por tenerlo que lo hizo estremecer, pero a pesar de todo el deseaba saber su origen, hubiera seguido divagando si alguien no lo hubiera llamado.
Aventurero-san se te cayó esto. – una piedra mágica fue puesta en su camino por una linda peli-plateada, Bell con todo el descaro del mundo la miro de arriba abajo ocasionando la vergüenza de la chica. – aventurero-san no me mires de esa forma. – la chica se agarró las mejillas sonrojadas mientras parecía bailar en su lugar.
Yo tomo mis propias decisiones y bueno... - se rasco la nuca buscando las palabras correctas. – si quieres hacer propaganda no la hagas con piedras mágicas.... Yo hacer destruí todas por no contenerme. – sus palabras sonaban tan inocentes, pero tenían un contexto aterrador, sus golpes literalmente desintegraban a los monstruos por lo que le fue difícil encontrar piedras mágicas. - ¿Dónde trabajas mesera-chan? – esa manera de llamarla el sonrojo para que avergonzada cubriéndose con una charola señalara aquel restaurante de la otra noche. - así que ahí es.... Pensaba ir esta noche así que te vera ahí mesera-chan. - se despidió mientras llevaba sus manos a su cabeza y seguía su curso. - por cierto. – volvió a parar. – deja de mirar así a la gente o me pondrás celoso. – estaba jugando, pero pudo ver el profundo sonrojo de la mujer cosa que lo hizo sonreír para sí mismo.
M-me llamo Syr Flova. – el chico se despidió agitando la mano, pero hizo con curioso gesto con los dedos formando un corazón. – i-idiota. - fue su hilo de pensamiento mientras volvía rápidamente a su lugar de trabajo no sin antes regresar la mirada. – serás mío. – sus ojos brillaron por una última vez en el día.
Que chica más linda. – fue lo único que paso por la mente el chico que iba absorto en su pensamiento sin percibir que era seguido por un grupo de cinco mujeres o no.
¿Qué se supone que hacemos? – pregunto una elfa de ojos azules y cabellos naranjas casi dorados con cierta duda mientras sujetaba su bastón entre sus ropajes rosados.
Espionaje. – dijo una amazona que cubría sus costillas con una tela blanca haciendo movimientos extraños.
Emboscada. - dijo otra de abundante busto cubierto por un sostén rojo mientras alzaba sus cuchillos gemelos. - el capitán aun no sale de su oficina, ha estado pensando mucho y no es sobre mí. – dijo molesta la amazona mayor.
Investigación de campo. – se justificó una alta elfa de cabellos verdes esmeralda buscando al chico con la mirada.
¿no está? – esta vez fue una aventurera de cabellos y ojos dorados quien lo había perdido de vista cuando una mariposa azul eléctrico se posó en su mano. - oh no...- susurro presionando sus ojos con fuerza.
¿a quién espiamos? – fue una sexta voz que hizo que todas se voltearan a verlo sorprendidas, a quien espiaban estaba parado atrás de ellas saludando tranquilamente con la mano.
Todas se pusieron en guardia o bueno casi todas, cierta elfa peli naranja estaba atrapada en uno de los brazos del joven.
Hablemos tranquilamente, aun no nos hemos presentado. – el chico sonreía tranquilamente mientras ejercía un poco de fuerza sobre la maga aprendiz haciéndola soltar un leve quejido. – perdón si te lastimo, avísame si lo hago. – sonaba comprensivo eso inspiro un poco de confianza en la chica. – Bell Cranel un gusto. –las miro detenidamente. - ¿me dirán porque me seguían? –
Fin del capitulo.