(Narrador Omnisciente)
Una semana había pasado desde aquel fatídico día en que el pequeño Min había sido secuestrado.
Una semana en que Yoongi no había parado de buscar día a día, con la esperanza de encontrarlo, pues sentía en su corazón que la conexión con su pequeño, seguía ahí.
Una semana en que Jimin, no comía, no dormía a menos que fuera sedado, no hablaba, solamente lloraba con dolor y rogaba que le devolvieran a su pequeño cachorro.
Una semana de sufrimiento para aquella pareja, que creyó en una imagen feliz, de paz y amor entre ellos, pero ahora, todo era sufrimiento, dolor y dos corazones rotos.
Yoongi no sabía que más hacer, su Omega aclamaba tenerlo cerca, pero también necesitaba buscar a su pequeño. Razón por la cual solo cuando Jimin era sedado, podia salir a buscar a su pequeño por su cuenta.
Sin embargo, se veía obligado a regresar al palacio cuando su lazo con su esposo se tensaba, señal de que este estaba a punto de despertar y si lo hacía antes de que el regresará, era un caos y sufrimiento más.
Pues Jimin entraba en pánico, como en un transe, en el cual no quería que absolutamente nadie se le acercara y si lo intentaban, el Omega les lanzaba lo primero que tenía cerca, muchas veces algún cuadro, una lámpara, almohada y muchas cosas más.
Su agresividad había aumentado, era por el mismo dolor en su pecho, su lobo quería protegerlo, por eso actuaba de esa forma, sin embargo, todos sabían lo muy dependiente que se había hecho Jimin de su Alfa.
El Omega no comía si Yoongi no estaba y aún así, este tenía que obligarlo hacerlo.
El hermoso Omega había cambiando drásticamente desde que que no podía cargar a su pequeño. La piel pálida y reseca del Omega tenía a todos con los nervios de punta, sus hermosos labios, ahora estaban resecos, estaba mucho más delgado, después del parto, había dejado de cuidarse como correspondía, su cabello rubio y brillante, se veía opaco y apagado. Los que antes eran unos hermosos ojos brillantes, ahora no tenían más vida, ningún brillo.
Nadie reconocía al hermoso Omega que era Park Jimin, ahora era como si solamente su cascarón hubiese quedado y el valioso corazón y sonrisa del menor... Ya no existieran más.
El Alfa se encontraba casi al centro del bosque que pertenecía a Seúl, cada bosque conectaba con cada reino, sin embargo apenas había logrado llegar hasta dicho punto.
- Es inútil, sabes que aquí no lo encontraremos Yoongi, es más que claro que el cachorro está en Daegu, sabemos que está en el bosque...
- Cállate, no lo digas, me niego a creer que tienen a mi cachorro en ese horrible lugar, pero sé que por aquí vive la maldita bruja esa, puedo sentir su repugnante aroma, se que si.
- ¿Cómo estás tan seguro? - Preguntó Jungkook, que había estado a su lado en todo momento.
- No sé, pero lo siento y estoy seguro de ello, casi puedo sentir su maldita presencia - Yoongi no estaba loco y estaba en lo correcto.
La bruja no estaba muy lejos de ellos, a 20 mentros de donde se encontraban, yacía una cabaña un poco antigua, pequeña, oscura y vieja, en la cual se había ocultado la bruja durante varios años, la mujer tenía una cabaña parecida en cada bosque perteneciente a cada reino.
La mujer a lo lejos sintió la fuerte presencia de Alfas, sobre todo la imponente presencia de un Alfa líder, heredero al trono, de sangre azul y sobre todo, con una de las marcas más poderosas que cualquiera haya tenido.
La anciana sintió su piel erizarse, sabía que debía irse lo más pronto posible, pues no tardarían en encontrarla y es lo que menos quería, ella era muy consciente de la atrocidad que había cometido por segunda vez en su vida.
Tomo sus pertenencias más valiosas y salió de aquella cabaña, dejando todo atrás y buscando la manera de no ser encontrada nuevamente. Sin embargo, la anciana olvidó algo muy importante en aquella cabaña, algo que además de delatarla a ella, delatarla a todos y cada uno de los rebeldes, sobre todo... A los líderes de esta.
Yoongi, Jungkook y todos los guardias que los acompañaban, vieron la cabaña, todos empezaron a seguir indicaciones del Alfa mayor, con sigilo y mucho cuidado se fueron acercando.
Mientras más cerca iban, más se sentía el fuerte aroma a las posimas que la bruja usaba, era repugnante para todos.
El Alfa mayor abrió la puerta con sigilo, teniendo cuidado y siendo protegido, al abrirla por completo, solo vio oscuridad, casi nada de luz entraba en aquel lugar. Jungkook y Yoongi entraron con 4 guardias más, los cuales mantenian vigilado cada esquina de dicha cabaña.
- No está - Yoongi soltó un suspiro de frustración, estaba casi seguro que la bruja sintió su presencia y huyó, pues aún se sentía fuerte su aroma.
- Mira Yoongi - Dijo Jungkook.
El Alfa tenía entre sus manos unos papeles, unos que valdrían oro para ellos y les diría como y donde encontrar al pequeño Min.
- ¿Qué es esto? - Preguntó el Alfa mayor, tomando los papeles entre sus manos.
- No lo sé, pero tiene el escudo que representa a los rebeldes y debe ser algo muy importante para que este papel este aquí.
Entonces Yoongi sintió su lazo tensarse, enrolló dichos papeles y los guardo en su ropa, sintió el dolor incrementar.
- Vámonos, Jimin está por despertar - Nadie refutó, todos sabían lo que ocurría cuando el Omega despertaba y su Alfa no estaba.
Todos salieron corriendo de ahí, para llegar lo más pronto posible al palacio, algunos se quedaron investigando a ver si encontraban algo más importante, mientras Yoongi y Jungkook no se detenían, pues sabían que el primero en sufrir un mini infarto con todo el desorden de Jimin era el pobre de Taehyung.
El Omega por más que se le advertia que la agresividad de Jimin y podría lastimado, este se reusaba a dejarlo solo, pues también le dolía ver el enorme sufrimiento de su mejor amigo y no deseaba vivir lo mismo que él.
Cuando llegaron Yoongi no tardó en subir hasta la habitación y entre más se acercaba, más se escuchaban los gritos, los objetos ser lanzados y el desgarrador llanto del Omega ser acompañado por cada grito.
- ¡FUERA!, ¡LARGO DE AQUÍ!, ¡¿DÓNDE ESTÁ MI ALFA!? - Gritaba el Omega, está de más decir que alterado y aterrado.
Yoongi entró rápidamente y corrió hasta su Omega que al verlo se lanzó a sus brazos y empezó a sollozar, pero está vez era un llanto más lastimero, doloroso y desgarrador uno de miedo y terror.
El Alfa acarició la espalda de su Omega y empezó a susurrar palabras de consuelo, palabras tiernas a su pequeño, sintiendo su corazón estrujarse, al verlo tan destrozado, sus lágrimas se acumularon en sus ojos y solo deseo acabar con aquella pesadilla.
- Ya mi amor, aquí estoy, perdóname, no quise dejarte solo mucho tiempo - Susurraba el Alfa, aún escuchando el lastimero sollozó de su pequeño Omega.
- S-i... Lo h-iciste Yoon, me d-ejaste solo... - Decía entre hipidos el Omega.
- Perdóname mi vida, no volverá a pasar - dijo mientras se sentaba y dejaba a su pequeño sobre él.
Jimin se mantenía aferrado tal cual koala a su Alfa, con su bello rostro oculto en el cuello de este, sus lágrimas bañaban la piel del mayor, quien de verdad no podía seguir soportando el ver a su pequeño en ese estado.
El Omega se sintió más tranquilo al sentir el aroma de su Alfa, aún se sentía aterrado, aún estaba lastimado y herido, pero el estar cerca de su Alfa, le hacía sentir que no estaba solo, que aún tenía al amor de su vida con él, aunque a su pequeño amor aún le hiciera falta.
- ¿Te sientes mejor mi cielo? - Susurró Yoongi.
Jimin no habló, solamente asintió lentamente, cerró sus bellos y apagados ojitos, sintiendo como su Alfa lo recostaba y este lo hacía con él.
- ¿Pueden dejarnos solos? - Pidió el Alfa a Jungkook y Tae, quien aún estaban en la habitación, con el corazón destrozado al ver a Jimin en ese estado.
- Si necesitan algo no dudes en llamar Yoongi - Dijo Jungkook a lo que el Alfa mayor agradeció.
- Y-oon - Se escuchó el susurro del Omega.
- Dime mi amor - Hablo el Alfa, acariciando los cabellos rubios de su amado.
- ¿Ya... Me t-raeras a mi pequeño? - Preguntó con un nuevo nudo en su garganta.
Jimin tenía enormes ojeras bajo sus bellos ojitos, que ya no tenían más brillo, aquel hermoso ser que brillaba en todo su esplendor no se encontraba más, estaba destrozado.
El lobo de Jimin... Hacía unos días no hacía mucho acto de presencia, el lobo quería proteger a su humano, pero ambos habían sido lastimados al haber sido alejados de su cría y por ende, ya no podían protegerse uno del otro.
- Yo...
- P-or favor Yoon... S-ólo... Quiero tenerlo conmigo - Rogó el Omega.
Yoongi se sintió una vez más destrozado e inútil, odiaba no poder proteger a su familia. Él seguía culpandose por haberlos dejado solos aquel día, pudo mandar a alguien por sus alimentos y no lo hizo, dejó a sus amores, el Alfa sigue creyendo que él tuvo la culpa, cuando no fue así.
- Te juro mi vida, que traeré a nuestro pequeño a tus brazos, cueste lo que cueste, Sunoo estará con nosotros pronto - Prometió el Alfa.
Jimin no dijo nada, solo se ocultó más en el pecho de su Alfa, soltando suspiros lastimeros después del llanto, mientras el Alfa lo abrazaba posesivamente, su juramento no sería en vano, pues estaba seguro que haría lo posible por recuperar a su pequeño cachorro.
El Omega se quedó dormido minutos después, Yoongi lo acomodó, colocando almohadas en su lugar, se levantó y entro al baño, asegurándose que las ventanas estuvieran cerradas y aseguradas, que los guardias estuviesen vigilando y solo así entro a darse una ducha.
Cuando estaba quitándose sus prendas, sintió aquellos papeles que Jungkook encontró en la cabaña de la bruja.
Sintió curiosidad al pensar en que tan importantes podían ser, los dejo a un lado, pensando en leerlos después con más calma, en ese momento tenía un estrés increíble y solamente quería despejar su mente un poco.
Se metió bajo la regadera, dejando que toda la lluvia artificial cayera por su cuerpo, cerró sus ojos y recordó... Recordó los hermoso ojitos de su cachorro, recordó los tiernos mofletes de su pequeño amor, recordó la forma tan tierna y curiosa en que los veía mientras sonreía y alzaba sus manitas en busca de mimos.
Sin saber en qué momento, sus lágrimas empezaron a perderse con el agua, sentía sus lágrimas saladas y amargas, estaba furioso, pero sobre todo, destrozado.
Así como Jimin anhelaba recuperar a su pequeño, así mismo lo hacía él, la pareja estaba sufiendo, estaban lamentando el dolor más grande que puede existir jamás.
El Alfa lloró en silencio, claro que le dolía en el alma, pero el debía ser fuerte, por su Omega y su cachorro, él debía mantener muchas fuerzas, por ambos, no podía decaer, ya que sus dos amores lo necesitaban.
Salió de la ducha, tomando aquellos papeles salió a la habitación y vio a Jungkook sentado en una mesedora, observando al Omega que dormía aún.
- ¿Todo bien? - Preguntó Yoongi al verlo ahí.
- Sólo quería verlo - Susurró el Alfa menor - Ve a cambiarte, dame los papeles, es momento de saber de qué tratan - El Alfa mayor asintió y entrego los papeles al menor.
Yoongi entró al clóset y se cambió rápidamente, pues ambos Alfas debían averiguar de qué trataban aquellos papeles, claro que está vez no cometería un error, no dejarían solo a Jimin ni un segundo.
Al terminar salió nuevamente y tomo asiento en la pequeña mesa que se encontraba en la habitación, cada uno tomo un papel y empezaron a leerlo, dándose cuenta que eran un complemento y uno de ellos tenía el inicio y el otro el final.
Aún así, leyeron detenidamente cada página, ambos fruncieron el ceño, sus colores desaparecieron, sus bocas se secaron, sus corazones se detuvieron y sus sospechas... Se hicieron reales.
- Esto es...
- La lista, los planes, las reglas, el lugar y todo lo que necesitamos sobre los rebeldes - Completo Yoongi.
Los Alfas ni sabían cómo reaccionar, si felices por haber descubierto cada detalle o preocupados por la cantidad de cosas que encontraron que incluso sucederían en unos días.
- Según esto, su otro objetivo es... - Jungkook cayó y Yoongi tomo los papeles para leer.
- Hoseok
El Alfa mayor sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, debía regresar a Daegu, que su hermano aumente la seguridad y protegerlo.
- No hay nada sobre Seúl por el momento, dejaré guardias y es momento de viajar a Daegu, también está el nombre de Seokjin, debemos avisarle.
Yoongi escuchó atentamente al Alfa menor, estando de acuerdo con él, debía permanecer juntos y cuidarse, pues ahora era una guerra de los rebeldes en contra de los tres reinos.
- Partimos mañana a primera hora - Dijo Yoongi.
- ¿I-rnos? - Se escuchó la suave voz del Omega - Pero... ¿Y mi cachorro?, ¿D-ejaremos a mi cachorro Yoon? - Preguntó con temor el Omega.
Jimin se aferraba a Seúl, pues él creía que podían tenerlo cerca, que su pequeño estaba cerca de él, aunque no era así, el Omega estaba seguro de lo que su mente creaba.
Yoongi negó y se acercó a su amado Omega, abrazándolo y dejando un tierno beso sobre su frente.
- Cariño, Sunoo no está aquí, nosotros creemos... - Suspiró el Alfa, pues sus sospechas aún no estaban seguras.
- Creemos que Sunoo fue llevado al bosque oscuro, la guarida, el refugio de los rebeldes y eso está en Daegu - Completo Jungkook.
Jimin lo escuchó y lo vio durante varios segundos, no tenía expresión alguna, pero no sentía ningún sentimiento de alejamiento con aquel Alfa, a todos los rechazaba, incluso a Tae, ya que el Omega tenía el aroma a leche materna y eso alteraba a Jimin, haciéndole recordar a su pequeño.
Sin embargo, con Jungkook no tenía ese sentimiento, era casi igual como con Yoongi, solamente podía soportar tener a ambos Alfas cerca, más no a nadie más.
- ¿Irás... Con nosotros? - Las palabras de Jimin sin duda sorprendieron a ambos.
Pues Yoongi esperaba el rechazo o los gritos en contra del Alfa menor, mientras Jungkook esperaba exactamente lo mismo. Pero su sorpresa fue mayor, porque al parecer el Omega estaba casi seguro de que su pequeño estaba en aquel horrible lugar.
Jimin sentía a su pequeño cerca y eso lo hacía creer que estaba en Seúl aún, pero su mente le decía una cosa y su corazón otra, su corazón, su conexión y su lobo estaban seguros que su cachorro había sido llevado aquel horrible lugar.
- ¿Seguro quieres ir amor? - Preguntó Yoongi, sonriendo porque su amado había logrado decir palabras a alguien más que no fuera solo él y claro, que no gritara o se alterará.
- Quiero a mi cachorro y por él sería capaz de todo - Respondió al instante.
- Iré con ustedes Minnie, te aseguro que traeremos a tu pequeño junto a ti nuevamente, cueste lo que cueste - Aseguro Jungkook.
Jimin sonrió levemente, logrando una sonrisa de parte de Yoongi y Jungkook también, los cuales hacía días no veían al Omega dar si quiera una mueca sincera.
- Es hora de volver a casa cielo - Susurró Yoongi.
- Quiero... - Dijo Jimin, llamando la atención de ambos Alfas - Quiero a Nari en casa, quiero a mi cachorrita también Yoon, quiero... Calmar este vacío en mi corazón, esos dos pequeños son mi mundo y se que Nari me mantendrá cuerdo, se que esa pequeña me ayudará a ser más fuerte para encontrar a nuestro cachorro.
Las palabras de Jimin eran sinceras, no quería cubrir el vacío en su corazón con la pequeña, no quería un reemplazo, no quería solo usar a la cachorra, no, él solo quiere sentir a la pequeña junto a él, pues siempre la considero como su propia hija.
El Omega solo quería proteger a su cachorra, no quería perderla como a su pequeño, quiere a sus pequeños con él y quiere protegerlos él mismo.
- Así será amor, Nari estará con nosotros en casa, te lo prometo - Dijo Yoongi, sabiendo que la pequeña ayudaría mucho a su bello Omega.
- Entonces es momento de regresar a casa y encontrar pronto a nuestro pequeño, quiero a mi cachorrito conmigo, con nosotros - Eso era lo que más deseaba el Omega, tener a su familia con él.
Estaban listos para regresar a Daegu, estaban listos para poder atacar a los rebeldes, tenían todos sus planes plasmados en un papel, tenían cada mínimo detalle sobre los rebeldes y está vez, no serían ellos quienes atacarán los reinos.
Los reinos de unirían y atacarían a los rebeldes, está vez, lucharían para destrozar a Kim Heechul y Heize los únicos líderes de aquel grupo de rebeldes.
Porque si, los Alfas habían descubierto en aquellos papeles, los nombres de los líderes de los rebeldes, algo que no se esperaban, pero tampoco los sorprendió.
Una guerra estaba por comenzar y Min Yoongi estaba seguro que de esta, los rebeldes no sé lograrían salir con la suya.
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
Esperó que les haya gustado mucho, sinceramente me duele el corazoncito de ve a Jiminie así, está muy vulnerable, pero pronto saldrá de esta ^^
¿Quiénes ya se imaginaban quienes eran los líderes de los rebeldes?
Me di cuenta escribiendo este capítulo... Que la obra quizá no le quedan más de unos 10 capítulos🥺
El Omega del Rey Min se está acercando a su final😭
Por cierto, les quería comentar🥰 ahora publique en mi perfil una nueva historia.
Esperó que se puedan dar una vuelta por ahí y les guste mucho, la verdad me siento orgullosa de mi misma con esa nueva historia, traerá cosas diferentes, interesantes y que esperó de todo corazón que les guste.
Denle amor mis chiquillos 🌹
Sin más que decir...
¡Nos leemos pronto!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gusto el capítulo ⭐