El Miedo De Ámbar #1

By LuAnto321

14.9K 3.6K 2.2K

Un simple apodo puede desestabilizarla. Un nombre tan común puede enloquecerla. Una mínima coincidencia se r... More

Prólogo.
Capítulo 1: Dia anormal.
Capítulo 2: El casi beso.
Capítulo 3: Ethan y Cassie.
Capítulo 4: Ya no está.
Capítulo 5: La foto.
Capítulo 6: Cuando sea el momento.
Capítulo 7: Caso cerrado (+18)
Capítulo 8: El pasado y la visita inesperada.
Capítulo 9: El deseo.
Capítulo 10: Espiando.
Capítulo 11: Despejando la mente.
Capítulo 12: ¡¡¡Aaaaah!!!
Capítulo 13: Su cara...
Capítulo 14: Necesito tiempo.
Capítulo 15: Cansada (+18)
Capítulo 16: La historia falsa.
Capítulo 17: Regalo adelantado.
Capítulo 18: Palabras inesperadas.
Capítulo 19: Recordando algunas cosas.
Capítulo 20: Confesando algunas cosas.
Capítulo 21: Dos amando a una.
Capítulo 22: ¡Felíz cumpleaños Ámbar!
Capítulo 23: Planeando.
Capítulo 24: El secreto de Cass.
Capítulo 25: Otro sueño.
Capítulo 26: Confirmación.
Capítulo 27: Mallacan 18 años triple cask.
Capítulo 28: Rompiendo la regla №2
Capitulo 29: ¿Un error? (+18)
Capítulo 31: La Fräulein Sevedo.
Capitulo 32: El alcohol.
Capítulo 33: El primer "Te amo" (+18) [Parte 1]
Capítulo 34: El primer "Te amo" [Parte 2]
Capítulo 35: Tregua.
Capítulo 36: Dudas.
Capítulo 37: Borracheras olvidables.
Capítulo 38: Lauralei Weiβ.
Capítulo 39: Sentimientos agridulces.
Capítulo 40: Tres meses.
Capítulo 41: Etapas difíciles.
Capítulo 42: Terapia.
Capítulo 43: El comienzo.
Capítulo 44: Vodka (+18)

Capítulo 30: En otra mente.

259 81 63
By LuAnto321

Cita, salida. Es lo mismo ¿O no?







Sábado, 14 de mayo.

—Largo.

—Lin...— le cierro la puerta en la cara.

»Linda... Por favor, ábreme la puerta.

—Vete de aquí mentiroso— voy a la barra y saco un vino al azar.

Hoy es sábado y mi cuerpo lo sabe.

Mis padres siguen en la casa de mi abuelo Kurt y Ethan... No tengo idea.

Descorcho la botella y tomo del pico nomás.

¿Ya mencioné que no soy una princesa?

Además ahorro el lavar una copa.

—Linda. No me iré hasta que me dejes entrar— rodeo los ojos porque sé que no se irá. Me acerco a la puerta y antes de abrirla tomo otro trago más. Uno más largo.

»Al fin...— enarca las cejas.

—Habla. Dos minutos. Comienza.

—¿Qué...

—Tic Tac, Tic Tac wey— bebo un trago más.

—Okey... Primero que nada, lo siento, por ocultarte la verdad estos meses.

—En vez de decirme apenas nos vimos el primer día de instituto que ya nos habíamos visto y besado, no lo me lo dijiste— me apoyo en el marco de la puerta —¿Por qué?

—Tenía miedo.

—¿De qué?

—De tu reacción. De como me ibas a mirar sabiendo que era mejor amigo de Ethan y como una chica e incontables botellas de distintas bebidas cagaron nuestra amistad.

—¿Yo soy la causante que seas un idiota al besarme sabiendo que Ethan estaba enamorado de mí?

—No, el alcohol hizo que me olvidara que tú eras la chica esa. Al principio que estaba bastante sobrio supe que no sería correcto ir a ti. Pero pensando que si tomaba un poco más me armaría de valor para invitarte a bailar sería mejor. Pero resulta que cuando viniste a mi olvidé que Ethan era mi mejor amigo. Yo solo me quedé embobado en ti. En lo linda que eras a pesar de tu pelo alborotado y tú transpiración. Aún no entiendo porque tomaste en exceso, como que lo hacías a propósito.

Me tenso.

Cama vacía.

Ni una carta.

Frío en la madrugada.

Ni una despedida.

Un juego... Fui un juego...

Quería olvidar.

Trago saliva, antes de que mi garganta arda tomo otro trago.

—Habia tenido un buen día y quise celebrar— me encojo de hombros —no viene al punto. Sigue hablando.

—Fui un idiota y lo sé. Yo no soy bueno para reconciliarme con alguien. Normalmente hago bromas cuando inicio una conversación pero me sale completamente mal. Cuando ví a Ethan este año, el primer día que fue hablé con él y le dije algo de mejor amigo, pero estaba bromeando, pero salió mal, porque él me dijo que hace tiempo dejó de serlo. Me odia y tiene sus razones. No tuve la oportunidad de pedirle perdón, porque rompimos cualquier lazo que teníamos. Se lo quise decir en estos meses pero yo sé que no me perdonará por 2 razones.

—¿Cuáles son?

—Una, es porque yo sabía que le gustabas, y la otra porque sabe que me gustas— nunca tire líquido por la nariz. Dicen que es horrible. Es la misma sensación cuando estás en una pileta y tragas agua o sin querer respiras.

Y a mí me acaba de pasar cuando termina de hablar y estaba tomando.

—Joder... Mierda...— toco mi nariz. Es asqueroso y raro.

—¿Estás bien?— se quiere acercar pero lo paro con mi mano.

Una cosa fue escucharlo cuando se lo dijo a Brianna hace meses y otra es escucharlo de frente, para mí.

—Si, yo... Lo pensaré. Necesito descansar. Meditar, tomar, etcétera. Pero voy a considerar perdonarte.

—Gracias linda.

—Preocúpate mejor por que Ethan te perdone a ti. Hablen, dile todo, sean civilizados por favor que no quiero caras y nudillos ensangrentados. Adiós Ryan.

—¿Sabes dónde lo puedo encontrar?

—No, no me dijo nada. Se fue esta mañana. Llámalo, ¿Tienes su número no?

Asiente.

»Bien, ahora yo... Voy a... hacer algo de tarea— miento.

—Está bien. Te aviso si salió bien todo— dice nervioso.

—Si...

—Bueno... Nos vemos luego.

—Bay— cierro la puerta despacio y veo que se da vuelta para irse. Me apoyo en esta y bebo otro trago. Cuando escucho su camioneta alejarse termino de tomar, agarro mis llaves y salgo para ir directo al curso. Freno antes de salir de mi casa y vuelvo corriendo para agarrar otra botella. La descorcho rápido y me voy.

***

Narra Erick.

Hace 2 años (2020)

Febrero.

¿Qué es lo que me hace no poder desviar mi vista de ella?

¿Cómo se le llama a esa palabra?

¿Acaso la conozco?

Es raro mirar con detenimiento cada detalle de sus acciones.

Pecho subirse y bajarse despacio y pausado, sus labio mordiendo el de abajo, sus ojos pestañeando cada 10 segundos, su cuerpo (principalmente sus brazos y su abdomen) contraído, y luego... Dispara.

Y como siempre, al blanco.

Aplaudo y ella me mira sonriendo y haciendo una reverencia.

—Gracias, gracias querido público— miro a mis lados y atrás y solo estamos los dos. Me río.

—El querido público soy solo yo.

—Imaginaré que hay más. Ahí hay uno— señala finjiendo sorpresa atrás mío pero no miro porque sé que es mentira.

—Si, y a mi lado está Juanita.

—Y atrás tuyo Liam— me sobresalto cuando habla y Lizzie se ríe.

—Mierda. Idiota, no hiciste ningún ruido.

—De echo, cruji una rama metros atrás por accidente. Mi idea era asustarte apuntando un arma a tu cabeza. Eli era mi cómplice.

—Imposible, te hubiera escuchado. Saben que mi oído es perfecto.

—El echo de que mires a Eli como imbécil obsesionado por no decir enamorado porque no sientes eso, me haces saber, bueno, nos haces saber que tu oído no funciona tan bien que digamos Stelle.

Lizzie se sonroja pero deja de mirarme y sigue disparando con Carly (ja, ya le agarré cariño a ese arco) que casualmente con nosotros dos hace que el tiro sea perfecto.

—Seguramente habrá crujido cuando Lizz y yo estábamos hablando.

—Si, seguramente— dice con sarcasmo.

—Cállate Liam. Toma— le da una flecha y a Carly a Liam.

—Sabes que odio este arco viejo.

—Sea viejo o nuevo...

—El tiro debe ser perfecto— completo.

—Agh, enserio deben dejar de escuchar las frases de Kevin.

—Solo dispara estúpido— digo y Lizzie se ríe.

Se acerca a nuestra "compañera" (porque definitivamente no es una compañera para mí), se posiciona y tira. Y nos reímos porque la flecha queda a 50 centímetros del blanco.

—Eres pésimo— me río.

—Mi especialidad son las armas. No necesito saber perfectamente como ustedes el arco y flecha, Robin Hood. Además si lo hago con un arco nuevo, el tiro sí da en el blanco.

—Sigues siendo pésimo— dice Lizzie.

—¿Por qué tienes que ser tan honesta?— toca su pecho en un dolor finjido.

—Ahí te va otra. Tu novia es una perra que aún me tiene los celos porque nos vió abrazados cuando me la presentaste. Es una tóxica de mierda que se enoja porque te di un beso en la mejilla y tú no eres capaz de decirle algo cuando se junta con sus amigos de su antiguo colegio. Que de seguro con uno de ellos debe estar cogiendo.

Rodea los ojos. Probablemente cualquier persona que escuche la honestidad de Lizzie siendo su amigo, lloraría o se enojaría.

Aquí entre nosotros tres (y Kevin) la honestidad nos define.

En especial a Lizzie. No se calla y menos con nosotros, porque hay demasiada confianza como para que diga... Por ejemplo, lo que dijo recién.

Que aparte, no es una mentira. Es una zorra la tal Rachel. La ví un par de veces para que me diera cuenta que es la típica puta que engaña al chico buenito e inocente (alias Liam) con otros hombres cuando él está aquí.

—Eso, lo del abrazo cuando te la presenté fue cuando tenías 11 años.

—Lo cual es bastante estúpido que se ponga celosa cuando tenía 11 años Lim. Por dios, ahora teniendo casi 16 tiene más razones para estar celosa, omitiendo mi hermoso cuerpo y cara, aunque le dijimos que somos como hermanos. Que te considero como mi hermano mayor.

—Pero señorita Rachel sigue sin entender— digo.

—Amén.

—Bien, me voy a la sección de armas. Y además necesito decirle a Kev que mi prima se interesó en él.

—Es un caso perdido y lo sabes. Kevin, definición: hombre de buen cuerpo, pero que aparenta ser gay porque se niega a salir con cualquier chica.

—Kevin, definición: hombre de buen cuerpo, pero que aparenta ser gay porque se niega a salir con cualquier chica.

Decimos al unísono con Lizzie.

—Hay que intentar. Nos vemos luego hermosa Eli y acosador que no escucha cuando la ve como idiota.

Nos reímos y se va dejando a Carly en la mesa.

—Lizzie— meto mis manos en mi pantalón. No soy de esos chicos nerviosos. Normalmente cuando quiero hablar o pedir algo, soy muy impasible.

Y aunque no esté 100% impasible frente a esta chica, trato de finjirlo.

Ella agarra a Carly y se posiciona para tirar.

—¿Sí?— flexiona las piernas solo un poco y se acomoda en su sitio.

—¿Te gustaría ir al cine conmigo?— digo al mismo tiempo que ella dispara y la flecha queda, literalmente en el árbol al lado del árbol que tiene el blanco.

Exhala y me mira.

—¿Qué-qué?— si ella no me vió nervioso, yo a ella no la ví tan sonrojada.

—Para hacer una cosa diferente que no sea matar, disparar, matar y disparar— miro a la flecha y de nuevo a ella.

—¿Te sientes bien Erick? ¿Quieres ir al cine porque no quieres dejar un rato lo que más te gusta?— se acerca y toca mi frente. Sonrío de lado, agarrando su mano y beso sus nudillos. Uno por uno.

Me observa y traga saliva. Beso ahora la punta de sus dedos, y en uno hago una que otra presión con mis dientes.

—Erick...— susurra.

—Uhm— emito.

—Okey... Acepto, acepto, solo deja de hacer eso— jadea.

Me encanta. Los sonidos que hace, la manera que dice mi nombre. Los jadeos, las expresiones, sus gestos, sus pupilas dilatadas cada vez que la toco. Las exhalaciones cuando beso hasta la más mínima parte de su cuerpo dulce y suave.

Y si sigo pensando todo lo que me gusta de ella, o estoy todo el día, o ya la follaria.

Y sinceramente... Me gusta la opción número dos.

—Date la vuelta— musito.

—¿Qué?

—Hazlo dulce Lizzie— antes de que lo haga o piense, agarro su cintura y la doy vuelta yo mismo.

—¿Erick?

—Shh...— la empujo un poco, su pecho toca la mesa donde pone a Carly y las flechas.

—¿Que haces?— gime cuando agarro su pelo con la fuerza que sé que le gusta y la hago girar la cabeza para que me mire. Me acerco a su rostro susurrando en sus labios:

—Quiero follarte aquí Lizzie.

—¿Qu-qué?— la beso. Me corresponde. Y no necesito palabras para saber que ella desea lo mismo.

Su respiración, sus gemidos, y la desesperación en su boca me lo confirman.

Cambio de opinión y hago que voltee para que quede en frente mío. La subo a la mesa y la vuelvo a besar.

Siento tantas cosas cuando, solamente estoy cerca de ella. Tocarla, hacerla mía, se siente... Sin palabras.

Descubro muchas cosas con Lizzie.

Una de ellas es mi nerviosismo cuando ella me desafía. Al principio, cuando empezamos con el dúo, nos matabamos sin control alguno, y de no ser por mi tío, uno de los dos al terminar el día, iba a estar quebrado.

Ahora... Nos seguimos matando, pero hay una conexión, yo la siento. Nos pegamos y golpeamos y luego vamos a las duchas y follamos. Y ahora esto. Habremos cogido en todo el curso menos en el cuarto de Kevin.

Pero no sé... No sé que clase de conexión es la que tengo con ella.

Es diferente, solo sé que es diferente de las otras chicas y chicos con los que follé. Es diferente porque mientras la penetro en medio de este bosque, donde la conocí, siento algo que no sentí nunca. Como por ejemplo los latidos desenfrenados de mi corazón, mi piel erizarse cuando sus dedos largos y finos me tocan y demás.

Nunca fui el nervioso en una ¿Relación? Nunca tuve una relación, siempre fue un rollo de una vez o dos. Más no. Pero con Lizzie hice una dulce excepción.

—E-Erick. ¿Y si viene alguien?— gime.

—No creo que alguien se acerque escuchando tus gemidos, de los cuales se diferencian muy bien de los gemidos cuando practicamos— se ríe un poco pero sigue gimiendo.

Y yo le digo las cosas que quiero que me diga. Como mi nombre, que es solo mía, que le gusta lo que le hago y muchas más suciedades que saliendo de tu boca me la ponen durísima.

Como decía, el nervioso o nerviosa era la persona en frente mío. Yo el activo, la otra persona pasiva.

Lizzie y yo somos activo y activo.

Y jodidamente me encanta.

Nos venimos y ella apoya su cabeza en mi pecho. Pongo mi pera en su pelo y no dejo de abrazarla. Shampoo de frutilla.

Otra cosa con la que no podría vivir. Ese (que al principio odiaba, pero ahora me obseciona) maldito shampoo de frutilla que es dulce igual que ella.

—¿Acabamos de follar en un bosque, estando yo arriba de una mesa donde pongo mis cosas?— se empieza a reír contagiándome a mi.

—Si, te dije que somos únicos y originales.

—Si...— suspira y nos separamos. Se baja subiendo su calza y yo mi pantalón.

Mi teléfono suena. Y frunzo el ceño.

—¿Quién es? Tu cara está rara.

—Kev.

—¿Kev? ¿Stelle?

—¿Conocemos a uno nomás?— atiendo poniendo el altavoz.

—¿Si tío?— hablo.

—¿Terminaste de follar con lo que sea que es para ti, pero para mi, mi alumna favorita?— las mejillas de Lizz se vuelven rojas.

Sonrío.

—Si, con que nos escuchaste— ella se tapa la cara.

—Más bien la escuché a ella a unos cuantos metros. No es novedad que ya los haya escuchado en las duchas a la noche, mañana, día y tatde, en los cuartos de abajo, sus habitaciones, etcétera. El punto es que necesito que vengas a mi oficina, tengo que hablar contigo Erick.

—¡Dios santo Kevin! ¿Por qué no nos dijiste algo?— grita exasperada.

—No me apetece verlos follando como conejos e interrumpirlos. Solo ven a mi oficina Erick. Y solo.

—Asi que me dejan de lado— rodea los ojos.

—Exacto, ¿Por qué no puede ir Lizzie conmigo?

—Porque Liam quiere jugar a oídos sordos con ella. Ya la está esperando en la otra sección del patio. Por eso venía a buscarte y eh aquí la llamada cuando los escuché.

—Okey, ¿Liam te mostró a su prima no es así?— nos reímos. Lizzie mientras tanto acomoda los arcos, y las flechas en la mesa. Siempre fue ordenada. Suspiro por dentro.

Eso también me encanta.

—Mejor no hablemos de eso.

—¿No serás gay Kevin?

—Que no tenga novia o esposa, no significa que sea casto o gay.

—Confiesa que habrá follado hace poco con lo de casto.

—Si— le digo a Lizz.

—Soy más reservado. No como ustedes par de conejos.

—Deberías mirar a Lizzie. Su carita está bien roja.

—Joder, ya dejen de hablar de lo que hicimos recién como si fuera el clima. Me voy con Lim Lim. Adiós señor casto.

—Bay, needy rabbit— suelto una carcajada.

—¿Qué dijo?

—Nada— me tapo la boca.

—¿Qué dijiste hijo de puta?— agarra mi mano con el teléfono.

—La verdad. Si para ti soy casto, para mí eres una coneja necesitada.

—Vete a la mierda Kevin— se ríe y suelta mi mano.

—Igualmente. Recuerden, a las 4 de la tarde tenemos la reunión ¿Ok?

—Si— decimos al unísono.

—Bien, nos vemos a la tarde.

—Espera Lizzie— le corto la llamada y agarro su cintura.

—¿Qué pasa?

—A las dos de la tarde es la hora de la película. Para que lleguemos con tiempo a la reunión.

—¿Qué película veremos?

—Es la primera vez que vamos al cine. No sé que clase de películas te gustan— la miro un poco avergonzado. Conozco todo su cuerpo pero no el tipo de películas que le gustan. Increíble.

—No pasa nada. Me gustan las películas de acción, muertes, disparos y más.

—Debí suponerlo.

Pero tú dijiste "alejarnos de armas", así que para tu información también me gustan las películas animadas. El año pasado se entrenó "Hotel Transilvania 3". Y aún debe estar para verla. Así que vamos a ver esa. Si quieres.

—Contigo puede ver la película más fea del mundo y jamás me aburriría— me da un beso y la suelto.

—Bien, a las 2.

—A las 2. Lizzie— la llamo cuando se va.

—¿Ahora qué?— se ríe.

—Consideralo como una cita.

—¿Una cita?— abre la boca solo un poco.

—Si— me encojo de hombros —supongo que cita y salida es lo mismo ¿No?

—No lo sé, nunca tuve una cita.

—Me alegra ser el primero en cosas tan sencillas— le guiño un ojo, se ríe de vuelta y se va por fin.

Voy en otra dirección a la que se fue ella. Para la casa de Kevin específicamente.

Entro y voy a su oficina. Me espera sentado con los codos apoyados en la mesa.

—¡Buen día tío!— sonrío.

—Siéntate Erick— la seriedad en mi tío Kevin no me sorprende, pero esta seriedad es muy, muy fría.

—No me digas que te enojaste por lo de casto y gay— me siento.

—No es eso Erick— rodea los ojos —viniendo de ustedes tres nada me sorprende.

—¿Y por qué la cara?

—Te conozco Erick. Tal vez no al 100%.

—¿Y...?

—¿Qué es lo que tramas con Ámbar?— frunzo el ceño.

—¿Con Lizzie? ¿Cómo qué tramo?

—¿Ella te gusta?

—¿Qué? ¿Por qué preguntas eso?

—Porque si tengo que elegir entre ustedes dos, la defendería a ella si algo le haces.

—No estoy entendiendo Kevin. ¿Yo? ¿Lastimarla? La única forma sería físicamente como hacemos la mayoría de los días.

—Hablo sentimentalmente. Lo que no conozco de ti son tus sentimientos. Los de Ámbar si conozco porque es más fácil de decifrar que tú.

—¿A qué quieres llegar?

—Respóndeme primero tú ¿Te gusta? ¿Sientes algo por ella que no sea atracción sexual?

—Yo... No sé ¿Por qué?

—Te mira distinto, la razón principal de su apodo entre los dos.

—Ambick. En serio que está bueno el shippeo— me río.

—Eres bueno en muchas cosas Erick. Solo que fallas con los sentimientos. No sabes lo que es el amor ¿Cierto?

—Siento amor por mis padres. Los adoptivos obvio.

—No hablo de esa clase de amor. Amor de gustar, de enamorarte.

—Jamás conocí a alguien que sea digna o digno de mi. Necesito a alguien que me entienda mejor que tú o mís papás. Alguien que me conozca mucho.

—¿También alguien que te quiera?

—No lo sé.

—Porque no sabes que es el amor. No sabes que es sentir algo por alguien.

—¿Y tú si? ¿Tú qué sabes del amor si estás completamente solo?— rodeo los ojos ya molesto.

—Estuve casado, amé demasiado a mi mujer, tuvo cáncer y se murió. Aún la amo y la extraño. Yo sí sé que es el amor. El echo de que aún no quiera estar con alguien, no quiere decir que esté solo.

Me paro. Jamás supe eso, mis papás tampoco me dijeron nada. ¿Kevin casado?

Nos entendemos con Lizzie de una forma que no logro comprender, más de lo que tú piensas o crees. Nos complementamos, tampoco sé de qué forma, pero lo hacemos.

»La invité a ir al cine— sonrío —le dije que es una cita. Que es lo mismo que una salida de amigos.

—Primero, una salida no es lo mismo que una cita, no soy yo para darte la diferencia, para eso está Google. Y segundo, una salida de amigos, mejor dicho una pareja que no tiene título pero folla todos los días, es mejor.

—Bien, luego busco la diferencia y en unas horas volvemos a la reunión. ¿Puedo recibir un adelanto? ¿Pistas?

Suspira.

—Alemania, mafia, y mucha muerte. Vete.

—¿Alemania? ¿Iremos a Alemania?

—Yo sé que ahí naciste y creciste...

—No. Yo nací y crecí aqui. Con mis verdaderos padres, Ivy y Calvin Stelle. Con mi tío Kevin Stelle. Alemania es solo una pesadilla que tuve yo— me acerco a la puerta y antes de irme me doy vuelta —lamento lo que le pasó a tu esposa.

»Y sí, tal vez no sé que siento por Lizzie con exactitud, ¿Pero lastimarla? ¿Ser el causante de sus lágrimas? Eso sí que no. No me lo perdonaría.

—Una cosa es decirlo. Otra es intentar cumplirla.

—Trataré de que se cumpla.

Me voy para el lado del curso donde Liam está disparando y Lizz con su machete esquiva todas y cada una de las balas.

Me siento en los bancos sin hacer ruido.

Este juego es muy peligroso, incluso hasta para nosotros tres que somos expertos en armas. Pero no hay que distraer nunca a la persona que lleva puesta la venda en los ojos. Si se llega a desconcentrar escuchando otra cosa que no sea la dirección de la bala que da tu contrincante, podría haber una desgracia. Por eso esta parte del patio tiene que haber (con las dos personas jugando) una persona o dos nomás mirando sin hablar. Un ejemplo sería Kevin y Liam obvservando mientras Lizz y yo jugamos.

Las primeras veces que jugamos a eso a Lizzie, Kevin se había tropezado con mi mochila (mi culpa porque hay un lugar para dejar los abrigos, bolsos y mochilas apenas entramos al curso) y me desconcentré al mismo tiempo que Lizzie disparó y me rozó la cintura.

Ahora somos súper precavidos y ordenados sobretodo. Y hasta hoy no hubo ningún herido.

Porque otra cosa es que entre los cuatro podemos jugar a oídos sordos, porque somos los mejores en precisión (Liam y Kevin) oídos para escuchar perfectamente (yo) y el esquivar de manera rápida, incluida las cosas que dije antes (la dulce Lizzie por supuesto)

Liam me ve y baja su arma.

—¡Hermosa Eli, terminamos!— le grita. Pues están a 15 metros de distancia.

—¡¿Qué?! ¿Tan poco duró?— se saca la venda y me mira.

—¡Si hermosa Eli, llegué yo!— digo y me río por el estúpido apodo que le puso Liam.

—Solo yo le digo así.

—Que horror.

—Tú no le tienes el mejor apodo que digamos.

—El mío tiene un significado.

—El mío también.

—¿Cuál es? ¿Qué es hermosa?

—¿Y el tuyo que es dulce?— se ríe.

—Me encantan ambos apodos. No actúen como niños— besa la mejilla de Liam —Iré a cambiarme. ¿Me esperas afuera Erick?

—Claro.

—¿Dónde van?

—Una cita. Por eso no te invité— y se va por las puertas trotando.

Sonrío y estoy por caminar hacia ella pero la mano de Liam agarra mi brazo. Volteo y su otra mano apunta a mi cabeza.

—Wao ¿Que haces?— ruedo los ojos.

—Entre nosotros, sabes que Eli es muy ilusa. Es su debilidad entre toda su fortaleza. No te aproveches de eso, no juegues con ella.

—¿Por qué carajos lo dices?

—Porque si lo haces no me importaría matarte.

—No tienes porqué. No le haré nada. Es solo una salida al cine.

—Ella acaba de decir que es una cita. Eres un idiota. Busca la diferencia.

—Kevin me dijo lo mismo.

—Porque eres el único que no sabe que es el amor. Y al parecer Eli tampoco. Vete ahora— me suelta.

Le saco el dedo del medio y me voy.

¿Por qué dicen eso?

Hay algo que me ocultan esos dos. En palabras claves no me sirve la mierda que tratan de decirme.

Llego hacia la puerta de salida agarrando mi teléfono y mi billetera de la mochila que dejo ahí.

En 10 minutos aparece totalmente distinta y bañada.

—¿Por qué te bañaste?

—Yo estuve aquí antes de que llegaras, y estuve haciendo UFC con Kev para calentar un poco. Necesitaba sacarme la transpiración.

—Ok, ¿Vamos?

—Vamos— sonríe. Los padres de Lizzie (de los cuales no conozco solo por nombre) son muy buenos que para su cumpleaños de ella le dijeron que le iban a regalar un bonito Ferrari negro que parece amar más que a si misma sin que lo tenga aún. Mientras vamos caminando.

Prendo el GPS y le doy la dirección del shopping al que vamos. Apagamos el ruido de la gallega que dice: "gire a la izquierda en 200 metros". Es irritante. Nos reímos y seguimos caminando.

La veo y sonríe de oreja a ojera. Tiene las mejillas ligeramente sonrojadas. Sus ojos brillan de emoción supongo mientras camina. Tengo un cariño extraño hacia ella. Es raro.

—¿Qué miras?— dice sin mirarme.

—Lo bonito que es el valle de tus pechos— casi miento. Todo el tiempo mire su cara de perfil. Y uno poquito el valle. Pero más su cara.

Se sonroja de nuevo, se ríe.

Ay... Amo ese sonido.

Podría estar todo el día escuchando esa risa y jamás me cansaría.

¿Qué es lo que siento?

¿Podemos estar en la mente del otro?

Aunque ella no lo sepa y Kev tampoco, es la única que me conoce mejor que nadie, incluso mucho mejor que mis padres y Kevin.

Es la única que pudo entrar a mi mente.

Y tengo... Miedo (algo que nunca sentí) de que con esa confianza, ese conocimiento tan profundo que tiene de mi haga que me lastime.

Porque no sabe... No sabe que solo dejar de estar conmigo de la forma en la no sé como estamos, puede acabar conmigo de una forma que no logro describir ni descubrir.

Aún.

***

Volveré a ti.

Voy a volver mi dulce Lizzie.

Voy a volver para decirte que también te amo.

Que me equivoqué de hacer lo que te hice.

Debería decir que te alejes de mi. Que no te conviene estar con un monstruo, un demonio como yo.

Pero Lizzie, lo que nos define, es la honestidad y la terquedad.

Y a mí, más que a nadie la perfecta y hermosa impulsividad.

Te lastime, puse muchas lágrimas en tu rostro. A causa de eso tú rompiste tu promesa.

No debiste.

Yo no debí irme.

Tú no debiste romper nuestra promesa.

Te amo tanto Lizzie. Me arrepiento tanto de herirte.

Ahora sé que es el amor. De echo siempre lo sentí. Desde que te conocí. Solo que no sabía lo que era amar. Y me fui, y supe que no podía estar sin ti.

Supe que te amaba. Y por eso volví.

A recuperarte.

A amarte como siempre quisiste.

Solo espero no llegar tarde.

No. Yo sé que aún me amas.

Lo sé.

Lo que no sé es si tú rencor y tu orgullo son más grandes que tú amor hacia mi.

Erick.


¿Se la envió ahora?

¿Espero un poco más?

¿Qué hago?

Mejor no. Cierro la carta. La dejo a mi lado y froto mi cara. Algo me consume. Es el arrepentimiento. Y más sabiendo que casi se mata por mí culpa. Que se drogó y tomó hasta perder la razón por lo que le hice.

La lamparita se me prende y llamo a una de mis ¿Socias? ¿Asistentes? No tengo idea.

—Kloe, necesito que me hagas un favor.

—Dime Erick.

Le cuento lo que tiene que hacer, hacerle a Lizzie mejor dicho. Cada detalle. Espero que cumpla, porque sé que es media perra porque le gusto y sabe mis sentimientos hacia Lizz. Pero detrás de eso es bastante astuta.

—¿Entendiste? La idea es asustarla— aunque suene imposible —ni se te ocurra cargar el arma porque yo me entero de todo. Y si la lastimas, aunque sea con un rasguño, no me molestaría perforarte la cabeza con una flecha. ¿Capisci?

Se la escucha tragar saliva. Sonrío.

—Está bien Erick.

—Bien querida, eso es todo. Sabes que tienes que decir y hacer. No la cagues. Basicaménte tu vida depende de esto.

Corto la llamada y me río apoyando mi cuerpo en la espalda mirando el techo.

No la mataría. A menos que lastime a Lizzie. Ahí... Si. Está bien muerta.

—Ya volví Lizzie. Estoy de nuevo en París. Jamás te volveré a dejar. Lo prometo.

»Lo prometo, mi dulce Lizzie— susurro.

------------------------------------------------------
Hola gente hermosa!!!! Que alegría subir un nuevo capítulo.

Tengo tarea a choclo. Estoy en una nueva tecnicatura de la escuela (servicios turísticos) y me mandan cosas que jamás en mi vida ví pero me encantan y trato de hacerlas medianamente rápido.

Ese es el motivo de que tarde en actualizar.

Espero les guste. Es también medianamente largo y me encantó como quedó. Estamos en otra mente que no sea la de Ámbar, Ryan y Ethan (y Cassie jsjjsjs que solo narró una vez pero la contamos igual)

Mente del hermoso Erick Stelle (mátame, no me importa jaja).

¿Qué les pareció este capítulo?

¿Opiniones de Erick?

Comenten y voten.

Los quiero y nos leemos luego ❤️ (ya extrañaba decir eso jsjs)❤️❤️❤️

Continue Reading

You'll Also Like

21.9K 2.2K 24
En donde un exitoso y multimillonario cantante , se enamora mutuamente de una prostituta de los Ángeles.
299K 22.2K 51
Eliza Jones y Stella Lambert son el prototipo de: "personas correctas en el momento equivocado", pues sus vidas habían coincidido en preparatoria, cu...
963K 85.4K 50
Ganadora del Watty 2022 en la categoría juvenil✨ «Una carta de amor, una chica con aroma a coco y un verano inolvidable». *** Astrid, la hija de un i...
277K 27.3K 44
Vanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los ojos de ambos, gris ante los dos de difere...