Keira y sus problemas [COMPLE...

By eclipsafernandez

297K 36.2K 18.7K

Lo último que esperaba Franchesco era que su vecina le llamase la atención, en cambio, Keira solo deseaba no... More

Sinopsis & Nota
Capítulo 00 🚬
Capítulo 01 🚬
Capítulo 02 🚬
Capítulo 04 🚬
Capítulo 05 🚬
Capítulo 06 🚬
Capítulo 07 🚬
Capítulo 08 🚬
Capítulo 09 🚬
Capítulo 10 🚬
Capítulo 11 🚬
Capítulo 12 🚬
Capítulo 13 🚬
Capítulo 14 🚬
Capítulo 15 🚬
Capítulo 16 🚬
Capítulo 17 🚬
Capítulo 18 🚬
Capítulo 19 🚬
Capítulo 20 🚬
Capítulo 21 🚬
Capítulo 22 🚬
Capítulo 23 🚬
Capítulo 24 🚬
Capítulo 25 🚬
Capítulo 26 🚬
Capítulo 27 🚬
Capítulo 28 🚬
Capítulo 29 🚬
Capítulo 30 🚬
Capítulo 31 🚬
Capítulo 32 🚬
Capítulo 33 🚬
Capítulo 34 🚬
Capítulo 35 🚬
Capítulo 36 🚬
Capítulo 37 🚬
Epílogo 🚬

Capítulo 03 🚬

7.7K 998 256
By eclipsafernandez

Editado

La música solía ser mi escape para absolutamente todo. Si no quería discutir, me colocaba los audífonos. Si no quería escuchar a alguien, lo ignoraba y me ponía mis audífonos.

Pero principalmente, los usaba cuando quería escapar de mi misma.

Había escapado tanto de mi, que ya era costumbre quedarme dormida con los auriculares puestos. Era la primordial razón por la cual se me rompían seguido.

Pero lo que nunca me imaginaría era que al llegar a Bhack me encontraría a alguien que también deseaba escapar. Porque... aunque él no quisiera hacerlo notar, yo lo notaba. Notaba en su aspecto que mi dormitorio le traía recuerdos y, probablemente, eran recuerdos que le atormentaban. Pero por alguna razón, yo no me atrevía a cambiarlo. Aunque tampoco estaba tan mal. De hecho, era interesante. Pero a la vez, me sentía una extraña cuando él estaba presente.

Porque sí, Franchesco tenía la costumbre de entrar sin siquiera golpear antes.

—¿Estás llorando? —cuestionó acercándose a mi cama.

Me asusté un poco al verlo, era de esperar, pero me incorporé rápidamente, quitando el rastro de lágrimas que habían dejado mis ojos.

—No, solo disfruto mi soledad —mentí, si había estado llorando una vez que mi padre me dejó en casa.

Pero no iba a contárselo a él.

¿Por qué lo haría?

—¿Y por qué tienes los ojos rojos y la cara tan hinchada?

—¿Por qué estás tan pesado? —farfullé de mala gana, oyendo mi estomago rugir de hambre.

Había optado por no cenar y ahora aquello me pasaba factura.

—No soy pesado —masculló.

—¿Y por qué entras a mi habitación sin golpear?

Franchesco desvió la mirada, incomodo.

Pero al cabo de unos segundos, quitó sus manos de los bolsillos del pantalón y procedió a sentarse en el sillón verde.

—Vi que volviste lloran... —le puse mala cara al escuchar que volvió a insinuar que yo estaba llorando—. Que estabas con mala cara, iba a venir antes pero... quería darte espacio.

—¿Y desde cuándo te importa? —cuestioné de mala gana, mientras me ponía de pie y rebuscaba mi móvil en la cama.

Estaba hecha un lío, pero al encontrar mi teléfono me asusté al ver la hora.

—¡Son las dos de la mañana! —exclamé bajito—. ¡Mi padre podría verte! ¡Y matarte!

Franchesco entrecerró los ojos, malhumorado.

—Tu padre no ha vuelto desde que te trajo. No habría venido de ser así, no soy idiota.

—¿En serio?

—Sí, no soy idiota.

—Hablo de mi padre, idiota.

Al escucharme decirle «idiota» supe que no le agradó, pero no tampoco se quejó.

Desbloqueé mi móvil y empecé a leer las notificaciones. Por alguna razón, estaba en un grupo. Uno del cual no sabía que existía.

«Seamos amigos», leí.

Eso era obra de Ludovica, no cabía duda.

Pero lo que más me molestó, fueron los mensajes.

Nicolás H: No quiero ser amigo de esa perra

GEN: Ya deja de decirle perra.

Abby: X2 a Gen

Ludoovicaa: Quiero que se lleven bien, vamos. Deja tu malhumor para tu abuela Nicoo

PeterMan: ¿Es necesario todo esto?

¿Se puso «PeterMan» de usuario? ¿Qué clase de idiota hace eso?

Nicolás H: Repito. Esa perra traerá problemas, no la quiero cerca!!!!!!!! A caso no vieron su brazalete???? O como se viste???? Por dios Ludovica, tu lado lesbiana se pasó esta vez

Ludoovicaa: OYEEE IDIOTA, YA CÁLLATEEEE

¿Por qué estaban haciendo eso? ¿Y por qué me estaba afectando tanto?

¡Ni siquiera los conocía! ¡Ni siquiera me agradaban!

No tenía sentido que me afectara.

Salí del grupo sin decir nada, pero era claro que lo había leído todo. No entendía cuál era la necesidad de Nicolás por llamarme «perra». No le había hecho nada.

Pero la actitud de Ludovica ya me parecía asfixiante. Puede que haya sido porque no acostumbraba a estar con personas así, pero ya me estaba casando de ellos y solo era el segundo día.

—¿Qué lees? —cuestionó Franchesco, quien se me había olvidado que estaba junto a mí.

—Nada —mascullé, arrojando el móvil a la cama.

Para luego salir de mi habitación, no sabía cómo sentirme al respecto. Tanta mierda junta me estaba poniendo de malas.

Al pasar por el pasillo, inevitablemente vi mi reflejo en él. Franchesco no se equivocaba, mi cara estaba roja como un tomate y mis ojos estaban hinchados. Pero mi cabello... mi cabello era un desastre. Bueno, yo era el jodido desastre.

Pero siendo honesta, no me importó que él me viera así. Volví al dormitorio en busca de una liga para poder atarme el cabello y al verlo allí, parado sin saber qué hacer, no se me ocurrió otra cosa que invitarlo a comer.

—¿Tienes hambre?

—¿Eh?

—Que si tienes hambre. O igual si ya cenaste puedes comer helado, pedí mucho, así que hay de sobra.

Franchesco sonrió tímidamente, lo cual me provocó una sensación extraña. Pero al cabo de unos segundos, aceptó.

Así que, mientras yo devoraba unos burritos. Él atacaba el pote de helado con una cuchara, como si nunca hubiera comido antes aquel líquido dulce.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —soltó Franchesco.

—Ya la estás haciendo.

—Ya. Pero una distinta a esa.

—¿Qué quieres? —indagué, dejando mi burrito para darle toda mi atención a él.

—¿Por qué esta casa? ¿O por qué Bhack?

Fruncí el ceño al oírlo. Especialmente porque no sabía qué responder. Bueno, sí sabía. Pero mi respuesta no era la que las personas quieren escuchar o más bien, a lo que estaban acostumbrados.

—¿Honestamente? —cuestioné y él asintió enseguida—. Mi padre trabaja mucho y por alguna razón, siempre lo cambian de ciudad. Así que... cada tanto nos volvemos a mudar. No es algo que yo decida, quiera o desee. Bhack no tiene nada que me llame la atención, ni siquiera esta casa. La primera vez que la vi fue cuando llegué. No hay nada interesante para que te responda.

Franchesco pareció estar satisfecho con mi respuesta, pero en su mirada sentía que necesitaba algo más.

—Pero la casa es... está bien. Es decir, me agrada el decorado de la habitación. ¿Lo hiciste tú?

Él sonrió un poco, para luego responder con un asentimiento de cabeza mientras removía su helado con pena.

—Sí. Era el dormitorio de mi mejor amigo.

—Oh, pues tiene buen gusto.

—Sí. Lo tuvo, hasta que se fue.

Sentí como la tristeza lo evadía tras decir aquellas palabras, había sonado tan intenso que hasta se me secó la boca. Y lo entendía, tener que despedirse de alguien es horrible.

«Hasta que te acostumbras y te vuelves frío como un bloque de hielo».

—Oh, lo siento. Mudarse siempre es duro —dije poniéndome de pie, para luego arrojar a la basura lo que me quedó de burrito. Ya no se podría volver a calentarlo, así que tocaba botarlo.

—Sí... pero...

El sonido de la llave contra la cerradura de la puerta principal nos puso a ambos en alerta, especialmente cuando se abrió, se cerró y se empezaron a oír pasos acercándose a la cocina.

A Franchesco le costó reaccionar, así que tuve que jalarlo del brazo y correr hasta mi habitación. Pero la voz de mi padre me frenó en seco.

—¡No dejes el helado fuera! —gritó desde la cocina—. ¡Da igual me lo voy a comer!

Cerré los ojos con fuerza, suspirando aliviada de que no se había dado cuenta acerca de la presencia de Franchesco.

—Tienes que irte —le susurré, cerrando la puerta de mi habitación.

—¡Lo sé! —me recriminó, alzando sus manos con desesperación, para luego apuntarme hacia la ventana.

Oh, no.

El coche de mi padre seguía estacionado en la calle, pero lo que más me impactó fue que hubiese alguien dentro.

¿Quién diablos era?

—¡Debo volver al trabajo, estaré aquí a las seis! ¡¿Está todo bien?! —volvió a gritar desde la cocina.

Mierda... era mi turno de decir algo.

Diablos. Carajo. Mierda.

—Eh... ¡Sí! ¡Ya ve a trabajar, me estoy por dormir! —exclamé rogando para que no se quisiera venir a la habitación.

—¡Te veré más tarde entonces! —dejó saber, antes de volver a abrir la puerta y marcharse tras cerrarla.

—Adiós —murmuré.

Viendo desde mi ventana como se subía a su coche pero del lado del acompañante. Eso era demasiado raro. Incluso para mi padre.

—Eso estuvo cerca —comentó Franchesco, con el pecho subiendo y bajando.

Vaya que tenía miedo. No pude evitar reír un poco al verlo asustado.

Sabe él lo que se habrá imaginado que le pasaría si lo pillaban en mi casa o mejor dicho, en mi dormitorio.

—No da gracia. Creí que vendría a arrancarme las pelotas.

—Nah. Eso haré yo si no te vas ahora mismo —aseguré divertida, mientras le apuntaba la ventana.

Quería irme a dormir y con él presente no sería posible.

—Gracias por el helado —dijo mientras estaba sentado en la ventana, listo para irse.

—No fue nada —y tras mi respuesta, pegó un saltito y se retiró a su casa.

No estaba acostumbrada a tener un amigo, o a querer tener uno incluso. Pero Franchesco parecía tener buen potencial para serlo.

Aún así, me obligué a irme a la cama sin mirar el teléfono. Ya había sido mucho drama por ese día y necesitaba olvidarme de todo por un rato.

Holaaa, ¿Cómo están?
Aquí Eclipsa para saludarlas, espero que estén bien y que hayan disfrutado del capítulo.
El próximo viene potente 🤭

Recuerden que sus comentarios son vitales para hacerme saber qué les va pareciendo la novela, si tienen una opinión, valoro mucho que me la den ✨

Además, arriba del todo les dejé un edit que hice. ¿Qué les parece?
Estaré dejándolos a medida que actualice y haga nuevos ☺️

Besitos problemáticos 💜🚬

Continue Reading

You'll Also Like

12.1K 3K 76
⚜"Cuando pasado y presente convergen, pueden dar pase a un nuevo futuro..."⚜ ¡Felicidades, acabas de heredar un reino perdido! Felicidades, acab...
Error_ By Emizo__

Teen Fiction

1K 276 28
Alessandra D' Angelo Tanner comienza su segundo año en la preparatoria, su carácter fuerte y personalidad hacen que pocos la soporten . Algo que re...
292K 22.6K 19
Bilogía, libro II: El Juego. En este concurrido hotel de Madrid, las habitaciones y los pasillos son testigos de historias de amor, deseo, lujuria...
189K 15.2K 50
Te amo, pero ya no seguiré aquí. Te dejo cincuenta notas. Porque el cinco es nuestro número. A veces de la buena suerte, a veces de la mala. Son cinc...