Eisherz

Autorstwa leisydiaz14

122K 20.7K 14.2K

«Él está encerrado en mi sótano y yo estoy condenada a enamorarme de él.» Desde el día en que Madison descubr... Więcej

ADVERTENCIA
PREFACIO
Capítulo 1: Malakai
Capítulo 2: Despertar
Capítulo 3: Extraño
Capítulo 5: Hambre
Capítulo 6: Genio
Capítulo 7: Volar
Capítulo 8: Secuestradora
Capítulo 9: Cavernícola
Capítulo 10: Temperatura
Personajes
Capítulo 11: Aren
Capítulo 12: Reloj
Capítulo 13: Importante
Capítulo 14: Corazón
Capítulo 15: Beso
Capítulo 16: ¿Sorpresa?
Capítulo 17: Hermano
Capítulo 18: Proteger
Capítulo 19: Cita
Capítulo 20: Dibujo
Capítulo 21: Betsy
Capítulo 22: Límites
Capítulo 23: Almas
Capítulo 24: Pensamientos
Capítulo 25: Traición
Capítulo 26: Órganos
Capítulo 27: Cuento

Capítulo 4: Sonrisa

5.3K 1.1K 1.1K
Autorstwa leisydiaz14

Para mi sorpresa, Eisherz no me apartó.

Solo se mantuvo en la misma posición: con los ojos extra abiertos, las mejillas rojas y mis labios sobre los de él, en un beso tierno que me había dejado desorientada por unos segundos.

No me juzguen por haber elegido esa excusa tan típica y problemática para justificar su presencia en mi casa. Él iba a hablar y, tengan en cuenta además, que estaba medio desnudo en mi salón. ¿Qué se suponía que dijera? Esta era la opción más creíble.

Puse mis manos en sus hombros, y me alejé con lentitud sin apartar la mirada de sus ojos hipnóticos.

—No sabía que... tenías pareja. —comentó Landon, haciéndome reaccionar.

—Es algo reciente. —añadí, luego de mojar mis labios inconscientemente y mover mi vista hacia él— Nadie lo sabe.

—Pues que honor ser el primero que lo sepa. —sonrió, forzado.

—Ja, sí.

¡Momento incómodo! — gritó mi conciencia, y por esta vez, tenía razón. Ninguno de los tres sabía que más decir (bueno, excepto Eisherz, que parecía aún perdido en su cabeza)

—Yo... tengo que irme. —anunció Landon, señalando a la puerta— Si necesitas algo, o si aquel intruso vuelve a aparecer, no dudes en llamarme.

—Si, claro. No te preocupes...

—Por cierto —me pasó por al lado y caminó hasta el chico sentado en el sofá— Yo soy Landon. Mucho gusto en conocerte... —dejó la expresión en el aire, esperando a que él le dijera su nombre. Pero Eisherz ni siquiera lo miraba, y era obvio que no iba a responder.

—Es algo cerrado, Landon. —sonreí.

—¿Ni siquiera me dirá su nombre? —insistió— ¿Acaso es mudo?

—Landon. —hablé severa.— Adiós.

Asintió con pesadez, entendiendo mi indirecta: quería quedarme a solas con "mi novio".

No perdió otro segundo más, y desapareció por la puerta principal sin mirar atrás. Sé que prácticamente lo eché de mi casa, pero es Landon... él me entiende y sabe cómo soy. Si hubiese sido su hermano Logan quién estuviese aquí, pues habría terminado confesando quién era el chico de hielo con lujo de detalles. Digamos que puede ser algo insistente y metiche conmigo.

En cuanto cerré la puerta, mi corazón volvió a latir descontrolado al saber que ahora me tocaba la confrontación con mi primer amor, a quién había besado sin consentimiento y que no entendía ni una pizca de lo que decía.

—Venga, Madison. —mascullé para mí misma, acercándome a él— Es solo una persona X. No es nadie especial. ¿Un beso? Eso no es nada especial en este siglo. O sea, él no es la primera persona que besas.

Pero sí la primera que besas que te pone nerviosa, Mad.

—Maldita conciencia...

Me senté a su lado, algo dudosa, y me puse en la misma posición en la que él se encontraba.

—Sobre lo que pasó antes... —murmuré, evitando mirar hacia él.

Sigue sin entenderte, lista.

—Lo sé, madre mía. —exclamé, estresada— ¿Cómo se supone que me voy a explicar?

Bajé la cabeza y concentré la mirada en mis pies. Me sentía impotente sobre Eisherz. ¿De qué servía haberlo despertado si ni siquiera me entendía? Esto estaba resultando ser un desastre...

Miré el reloj colgado sobre el televisor y me percaté de que ya era demasiado tarde, y mi tío podía entrar por esa puerta en cualquier momento.

Sentí una leve caricia sobre mis labios y mis ojos se agrandaron con sorpresa. Giré mi rostro, y me encontré a Eisherz agachado sobre el sofá, con la espalda encorvada y el dedo levantado en mi dirección.

—¿Qué...é ha...aces? —balbuceé, tragando en seco.

Él frunció los labios, cerró los ojos y comenzó a acercarse a mí, como un patito fuera del agua. ¿Acaso iba a...?

Siiiii ¡Te va a besar!

—¡No! —me levanté, sobresaltada.

¿Qué haces idiota? ¡Deja que te bese!

—Tú... —fue entonces cuando escuché el sonido de las llaves entrar a la cerradura de la casa, y me sobresalté.

Mi tío.

—Joder. —agarré a Eisherz del brazo, esperando que no reaccionara mal, cosa que no hizo, gracias a Dios.— Vamos.

Lo arrastré conmigo hasta mi habitación, a paso apresurado. No podía permitir que mi tío lo viera. Él era mi secreto, y debía seguir siendo solo mío. Ya corrí un riesgo enorme con Landon, cosa que no debía volver a pasar.

En cuanto entré a la habitación, sentí como algo caía en mi cuello y casi me da un paro antes de darme cuenta de que era Mr. Hugs, quién estaba colgado como siempre lo hacía.

—Con todo lo que me está pasando, e incluyéndote a ti de plus, me van a matar de un infarto algún día. —la hablé al perezoso, luego de ponerle seguro a la puerta por dentro.

Eisherz se encontraba recorriendo mi habitación con la mirada, detallando cada centímetro de ella con curiosidad. Su vista se detuvo en los brasier que tenía colgados en la puerta de mi baño, y mis mejillas se enrojecieron al instante.

—Awa'ahs niba... —masculló con una leve sonrisa.

Y volvió a hablar en su idioma raro...

—¡Eisherz! —chillé, avergonzada. Corrí hasta dónde él miraba y quité toda mi ropa interior de allí, metiéndola dentro de una gaveta.

No pasé casi toda mi vida tratando de despertarlo para que ahora me estén importando cosas triviales como éstas. Se suponía que él me dijera todo lo que necesitaba saber del asesinato de mis padres, el por qué había estado encerrado en mi sótano en primer lugar y por qué se suponía que mi padre lo consideraba una familia.

¡Pero ni siquiera puede hablar!

—Madison, ¿estás ahí? —habló mi tío, al otro lado de la puerta de mi habitación.

Y ahora viene este idiota de nuevo...

—Sé que estás ahí, te escuché entrar. —añadió, molesto.

Miré a Eisherz con miedo. Si hablaba ahora, lo jodía todo...

—Por favor... —mascullé solo para nosotros. Llevé mi dedo a sus labios.— Mantente en silencio.

Él bajó su vista hasta dónde yo lo tocaba y luego la regresó a mis ojos. Sonrió y asintió con la cabeza, tomándome con sorpresa.

¿Me entendió?

—Madison... —gruñó mi tío, perdiendo la paciencia.

—¿Qué quieres? —ladré.

—Mañana te quiero en el juzgado para la lectura del testamento. —informó— Sin ti, no pudieron hacerlo. Y yo tuve que tomarme muchas molestias para que decidieran reorganizarlo.

—¿Crees que me importa un estúpido testamento cuando mi tía se está pudriendo en una urna, sin haberle hecho el entierro que se merece?

Lo escuché bufar.

—Si vuelves a faltar...

—¿Qué vas a hacer? —espeté— ¿Encerrarme en mi habitación como hiciste anoche?

—No me tientes, maldita desagradecida.

—¡No me tientes tú a mí! —chillé, enfurecida— ¡Porque un día de estos puedes despertarte encerrado en un ataúd sin posibilidad de salida!

Silencio.

Puse la oreja en la puerta y no escuché nada más. ¿Se habría ido?

—Yo que tú —volvió a hablar— mantenía cerca a ese bicho que tienes de mascota. No vaya a ser que desaparezca sin dejar rastros.

Y con esas últimas palabras, escuché sus pasos alejarse de mi habitación.

El animal colgado en mi cuello, me abrazó con más fuerza y por ese momento temí por su vida. ¿Mi tío había amenazado a Mr. Hugs?

—Maldito. —mascullé.

—Ayifal anik? —habló Eisherz, sobresaltándome. Aún no le entendía, pero saber que no estaba sola, me reconfortaba.

—Creo que deberíamos dormir. —declaré— Necesito descansar la mente, procesar todo lo que pasó hoy y ya mañana será un nuevo día.

Apagué la luz del cuarto, y me metí en la cama, agotada. Eisherz me miraba desde su posición, con los ojos abiertos y la luz de la luna iluminando su cuerpo medio desnudo...

Oh cierto... Creo que él necesita una ducha y algo de ropa nueva.

Me levanté de nuevo, y encendí la luz. El día aún no terminaba.

—Quédate aquí. —lo senté en la silla de mi mesa de estudió y le hice ceñas para que no se moviera.— Por favor.

Y sonrió...

Madre mía. Esa sonrisa podría provocar guerras y derretir hasta el corazón más vacío.

Por primera vez, estaba de acuerdo con mi conciencia. Esos hoyuelos inspiraban a querer tocarlos y no despegarse de ellos nunca.

Salí de la habitación, luego de cerrarla por fuera con mi llave y dejar al perezoso sobre la cama. No podía arriesgarme a que se escapara o a que mi tío entrara sin permiso.

Caminé de puntillas, tratando de hacer el mínimo sonido, hasta el último cuarto del pasillo. Hacía años que no entraba en él y, a pesar de que no me apetecía volver a hacerlo, necesitaba ropa de chico que prestarle a Eisherz.

Saqué la llave colgada en mi cuello, la cual me había dado mi padre antes de morir, y abrí la puerta del cuarto que una vez fue de mi hermano.

No quiero hablar de él. Solo fue alguien a quién casi ni recuerdo y que murió cuando yo tenía apenas dos años. Era muy poco tiempo para ser consciente de él, y para que me doliera la muerte de alguien cuando casi no podía ni hablar.

La habitación estaba como la recordaba, excepto por todo el polvo que se había acumulado con el pasar de los años.

Abrí el armario y saqué un pulóver negro con un águila dibujado en el centro, unos calzones azules y un short del mismo color. Debían de tener el olor a guardado impregnado, pero no podía ser exigente cuando era mi única opción. Ya mañana lavaría toda la ropa.

Volví a mi cuarto, sorprendiéndome al ver a Eisherz en el mismo lugar.

—Vamos. —lo agarré del brazo y lo llevé hasta el baño conmigo. Dejé la ropa sobre la repisa, para luego sacar una toalla nueva y ponerla en el mismo lugar.— Ahí está la ducha, el gel de baño y todo lo que necesitas. Báñate y luego ponte esta ropa.

Sigue sin entenderte...

Ay, mierda.

—Mira — corrí la cortina hacia un lado y me metí en la bañadera. Abrí la ducha, mojándome solo las manos y haciéndole señas — Tú, aquí, mojado. —Oh, madre mía. ¿Qué acabo de decir?

Eisherz frunció el ceño y se encogió de hombros. No entendía una mierda de lo que le decía.

—Bueno. Cambiemos de plan. —salí de la bañadera, para tomarlo del brazo y traerlo conmigo. Lo puse bajo la ducha, y luego hice girar la llave que haría que el agua cayera sobre él.— Y ahora te bañas. —le hice ceñas como si yo me estuviera restregando— ¿Sabes hacerlo? —lo señalé, y de pronto su mandíbula tensa se relajó luego de que comenzó a reírse como un retrasado.

Oh, amiga. Creo que nuestro buenorro chico de hielo se está burlando de ti.

—¿Me estás tomando el pelo? —espeté, sintiendo mis mejillas rojas.

—Ayirad iy nik —agregó entre risas.

—Agggg —gruñí molesta y salí del baño, dejándolo solo.— ¡Es un chico, Mad! ¿Qué esperabas? Todos son unos imbéciles, así hayan pasado años congelados, el gen del idiota viene en cada uno de ellos.

Me acosté en mi cama, debajo del edredón y encendí el televisor para entretenerme en otra cosa.

Eso es, Madison. Tu primer amor está desnudo en tu baño, y tú te pones a ver Las Aventuras de Ladybug. Muy maduro de tu parte.

—No me importa. —mascullé y continué con la vista fija en la pantalla colgada sobre la pared.

Al poco tiempo, mis ojos comenzaron a pesar y me dejé vencer por el sueño. Había tenido una día muy largo y mi cuerpo me lo agradecía.

(...)

Una música molesta no paraba de sonar, provocando que mi mal humor se elevara con cada segundo que la seguía escuchando.

—¡Ahhhhh! —gruñí.

El sonido se detuvo, y yo sonreí para mí misma mientras me acomodaba sobre mi cama calentita y cómoda. Hacía rato que no dormía tan bien. Abracé mi almohada, mientras envolvía la otra con mis pies.

A mis oídos comenzaron a llegar voces lejanas de las que antes no me había percatado porque estaba demasiado dormida como para darme cuenta.

Abrí mi ojo izquierdo con mucho trabajo y la luz mañanera me cegó de momento. Me llevé la mano a los labios cuando un bostezo se me hizo inminente.

Estiré mis brazos y entonces pasó.

—Auch.

Mis ojos se abrieron con rapidez. Miré hacia dónde estaba recostada, y me percaté que no eran mis almohadas cuando vi el dibujo del águila frente a mí. Levanté la vista, encontrándome con los grises ojos del chico que me dejaba hechizada.

—¿Eisherz? —murmuré, débil.

—¿Dormiste bien?

Oh. Madre. Mía.

❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄

¡Holiss, congeladas!

Primero que todo, gracias por esperar a esta escritora desastrosa que actualiza cada que le viene la inspiración. Sé que muchos están realmente enganchados con esta historia, y la emoción de ustedes es la que me da la inspiración que necesito. No se como agradecer por vuestra espera, en serio.

Ahora, volviendo con Eisherz:

¿Qué les pareció la reacción de nuestro chico congelado a aquel beso?

¿Creen que Landon está celoso? Ja

¿El hermano de Madison? ¿La llave? ¿Alguna relación?

¿A que nuestro Eisherz tiene un sentido del humor medio que escondido? Ya quiero que llegue el momento en que pueda revelar su idioma para que se rían como yo jajaja

Y por último... Ese final, gente. ¿Acaso... habló?

Bueno, espero leer vuestras reacciones. Ahora yo me voy a poner a trabajar en un booktrailer de Mi desesperada decisión que estoy haciendo. 

Os amo con la vida.

XOXO 

Czytaj Dalej

To Też Polubisz

2.2K 738 15
"Todos somos el amor secreto de alguien" Todo inicio con una amistad.. Iniciada: 14/Enero/2022✔️ Terminada 14/Febrero/2022 Créditos @A.D HOME artis...
1.1K 76 7
Segunda temporada de la novela "Mi profesor" (christopher velez) Esta sera una mini historia de lo que pasara en la vida de Christopher Velez y de...
307 105 7
«Familia, ese tribunal de amor y crítica constante, donde cada día es un juicio y cada miembro un jurado difícil de complacer.» _____________________...
49.1K 12.8K 160
⚠️Solo a partir del capítulo 401, primera y segunda parte en mi perfil.⚠️ En un giro del destino, Jun Hao, un despiadado matón callejero conocido por...