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By damonsscum

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By damonsscum

DESPUÉS DE UN AÑO del arresto, la familia había sido liberada gracias a la promesa de Thomas y aunque todos retomaron comunicación telefónica, el jefe de los Blinders se aisló completamente en su casona junto a su esposa.
Su relación había mejorado completamente, al parecer estar lejos de la familia por un tiempo les había hecho bien.
Al menos eso pensaba el mayor.

— Cariño, al menos llama para ver cómo están. Casi es Navidad — susurró. —. Hay que enviarles al menos una tarjeta.

— Ellos me odian, no hay motivo para molestarlos.

— Solo hablo con Michael y Polly. Los demás me odian igual que a ti.

— Pues con eso es suficiente.

— Bueno, quería avisarte que saldré hoy al atardecer — suspira.

— ¿Arthur te invitó a cenar? ¿A ti sola? ¿No?

— Sí, me llamó ayer y me dijo que ella saldría de la ciudad a ver a sus padres — asiente.

— ¿Qué no lo ves? Es un plan, Pearl. Arthur siempre estuvo enamorado de ti — dijo quitándose las gafas.

— Tommy, aunque fuera a tus espaldas, yo jamás te engañaría, ¿sí? Además, es tu hermano. Estoy segura de que lo que menos se le pasaría por la cabeza, es intentar algo inapropiado con su cuñada.

— Bueno, es verdad y ahora con eso que es religioso, supongo que más. Cuídate mucho, no quiero que te pase nada — ella negó. —. También lleva una navaja en tu bota.

— Sí. Lo haré — sonríe.

La muchacha salió y le pidió a Jude que la acompañara a su habitación, como era costumbre, a ayudarla a vestirse.

— ¿Debería llevar pantalones o vestido?

— ¿A quién verás? — preguntó curiosa.

— A mi cuñado, Arthur. Me invitó a cenar.

— Bueno, sí es tu cuñado entonces no deberías vestirte tan extravagante, digo, ¿para qué impresionarlo? Podrías usar los pantalones, se te ven muy bien — sonríe.

— Me gusta usarlos con las camisetas de mi marido — ríe. —, ¿debería?

— Sí, se ve hermosa cuando se viste así. Aunque, podría usar el traje que compró la semana pasada. El negro — recordó.

— Oh, ese es muy lindo, es verdad.

Después de la opinión, se metió al baño y salió con el los pantalones y camiseta.

— Bajó mucho de peso, los pantalones no se le ven tan bien — ríe.

— ¡Oye! — exclamó actuando ofendida.

Finalmente, apareció con el traje y los ojos de Jude se iluminaron.

— ¿Qué le digo? Luce fantástica — asiente.

— El traje será, entonces — sonríe.

— ¿Usará pedrería?

— Solo mis anillos de casamiento y la pulsera que me dio Thomas por mi cumpleaños.

— Bien, vendré en media hora para verla lista — dice emocionada.

— Grandioso.

Después de lavar su cuerpo, Pearl se vistió y arregló su cabello, justo cuando comenzó a maquillarse, llegó su esposo.

— Vaya — susurró. —. ¿Por qué no te pusiste eso cuando fuimos a cenar por nuestro aniversario?

— Porque lo compré la semana pasada — sonríe. —. ¿Me veo bien?

— Te ves increíble, aunque creo que es demasiado para solo ir a ver a Arthur.

— Es sólo un traje. Deberías preocuparte si uso pedrería y un vestido elegante — bromea. —. Me parezco a ti, ¿no crees? Ahora podría salir a la calle y la gente temerá de mi — él sonrió.

— Solo quería decirte que luces magnífica, vine porque me dolieron los ojos, así que dormiré un rato.

— Seguramente cuando llegue ya estés despierto de nuevo. Arthur no vive cerca.

— No importa, te esperaré felizmente — suspiró.

— ¿Haremos la fiesta de Navidad? — preguntó alisando el saco del mayor.

— Si tú quieres hacerla, sí — sonrió. —. Me gusta verte feliz, cariño.

— Tú me haces feliz, Tommy — respondió suavemente. —. Hablé con el doctor Walters en la mañana y me dijo qué tal vez, ¡tal vez!, esta semana sea mi oportunidad.

— ¿Enserio? Joder, ¿estás jugando?

— No, no, me dijo que eran los días en los que podría y además he estado orando para que cumplan mi petición, mi Nana me dijo lo mismo: veía al bebé, dijo que-

— No, no me digas — ríe. —. Recuerda que lanzaremos una moneda por los nombres.

— Si es niño se llamará Theodore, si es niña, Diana — sonrió.

— Margaret y Alexander suenan mejor.

Tommy se rió y besó su frente, entonces comenzó a desvestirse para meterse a la cama, pero Jude abrió la puerta.

— ¡Oh! ¡Lo siento! — exclamó mirándole el abdomen.

— ¿Jude?

— ¡Ah, sí, perdón! ¡Ya salgo!

Ahora Pearl se rió y terminó por ponerse un poco de lápiz labial carmesí, entonces estuvo lista.

— Realmente soy la chica más afortunada, ¿no es así? — él se rió. —. Te amo.

— Cuídate, yo también te amo. ¿Llevas las armas?

— Sí, debo irme o anochecerá — sonríe.

— Adiós, linda.

Cuando salió, se encontró con una horrorizada Jude. Pálida y casi híperventilando.

— ¿Jude, te pasa algo?

— Dios es que... que pena. No puedo mostrarle la cara al señor ahora — negó. —. Pero... con todo respeto, que afortunada es.

— Oh, eso lo sé. Ven, vamos abajo. Va a dormir, no hay que hacer ruido — ríe.

— El señor Morrison está esperándola en el auto para llevarte — sonrió. —. Cuídese, Pearl. La quiero.

— Te quiero más, Jude — asintió.

— Señorita, buenas tardes — saluda el hombre quitándose el sombrero.


[...]


Pearl bajó nerviosa, pues jamás había estado en casa de Arthur antes. Tenía una pequeña granja, podía ver gallinas.
Lucía hogareño, seguramente por idea de Linda.
Caminó tratando de no enscuciar sus botas y tocó a la puerta, un gruñido se escuchó dentro.

— ¡Señora, ya le he dicho que no quiero escuchar la palabra de Jehová! — exclamó abriendo la puerta. —. Oh.

— Buenas noches, al menos buenas para mí que no soy Testigo de Jehová — sonrió. —. ¿Puedo pasar?

— Por supuesto, discúlpame.

Arthur no pudo evitar mirar su trasero mientras se inclinaba a quitarse las botas que se habían ensuciado de barro.

— ¿Por qué necesitas mi presencia y no la de Ada o Polly?

— Oh... pues, yo... — susurró inquieto. —. Acompáñame, por favor.

Arthur sentía el corazón golpear contra sus costillas, comenzó a servirle una bebida a la chica y mientras le temblaban las manos, comenzó a hablar.

— Amo a mi esposa, ¿sabes? Linda es una buena mujer, le agrada a la familia, ¿no es así?

— Eh... sí, la amamos, la amamos mucho — sonríe nerviosa.

— Bien, lo que... lo que pasa es que... bueno, Linda es un poco irritante a veces y no la soporto, además, no me deja beber un solo trago de whiskey. Pero... bueno, desde que tuvimos a Billy, se ha vuelto más neurótica conmigo. Me priva de muchas cosas, incluso a veces de llamarle a mis hermanos.

— Sí, ¿y bien?

— Bueno, Pearl, yo... yo, eh, bueno, ella... ella no... a veces... pues, verás... yo, joder, bueno, ¡ella es muy irritante y no pasa día donde me arrepienta de casarme con ella! — exclamó.

Pearl se detuvo por un momento y lo miró confundida, el mayor estaba rojo, no sabía si de ira o de vergüenza. Temblaba y lloriqueaba silenciosamente.

— ¿Arthur? Deja el trago, dime que te pasa — susurró.

— Ella... me trata como a un niño. Vamos al médico y habla por mí. Vamos a cenar y pide por mí. Vamos a ver una película y pide los asientos de arriba porque según dañaré mi vista. Quiero usar el teléfono y monitorea a quien le marco. Es... una jodida pesadilla.

El mayor se abrazó de la muchacha y ella lo consoló perpleja. Tommy era ciertamente obsesivo, pero no al punto de controlar su vida, además, había mejorado desde lo que había pasado el año anterior.

— Desde que salí de prisión todo es peor, me controla aún más. Ella quiere todo a beneficio suyo y del bebé, pero me siento atrapado. La iba a dejar, pero me dijo que estaba embarazada y ya no pude hacerlo — negó. —. El día de la inauguración del orfanato, me preguntó quien me había dado esas galletas y cuando le dije que habías sido tú, las tiró a la basura y me dijo que no comiera nada que viniera de una bruja.

Ahí, Pearl se sintió triste, pues era algo que le ocurría cuando la gente descubría su ser.
Cuando era menor, había una empleada que tenía una hija de su edad y Pearl solía jugar con ella. Un día, cuando aprendió a controlar la flora y pensaba que era lo más maravilloso del mundo, recitó un corto rito e hizo crecer una pequeña florecita en su mano, a lo que Sally, la otra niña, corrió con su mamá y le dijo que era una bruja. La madre de Sally fue a la policía a acusar a la familia de brujería, para entonces, quemarlos. Douglas Rowen mandó matar a la familia de Sally Owen.
Desde entonces, prefiere mantener su poder en secreto.

— Pero... ¿te divorciarás? — él negó.

— Los Shelby nos mantenemos casados — suspira. —. Eso... eso era lo que te quería decir.

— Oh, Arthur. ¿Por qué no hablas con ella, entonces? Tal vez ella piensa-

— Cuando trato de hablarle sobre eso comienza a gritarme que es por mi bien, porque ella me conoce y me ama. Pero, creo que no es por mi bien... no, ya no — negó. —. Pearl, te lo estoy diciendo a ti porque... quiero que me ayudes, tal vez a... hechizarla o algo.

— No, Arthur, no. Yo no profeso magia negra, solo cuando es verdaderamente necesario. Mi naturaleza es la magia blanca, cuando profeso la negra me pongo muy mal — respondió.

— ¿Te pones mal, cómo?

— Cuando una bruja de magia blanca profesa la negra, sus ojos se tornan rojos sangre, comienzas a hablar en lenguas y puedes perder la dicha de la blanca. En mi aquelarre hubo algunas brujas quienes se cambiaron de religión, eh... no les fue muy bien.

— Mataste a la amante de Alfie Solomons.

— Y me fue mal — susurró. —. Arthur, lo que podemos hacer es hablar con ella, tal vez así se apene y deje de hacerlo. Si el abuso sigue, yo... yo te recomendaría el divorcio.

La cara del hombre cambió, asintió y se recargó en el cuello de Pearl, quien volvió a consolarlo.

El mayor tomó suavemente a la muchacha de la nuca y la acercó a sus labios, donde impartió un beso sentimental. Pearl, no se movió al principio, pero algo dentro suyo le pidió alejarse y así lo hizo.

— Arthur, estoy casada con tu hermano.

La muchacha se retorció en su asiento y se puso de pie, incómoda. Arthur suspiró sabiendo que había arruinado el momento y asintió, mirándola de nuevo.

— Yo no siento lo mismo por ti, Arthur — susurró. —. Tal vez debería irme.

Pearl no sabía ni que hacía, tenía la vista borrosa y en un momento no supo dónde estaba, pero sólo quería salir de ahí. El hombre la tomó de la mano una vez más y la atrajo hacia él de nuevo.

— Lo siento — susurró mirándola. —. No se que me pasó por la cabeza.

— Está bien, solo... jamás hables de esto, por favor — respondió incómoda. —. Arthur, debes entender que amo a tu hermano. Jamás haría algo para lastimarlo.

Él asintió y su cabeza bajó lentamente, Pearl ahora se encontraba muy incómoda y no sabía qué hacer con su cuñado. Ansiaba irse, pero sabía que si tomaba la carretera en la noche podría pasarle algo en el camino y no quería arriesgarse a nada.

— No sé por qué pensé que tal vez era una buena opción, el besarte. Definitivamente no esperaba que me correspondieras, así que no tengo idea de por qué lo hice — negó. —. Sé que amas a Tommy y te agradezco por eso, porque lo cuidas.

Pearl asintió y consoló a su cuñado, quien se sentía terrible.

— ¿Has cenado ya? — él negó.

Sin una palabra más, Pearl se puso de pie y fue a la cocina para preparale un trozo de carne con verduras, lo cual él agradeció con ganas.
Cenaron tranquilamente, ambos tratando de olvidar lo ocurrido hasta que pudieron pasar un buen rato una vez más.

Arthur le contó distintas historias de su hermano y como había crecido para ser alguien importante en la vida, Pearl sonreía embobada pensando en su marido. Al mayor le causaba ternura y tristeza como ella lo amaba, era tan real aún con todo lo que le ha pasado a su lado.
Él juraba que Tommy había hecho algún tipo de hechizo contra la chica, no pensaba que nadie realmente pudiera estar tan enamorado de alguien aun pasando por cosas horribles, pero al final sabía que ella era la viva prueba; Pearl amaba a su hermano como nadie en la vida lo amaría algún día.

— Se está haciendo tarde, creo qué debería regresar a casa — Arthur se negó.

— No, por favor, quédate. Es demasiado tarde ya para que estés sola por la noche.

Arthur le ofreció la habitación de huéspedes y atentamente preguntó si necesitaba algo, pero ella negó agradecida, entonces él se dirigió a la habitación que compartía con Linda.
Al recostarse no pensó en nada más que el dolor que le causaba estar enamorado de su cuñada y él saber que nunca podría hacer nada con ese enamoramiento.

Pasaron algunas horas y Arthur no podía conciliar el sueño, pensaba en cómo había actuado y como Pearl lo había rechazado de inmediato. Dolido, agradecía que ella no lo hubiera correspondido o en ese momento sus acciones le estarían apretando el corazón hasta romperlo en pedazos al haber lastimado a su hermano.
"El ganador se lleva el premio" pensaba, pero se alarmó al escuchar un grito de donde dormía Pearl y corrió a ella con un arma en su mano.

— ¿Qué pasa? — gritó, pensando que alguien estaría con ella.

Pero ella estaba sola, empapada de sudor y lágrimas. Había tenido una pesadilla.

— Lo... siento — él negó y se acercó a ella.

— Perdón, vine corriendo y no tuve tiempo de vestirme — Arthur rió seco y la abrazó. —. ¿Tuviste un mal sueño? — ella asintió.

— Thomas muerto — susurra. —. Sueño con Thomas muerto casi todos los días, Arthur.

El llanto le estrujó el corazón al mayor e intentó calmarla, pasaron varios minutos que se sintieron como horas, hasta que su llanto la cansó lo suficiente como para cansarla y dormirla una vez más. Arthur acarició su cabello y la miró dormida por algunos minutos, entonces volvió a irse.

"Tan cerca y tan lejos".


[...]


Al llegar la mañana, Arthur despertó por un dulce olor proveniente de la cocina y al bajar se encontró a Pearl aseada y vestida, preparando el desayuno.

— Espero no te moleste.

— Claro que no, es muy amable — sonrió y se sentó en la mesa.

La joven sirvió un desayuno inglés frente al Blinder y él agradeció con una gran sonrisa.

— ¿No me acompañarás?

— No, sí como algo así seguro mi estómago me odiará — sonrió llevando una taza de té a su boca. —. Arthur, lo siento pero no... pude evitar darme cuenta que tienes la constelación Andrómeda en tu espalda, en lunares.

Pearl rió al ver el gesto de confusión de su cuñado, así que procedió a explicar.

— Casi todos los legendarios dioses y semidioses reciben una constelación con sus nombres; mi segundo nombre me lo dieron por la princesa Andrómeda y después de ser rescatada por Perseo, quien mató a Medusa, cumplió la promesa de sus padres de casarse con él si la rescataba y Ateneas colocó la imagen de la princesa en las estrellas y nació su constelación — Arthur aún estaba confundido, pero decidió escucharla. —. Sé que... no ayudará en nada decirte esto, pero tienes una parte de mi grabada en tu piel... indirectamente, sin que ninguno lo quisiera.

Eso lo hizo sonreír.
En su mente enamorada pensó qué tal vez ellos estaban hechos para estar juntos, quizá ese era su destino pero jamás llegaron a reclamarlo.

— Entonces es lo que más me gusta de mi.

— A mi también — él sonrió.

— Jamás podré olvidarte, Pearl. Lo siento — ella negó.

Mientras se miraban a los ojos en silencio, por varios minutos, escucharon un auto y Arthur se alarmó.

— Linda.




















¿Debería decir "buenas :D"?

los momentos bonitos igual entre los Shelby no duran perooo yo quería ver a mi arthur feliz al fin así que lo siento pero no lo siento.

bueno bueno si... les gustó... ya saben, háganmelo saber.
me gustaría llenarlxs de besos a todxs sip
chefkiss*

- con mucho amor,
mary, x.

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Una joven casada sin amor con un terrible barรณn en un tiempo donde el divorcio no existรญa y el adulterio era un crimen, conoce a Simรณn Basset, un eni...